#Músicaparaelencierro. LightbulbSun nos trae un disco excepcional de Charly, acompañado ahora por Fito Páez, Pablo Guyot, Alfredo Toth, Willy Iturri, Daniel Melingo y Fabiana Cantilo, el tercer álbum en solitario del músico argentino fue publicado en 1984 e incluye algunas de sus canciones más conocidas: "Demoliendo hoteles", "Cerca de la revolución" y la hermosa "Total interferencia" que escribió junto a Luis Alberto Spinetta. Un disco que tiene sus décadas pero al mismo tiempo sigue siendo eterno, un pop rock bien elaborado y del bueno, y quizás uno de los mejores discos de Charly. Señoras y señores cabezones, arranca la magia, cierren los ojos y disfruten!
Artista: Charly García
Álbum: Piano Bar
Año: 1984
Género: Rock
Nacionalidad: Argentina
Año: 1984
Género: Rock
Nacionalidad: Argentina
No nos olvidemos de los aportes de nuestros colaboradores cabezones... otro disco que nos recuerda LightbulbSun. Para 1983, "Piano bar" era un concepto que Charly García venía almacenando en su mente durante varios meses. Incluso, estuvo por ser el título para "Clics modernos", otro fruto del azar, que apareció en forma de graffiti en una pared neoyorkina.
Piano bar es el tercer álbum de estudio en solitario del músico argentino Charly García, editado en 1984. Fue grabado en su totalidad en Buenos Aires y mezclado en el Electric Lady Studios en la ciudad de Nueva York. La revista Rolling Stone lo colocó n.º 12 en su lista de los mejores discos del rock argentino.1 La presentación del disco se realizó en el Estadio Luna Park. Las sesiones de grabación del disco quedaron registradas en el DVD Charly García Oro.Wikipedia
(...) Para las sesiones de Piano bar, Charly se hizo acompañar de músicos como Pablo Guyot en la guitarra, Alfredo Toth en el bajo, Willy Iturri en la batería ―la banda GIT, cuyo primer álbum sería producido por Charly― y Fito Paez en los teclados.
Desde sus vacaciones en Belo Horizonte, el músico arrendó un estudio, llamó a la banda y les pidió que lo fueran a buscar al aeropuerto. Willy Iturri, Pablo Guyot y Alfredo Toth esperaron firmes en Ezeiza, y cuando llegó Charly fueron al estudio sin siquiera dejar el equipaje en su casa. Una vez allí, decidió grabar inmediatamente.
"El método de grabación fue el siguiente: yo les daba una brevísima guía de cómo era el tema, sin muchos datos. Me preguntaban en qué tono, y yo les decía que tocaran lo que quisieran. La mano 'poné mi micrófono acá, que yo agarro el chinflún y vamos'. Esa es, un poco, la forma de trabajar de Bob Dylan y de Elton John: ¿qué tocás? Lo que tenés que tocar.
No te digo que todo quedó grabado en toma uno, pero las bases estuvieron en tres días. 'Cerca de revolución' está todo tocado en vivo en el estudio. Yo me ponía una vincha para que no se me cayeran los auriculares, y me movía para todos lados arengándolo a Iturri o cabeceándole a Guyot para avisarle que venía el solo. En ese tema, quedó grabado un error: cuando se resuelve el solo hay alguien que sigue en el mismo tono y parece que se cayera el edificio. Pero la onda del disco daba como para que esos errores formaran parte de la cosa".
Charly García
Una semana más tarde llegó Fito Páez a la grabación, justo para tocar sus partes de teclados y ayudar a Charly con los coros. Se encontró con la grabación muy adelantada. Para él, "Total interferencia" fue una gran sorpresa: la primera canción compuesta por Charly García y Luis Alberto Spinetta. Ambos gigantes mantuvieron una excelente relación desde que hicieron un recital juntos, con Serú Girán y Spinetta Jade en 1980, y terminaron con el Boca-River del rock argentino, pero en 1984 se acercaron muchísimo más, hasta el punto de querer intentar algo juntos. Nadie fuera del ambiente musical supo de esta unión hasta 1986, cuando tomó estado público la idea de hacer un disco en colaboración que nunca prosperaría.
"Total interferencia" fue compuesta un verano en una quinta que Charly había alquilado. Spinetta fue a visitarlo, Charly tenía su piano y le propuso que compusieran una canción. Acordaron roles y Luis producía lo que Charly generaba desde las teclados, indicándole una estructura y sugiriéndole partes. Crearon una maravillosa canción que fue destinada a ser el último tema de "Piano bar".
"Total interferencia" fue compuesta un verano en una quinta que Charly había alquilado. Spinetta fue a visitarlo, Charly tenía su piano y le propuso que compusieran una canción. Acordaron roles y Luis producía lo que Charly generaba desde las teclados, indicándole una estructura y sugiriéndole partes. Crearon una maravillosa canción que fue destinada a ser el último tema de "Piano bar".
En definitiva, el histórico Charly ahora con uno de sus discos fundamentales.
Y agradezcan a su amigo LightbulbSun, no sean maleducados.
Dias atrás, el 22/11 para ser precisos, según mis registros, se cumplieron 30 años de la salida de Piano Bar. El tercer disco solista de Charly Garcia, grabado en su totalidad en Buenos Aires y mezclado en el Electric Lady Studios en la ciudad de New York por Joe Blaney.El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)
El disco incluía en el lado 1
1 - Demoliendo Hotelesy en el lado 2
2 - Promesas sobre el bidet
3 - Raros peinados nuevos
4 - Piano Bar
5 - No te animás a despegar
1 - No se va a llamar mi amorY en la reedición del 2004, se incluyó como Bonus Track: Canción para mi muerte.
2 - Tuve tu amor
3 - Rap del exilio
4 - Cerca de la revolución
5 - Total interferencia
Revisando la discografía, podrá encontrarse que unicamente los temas "Tuve tu amor" y "Total interferencia" no volvieron a ser grabados en futuros discos de García, mientras que "Cerca de la revolución" volvió a ser registrada en 8 grabaciones posteriores.
Dos de las crónicas de la presentacion/critica del disco fueron publicadas anteriormente en éste blog, como breve introducción los invitamos a revivirlas:
Como una especie de deidades e iconos modernos, las estrellas del rock reflejan facetas exageradas de nuestras vidas, experiencias nuestras amplificadas que están a nuestro alcance, si es que las queremos comprar, en formato de un long play o un video, según la nueva tecnología impone.Raúl Molina - Publicado en la Revista Pelo en 1985
Charly García ya tiene su lugar en esa especie de Olimpo moderno que representa el estréllalo del rockanroll. Después de un comienzo musical adolescente pleno de rebeldía. García atravesó varias experiencias grupales menos mitológicas pero mucho más efectivas musicalmente.
A partir de su lanzamiento como solista, García apretó el acelerador y empezó a reflejar estilos con tanta rapidez que ayudó a definirlos. El problema siempre estuvo en la capacidad del público para absorber los cambios. Esta situación puso a García al borde de la esquizofrenia, derivando en las conflictivas situaciones que atravesó durante gran parte del año pasado.
García parece haber entendido que él choque frontal no es lo más conveniente en una sociedad atrasada y aletargada por lustros de represión, y prefiere mostrar su arte sin concesiones pero sin pirotecnia inútil. Por eso las noches de "Piano bar" estuvieron cargadas de mensajes a través de la propuesta, pero mostrando a un García contenido en su comunicación con la audiencia. En fin, mejor que evangelizar es convertir, y eso se logró plenamente en estos conciertos.
"Piano bar" es un disco donde la emoción y la necesidad de inmediatez superó la sofisticación sonora. García necesitaba comunicar antes que deslumbrar, conmover antes que extasiar. Y las noches de "Piano bar" tuvieron esa rara alquimia de éxtasis y emoción, deslumbramiento y comunicación, obra de una cuidada producción que aglutinó a talentos reconocidos como Renata Schussheim y Jean Francois Casanovas, quienes durante dos noches abrieron un "Piano bar", un refugio del arte y la locura, del dolor y la pasión reflejados así, en un espléndido music hall.
Después de varios años de tocar juntos, García y su máquina han conseguido una compenetración óptima, como para que cada canción tenga el envase adecuado, el celofán dentro del cual se envuelve el grito primal del cantante.
Estuvieron presentes la mayoría de los clásicos, los temas del último disco y un estreno. Este último fue una canción compartida con Luis Alberto Spinetta, quien despertó una de las más cerradas ovaciones de la noche, una respuesta adecuada a la imbecilidad de quienes en ese mismo lugar abuchearon a García.
Un año más, un disco más, un show más. Nuevamente Charly García cumplió con su rutina ofreciendo lo mejor de su creación y reafirmando la inalterabilidad de su propuesta, esta vez dentro de un marco excepcional. "Piano bar" trascendió el contexto de un show musical para transformarse en un espectáculo integral, un verdadero lujo para estos tiempos.
Hace pocos días se editó 'Piano Bar', el último disco de Charly García. El álbum es un trabajo crudo y caliente que refleja el actual estado del tecladista y que ratifica sus excepcionales dotes de compositor y productor. En la nota que sigue, Charly comenta 'Piano Bar' y analiza con optimismo el panorama musical argentino.
Tiene una botella de agua tónica a costado y un Marlboro en la mano. De su cintura cuelga un walkman con el último cassette de Prince. Lo están esperando Mercedes Sosa y Milton Nascimento para ensayar pero no tiene demasiado apuro. Todas las miradas del bar lo tienen como centro y eso es entendible. Pero a Charly no le preocupa. Pide un whisky 'para calentar la garganta', habla, se mueve, gesticula, se ríe. Está de buen humor y tiene ganas de hablar. Por eso no hace falta preguntar mucho. El '84 fue un año sumamente peculiar para él y, con las fiestas retumbando en el fin de año porteño, la oportunidad se presenta ideal para hacer un balance a fondo:
El corte sincrónico que propone la revista de rock nos permite ver a la distancia ese año como si fuera un tronco de árbol cortado, con sus vetas, sus anillos, además de recordar las vivencias de esa época, la naciente democracia, cuando la primavera política, cultural, social parecía crecer con fuerza y con esperanzas. Si bien, desde el presente, el disco de Spinetta y el del joven Fito Páez se destacan por calidad y potencia, Piano bar de Charly se eleva claramente sobre el resto, como si fuera de otra constelación; corresponde a 1984 pero da la impresión que Charly estaba en otro año, en otro lugar. A otro ritmo, en otra frecuencia.Marcelo Eckhardt
Es notoria la circulación entre músicos en los discos editados en ese año: los que tocan en Piano bar a la vez hacen banda (GIT) y editan su propio disco; el joven tecladista de Rosario, Fito Páez, también debuta como solista. Daniel Melingo de los Twist, toca en “Nacido en el 63”, Federico Moura produce el disco de Soda Stéreo. Hay un clima de fiesta, de apertura mental y corporal, de destape y de frivolidad luego de tanta oscuridad y represión por la dictadura. Parecía que emergía un nuevo país y se avizoraba el futuro. No es que Charly toque con un grupo de músicos aislados del resto; por el contrario, la comunidad de músicos del rock de esa época posee una fluida comunicación y se ayudan entre ellos. La diferencia de Charly, evidentemente, pasa por la forma en que piensa y siente la música y por el modo de componer sus letras.
El tiempo no solo cura las heridas, parece, sino también las obras de arte. El tiempo puede ser un corrosivo o también, el que las actualiza y las potencia (el presente se vuelve futuro, el pasado es presente); es el caso de Piano bar: es un disco actual (y en esto se diferencia de todos los otros que quedaron “atrapados” en su época, en el momento, en las modas). Aún desacomoda (imagínense cómo sonaba en las orejas aletargadas de la joven democracia). Su sonido, los arreglos, y las letras, aún no desentonan en el presente (lo mismo ocurre con otros grandes discos del rock nacional: Artaud de Spinetta, Manal, Oktubre de los Redondos, Divididos por la felicidad de Sumo, Patria o muerte de Don Cornelio en la zona, etc.).
Charly no es plano, nunca. Piensa relaciones. Y sus letras están hechas de sentimientos encontrados, canta: “Ahora no estoy más tranquilo, / y por qué tendría que estar / todos crecimos sin entender / y todavía me siento un anormal / Hoy pasó el tiempo, demoliendo hoteles”. También: “yo que crecí con los que estaban bien / pero a la noche estaba todo mal”. O sino: “me siento solo y confundido a la vez”. No resuelve las contradicciones sino que las expone: “Porque me tratas tan bien, /me tratas tan mal / sabes que no aprendí a vivir. / A veces estoy tan bien, / estoy tan down. / Calambres en el alma, / cada cual tiene un trip en el bocho / difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo”. Por eso, además, Charly se traviste de una figura lateral porque quizás intuye, entiende que solo se puede morigerar un dolor profundo del pasado que no cicatrizará en el futuro: “ya no quiero criticar / sólo quiero ser un enfermero”.
Pablo Schanton escribe sobre Piano bar: “¿Por qué no es capaz de abrazar y abrasar la esperanza política, como otros rockeros que aportan el necesario “poptimismo” a la coyuntura, a bordo de sus Tirá para arriba, Hay que salir del agujero interior o No se desesperen?” No es que sea pesimista o negativo, todo lo contrario: “Y si trabajás al pedo / y estás haciendo algo nuevo, adelante” canta. O también: “no elegí este mundo, pero aprendí a querer”. Un paso adelante pero viendo hacia atrás también, así se para Charly García en su presente. Piano bar es un disco que “construye el presente” cantándole al pasado (Demoliendo hoteles, Tuve tu amor, Rap del exilio), y al futuro (Promesas sobre el bidet, Cerca de la revolución). Una revolución, un exilio latinoamericano con su emergencia en una Nueva York creativa donde se ubicaría el utópico Piano bar, al filo de un cambio radical que nunca acontece, donde “Y si mañana es como ayer otra vez / lo que fue hermoso será horrible después”.
Charly García se dirige a alguien como él, un contemporáneo con el que nos identificamos. Nos interpela, nos provoca, nos hace pensar y nos invita a abandonarnos en el placer de la música que alivia los dolores primeros, los que no se amortiguan con las modas de “los raros peinados nuevos”. La música cura y el artista solo nos puede ayudar a estar mejor, como un enfermero del alma que desconfía de un saber demasiado alto y alejado de lo que siente realmente la gente: “si estas palabras te pudieran dar fe, canta Charly, si está armonía te ayudara a crecer, yo sería tan feliz, tan feliz, en el mundo, que moriría arrodillado a tus pies”. De la euforia de “Demoliendo hoteles” o “Rap del exilio” a la depresión de “No te animás a despegar”, Piano bar es arrollador, de comienzo a fin, a treinta años de su edición goza de actualidad, y sigue demoliendo los hoteles del tiempo.
Y agradezcan a su amigo LightbulbSun, no sean maleducados.
Lista de Temas:
1. Demoliendo hoteles
2. Promesas sobre el bidet
3. Raros peinados nuevos
4. Piano Bar
5. No te animás a despegar
6. No se va a llamar mi amor
7. Tuve tu amor
8. Rap del exilio
9. Cerca de la revolución
10. Total interferencia
1. Demoliendo hoteles
2. Promesas sobre el bidet
3. Raros peinados nuevos
4. Piano Bar
5. No te animás a despegar
6. No se va a llamar mi amor
7. Tuve tu amor
8. Rap del exilio
9. Cerca de la revolución
10. Total interferencia
Alineación:
- Charly García / teclados, guitarra, efectos y voces.
- Fito Páez / teclados y coros.
- Pablo Guyot / guitarras.
- Alfredo Toth / bajo y coros.
- Willy Iturri / batería.
Músicos invitados:
Daniel Melingo / saxo
Fabiana Cantilo / voces
Gracias Moe! Otro que tuve en vinilo y hasta ahora ya solo escuchaba en mp3... Y es de los que más les gusta a mis hijos!
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