La historia
En la década de 1950 el Congo Belga continuaba siendo una
colonia pero a partir de 1956 Leopoldville, su capital, comenzó a vivir bajo una
constante agitación social de la mano de Patrice Lumumba y el Movimiento
Nacional Congoleño que poco tiempo después se trasladó a toda la nación. El
Gobernador General Léon Antoine Marie Petillon trataba de contener las manifestaciones y
el clima de odio que iba en aumento, pero las décadas de trabajos forzados, que
habían matado a cerca de ocho millones de congoleños, la viruela y la mala
alimentación, que también hacían estragos, no lo ayudaban demasiado.
Ese movimiento se convirtió en una revolución y esa
revolución llevó a que, luego de la matanza de casi medio centenar de personas
durante una fallida asamblea de la asociación independentista Alianza de los
Bakongo y de la excarcelación de Lumumba, Balduino, el rey belga, anunciara el
13 de enero de 1959, que Bélgica trabajaría por la independencia del Congo. Hecho
que se concretó el 6 de julio de 1960.
El presidente de la nueva nación independiente fue Joseph Kasa-Vubu. Sin embargo, como las condiciones europeas para la independencia eran coercitivas Lumumba y Kasa-Vubu se enfrentaron y ese enfrentamiento generó que Lumumba fuese arrestado y asesinado y se hizo del poder Mobutu Sese Seko.
En 1971 el Congo cambió su nombre por el de Zaire y en 1997 volvió a cambiarlo por República democrática del Congo. El resto de esta historia queda para otro momento,
Banderas: Congo Belga, Zaire y República
democrática del Congo |
El tema que nos interesa ahora es que durante aquellos días de hambre y revolución, en los ‘50s, una música y una nueva generación de músicos acompañaron al movimiento independentista. Esa música había llegado desde América, pero a la vez, demostraba sus pergaminos de origen africano. A esa música la llamaron Rumba congoleña.
La música
En la década del ‘50, cuando la República Democrática del
Congo Belga todavía estaba bajo dominio belga, una generación de músicos
congoleños decidió utilizar la música popular para luchar contra la opresión
colonial. Fusionaron ritmos africanos tradicionales con música afrocubana para
crear el género musical conocido como rumba congoleña, un ritmo contagioso que
brindó un espacio de libertad y resistencia frente a la crueldad y humillación
que los congoleños enfrentaban en el sometimiento.
Reedición del disco de Franco que continene "Bolingo na ngai na Beatrice" |
Durante la década del ’50 fueron creados los sellos
discográficos Opika, Esengo, y Loningisa. En este último, en los estudios
Solbena, fue donde Franco
y una banda creada para la ocasión, grabó la canción “Bolingo na ngai na Beatrice”
(Mi amor por Beatriz). Eran los
primeros pasos de la rumba congoleña y el surgimiento de una generación de
músicos brillantes.
La rumba congoleña sirvió como espacio de resistencia y libertad frente a la opresión colonial, cuando eran una colonia belga, y luego se convirtió en un símbolo de identidad nacional.
La Rumba congoleña
La música afrocubana se escuchaba en las calles de
Leopoldville como rumba y era fruto de la enorme cantidad de discos cubanos que
se comerciaban en el Congo; pero también de la afinidad cultural que sentían
los africanos por el mundo antillano.
La música cubana llegó al Congo Belga a partir de 1930
por medio de los discos de 78rpm. Pero, a decir verdad, lo que inspiró a los
congoleños a crear la Rumba congoleña fue el Son cubano. Musicalmente las
rumbas de cada uno de los países son completamente diferentes y solo comparten
la palabra “rumba”.
Más allá de estos detalles, podemos indicar que la rumba
congoleña tuvo dos grandes personajes: el cantante Joseph Kabasele
Tshamala, conocido como Grand Kallé, cuya obra al frente de la
banda African Jazz fue una escuela para músicos congoleños y sus
grabaciones junto a Manu Dibango y Don Gonzalo Fernández pusieron a
la rumba en la escena parisina y neoyorquina, y el guitarrista L’Okanga La
Ndju Pene Luambo Luanzo Makiadi, mejor conocido como Franco, cuya obra al
frente de la O.K. Jazz marcó a la música congoleña durante toda la
segunda mitad del Siglo XX.
El documental
De estas historias es de lo que habla “The Rumba Kings”.
El documental llevó más de nueve
años para prepararlo, Alan Brain, su director, comenzó a trabajar en la
película en el 2012, mientras estaba en la Zaire República Democrática del
Congo realizando documentales para la misión de mantenimiento de la paz de las
Naciones Unidas.
La dirección y edición fueron de Alan Brain, la producción
de Mónica Carlson y Alan Brain. Estará disponible en francés y lingala (lengua
africana) con subtítulos en ingles y español
Actualmente está siendo presentado en festivales
de cine de todo el mundo y pronto estará disponible para poder verla
Quienes
quieran una mayor información pueden visitar el sitio www.therumbakings.com
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