Hoy les presento a Francisco Lequerica. Uno de los 3 compositores sinfónicos nativos y activos de la ciudad de Cartagena, Bolívar (Caribe colombiano) que con mucho gusto accedió a una entrevista para el blog cabezón, en la que en un principio buscaba tratar y promocionar su último trabajo titulado "Summon", pero la ocasión misma nos llevó a hablar sobre diversos problemas a través de una serie de observaciones brillantes propias de un artista mayúsculo acerca de la situación del escenario artístico actual, la labor creativa de un músico auténtico, y sobre cómo es vivir entre la batuta y el rock.
Hablar de Francisco Lequerica, es referirse a un artista en un sentido bastante amplio con una consciencia crítica, social y rebelde en contra del 'status quo'. Pues este compositor en el sentido estricto de la palabra, director de orquesta, pianista, novelista, poeta y pintor lleva el eclecticismo como bandera, ya que en su haber no sólo reposan obras propias de la escena sinfónica y contemporánea como el poema sinfónico "Balsa Muisca, Op. 48", la última obra como estudiante de conservatorio "Sanatorium, Op. 29" en donde toma como punto de partida la crítica de los surrealistas a la psiquiatría y la experiencia autobiográfica, en un tono cercano a Fausto Romitelli y a Schnittke, o el aclamado "Pickó Brevis", que viene siendo una especie de resumen de lo que fue el histórico "Pickó Sinfónico" en donde lleva por primera vez a la champeta (música popular de la ciudad de Cartagena) a codearse con la música académica, sino que también ha liderado proyectos de Rock progresivo y Avant-prog como 'Concorde Crash'. Banda gestada durante su estancia en Canadá, con la que grabó un solo disco lanzado en 2005 llamado "19 impeccables sutures". Considerado hoy por hoy como una de esas rarezas inconseguibles en el mundo del Prog. Así mismo, ha recorrido los caminos del Jazz, el Bossa nova, el Grunge que lo poseyó en su adolescencia, el pop, lo experimental, y la fusión. Esto último lo demuestra a la perfección en su último lanzamiento salido en medio de la cuarentena y el aislamiento. Un EP de 8 canciones que tituló "Summon", del que vamos a tratar un poco en la entrevista a continuación. En este EP se presencia un juego con el electro-pop, acompañado de disrupciones 'violentas' con una base lo-fi dadas las limitaciones de equipos y herramientas para grabar. Sin más que añadir luego de esta presentación breve, los dejo con la entrevista:
¿Bajo qué concepto y qué condiciones ve la luz "Summon"?
'Summon' es un álbum de Lo-fi que nace un poco bajo el concepto de la música de protesta. En él se puede ver que hay varios sencillos relacionados tanto con el paro nacional en Colombia a fines del mes de noviembre del año pasado como con temas de la administración distrital. Incluso hay un par de canciones que hacen referencia al manejo de la crisis de la pandemia del COVID-19 por parte de Donald Trump, en donde vemos todo este fundamentalismo anti-máscara, anti-vacunas, etc.
Te comento también que tiene algo que ver con una especie de continuación de un trabajo que vengo haciendo hace rato. Si ves en mi canal, hay tres EP precedentes que son bastante diferentes entre ellos. Está 'Love for pedestrians', otro que se llama 'Eeyore', que es un personaje de Winnie the Pooh (risas), y el que antecede a "Summon" que se llama 'Renacimiento'. Quizás 'Summon' tiene algo de todos estos discos. Y es también una continuación del trabajo que yo arranqué con 'Efebo Zambo'. En 'Renacimiento' hay muchas canciones que quedaron en el tintero de este proyecto por así decirlo, porque nos quedamos con el sencillo dedicado a "Transcaribe" y no hicimos nada más. Yo creo que 'Summon' nace, además del hecho de darme cuenta que esa fórmula de música protesta no existe de todas maneras en el 'mainstream', de una inquietud creadora constante, a pesar de las limitaciones, como no tener un buen equipo, no tener estudio, ni disponer de un buen micrófono. Eso ya lo convierte en una estética. También hay elementos de pastiche, imitando otros estilos y paradigmas estéticos que a la vez se mezclan. Por ello encuentras expresiones más cercanas al Soul, al house, al dance, incluso el reggae, y todo lo que es el rock y el electro-pop. Después de todo hay cierta diversión en no parquearse en un estilo determinado, sino más bien explorar el paisaje estilístico como otro parámetro más de variables.
De acuerdo. El salto de "Love in me" a "Peatón violento" es una muestra de lo versátil que es el EP. No sé si soy yo pero ahora que mencionas el electro-pop y rock, en 'Love in me' no puedo evitar pensar en David Bowie. ¿Es cosa mía o sí hay una influencia por ahí de este?
Claro, y no solo el salto estético a secas entre "Love in me" a "Peatón violento" (que evidentemente es muy violento como el peatón de la canción), sino que también, si te das cuenta, y eso me lo curré bastante, inserto un salto que hace ese "clip" como si fuera un cassette viejo anunciando la disrupción que viene a continuación. He estado imitando mucho dentro de las posibilidades limitadas del lo-fi precisamente esa estética casera, antigua, de esa tecnología que era humana, analógica.
Respecto a Bowie, siempre he sido un grandísimo admirador hasta 'Blackstar', que me parece una profecía absoluta. Además que si lo ves a la luz de lo que está pasando hoy en día cobra todavía más sentido. Bowie era un visionario que nunca tuvo fronteras en su creación. Su influencia no está de manera consciente, pero seguro que inconscientemente sí. "Love in me" nace de una canción grunge muy vieja de los años 90's llamada "Hole in me". Un tema que hice e interpretaba acompañado de un grupo universitario en Inglaterra. El estribillo de esta canción ha estado siguiéndome unos 25 años, y entonces decidí que era momento de hacer algo con eso. Fue así que lo transformé para usarlo en este tema que es totalmente diferente a "Hole in me", que eran mayormente gritos 'grungeros'. Otro de los pastiches del tema es el 'Dance gay', ya que hay algo de esa estética 'drag queen' que busca un poco vengarse del oprobio que ha sufrido, y así armarse de dignidad. Me pareció también adecuado arroparlo un poco con el Glitter, con esa música que se escuchaba en las discotecas 'gays' de Montreal, a lo David Guetta, pero obviamente con una estructura más grande y compleja que eso.
Ahora que hablabas de ese lado contestatario al inicio de la conversación, que por cierto, es muy marcado en ti, y que en este 'EP' se ve muy explícitamente en temas como 'de armas tomar' y 'no es un animal' que son claras alusiones a la situación actual de Colombia, me pregunto, ¿Se podría a decir que esa actitud es protagonista en la vida artística de Lequerica?, es decir, ¿Se podría decir que una de las fórmulas de tu obra es la protesta?, ¿O esa rebeldía va más acorde con el sentido 'zappiano' de la palabra?
"..en mi época de 'Concorde Crash' nos compararon mucho con Frank Zappa..."
Eso es una buena pregunta. Yo creo que siempre ha habido un lado bastante contestatario en lo que he hecho. En la etapa de 'Concorde Crash' por ejemplo, las letras son muy de protesta. Dada la época, estas eran relativas a los eventos de aquél momento, como la segunda invasión a Irak ocurrida en 2003, y pues, nosotros estábamos sacando canciones relacionadas a eso, y desde luego también a la situación canadiense de aquél entonces. Entonces sí, creo que existe un hilo conductor en esa faceta, pero me sentiría incómodo con la etiqueta de músico protesta porque, como sabes bien, mi producción musical principal es la sinfónica, y en ella, si bien hay un componente de rebeldía, inconformismo e iconoclastia, creo que también hay muchas otras cosas más allá de eso.
Ahora bien, yo me considero más fan de la etiqueta de 'Zappa', sin querer igualarme al gran maestro, por supuesto, porque Frank Zappa ante todo fue alguien que usó el arte en todos sus parámetros. Usó la música sinfónica, el jazz, la electrónica que nacía por esos tiempos con el Synclavier, usó el rock bien entendido, usó el reggae, la ópera y lo que fuera.. cualquier cosa que le cayera entre las manos era una herramienta. Y en mi época de 'Concorde Crash' nos compararon mucho con Frank Zappa por esas pocas ganas de compromiso que teníamos estéticamente. Tomar al rock para protestar es algo que me viene de la tierna infancia y juventud. Yo tenía un profesor de historia llamado Jonathan Gray que nos enseñó muchas cosas, y una de las cosas que nos mostró fue 'Woodstock'. La manera en que nos mostraba las canciones de 'Woodstock' relativas a la situación de Estados Unidos, a la guerra de Vietnam y esas cosas me llevaron a relacionar el acto de tomar una guitarra con un sentir de reivindicación. Recuerda que yo soy pianista ante todo, y que desde el principio de mi experiencia con el rock y la música popular por así decirlo, ha sido casi siempre o bien con una guitarra, o con teclados (piano eléctrico, sintetizador, etc). Eso desde mi entorno inmediato siempre fue visto como un acto de rebeldía, porque yo tenía que ser un concertista, un pianista clásico. Y heme aquí tocando canciones de los 'Sex pistols' a los 16 años. Estas son cosas que ya de por sí representaban un rompimiento con la tradición, como una especie de espíritu rebelde.
De todas formas la canción protesta resulta un medio directo para mí, ya que sin premeditarlo o quererlo, he sido una persona muy controvertida en muchas de mis opiniones. También hay mucho de eso en lo que yo considero que es el rol del artista. Como bien decía el poeta, músico y escritor quebequense Félix Leclerc, el verdadero artista es el que molesta. Un artista que no molesta no está cumpliendo de manera eficaz su función principal. Yo me preocupo mucho por la función del artista vista desde ese ángulo, sobre todo en un tiempo de profunda desigualdad. En una sociedad como esta, veo seriamente comprometida la posición del artista como 'artista y nada más'. Creo que el artista, más en un contexto de desigualdad como el latinoamericano, tiene una herramienta y una enorme responsabilidad para con esas desigualdades. Tiene que por lo menos hablar de ellas, no estar eternamente encerrado en sí mismo, ni tampoco vendido en cierto modo a nociones vagas como vivir haciendo 'baladitas de amor', que no están mal, pero ya hay millones de ellas, y yo creo que la idea de crear o hacer algo como artista, es buscar un impacto inmediato. Fíjate que muchas de mis canciones de estos últimos proyectos han tenido acogida en redes no precisamente por su calidad musical, que después de todo el Lo-fi no resulta atractivo para una mayoría en una época de industria, sino por su planteamiento esencialmente de protesta. Entonces sí, me identifico más con Zappa, que precisamente estaba sistemáticamente en contra de las etiquetas, y que al final resultaba ser bastante conservador, que con la simple etiqueta de estrella del rock protesta.
Conociéndote, estoy absolutamente de acuerdo con lo de la etiqueta 'zappiana'. También eso de vivir entre la complejidad de la música académica y la rebeldía y libertad que hay en el rock a la hora de componer como él mismo decía.
Totalmente.
Ahora, hay algo que siempre me ha inquietado, y más siendo testigo de un caso directo como lo es el tuyo, ¿Cómo es posible que alguien con tanto material, versatilidad y contenido como se refleja en tus obras tanto sinfónicas como en aquellas pertenecientes a las distintas corrientes de la mal llamada 'música popular' en las que has creado, este a la merced de tantas limitaciones a la hora de ejercer su rol de artista? Limitaciones claramente no en el sentido creativo, sino en cuanto a la disposición de las herramientas necesarias tales como equipos de grabación, espacio de difusión, etc.
" ..aquí no hay cultura general para poder apreciar lo que no sea entretenimiento..."
Creo que ahí diste en el clavo. Esa es la pregunta clave efectivamente. ¿Cómo es posible que con todo esto que uno explora y logra, con buenos resultados a pesar de todo, esas dificultades perduren?.
Primero partamos de la lógica neoliberal, y digamos que es culpa mía. Por una vez vamos a plantearlo así. Es culpa mía porque a mí no me da la gana de hacer ciertas cosas que a mí me parece que desnaturalizan o desvirtúan el trabajo creativo que estoy operando. Y esto creo que es una estrategia a muy largo plazo, de siglos quizás. No tanto con el rock en mi caso, sino más con la música sinfónica. De ahí parte mi afán por alcanzar una proficiencia técnica en la región, para que también se dé una comprensión sobre la obra y lo que es la música sinfónica.
Ahora, pasando a lo que realmente pienso que pasa, y partiendo de lo dicho anteriormente, aquí no hay cultura general para poder apreciar lo que no sea entretenimiento. Segundo, cada vez que la ha habido, los gobiernos de turno que están a su vez sumidos en la ignorancia cultural, estética y técnica en general, que además, si te das cuenta siempre son abogados o empresarios, han entorpecido los avances. El arte aquí históricamente se vio como un simple pasatiempo. Todo el mundo pintaba un poquito, escribía sonetos un poquito, tocaba el piano un poquito, pero todos ellos eran realmente banqueros, empresarios, abogados, ganaderos, profesores técnicos y de magistrado, curas y políticos. Y nosotros desafortunadamente hemos heredado esa forma social de lo que yo llamo el 'postfeudalismo'. Y esto ha calado en los dos lados de la ciudad desafortunadamente.
¿Cómo es eso de "los dos lados de la ciudad"?
"...hay una grave confusión entre lo que es el entretenimiento, el ocio, y el arte o la expresión artística seria..."
Una sociedad como la cartagenera está dividida en dos campos bien definidos desgraciadamente. La brecha de desigualdad es profundamente notoria. Y si te das cuenta, por razones diferentes estos dos grupos poblacionales en cuestión, están sumidos en una pobreza semántica gravísima. Los pobres generalmente la han sustituido por retazos de sus memorias raizales, con influencias deformadas del mundo gringo a través del beisbol, la música y la cultura popular, y así se ha creado una semántica paralela. La champeta es un gran ejemplo de ello, ya que es una síntesis de elementos previos existentes que cobran una nueva significación cuando están enraizados en una nueva realidad como la nuestra, y entonces se convierte en algo nuevo y propio de nosotros. Eso hablando de los pobres. En cuanto a los ricos, ellos no tienen idea alguna, ni ha habido una evolución realmente en la semántica de ellos desde la época de la colonia. Ellos siguen, y de hecho cada vez menos, practicando ese arte de boludos y pendejos, el 'arte hobbie'. Y ojo, el problema no es que hagan arte hobbie, el problema es que pasen de hacerlo solo en sus casas a llevarlos a valer dentro de los comités ejecutivos, y que de repente de esta forma se conviertan en aquellos que manejan Bellas Artes o los procesos artísticos diversos de la ciudad.
Entonces, por un lado se aferran a las raíces y no se permiten evolucionar, y por el otro tienes a esta gente que no entiende siquiera lo que significa una orquesta sinfónica. Porque esta gente no se dedica a escuchar Mahler o Bruckner, ni entiende qué puede hacer una orquesta sinfónica en cuanto a su capacidad de transformar vidas o llevarnos adelante en la historia. Mucho menos comprenden la influencia que puede tener una obra de arte bien hecha con una herramienta clave como lo es la música sinfónica. Estos son planteamientos fuertes porque aquí hay una grave confusión entre lo que es el entretenimiento, el ocio, y el arte o la expresión artística seria. Cuando digo 'expresión artística seria' me refiero a su factura técnica, el conocimiento de las referencias. Porque una expresión artística seria puede ser una comedia, que por más que te estés partiendo de la risa, sigue siendo una buena obra de arte si es el caso. El tema de aquí es que esos dos polos poblacionales adolecen de una formación estético-semántica que les permita entender cosas como lo que hago yo, o lo que hacen personajes de la ciudad que quedan sueltos.
Otra razón por la que no van las cosas es porque aquí hay un sistema de corrupción generalizada, en donde la gente no usa la honestidad. Es decir, yo soy un 'loco' según la acepción costeña, como lo digo en mi novela "Bailar con rebeldes": loco es el que se atreve a decir las verdades aquí. Y es que yo nunca he tenido nada que perder. Vengo de una familia bastante adinerada con la que no compatibilizo, y por ello me encuentro apartado. Estoy atrapado de una u otra forma entre esas dos 'Cartagenas' y me he encontrado con una falta de representación 'dentro' de esa 'Tercera Cartagena'. Por ello me ha tocado crear un universo de cosas. Me he metido en la literatura, el rock, en todo esto que hay en el 'Summon', y evidentemente en todo lo que es música de cámara, música orquestal, música sinfónica de varias denominaciones con un factor caribe en muchas ocasiones, intentando erigir así un estilo, una técnica, un enfoque y una semántica que nos pueda ayudar a crecer a todos. Lamentablemente, es evidente también que esto no interesa cuando tú ves que la gente está pendiente a canciones tontas, que aunque muchas veces aceptan que son una porquería, les encantan. Ninguno de ellos se exige a sí mismo un nivel cultural más elevado todos los días como lo hacemos tú y yo, al igual que otras personas que también lo hacen, y como los artistas en los países con mayor conciencia propia tienen claro que es su deber, es decir, tienen una responsabilidad con esto. Aquí el problema es que hay unos huecos, unas lagunas inmensas. Y por si eso fuera poco, son lagunas que viene a llenar cualquier 'pendejito', o cualquiera que practica un hobbie más o menos y dice "ay, a mí se me da medio bien esto" y entonces se entrometen por ahí. Por eso hay que tener mucho cuidado a quién llamamos artista.
Teniendo ese panorama tan crítico, ¿Cómo ves la escena rockera y sinfónica en la región?
El escenario rockero es virtualmente inexistente. Aquí lo que pasa es que no hay tanto aprecio por el rock, porque este no se vendió a la industria de la misma manera. A mí me parece que el mejor "rock rock" de aquí es el que está haciendo Fabián Tous. Puedes escuchar su último tema llamado "mujeres", ¡Qué cosa tan bella! Y es que ese tipo todo lo hace con el corazón, no siguiendo fines mercantiles. Hay muchos jóvenes que están operando alrededor del rock, pero considero que son aproximaciones. Aquí el rock es de implante, y normalmente se ha visto como algo para entretener, desproveyéndolo de su sentido artístico y contracultural. Uno es rockero si lo lleva en el alma, y a mí en eso me ayudó el haber crecido en países y en épocas en donde el rock era más prominente. Incluso aquí lo era, se escuchaba más rock, merengue, etc. Quizás lo que pasa hoy es un reflejo de que ya es una 'música de viejos', algo que ya no le está llegando a los jóvenes. Lo sinfónico, ni te digo. Empezando por que aquí estamos en el nivel cultural de querer confundir lo sinfónico con lo clásico, eludiendo la grandísima explosión de diversidad musical que hubo en el siglo XX, y en esta primera quinta parte del siglo XXI que hemos vivido. Sobre todo hoy que el crossover entre los géneros ha logrado unas cosas impresionantes, inclusive entre esos dos géneros que mencionas. Pero aquí no, aquí no ha habido todavía un nivel técnico ni cultural para poder asimilar la estética desde una subjetividad referenciada, y ese es justo el problema, que analizamos desde una subjetividad democrática. Es decir, cualquier aparecido que no sabe por dónde va la cosa, viene y opina debajo del cuadro de la 'Mona Lisa' y dice "esto está mal, mi sobrino pinta mejor", y es válido porque "es su opinión y es un ser humano".
Y ya para terminar, ¿Ves cerca o posible un retorno al rock progresivo?, ¿Seguirás con los lineamientos vertidos en "Summon"?, es decir, ¿Qué tienes pensado para la posteriedad?
Pues últimamente estoy escuchando hasta "trap". Los que he escuchado tampoco es que tengan tanto talento, pero me he estado concentrando un poco en esas cosas porque me doy cuenta que ya estoy viejo (risas), y llevo mucho tiempo sin escuchar lo que la gente escucha. Y entonces, a veces hay alguna canción que escucho y me pongo a pensar en lo osado que sería meterme a hacer algo que no tenga nada que ver conmigo, todo esto en broma, como algo satírico. Y ya yendo más a la pregunta, sí tengo pensado para el futuro hacer algo desde el 'mid-fi', para que no sea ya 'lo-fi', pero tampoco algo tan exigente como un gran estudio. Te diría que sí va a haber un interés, si no es por lo progresivo, por lo menos por progresar musicalmente. Creo que una de las cosas que más me ha estado llamado la atención en esto del lo-fi y el uso de computadores es ese sonido funk setentero, un poquito con sonido Philadelphia, a lo Barry White, con violines altos, cornos, saxos. Todo eso desde este medio. Quizás con otros ya me tramaría hacer otras cosas más electro, más trap. Yo creo que la idea es no quedarse quieto en ningún momento, y experimentar con diversas fórmulas. La búsqueda de fórmulas debe ser en pro a una exploración de sonidos que lo lleven a uno a crecer y desarrollarse dentro de la diversidad musical. Un buen ejemplo de ello son The Beatles, que supieron adaptarse a los distintos cambios de la época, reaccionando muy bien ante la industria. Otro puede ser Radiohead, un grupo con tremenda personalidad que perfectamente pudo quedarse unos 10 años seguidos con la fórmula de "The Bends", que es considerado como uno de los mejores álbumes de los 90's en el ámbito de la música Pop, y sin embargo optaron por seguir evolucionando y explorando con otros sonidos.
El mismísimo Steven Wilson, que tanto molestó a un gran grupo de seguidores de la escena progresiva con sus últimos trabajos "poperos" y "electrónicos"
(Risas) Hay muchísimos ejemplos de eso, y es en ese sentido en el que yo me suscribo. No en el de buscar fórmulas con miras a la rentabilidad, encontrar una que sea exitosa y luego quedarme ahí lo que dure de 'moda' esa fórmula en cuestión.
Bueno 'Pacho', ha sido un placer tener esta charla. Muchas gracias y a seguir 'molestando' con el arte.
Muchas gracias a ti también. Que Georg Friedrich Händel te bendiga (risas). Un gran saludo a la gente de Cabeza de Moog.
Para finalizar, aquí les dejo el EP 'Summon':
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