Existe un ideal neoliberal masculino, paternalista, e individualista. Y es tarea del feminismo desmantelar ese ideal, y luchar por la emancipación de los sujetos construidos totalmente por el poder. Las estadísticas demuestran la existencia de un capitalismo que se conjuga con el patriarcado, generando un respuesta que nació el 24 de octubre de 1975 en Islandia. Las mujeres que debían ir a trabajar fuera de la casa no lo hicieron, y las que se encargaban de las tareas domésticas se negaron a hacerlo. Los hombres heterosexuales, acostumbrados a delegar en su pareja los quehaceres de la casa, debieron ir al trabajo con sus hijos o llevarlos al colegio. Esa fecha, conocida como el “día libre”, el 90% de las mujeres del país paró y marchó para exigir igualdad de derechos. El pequeño estado nórdico, que no supera los 400 mil habitantes, dejó plantada la semilla de una huelga feminista que ahora se ve crecer y dar sus frutos.
Cualquier efeméride puede ser una buena excusa para empezar a pensar algunas cosas que socialmente se van volviendo difíciles de decir y de escuchar.
El paro internacional de mujeres se desarrolla en todos los rincones del mundo. Las estadísticas de femicidios, la violación de los derechos de la mujer, la opresión total o parcial en diversos países, son el fundamento último de esta lucha. Puede ser que este movimiento genérico de masas haya nacido desde las bases, a partir de violencias muy concretas y desbordadas que tanto los hombres como el Estado ejercían sobre ellas. El paro y movilización que se hace sentir como nunca, habla de un cambio radical acerca del planteo y reconocimiento de la desigualdad que aún hoy existe en muchos rincones del mundo.
Cualquier intento de deslegitimar el paro queda desplazado por los siglos de opresión y discriminación que vienen sufriendo las mujeres, y que siguen sufriendo ahora. En un punto resulta increíble que en casi 100 años las mujeres hayan ganado el protagonismo que ganaron, el lugar de relevancia que ocupan y la potencialidad de crecer de todo lo que han conquistado. Evidentemente en las décadas del 50 y del 60, principalmente en Estados Unidos y en algunos países de Europa, la irrupción de la mujer en la vida pública sucedió de un modo arrollador, dando un gran paso hacia la abolición de la desigualdad y la opresión.
"Si nosotras paramos, el mundo para", bajo esa consigna mujeres de 57 países se adhieren al paro internacional del 8M, en el Día de la Mujer. En las calles de las principales ciudades del mundo se realizarán movilizaciones para exigir un trato igualitario, terminar con las brechas salariales, parar los femicidios, en contra de la violencia machista, el acoso y garantizar derechos como la despenalización del aborto, entre otros reclamos.
Además, se realizará una huelga que busca poner de manifiesto la importancia de la mujer en el ámbito laboral. En la convocatoria que tiene como principal vía de comunicación las redes sociales, se leen consignas como "si nuestra vida no vale, produzcan sin nosotras", #Nosotrasparamos, #Nosparamos o #WeStrike. En Argentina, según el Indec, existe una diferencia que ronda el 30% de brecha salarial entre hombres y mujeres, algo que se repite en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe.
A principios de este mes, la ONU anunció que por primera vez en la historia hay equidad en la cantidad de mujeres y hombres de alto rango que trabajan en las Naciones Unidas. Situación que no se da en las principales empresas del mundo, donde las mujeres no superan el 10% de los cargos jerárquicos. Las situaciones son completamente desiguales en los distintos rincones del mundo. Mientras que países como Islandia o Noruega encabezan el listado de los lugares donde hay menor desigualdad entre hombres y mujeres, Arabia Saudita o Irán encabezan el listado de los que tratan a la mujer como a un ser inferior. Cabe aclarar que en estas situaciones se suele culpar al Islam como precursor de estas discriminaciones, pero en realidad esa religión no dista del conservadurismo de otras como el catolicismo o el judaísmo, la verdad es que por sobre todo la violencia se relaciona más con el modo que llevan adelante las políticas públicas sus gobernantes, y cómo los pueblos abrazan estas políticas para sí.
La marcha este año es la segunda que se realiza a nivel internacional. En el 2017 con la asunción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus comentarios misóginos y denuncias por acoso sexual, miles de mujeres salieron a manifestarse por las calles, lo que sentó un precedente para realizar lo que luego sería una marcha multitudinaria en todo el mundo. Sin perder de vista el esfuerzo que desde hace años realizan las organizaciones feministas de la región, y con especial énfasis en Argentina, donde surgió el Ni una menos, que visibilizó la creciente violencia machista, que deja un saldo de una mujer muerta por día.
La historia nos enseñó que no se puede cambiar algo sin cambiar todo, por ello, la Revolución de las Mujeres es la primera revolución contra el capitalismo que pugna por transformarse en fascismo, y por ahora es la única de una revolución sistémica contra las actuales condiciones de vida (ojo, no solamente de las mujeres, hablamos de todos los discriminados y de nosotros mismos como clase social excluida, como país marginado ¿qué otra cosa no significa la denominación "tercer mundo" sino es el conjunto de los países más explotados?). No creo que al sistema económico que hoy es hegemónico en la mayor parte del planeta -bastante injusto, y perjudicial para los intereses de nuestra patria- le importa mucho lo de "igual remuneración para hombres y mujeres por igual tarea". Quiere salarios bajos, sin distinción de sexo, raza, religión ni país. Hoy por hoy, el único referente que se planta contra este sistema opresor es el sexo débil, que de débil no tiene nada sobretodo si están unidas. Y ello, ya es un ejemplo en contra de los valores del capitalismo: el individualismo, la competencia y el sálvese quien pueda se enfrenta con la solidaridad y la unión que hoy toman las mujeres en su protagonismo.
Tenemos que luchar para conseguir un sistema más flexible, un sistema de poder que nos ofrezca una pluralidad de identidades y realidades, para conseguir una mayor libertad y expresión de los sujetos. Cada vez hay una mayor unidad de las mujeres en el campo social, donde son superados los antagonismos, las controversias o las diferencias individuales para unirse y luchar por un objetivo común: la destrucción del sistema patriarcal.
Los principios revolucionarios no vendrán de papers académicos o de imágenes publicitarias, si hay un cambio, vendrá de las calles de todo el mundo, y en eso de enfrentarse al sistema, las únicas que lo pueden hacer, hoy por hoy, son las mujeres que luchando por sus propios y merecidos derechos también levantan los cimientos de una nueva sociedad, con otros valores, con otras reglas de juego y con otras formas de vida. Los hombres lo miramos por TV, y está perfecto que así sea, aplaudamos por ello.
Así, termino la nota como la empecé: "Existe un ideal neoliberal masculino, paternalista, e individualista. Y es tarea del feminismo desmantelar ese ideal, y luchar por la emancipación de los sujetos construidos totalmente por el poder."
Un abrazo para todas las cabezonas (*) de corazón.
(*) Si bien en el texto me refiero en general a las mujeres, las travestis y las mujeres trans padecen estas problemáticas y, en la mayoría de los casos, de manera agravada: mayor desigualdad, mayor violencia, menor acceso a derechos y escasa o nula representación en todos los ámbitos. Por eso, levantar su voz también es fundamental
Cualquier efeméride puede ser una buena excusa para empezar a pensar algunas cosas que socialmente se van volviendo difíciles de decir y de escuchar.
El paro internacional de mujeres se desarrolla en todos los rincones del mundo. Las estadísticas de femicidios, la violación de los derechos de la mujer, la opresión total o parcial en diversos países, son el fundamento último de esta lucha. Puede ser que este movimiento genérico de masas haya nacido desde las bases, a partir de violencias muy concretas y desbordadas que tanto los hombres como el Estado ejercían sobre ellas. El paro y movilización que se hace sentir como nunca, habla de un cambio radical acerca del planteo y reconocimiento de la desigualdad que aún hoy existe en muchos rincones del mundo.
Cualquier intento de deslegitimar el paro queda desplazado por los siglos de opresión y discriminación que vienen sufriendo las mujeres, y que siguen sufriendo ahora. En un punto resulta increíble que en casi 100 años las mujeres hayan ganado el protagonismo que ganaron, el lugar de relevancia que ocupan y la potencialidad de crecer de todo lo que han conquistado. Evidentemente en las décadas del 50 y del 60, principalmente en Estados Unidos y en algunos países de Europa, la irrupción de la mujer en la vida pública sucedió de un modo arrollador, dando un gran paso hacia la abolición de la desigualdad y la opresión.
Además, se realizará una huelga que busca poner de manifiesto la importancia de la mujer en el ámbito laboral. En la convocatoria que tiene como principal vía de comunicación las redes sociales, se leen consignas como "si nuestra vida no vale, produzcan sin nosotras", #Nosotrasparamos, #Nosparamos o #WeStrike. En Argentina, según el Indec, existe una diferencia que ronda el 30% de brecha salarial entre hombres y mujeres, algo que se repite en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe.
A principios de este mes, la ONU anunció que por primera vez en la historia hay equidad en la cantidad de mujeres y hombres de alto rango que trabajan en las Naciones Unidas. Situación que no se da en las principales empresas del mundo, donde las mujeres no superan el 10% de los cargos jerárquicos. Las situaciones son completamente desiguales en los distintos rincones del mundo. Mientras que países como Islandia o Noruega encabezan el listado de los lugares donde hay menor desigualdad entre hombres y mujeres, Arabia Saudita o Irán encabezan el listado de los que tratan a la mujer como a un ser inferior. Cabe aclarar que en estas situaciones se suele culpar al Islam como precursor de estas discriminaciones, pero en realidad esa religión no dista del conservadurismo de otras como el catolicismo o el judaísmo, la verdad es que por sobre todo la violencia se relaciona más con el modo que llevan adelante las políticas públicas sus gobernantes, y cómo los pueblos abrazan estas políticas para sí.
La marcha este año es la segunda que se realiza a nivel internacional. En el 2017 con la asunción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus comentarios misóginos y denuncias por acoso sexual, miles de mujeres salieron a manifestarse por las calles, lo que sentó un precedente para realizar lo que luego sería una marcha multitudinaria en todo el mundo. Sin perder de vista el esfuerzo que desde hace años realizan las organizaciones feministas de la región, y con especial énfasis en Argentina, donde surgió el Ni una menos, que visibilizó la creciente violencia machista, que deja un saldo de una mujer muerta por día.
La historia nos enseñó que no se puede cambiar algo sin cambiar todo, por ello, la Revolución de las Mujeres es la primera revolución contra el capitalismo que pugna por transformarse en fascismo, y por ahora es la única de una revolución sistémica contra las actuales condiciones de vida (ojo, no solamente de las mujeres, hablamos de todos los discriminados y de nosotros mismos como clase social excluida, como país marginado ¿qué otra cosa no significa la denominación "tercer mundo" sino es el conjunto de los países más explotados?). No creo que al sistema económico que hoy es hegemónico en la mayor parte del planeta -bastante injusto, y perjudicial para los intereses de nuestra patria- le importa mucho lo de "igual remuneración para hombres y mujeres por igual tarea". Quiere salarios bajos, sin distinción de sexo, raza, religión ni país. Hoy por hoy, el único referente que se planta contra este sistema opresor es el sexo débil, que de débil no tiene nada sobretodo si están unidas. Y ello, ya es un ejemplo en contra de los valores del capitalismo: el individualismo, la competencia y el sálvese quien pueda se enfrenta con la solidaridad y la unión que hoy toman las mujeres en su protagonismo.
Tenemos que luchar para conseguir un sistema más flexible, un sistema de poder que nos ofrezca una pluralidad de identidades y realidades, para conseguir una mayor libertad y expresión de los sujetos. Cada vez hay una mayor unidad de las mujeres en el campo social, donde son superados los antagonismos, las controversias o las diferencias individuales para unirse y luchar por un objetivo común: la destrucción del sistema patriarcal.
Los principios revolucionarios no vendrán de papers académicos o de imágenes publicitarias, si hay un cambio, vendrá de las calles de todo el mundo, y en eso de enfrentarse al sistema, las únicas que lo pueden hacer, hoy por hoy, son las mujeres que luchando por sus propios y merecidos derechos también levantan los cimientos de una nueva sociedad, con otros valores, con otras reglas de juego y con otras formas de vida. Los hombres lo miramos por TV, y está perfecto que así sea, aplaudamos por ello.
Así, termino la nota como la empecé: "Existe un ideal neoliberal masculino, paternalista, e individualista. Y es tarea del feminismo desmantelar ese ideal, y luchar por la emancipación de los sujetos construidos totalmente por el poder."
Un abrazo para todas las cabezonas (*) de corazón.
(*) Si bien en el texto me refiero en general a las mujeres, las travestis y las mujeres trans padecen estas problemáticas y, en la mayoría de los casos, de manera agravada: mayor desigualdad, mayor violencia, menor acceso a derechos y escasa o nula representación en todos los ámbitos. Por eso, levantar su voz también es fundamental
Si es esencial levantar la vos de la comunidad trans, no seria mejor no hacerlo tan nota al pie, no tan, imprenta minuscula? y a nosotros, los heterosexuales, aprovecho para embocarnos esta pregunta. Ya que esta claro que somos la parte opresora del sistema bi-color, bi-genital, bi-nario. ya que esta claro que somos el sujeto normalizado como el superior. ¿por que no salimos de ese esquema?¿por que esta costando tanto salir, de ese lugarcito de dominadores, "impuesto"?¿será que la dominacion nos seba? ¿me vas a decir que de verdad te comes el verso, de que en este sistema asesino, justo nos toco la parte copada, la parte que safa, la que tiene menos urgencia de revelarse?
ReplyDeleteHeteronormal, es el nombre de la jaula mental. Jaula mental es una forma de decir, heterosexual. El genero es una construccion social, es lo normal como fuerza opresora. Es la idea de que hay personas "normales" y personas "raras"
[personas: "el sistema preparado para mi"<--> personas:"el sistema que me mata"].
[(un)sistema:patriarcado, (una)herramienta del sistema:normalizacion]
No se nace nada! tu sexualidad nunca deberia ser igual a otra. Decir que sos heterosexual, es decir, ¡el sistema justo le conmigo! ¡yo soy una de esas dos posibilidades que se dan!,
que se dan mucho,
/no?
vamos, somos mas que eso. Ningún sistema nos puede decir quienes, o que, somos. abramos los sentidos mas allá de las pieles, construyamos nuestra identidad y nuestro ser mas allá de si tenemos una concha o un pito.
saludosss <3<2<1 <zxZX<Zx<zx<zx<x<zx<zx<zx<zx<zx<zx<zx<zx