Invisibilizar la multitudinaria movilización contra el ajuste educativo y por paritarias nacionales: los docentes exigieron la apertura de la paritaria nacional y salarios sin techo del 15%, mientras desde las primeras horas de hoy el gobierno amarillo difundió, por las redes sociales y los medios de comunicación oficialistas, un clima de total normalidad en las escuelas: "el presentismo en todas las escuelas de Mendoza es del 95,08%, mientras que en las privadas la asistencia es de 100%. Aquí no ha pasado nada" fue el mensaje. Por su parte, el sindicato docente exhibió sus propios números, desmintiendo la “normalidad” en las escuelas. Mientras los amarillos acusan a los docentes de tomar como rehenes a los chicos, es necesario plantear la situación educativa y mostrar que es el gobierno de Corporación Cambiemos quién secuestra al sistema educativo público con el fin de acentuar su crisis. Para el régimen es clave humillar a los docentes y enfrentarlos con los estudiantes y sus padres, degradar la educación, cerrar escuelas e imponer una rendición incondicional a la lucha sindical, alienar a los maestros hasta hacerles creer que deben someterse a criterios de "productividad" ajenos al rol de educadores. El ocultamiento prácticamente total de la enorme marcha docente de hoy por parte no solo de la prensa oficial, sino de todos los canales de noticias supuestamente críticos, es un hecho político por sí mismo que agrega significados a la propia marcha.
Los docentes luchan por su derecho a trabajar en condiciones dignas, una de las bases para edificar cualquier democracia posible, mientras la dirigencia sindical de los trabajadores de la educación es demonizada por una figura protegida por la corporación mediática: María Eugenia Vidal. Es otro intento oficial de instalar una sociedad de incertidumbre laboral y exclusión, de privatización del conocimiento y exclusión de al menos un tercio de la población, sin lo cual el modelo neoliberal es insostenible en el mediano plazo.
Previo a que las negociaciones comiencen, parceladas por jurisdicción, ya que la paritaria Nacional docente fue esquivada por decreto, el gobierno empezó su campaña para responsabilizar a la docencia de las dificultades del sistema educativo.
El cierre de la paritaria implica el corrimiento del Estado nacional para garantizar salarios mínimos, el macrismo ya la había suspendido el año pasado. "Paritaria nacional ya" y "salarios dignos" fueron los mensajes presentes en los cánticos y banderas de los docentes. Los otros dos ejes del reclamo fueron mayor presupuesto educativo y defensa del régimen jubilatorio. Este último aspecto mantiene en alerta a los docentes bonaerenses ante la posibilidad de una "armonización" del Instituto de Previsión Social (IPS) a las condiciones de la ANSES. Más aún luego de que Vidal haya modificado las jubilaciones de los bancarios.
Los maestros se movilizaron masivamente desde el Congreso de la Nación, por avenida Callao hasta la sede del Ministerio de Educación en el marco del paro por 48 hs. Se estima que participaron en la marcha más de 50 mil docentes.
Desde la propuesta de “antidopping” a quienes trabajan en la educación, hasta las campañas mediáticas para plantear que se trabajan con pocos chicos por curso (como circuló recientemente en el diario La Nación), lo que no se dice es que el sistema educativo argentino arrastra 30 años de reformas que van acorralando nuestras escuelas. Cuando se habla de pibes sin clase, el gobierno omite hablar de los 15.000 chicos sin vacante en la escuela pública sólo en la C.A.B.A., lo que nos lleva a pensar en una realidad nacional aún mucho peor. La respuesta tácita del gobierno a esta realidad es que se anoten en la escuela privada, sobre la cual el presupuesto destinado a subsidiarla es cada vez mayor, pero que deja afuera de la escolaridad a los sectores con menos recursos.
Hay varias escuelas que están inhabilitadas y cientos que se están cayendo a pedazos. Escuelas que no tienen merienda y terminan comprándola los docentes o celadores, o que cierran cursos como está pasando con las técnicas. Se quiere armar una ficción del sistema educativo, la realidad es que el gobierno está desfinanciando el sistema educativo.
El conflicto en educación es una lucha que no es de la docencia únicamente, sino que atañe a toda la comunidad educativa. Se trata de enfrentar un modelo educativo que empalma con la reforma laboral, que necesita de subjetividades acríticas y conformes con la precariedad de vida. En criollo: si no apoyamos a los docentes, nos rompen el culo a todos.
Los docentes luchan por su derecho a trabajar en condiciones dignas, una de las bases para edificar cualquier democracia posible, mientras la dirigencia sindical de los trabajadores de la educación es demonizada por una figura protegida por la corporación mediática: María Eugenia Vidal. Es otro intento oficial de instalar una sociedad de incertidumbre laboral y exclusión, de privatización del conocimiento y exclusión de al menos un tercio de la población, sin lo cual el modelo neoliberal es insostenible en el mediano plazo.
Previo a que las negociaciones comiencen, parceladas por jurisdicción, ya que la paritaria Nacional docente fue esquivada por decreto, el gobierno empezó su campaña para responsabilizar a la docencia de las dificultades del sistema educativo.
El cierre de la paritaria implica el corrimiento del Estado nacional para garantizar salarios mínimos, el macrismo ya la había suspendido el año pasado. "Paritaria nacional ya" y "salarios dignos" fueron los mensajes presentes en los cánticos y banderas de los docentes. Los otros dos ejes del reclamo fueron mayor presupuesto educativo y defensa del régimen jubilatorio. Este último aspecto mantiene en alerta a los docentes bonaerenses ante la posibilidad de una "armonización" del Instituto de Previsión Social (IPS) a las condiciones de la ANSES. Más aún luego de que Vidal haya modificado las jubilaciones de los bancarios.
Los maestros se movilizaron masivamente desde el Congreso de la Nación, por avenida Callao hasta la sede del Ministerio de Educación en el marco del paro por 48 hs. Se estima que participaron en la marcha más de 50 mil docentes.
Desde la propuesta de “antidopping” a quienes trabajan en la educación, hasta las campañas mediáticas para plantear que se trabajan con pocos chicos por curso (como circuló recientemente en el diario La Nación), lo que no se dice es que el sistema educativo argentino arrastra 30 años de reformas que van acorralando nuestras escuelas. Cuando se habla de pibes sin clase, el gobierno omite hablar de los 15.000 chicos sin vacante en la escuela pública sólo en la C.A.B.A., lo que nos lleva a pensar en una realidad nacional aún mucho peor. La respuesta tácita del gobierno a esta realidad es que se anoten en la escuela privada, sobre la cual el presupuesto destinado a subsidiarla es cada vez mayor, pero que deja afuera de la escolaridad a los sectores con menos recursos.
Hay varias escuelas que están inhabilitadas y cientos que se están cayendo a pedazos. Escuelas que no tienen merienda y terminan comprándola los docentes o celadores, o que cierran cursos como está pasando con las técnicas. Se quiere armar una ficción del sistema educativo, la realidad es que el gobierno está desfinanciando el sistema educativo.
El conflicto en educación es una lucha que no es de la docencia únicamente, sino que atañe a toda la comunidad educativa. Se trata de enfrentar un modelo educativo que empalma con la reforma laboral, que necesita de subjetividades acríticas y conformes con la precariedad de vida. En criollo: si no apoyamos a los docentes, nos rompen el culo a todos.
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