#Músicaparaelencierro. Luego de que nos asombrara la calidad musical de "From Silence to Somewhere" del 2017, y que hemos presentado en el blog cabezón, revivimos a los noruegos Wobbler con uno de los mejores discos que vieron la luz en el pandémico 2020, con su prog sinfónico de la escuela nórdica, sus climas, su sinfonismo, y sus desarrollos de primera clase, con una banda que nació para tratar de llenar el vacío que produjo la separación de Änglagård: aquí hay mucho sinfonismo, mucha onda nórdica, una obra maestra de la música rock, una excepcional obra de arte que incluso supera la alta varilla que ha dejado su antecesor, y que se hace presente en el blog cabezón con todas las recomendaciones posibles, y no solamente por mí, miren lo que dicen en Progarchives sobre esta belleza. Con un sonido muy propio y una musicalidad extraordinaria, lo completan con su notable diversidad de opciones y estilos, una gama que que va desde lo folcklórico escandinavo, lo medieval, lo psicodélico y lo sinfónico, con estados de ánimo fascinantes, crescendos potentes, delicada delicadeza, grandiosidad majestuosa y melodías maravillosas. Aquí, más de esas bellezas oscuras que provienen de Escandinavia y nos encantan, toda la magia y el poder de unos geniales sacerdotes de la Gran Música, en uno de los mejores discos (¿quizás el mejor?) del año del inicio de la pandemia.
Artista: Wobbler
Álbum: Dwellers of the Deep
Año: 2020
Género: Rock sinfónico
Referencia: Discogs
Duración: 45:41
Nacionalidad: Noruega
Formados en 1999 por uno de los miembros de White Willow. Este grupo evoca fuertemente a Emerson Lake and Palmer, King Crimson, Genesis, Gentle Giant junto con las bandas sinfónicas nórdicas como Änglagård y Anekdoten con una pizca de folk escandinavo e influencias clásicas en la mezcla.
Wobbler se ha hecho de prestigio como proveedores de un rock progresivo sinfónico de alta gama y muy ecléctico, y lo demuestran de sobra en este sorprendente álbum (si me encantó "From Silence to Somewhere" y lo sigo escuchando desde que lo escuché hasta hoy, ni hablar de este, me voló el marote). Sinfonismo, adrenalina, sonidos oscuros, grandes climas, musicalidad, audacia, exploración, ternura, violencia, en un océano de estilos donde la banda navega entre atmósferas de refinada delicadeza, todo está condensado en los 45 minutos de este portentoso y magnífico disco.
Los noruegos Wobbler son probablemente el grupo más conocido de su país entre los seguidores del rock progresivo, en concreto de aquellos grupos que retoman las influencias de los clásicos del progresivo de los setenta hasta el punto de utilizar la instrumentación que usaban éstos en esa década. Con influencias de King Crimson, Genesis, Gentle Giant, etc, han construido un estilo muy personal desde 1999, año en el que iniciaron su carrera musical, con la publicación de tres discos hasta el momento. Entre sus filas hay miembros de Tusmørke, White Willow, The Chronicles of Father Robin y Jaga Jazzist, grupos con estilos muy distintos. Anuncian ya la publicación de su cuarto trabajo en estudio, disco en el que llevan trabajando años y que será publicado el 20 de octubre por el sello Karisma en formatos cd, vinilo y digital. Constará de cuatro temas y no defraudará a sus seguidores ya que anuncian que habrá cantidades de Mellotron, Moog, Hammond, Chamberlin y otros teclados analógicos y, por supuesto, bajo Rickenbacker (sic). Dicen que tendrá momentos melancólicos, más oscuros, toques flamenco y del Renacimiento italiano.Demetrio
Mención aparte es que en este disco, como en ningún otro, el tono de la
voz de Andreas Wettergreen Strømman Prestmo (Pepe para los amigos) es
muy parecida a la de Jon Anderson, y si a ello le agregamos que el bajo
Rickenbacker del señor Hultgren suena como de la escuela de Chris
Squire, podremos imaginarnos que esto suena como un Yes nórdico y con muchas afetaminas y pichicateados con testosterona.
Y si no me creen, escúchenlo! después me cuentan. Aquí está para volarles la cabeza de moog.
Veteranos de la escena de rock progresivo noruego con un nombre reconocido y consolidado en los círculos especializados, con una carrera de dos décadas años atrás y muchos fans incondicionales en todo el mundo. Desde la óptica escandinava, buscan un sonido setentero especialmente fogoso y vertiginoso, pero con climas para todos los gustos, todos dentro de una misma canción.
El disco se abre con ‘By The Banks’, pieza que se expande a través de un generoso espacio de 13 ¾ minutos, y juzgando por la forma tan asertiva con la que instaura unas vibraciones energéticas y pomposas desde el punto de arranque, se nota que el grupo está dispuesto a exhibir todas y cada una de las texturas organizadas dentro de su faceta extrovertida. Los aires Yessianos son predominantes aquí, pero también hay conexiones con el paradigma de los EMERSON, LAKE & PALMER de los tres primeros álbumes, así como con otras figuras escandinavas de las últimas décadas como son THE FLOWER KINGS (los cinco primeros discos) y BRIGHTEYE BRISON (los dos últimos discos). Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, el piano, con la compañía de matices de mellotrón, está a cargo de gestar un interludio donde el grupo replantea el groove dominante con una ligereza un poco más sobria; de este modo, el grupo crear una atmósfera etérea y derivar el desarrollo temático hacia una variante interesante. Para cuando el ensamble regresa a los aires previos de vigor directo, se nota que la musicalidad se ha tornado más sofisticada, la cual incluso parece incorporar algunos elementos colaterales heredados de GENTLE GIANT. Un nuevo interludio sereno emerge, incluso aumentando la dosis de tenue expresividad, lo cual es muy útil para realzar el intenso pasaje final, el cual saca a relucir una ampulosidad rotunda. ¡Gran inicio de álbum! ‘Five Rooms’ es el segundo tema del álbum, y siendo así que ostenta una agilidad vitalista y una pulcritud melódica bien encauzada, encarna uno de los momentos decisivamente climáticos del repertorio. El prólogo está marcado por una ambientación románica centrada en el emparejamiento de órgano y arreglos corales, lo cual nos conduce de inmediato a un exultante cuerpo central donde se cruzan los modelos de YES, MIRTHRANDIR y los KAIPA de los 70s. Las siempre coloridas interacciones entre la guitarra y los teclados llevan la voz cantante a lo largo de las variantes temáticas que se arman desde el bloque instrumental. Definitivamente, la suntuosidad inherente a la estructura compositiva de esta pieza se beneficia infinitamente de las dosis de musculatura y energía que la banda concreta a través de su viaje musical. El viraje ceremonioso de la sección final abre campo a un macizo solo de Hammond en medio de las partes cantadas.
Con ‘Naiad Dreams’, el quinteto realiza un giro introvertido con espíritu pastoral, muy al estilo de las baladas acústicas de GENESIS (70-73) y, en general, el estándar del folk-prog. Los ulteriores ornamentos de teclado y los retazos de bajo y guitarra aportan momentáneos recursos de mágica orquestación. Los últimos 19 minutos del disco están ocupados por ‘Merry Macabre’, obviamente, una pieza diseñada para cerrar el disco por todo lo alto. Una breve introducción de piano signado por una solemne gravedad abre la puerta al primer motivo central, que es vivaz en su estructura pero ceremoniosa en su esquema melódico. Esta ambientación cobra fuerza cuando una segunda sección nos lleva por terrenos de otoñal niebla y arcana densidad, haciendo que la ceremoniosidad precedente se arrope con una relativamente inquietante aura de nocturnidad. Una nueva sección vira drásticamente hacia un fulgor vivaz y razonablemente jovial al cual la dupla rítmica brinda un swing jazz-rockero mientras los demás instrumentos gestan subterfugios sinfónicos notablemente ampulosos. Lo Yessiano y lo Genesiano se hacen muy presentes aquí mientras la trama multitemática sigue explayándose a su gusto en sus intercalaciones de pasajes vigorosos y otros contenidos. Definitivamente, es la dupla rítmica quien carga con la labor más compleja de todo el álbum al llevar a cabo la misión de hilar todos los aspectos de la incesante variabilidad de los recursos compositivos en curso. En la frontera de los 14 minutos y medio emerge un interludio parsimonioso dirigido por el piano que nos recuerda parcialmente a las secciones introvertidas de la primera canción del álbum, pero en el contexto de esta misma maratón, el piano aprovecha la ocasión para explayarse en un ejercicio de dramatismo claroscuro, siendo así que los ornamentos de sintetizador que entran a tallar en las últimas instancias del susodicho interludio marcan el camino para el ingreso de una nueva sección muscular y vivaz. Esta vez, la guitarra y el sintetizador se reparten los momentos de lucimiento virtuoso; lo que suena ahora es un híbrido de GENESIS y WHITE WILLOW, lo cual se traduce en un epílogo electrizante e impactante. Un final apropiado para este majestuoso puzle de laberintos prog-sinfónicos.
En fin, todo esto fue lo que la gente de WOBBLER nos ofreció en “Dwellers Of The Deep”, un disco muy importante para que la banda siga reforzando su bien enraizado lugar de prestigio dentro de la amplia foresta de la música progresiva escandinava actual. El repertorio contenido en este disco es un diseño perfecto para la quinta residencia retro-progresiva de WOBBLER, sobre todo ahora que ha recobrado nuevas energías en su expresividad musical. Los seguidores de la banda en cuestión, y en general, los amantes del prog sinfónico de vieja escuela, se sentirán complacidos al 100% con este nuevo álbum de esta excelente banda noruega.
Calificación: 9/10
César Inca
Lista de Temas:
1. By the Banks
2. Five Rooms
3. Naiad Dreams
4. Merry Macabre
Alineación:
- Andreas Wettergreen Strømman Prestmo / vocals, guitars
- Marius Halleland / guitars, backing vocals
- Lars Fredrik Frøislie / keyboards
- Kristian Karl Hultgren / bass
- Martin Nordrum Kneppen / drums
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