Fragile es un disco bisagra en la historia de YES, a partir de acá todo siguió en ascenso y vinieron Close, Tales, Relayer y todo lo que ya conocemos, musicalmente es tan especial que modificó de alguna manera todo el panorama estético/musical que se venía dando en el género y dejó una huella imborrable en el panorama más progresivo.Mago Alberto
Todo el feeling de Steven Wilson se pone de manifiesto y cuando en la mezcla original algun efecto o sonido en particular se encontraba ajeno al oído, este buen señor te lo ubica en el espacio correcto para felicidad de los mortales. Los que son seguidores de la banda y se conocen de memoria esta obra, van a ponerse atentos a un material que hoy luego de muchísimos años vuelve para modificar lo mas profundo del código genético humano.
Este tipo de material en realidad no necesita mucha reseña porque los amantes de YES ya saben con lo que se van a encontrar, trae bonus tracks también remixados por Wilson, para los púberes se los recomiendo particularmente quizás con la misma efusividad de Jack Black en Escuela de Rock, aunque en este caso esta es la Escuelita de Moe (con un director tan corrupto como nunca se ha visto).
Así que cabezones y cabezonas vamos rapido a los bifes ¡que se enfria!.
Los elementos se conjugan con exquisito gusto: La música clásica de "Cans And Brahms", el jazz extremo de "Five Per Cent For Nothing", el contrapunto de "Long Distance Runaround", la experimentación vocal de "We Have Heaven" y el rock sincopado de "Roundabout". Todo para terminar con una de las piezas más inquietantes de toda la historia del rock progresivo: "Heart Of The Sunrise", un absoluto clásico para mantenerse en la memoria por generaciones.
En un lejano 1971 en un mundo aun convulsionado por la década anterior y en plena transición en todos sentidos desde lo económico, cultural y social, 5 músicos ingleses inmiscuidos en este ambiente transicional lograron en sus propios términos explotar su intelecto artístico y llevaron la música, en especial el rock a nuevas alturas de expresión, composición y genialidad.
Fragile de Yes, es nada más y nada menos que un disco icónico, una referencia contundente de lo que llamamos Rock Progresivo. Es considerado por fans, expertos y músicos como uno de los mejores álbumes de prog y en general de la música contemporánea. El disco fue lanzado el 26 de noviembre de 1971 en Reino Unido, en Estados Unidos fue lanzado a inicios de 1972, ya que su anterior álbum “Yes Album” obtuvo una gran aceptación en la unión americana y por ello decidieron esperar a lanzar Fragile.
El tiempo de lanzamiento entre “Yes álbum” y “Fragile”
fue solo de ocho meses, una ventana realmente pequeña para crear una
obra de estas magnitudes. Lo cierto es que para aquella época ya se
sabía de qué eran capaces estos músicos, Anderson, Howe , Squire y Bruford. Ya se habían ganado su reputación en el medio y “Yes álbum” fue el cimiento de lo venidero, canciones como Starship Tropper y Yours is no Disgrace solo fueron un gran preludio de la grandeza de Yes. Sin embargo faltaba un factor más a la ecuación y ese factor se lo dio el majestuoso Rick Wakeman en los teclados. Wakeman le dio el empujón que necesitaba la banda para alcanzar nuevos conceptos musicales y artísticos. Fragile fue su primera colaboración con Yes,
un debut soñado para cualquiera. Su virtuosismo y su capacidad de
composición, además de su sonido característico agregando secciones de
piano clásico, usando el Mellotron para arropar con efectos las
canciones, impulsaron aun más un de por sí Yes muy acostumbrado a lo sinfónico.
El álbum lo podemos dividir en dos secciones, tenemos por una parte
las composiciones en conjunto las cuales son cuatro y las composiciones
individuales que son cinco.
La pieza que abre el disco “Roundabout” es quizás
la canción más popular de la banda y la que le abrió paso a la fama
mundial y especialmente en los Estados Unidos, un hit que nadie
esperaba, pues esta canción icónica fue pensada por Howe
como una suite instrumental de guitarra, por ello el inicio famoso de
guitarra acústica con esos armónicos icónicos, aunado a un intro de
piano puesto en reversa en la pista de grabación.
Son ocho minutos puros de progresivo, va zarpando entre modos y emociones, desde su riff juguetón y la voz alta de Anderson, al momento donde se desglosa el riff con tintes pesados mientras en el fondo se escuchan las percusiones machacantes de Bruford.
Líricamente fue inspirada por un viaje en Escocia, mientras la banda viajaba en una Van, Anderson noto que en el camino se encontraron con al menos unas 40 “Roundabouts” (Glorietas), era un día nublado y las nubes tapaban la montañas, tan solo estas pequeñas observaciones, recayeron en una serie de anotaciones por parte de Anderson y de ahí surgió la letra minimalista.
Para ahorrar tiempo y dinero en el estudio, Bruford sugirió usar la fuerza compositiva y las ideas de cada uno de los miembros de la banda en canciones individuales. Así entonces se escribieron y grabaron estas pequeñas piezas con un enfoque distintivo. “Cans And Brahms” es una pieza clásica de Johannes Brahms con arreglos de Wakeman. “We have Heaven” fue escrita por Anderson, son varias interpretaciones vocales del mismo Anderson sobrepuestas en la grabación para darle ese efecto coral. “Five per Cent for Nothing” y “The Fish” son las piezas de Bill Bruford y el enigmático Chris Squire. Y la última pieza individual la encontramos con Steve Howe, una suite de guitarra clásica muy conmovedora y estilísticamente genial.
Además de Roundabout, la fuerza grupal se hizo presente en “South side of the sky” que da inicio con el soplo del viento y luego una serie de redobles de Bruford. Una canción olvidada por la banda muchos años hasta que a inicios de los 00`s fue integrada sus presentaciones en vivo. Lo cautivante de esta canción es el breakdown de piano que poco a poco va evolucionando a una serie de notas que se repiten una y otra vez mientras en conjunto se crea un coro de acompañamiento, simplemente asombroso, como se construye una sección de piano a una fuerza mayor musical que penetra y se siembra en tus oídos.
Y finalmente el álbum concluye con la obra maestra y un himno sin duda del progresivo una marca esencial de este subgénero musical que tanto amamos, hablamos de la asombrosa “Heart of the sunrise” es prácticamente la esencia del progresivo, tiene los elementos que bandas futuras y músicos usarían. Es un viaje de 10 minutos que condensa lo sublime de Yes, sus vaivenes de arriba hacia abajo, riffs que ascienden y descienden, cambios de métrica repentinos y esos silencios forzados son la majestuosidad de esta canción.
Abruptamente guitarras y bajo inician el riff de subidas y bajadas, sientes esa adrenalina fluir y cuando pretendes explotar, cae en un Groove de bajo con esos silencios forzados mencionados, mientras batería y bajo se unen, en un fade in el riff de guitarra principal se cuela poco a poco hasta volver a retomar la inercia inicial con aun más vaivenes. De golpe la transición nos lleva a la suave y delicada voz de Anderson complementado con el sórdido órgano de Wakeman. Es icónica y magistral en todos los cilindros que apreciemos, su característica principal esas transiciones abruptas y otras anunciadas, los cambios de métricas al por mayor y una frase final “Lost in the city” conmovedora y lapidaria para dar final con la misma fórmula inicial y de golpe terminan 10 de los mejores minutos en la historia del rock.
Fragile no solo obtuvo grandes ventas y reconocimiento mundial, obtuvo la credibilidad y la admiración de muchos, demostró que el rock progresivo era un movimiento significativo, que buscaba la música como estandarte y liberación, no era una simple banalidad o un medio para hacer dinero, era el arte por el arte y lo más importante dejaron una marca imborrable en la historia, músicos de esta era y de décadas pasadas fueron influenciados por la complejidad y la vez simpleza de Fragile un disco que explotó en la radio sin tenerlo en cuenta y cimento las bases de la mejor época de Yes y del rock progresivo en general.
Como bonus la portada fue hecha por el diseñador e ilustrador inglés Roger Dean , está fue la primera creación que hizo para la banda y el inicio de una longeva relación artística, no solo la música se hizo emblemática sino también el arte de portada e interiores que le dieron un reafirmamiento mayor de reconocimiento ante el público. Completaron un todo que transmite al oyente esa sensación de viaje fantástico y Dean fue el encargado de compartirnos está dualidad entre la ilustración y la música.
Como otro bonus el disco es mencionado en la película “Escuela de Rock” (2003) mientras El Profesor Schneebly reparte discos de rock emblemáticos a los chicos, el alumno encargado de tocar los teclados le es dado Fragile.
Yes es uno de los íconos clásicos no solo de la música progresiva, sino también de la música de los tempranos 70's. Innovadores, ayudaron a crear, junto a ELP, Camel, Génesis y demás, ese hermoso sub-género que es el "Progresivo sinfónico". Un elemento clave para la conformación del sonido de Yes es la ductilidad y habilidad de sus instrumentistas: pocos bateristas han llegado al nivel de Bill Bruford (en yes hasta fin del 72), pocos cantantes masculinos tienen una voz tan dulce de soprano como Jon Anderson, Chris Squire, es un bajista de sesión y un innovador para la época en su instrumento, además uno de los mejores teclistas del progresivo, como Rick Wakeman y el genio (de por si los otros 4 lo son), el enorme y técnico guitarrista Steve Howe. Formación gloriosa si las hay.
"Fragile" es un disco clásico, histórico.
El disco es un pilar en la escena progresiva desde siempre. El disco está compuesto, por así decirlo, por 3 grandes temas principales: "Roundabout", "South Side of the Sky" y "Heart of the Sunrise" (además de "Long Distance Runaround".) y un tema en el que cada músico muestra "algo" de lo que puede hacer, resaltando espectacularmente el célebre "Mood for a day" de Steve Howe.
El sonido característico de Yes está en este disco, como en su antecesor y su predecesor. La excelente voz de Anderson llegando increiblemente arriba sin necesidad de falsetes. La batería de ese genio que iba a terminar de explotar en King Crimson que es Bill Bruford. Un sonido sinfónico, con un virtuosismo excepcional de los músicos, principalmente de Howe y Wakeman. Rock progresivo enérgico, alegre y sinfónico, intercalado por pasajes corales, como en el interludio de "Roundabout"o pasajes de piano clásico de la mano de Wakeman, como por ejemplo en el intermedio de "South Side of the Sky".
El disco, además de algunos de los temas clásicos de Yes conocidos inclusos por los que no son "seguidores" de Yes, tiene, para el cierre del disco, una de (personalmente) mis canciones favoritas de Yes, esa obra excepcional que es "Heart of the Sunrise". Este cierre de disco es una excivisión de talento, de instrumentación, de sinfonismo, de cadencias y matizes musicales. Cambios entre pasajes en los que la música "explota" y pasajes que son apenas audibles. Y ni hablar de la división de compás que hace Bruford, por momentos en 4/4, 5/8, 6/8 y 3/4 alternados, algo que claramente no puede hacer cualquier banda, y menos aún hacer que suene "tan natural". Eso es Yes, el virtuosismo al servicio de la música.
No dudo en afirmar que este álbum cambió la vida de muchos melómanos y músicos. Yo fui uno de ellos.
Como cada mortal entregado a la música, existe esa banda que hurga en
nuestra fibra más profunda, provocando ese indescriptible sentimiento
que estimula a una posesión casi devocional y que responde con
frecuencia a un elemento esencialmente subjetivo que en ocasiones nos
nubla la razón.
Pudiera hablarse incluso de un amor, una pasión y una devoción que
casi compite con las más antagónicas posturas políticas que a veces
encontramos con quienes nos relacionamos.
Ese misterioso momento cuando, sin saber por qué, decimos “esa es mi
banda”, llegó a mí en enero de 1974 en casa de Alfredo, un primo que
daba la vida por Pink Floyd. En aquello que llamábamos
entonces “picó” (pick up = aguja), Alfredo puso a girar aquel disco que
sacó de una cubierta excepcional. Predominantemente azul y verde, aquel
mundo fragmentado llamó mi atención.
Entonces comencé a escuchar ese raro sonido in crescendo que cesaba
dejando solos unos armónicos en la guitarra acústica. Ese motivo se
repetía con ligeras variaciones hasta que toda una avalancha sonora era
liberada y la pieza comenzaba su desarrollo.
Se llamaba “Roundabout”, una composición de Jon Anderson y Steve Howe, vocalista y guitarrista respectivamente, inspirada en el paisaje entre Aberdeen y Glasgow, Escocia. Y ese bajo de Chris Squire (†) …¡que rudo!
Aquella
experiencia no encajaba con lo que hasta ese momento yo, un adolescente
de 13 años, concebía como música. Alfredo estaba obsesionado y la ponía
una y otra vez, y cada vez que la oía, escuchaba algo diferente.
Entonces comencé a sentirme hechizado por ese alud sonoro que me
sorprendía una y otra vez. Era indescriptible.
Allí comenzó mi amor eterno con Yes
y el rock progresivo, aunque debo enfatizar que es la música en su
sentido más amplio la que conmueve mis sentidos. Después de todos estos
años esa pieza sigue siendo emblemática, no sólo en lo personal, sino
para el género. Con ella, como acertádamente dijo entonces un crítico de
la revista Rolling Stone refiriéndose al álbum Fragile en su totalidad, Yes demostraba que fue Bach y no Chuck Berry quien inventó el rock and roll.
Tras varias repeticiones, dejamos correr la aguja hasta “Cans and Brahms”, pieza instrumental que, sin duda, daba cuentas claras que Yes era reluctante a cualquier sonido que sugiriera ‘blues’.
En esos días en mi cabeza sonaban The Rolling Stones, Cream, Eric
Clapton, Led Zeppelin, The Beatles y algunos de los grupos venezolanos
como Syma y Vytas Brenner. Si bien desde niño también escuchaba la
música clásica que hacía de fondo en algunos dibujos animados en TV,
este tema estimuló un retorno a ese género con mayor interés.
Rick Wakeman fue la acertada elección para que Yes
siguiera su evolución musical incluyendo varios de los elementos del
barroco y el romanticismo aunque la pieza es en esencia el Tercer
Movimiento de la Cuarta Sinfonía en Mi menor de Johannes Brahms, algo
fascinante. Esta pieza era la segunda del álbum pero la primera de cinco
ideas individuales, en este caso en linea con Switched on Bach de Walter (Wendy) Carlos.
La segunda fue precisamente la que seguía a la pieza de Wakeman, “We Have Heaven”.
Consistía en una frase reiterada “…tell the moon dog, tell the march
hare…” sobre la cual estaban otras más cortas, todas vocalizadas por Jon Anderson empleando las técnicas de grabación de entonces.
Esa pieza reafirmó el rol del ingeniero de sonido como parte importante del grupo, rol que correspondió a Eddie Offord.
Al final de este tema se escucha una puerta cerrarse y unos pasos
apresurados que se aprecian desde sus inicios en el parlante derecho
hasta alejarse por el izquierdo.
La sensación espacial que eso me produjo era novedosa a mis oídos e
incluso muy interesante como elemento de enlace entre ese tema y “South Side of the Sky” cuyo inicio era el soplo del viento (generado por el sintetizador de Wakeman) y posteriormente un trueno y el redoblante de Bill Bruford para así iniciar este tema que por años fue puesto en el olvido por la banda y que en este siglo revivió en Songs from Tsongas y Yes Acoustic: Guaranteed No Hiss, ambos de 2004.
Desde que escuché este tema por primera vez me encantaron la
sonoridad y las frases de Wakeman en el piano, además de la guitarra
eléctrica de Steve Howe. En ella también Anderson lleva
su voz a otras alturas. Estos elementos junto al crudo bajo de Squire
siempre me hicieron considerar esta pieza como mi favorita del álbum.
En algunas entrevistas la banda ha dicho que nunca tocaban esa pieza
en vivo porque no les daba “feeling”. Creo que, sin duda, en términos
comerciales era la menos apta, lo cual por supuesto dice mucho más de su
calidad como composición.
A mis oídos era como una tempestad que además encerraba aires de misterio. Tal vez Yes así veía el “lado sur del cielo”. En los días del LP ésta era la última composición del lado A.
La tercera idea individual era “Five Per Cent for Nothing” de Bill Bruford.
El título lleva en sí, el flemático humor inglés. Son 38 segundos
inolvidables en el primer intento como compositor de este excelso
baterista.
Cuentan algunos medios que el título original era “Suddenly it’s Wednesday” pero fue cambiado en referencia al ex-manager Roy Flynn y el trato del cual se beneficiaría por las regalías. Acá Wakeman interviene con los teclados ambientando un poco la pieza.
Mi impresión en aquél invierno de 1974 era confusa. Nada de lo que
había escuchado me resultaba familiar. Recuerdo que en el colegio había
un reducido grupo de personas que escuchaban rock progresivo.
Entre ellos un buen amigo llamado Federico Leañez quien fue baterista
de una banda que mucho dio que hablar en los 80 llamada Novo Tango. Fue
con Federico que mis horizontes se ampliaron. En su casa solía escuchar
“Long Distance Runaround”, otro breve tema con letra
de Jon Anderson, quien plasma la hipocresía religiosa en sus versos.
Este es otro de mis temas favoritos.
En ciertos sitios en la red se dice que esta canción también alude a
los hechos estudiantiles de Kent State University, Ohio, USA. Cierto es
que el lenguaje de YES en aquellos días estaba teñido de elementos
surrealistas e incluso Anderson frecuentemente hacía énfasis en la
sonoridad de un vocablo más que en el significado del mismo.
Había algo muy raro en la guitarra de Howe que llamaba mi atención y
que hasta el sol de hoy no logro describir. Hay un cierto humor,
sarcasmo tal vez, pero atractivo sonido que logra con finura escurrirse
entre el bajo de Squire y la batería de Bruford y que parecieran ir en
yuxtaposición con Howe. Wakeman abre con el riff al piano en la versión
del triple álbum Yessongs.
Casi en todas sus presentaciones en vivo, como en el álbum, “Long Distance Runaround” iba unida a la cuarta idea original, “The Fish (Schindleria praematurus)”. Anderson pidió el nombre octosílabo de un pez prehistórico.
Squire, como si de un albañil se tratara, fue montando breves
motivos, uno sobre otro para así construir una pieza de 2’ 43” como si
se tratara de un canon, es decir un motivo recurrente con variaciones
que en este caso no es de varios instrumentos sino del mismo bajo.
Bruford es magistral en el acompañamiento.
Mi afirmación está mejor evidenciada en la versión de "Yessongs" donde Squire desglosa estos retazos en un solo de casi 10 minutos con
una perversidad y libertad que mis oídos jamás habían experimentado. Aún
no había escuchado mucho de jazz en aquellos días. En esos años que
comenzaba a tocar guitarra, sólo porque estaba al alcance, descubrí un
mayor afecto por el bajo. Afecto que mantengo hasta el presente.
En “Mood For a Day”
confluyen muchos sentimientos. Es una de las piezas más hermosas
interpretada por un guitarrista que ya venía dando que hablar. Con
claros aires flamencos, Howe nos seduce completamente durante tres
minutos dejándonos en un estado de éxtasis total.
La pieza rompe esquemas en el contexto de este brillante álbum donde
no hay ni excesos ni carencias y, como diría Zappa, “no puede haber
evolución sin ruptura de la norma”, y eso es Fragile.
Con “Mood For a Day”, Howe sentencia con sabiduría
que la música es muy amplia y que poco importa un género u otro si es
hecho con buen gusto, sentido estético y exploratorio. ¿Una pieza
flamenca entre canciones de rock? Por Dios que locura, dirían muchos.
La épica “Heart of the Sunrise”, con su apéndice de “We Have Heaven”, cierra este legendario e influyente álbum en la historia del rock. Debo decir acá, que nunca vi el término rock aplicado a Yes y siempre me he sentido dudoso al usar el término rock progresivo pero para establecer una referencia, ¡ahí vamos!
Aunque hay seis piezas breves, Yes ya nos acostumbraba, desde The Yes album,
a temas de ocho, diez o más minutos. Lo más interesante era como
lograba llevarnos hasta el final con sus solos, incidencias y otros
recursos sonoros.
“Heart of the Sunrise” es como una especie de
avalancha en caída y reverso, como el ir y venir de las olas, es una
pieza con un nivel de energía que se lanza a lo más alto y cae
estrepitosamente. Tal vez mucho tiene que ver el ímpetu juvenil de cinco
muchachos haciendo alarde de sus capacidades como músicos, algo
valedero y por demás natural en la evolución de buena parte de los
músicos.
Aunque recalco que semejante juicio tiene sus riesgos. Anderson nos
lleva a alturas estratosféricas y Wakeman y Howe entrelazan sus frases
con un raro atractivo que inicialmente me recordaba música circense y
mucho tiempo me llevó sentirlo de otro modo. Lo cierto es que este tema
posee una vitalidad cautivadora, llena de virtuosismo y pasajes tan
delicados que se aprecian desde que Jon Anderson comienza a cantar de un
modo cuasi angelical, celestial, “Love comes to you and you follow…”
El final del álbum es particularmente curioso, incluso omitido en
algunas copias de la versión nacional. Aquella puerta que se cerró en “We Have Heaven”, ahora se abre y continua hasta disolverse en el silencio.
Fragile, en palabras de Roger Dean
(ilustrador de la portada), representa eso, fragilidad, una etapa en la
cual la banda se sentía vulnerable y que con este álbum reafirmaba su
entrada a la grandiosidad musical, una magia indescriptible que los
consagró como pioneros del género.
Camino al medio siglo, sigue siendo un álbum increíblemente hermoso y
lleno de imágenes surreales hechas sonido a través de una música
compleja, rica en melodías y armonías poco usuales dentro del lenguaje
del rock.
Ciertamente un mundo Frágil.
Lista de Temas:
Alineación:
- Chris Squire / bass and vocals
- Rick Wakeman / keyboards
- Bill Bruford / drums
- Steve Howe / guitars and vocals
This comment has been removed by a blog administrator.
ReplyDeleteTenia intencion de subir mi ultimo post pero no caso un guante para que quede como los de ustedes...
ReplyDeletePor cierto,... discaso!
Jeje, no te hagas problema zeta ! Armalo como puedas y después lo editamos en caso que no te quede bien... Ahora no tenés excusas para no publicar entradas, a ponerse las pilassss :P !
ReplyDelete¡Qué Disco! :)
jaja es verdad, pero descarge la plantilla y no entiendo nada, capas si me guian es mas facil...
ReplyDeleteHacé esto: Copiá cualquier publicación vieja y pegala en el editor, después la vas modificando como puedas !! No es mooooooooooy difícil, vamos zetis, tu puedesssssss !! :D
ReplyDeleteRepito, si te queda muy groncho te damos una manito (?), dale intentá !!
un DISCASO
ReplyDeleteEl disco, genial; la reseña es la nada misma... van a tener que inspirarse en otros blogs o páginas para levantar la punteria...
ReplyDeleteMejora el silencio, estúpido...
DeleteUn clásico que marcó toda una época no solo para Yes sino también para el rock progresivo en general. Indispensable para amantes del género. Pedilo a tu disquería amiga!!
ReplyDeleteComentario también en mi blog: www.elnucleofmrecord.blogspot.com
Saludos
Resubida de éste clásico ?! ; )
ReplyDeleteNo es buen momento para este tipo de resubidas, queremos conservar el blog!!!!
DeleteEl mejor Blog de la historia!
ReplyDelete... ya saben, no busquen links por aquí, recuerden el método Relayer.
ReplyDeleteGracias por la comprensión :)
Para el Anonimo insatisfecho por la reseña: Sería mucho mejor leer palabras como" quieren que les de una mano con las reseñas" o, "Me puedo sumar en algo" pero, lo que vos aportas, ¡Gracias! ya tiene el bloog. Disculpe Moe mi atrevimiento.
ReplyDeleteJaja, ningún atrevimiento, opino exactamente igual!!
DeleteAl que se queje, lo puteamos por no ponerse a trabajar él, así que ya saben. Cero quejas y más trabajo en conjunto.
Esto tiene espíritu colaborativo, solidario y libertario. No me interesa servir todo en bandeja
:)
Soy nuevo, cual es el Método Relayer??, gracias de antemano por su respuesta y comprensión ProgRockers.
ReplyDelete😡 Supongo que el video caído es el sitio clave, vaya...
ReplyDeleteTe felicito por la pagina....te mandé el mail por el "metodo Relayer" pero no tuve respuesta...igualmente ya lo bajé por el lado de torrent....
ReplyDeleteJavier, nunca me llegó tu mail, respondí todos los mails que me llegaron. ¿lo mandaste a "correocabezon"? más todo lo demás, arroba inclusive.
DeleteIntentá de nuevo, a ver que onda
Hola, soy nuevo aqui, alguien me puede ilustrar...Relayer?
ReplyDeleteQue maravilla!!
ReplyDeleteDe verdad que cada vez me sorprenden más con todo este material musical.
Los felicito enormemente y gracias por compartir estás joyas musicales.