Medios oficialistas argentinos y dirigentes de Corporación Cambiemos (no todos) utilizaron herramientas linguisticas y semánticas rebuscadas desde este fin de semana último para señalar que en Bolivia no hubo un golpe de Estado, diciendo que el fascimo es en favor de la democracia y de la libertad y los derechos humanos. Hasta que los muchachos la pasaron mal. Los enviados de prensa de TN, Telefé, Crónica y Amércia TV, así como otras delegaciones de distintos países que corrieron la misma suerte represiva. Algunos de ellos manifestaron que por primera vez en su experiencia de coberturas tuvieron realmente miedo por su integridad física. Hasta la autoproclamada ministra de Comunicación habló de seudoperiodistas que estaban identificados y era parte de sediciosos factible de aplicarles las leyes represivas del país. Todos los periodistas tuvieron que ser evacuados con operativos de película poniendo en ridículo las dudas sobre la realidad institucional del hermano país.
Y lo que aún no dicen los medios (generalmente de orientación de derecha y afín al macrismo) es que parece que el golpe en Bolivia se gestó en Jujuy con complicidad de Gerardo Morales. Es lindo tener libertad de prensa para publicar lo que conviene y acallar lo que no.
Y así lo tenemos a TN, quejándose de que en Bolivia no hay garantías para desinformar. Días antes, fiel a su costumbre de operar para el poder, salió con una vergonzosa nota para esmerilar al partido que llevó al gobierno a Evo Morales, el MAS e insólitamente lo acusó de intentar voltear a la autoproclamada "presidenta" (sin votos) Añez para colocar una figura propia en su lugar.
1. Mientras debatimos si lo de Bolivia es un golpe se me ocurrió hurgar sobre cuando los golpes son llamados golpes. Hoy nadie duda que en 1955 un golpe de estado derrocó a Perón, pero acompáñenme a ver esta triste y sorprendente historia. Les va a gustar. Abro hilo
2. En 1956 la tapa de Clarin, a apenas dos meses de los fusilamientos ordenados por Aramburu, muestra la celebración con jubilosas manifestaciones de la gesta libertadora. Parece que aún no era un golpe...
3. En 1957 aún con los militares en el poder obviamente tampoco se conmemoró el golpe sino Revolución Libertadora.
4. Ya en 1958, a días de asumir Frondizi, los festejos siguieron siendo por la Revolución. Así nos lo cuenta Clarin. Esperaremos a un gobierno democrático. Seguro que en ellos no se celebran golpes de estado. Pero....
5. En 1959, ya con Frondizi Presidente y en democracia, todavía no se lo llamo golpe. Habrá que esperar.
6. En 1960, para el quinto aniversario y aún con el frondicismo en el gobierno.. opss se llamó gesta para el editor de Clarin
7. En 1961,
otra vez la evocación merece la tapa. Parece que tenían que insistir
para poder mantener un fuerte discurso antiperonista.
8. En 1962, con Frondizi derrocado y los militares manejando a Guido, las celebraciones incluyeron Honras a las Fuerzas Armadas y a los civiles que apoyaron el golpe. O sea a los golpistas.
9. La tapa de Clarin de 1963 no dice nada sobre el tema. Quizás ya triunfante Illia y la restauración democrática iban ahora si, a llamarlo golpe. Pero... en 1964, con los radicales en el gobierno... gran fiesta por haber caído el régimen que negaba la tradición argentina.
10. Habrá que esperar a 1965 para que lo llamen golpe entonces? No. El 10 aniversario fue celebrado en todo el país con la exaltación del hecho por parte del Ministro de Defensa de un gobierno Democrático! Inesperado
11. En 1966, ya sin Illia ni radicales en el poder, Ongania también celebró el golpe que no era golpe aún. Tendremos que esperar....
12. En 1967, siguen los festejos y sigue siendo digno de ser tapa de Clarin. Pasaron doce años y aún no se trata de un golpe.
13. En 1968, con Ongania aún en el poder...seguía siendo Revolución Libertadora
14. En 1969, obviamente bien lejos de la democracia, tampoco fue un golpe.
15. En 1970, a quince años del golpe, el hecho era tan importante que seguía mereciendo la tapa de Clarin. Claro, Perón estaba vivo y había que educar al soberano sobre el peligro que significaba
16. En 1971 la celebracion seguía siendo tapa. El regreso del peronismo era una posibilidad. Y para los militares y para Clarin eso era, obviamente, un peligro. Pero como saben acomodarse al poder. Esta fue la última tapa que tuvo esta conmemoración por unos años.
17. Los festejos por el golpe seguían, pero con el peronismo activo y en el poder, no salía en la tapa. No son boludos, eso ya lo sabemos. Así que tuvimos que esperar a 1980. Cuando con Videla en el poder se conmemoró el 25 aniversario. Y saben que? Tampoco se lo llamaba golpe.
18. Así que,
amigos, no debemos preocuparnos por los nombres. Por muchos años el
golpe del 55 no solo no fue golpe, sino que fue una gesta a celebrar que
mereció las tapas de los diarios más importantes del país. La
historiografía post 1983 empezó a reverenciar los conceptos.
19. Y como dicen Acha y Quiroga, “normalizaron” al peronismo para transfórmalo en un eslabón de la ampliación democrática de derechos. Y así, por fin, el golpe de 1955, se pudo llamar golpe. Mientras tanto, tuvo que pasar esta triste historia negacionista.
20. Así que si quieren, no llamen golpe a lo de Bolivia. La historiografia pondrá las cosas en su lugar. Y los negacionistas quedarán tan ridiculos como quedan hoy los que celebraban cada año un golpe contra la democracia. El pasado, a veces, no deja de pasar.
Y por si faltara algo más, hace pocas semanas el ex jefe de la SIDE menemista, aunque originalmente radical, Tata Yofre publicó esta nota en Infobae. Y retomo el nombre con el que se autodefinieron los golpistas: revolucionarios y libertadores.
Y para finalizar. La siguiente es la portada de Clarín del 24 de marzo de 1976 y ausencia de la definición de golpe de estado, normalmente cívico militar.. El conjunto de los medios respondieron a esta definición. Incluso hoy mismo hay sectores de la dirigencia política que lo siguen pensando.
Así como niegan que en Bolivia en estas horas se gestó una interrupción democrática. Es decir, un golpe de estado.
La derecha no descansan nunca en la búsqueda de opciones para el mantenimiento de sus dominaciones. Sus "tanques de pensamiento" elaboran todo el tiempo formas de asegurar su poderío e impedir el desarrollo de nuestras propias decisiones. De ahí, al hundimiento de los procesos de cambios producidos por los gobiernos de Nuestra América en estos últimos tiempos, solo les resta el paso del convencimiento mediático-cultural de la población mayoritaria, momento desde el cual ya podrán ejercer, más o menos violentamente, todo su poderío golpista, sin demasiada reacción inmediata.
Tenemos el caso de las revueltas en Chile, en los primeros días, el foco de la atención periodística no estaba en las causas que originaban la reacción ciudadana que se iba expandiendo y aumentando en masividad, sino en aquellos hechos que espectacularizaban la noticia y, de paso, deslegitimaba la movilización social asociándola con los actos vandálicos. Por ello, todos los chilenos fueron testigos de cómo difiere su percepción de lo que evidencian los medios. Quedó claro, para muchos, la sospecha sobre la parcialidad de los medios en el tratamiento de la crisis, se percibe en la propia actuación de los entrevistados, los que en muchas ocasiones al ser abordados en directo por los canales locales preguntan "¿pero ustedes, mostrarán esto, o luego lo van a editar, cómo la hacen siempre?". Ya en pleno desarrollo del conflicto, quedó claro que el periodismo y los medios es lo otro que tiene que cambiar en Chile, como lo dicen y reclaman muchas de sus paredes.
Claro, a veces se tienen que tragar su propio veneno, como ahora en Bolivia. Es el periodismo (y los negocios) en tiempos de crisis.
Y lo que aún no dicen los medios (generalmente de orientación de derecha y afín al macrismo) es que parece que el golpe en Bolivia se gestó en Jujuy con complicidad de Gerardo Morales. Es lindo tener libertad de prensa para publicar lo que conviene y acallar lo que no.
Y así lo tenemos a TN, quejándose de que en Bolivia no hay garantías para desinformar. Días antes, fiel a su costumbre de operar para el poder, salió con una vergonzosa nota para esmerilar al partido que llevó al gobierno a Evo Morales, el MAS e insólitamente lo acusó de intentar voltear a la autoproclamada "presidenta" (sin votos) Añez para colocar una figura propia en su lugar.
Y ello, siguiendo su propia tradición histórica. El politólogo Mariano Tilli
cuenta, a través de un repaso histórico, la postura de Clarín
frente a los golpes militares en nuestro país, que permite entender
porque omite llamar "golpe" al golpe cívico y militar contra Evo
Morales.
1. Mientras debatimos si lo de Bolivia es un golpe se me ocurrió hurgar sobre cuando los golpes son llamados golpes. Hoy nadie duda que en 1955 un golpe de estado derrocó a Perón, pero acompáñenme a ver esta triste y sorprendente historia. Les va a gustar. Abro hilo
2. En 1956 la tapa de Clarin, a apenas dos meses de los fusilamientos ordenados por Aramburu, muestra la celebración con jubilosas manifestaciones de la gesta libertadora. Parece que aún no era un golpe...
3. En 1957 aún con los militares en el poder obviamente tampoco se conmemoró el golpe sino Revolución Libertadora.
4. Ya en 1958, a días de asumir Frondizi, los festejos siguieron siendo por la Revolución. Así nos lo cuenta Clarin. Esperaremos a un gobierno democrático. Seguro que en ellos no se celebran golpes de estado. Pero....
5. En 1959, ya con Frondizi Presidente y en democracia, todavía no se lo llamo golpe. Habrá que esperar.
6. En 1960, para el quinto aniversario y aún con el frondicismo en el gobierno.. opss se llamó gesta para el editor de Clarin
8. En 1962, con Frondizi derrocado y los militares manejando a Guido, las celebraciones incluyeron Honras a las Fuerzas Armadas y a los civiles que apoyaron el golpe. O sea a los golpistas.
9. La tapa de Clarin de 1963 no dice nada sobre el tema. Quizás ya triunfante Illia y la restauración democrática iban ahora si, a llamarlo golpe. Pero... en 1964, con los radicales en el gobierno... gran fiesta por haber caído el régimen que negaba la tradición argentina.
10. Habrá que esperar a 1965 para que lo llamen golpe entonces? No. El 10 aniversario fue celebrado en todo el país con la exaltación del hecho por parte del Ministro de Defensa de un gobierno Democrático! Inesperado
11. En 1966, ya sin Illia ni radicales en el poder, Ongania también celebró el golpe que no era golpe aún. Tendremos que esperar....
12. En 1967, siguen los festejos y sigue siendo digno de ser tapa de Clarin. Pasaron doce años y aún no se trata de un golpe.
13. En 1968, con Ongania aún en el poder...seguía siendo Revolución Libertadora
14. En 1969, obviamente bien lejos de la democracia, tampoco fue un golpe.
15. En 1970, a quince años del golpe, el hecho era tan importante que seguía mereciendo la tapa de Clarin. Claro, Perón estaba vivo y había que educar al soberano sobre el peligro que significaba
16. En 1971 la celebracion seguía siendo tapa. El regreso del peronismo era una posibilidad. Y para los militares y para Clarin eso era, obviamente, un peligro. Pero como saben acomodarse al poder. Esta fue la última tapa que tuvo esta conmemoración por unos años.
17. Los festejos por el golpe seguían, pero con el peronismo activo y en el poder, no salía en la tapa. No son boludos, eso ya lo sabemos. Así que tuvimos que esperar a 1980. Cuando con Videla en el poder se conmemoró el 25 aniversario. Y saben que? Tampoco se lo llamaba golpe.
19. Y como dicen Acha y Quiroga, “normalizaron” al peronismo para transfórmalo en un eslabón de la ampliación democrática de derechos. Y así, por fin, el golpe de 1955, se pudo llamar golpe. Mientras tanto, tuvo que pasar esta triste historia negacionista.
20. Así que si quieren, no llamen golpe a lo de Bolivia. La historiografia pondrá las cosas en su lugar. Y los negacionistas quedarán tan ridiculos como quedan hoy los que celebraban cada año un golpe contra la democracia. El pasado, a veces, no deja de pasar.
Y por si faltara algo más, hace pocas semanas el ex jefe de la SIDE menemista, aunque originalmente radical, Tata Yofre publicó esta nota en Infobae. Y retomo el nombre con el que se autodefinieron los golpistas: revolucionarios y libertadores.
Y para finalizar. La siguiente es la portada de Clarín del 24 de marzo de 1976 y ausencia de la definición de golpe de estado, normalmente cívico militar.. El conjunto de los medios respondieron a esta definición. Incluso hoy mismo hay sectores de la dirigencia política que lo siguen pensando.
Así como niegan que en Bolivia en estas horas se gestó una interrupción democrática. Es decir, un golpe de estado.
La derecha no descansan nunca en la búsqueda de opciones para el mantenimiento de sus dominaciones. Sus "tanques de pensamiento" elaboran todo el tiempo formas de asegurar su poderío e impedir el desarrollo de nuestras propias decisiones. De ahí, al hundimiento de los procesos de cambios producidos por los gobiernos de Nuestra América en estos últimos tiempos, solo les resta el paso del convencimiento mediático-cultural de la población mayoritaria, momento desde el cual ya podrán ejercer, más o menos violentamente, todo su poderío golpista, sin demasiada reacción inmediata.
Tenemos el caso de las revueltas en Chile, en los primeros días, el foco de la atención periodística no estaba en las causas que originaban la reacción ciudadana que se iba expandiendo y aumentando en masividad, sino en aquellos hechos que espectacularizaban la noticia y, de paso, deslegitimaba la movilización social asociándola con los actos vandálicos. Por ello, todos los chilenos fueron testigos de cómo difiere su percepción de lo que evidencian los medios. Quedó claro, para muchos, la sospecha sobre la parcialidad de los medios en el tratamiento de la crisis, se percibe en la propia actuación de los entrevistados, los que en muchas ocasiones al ser abordados en directo por los canales locales preguntan "¿pero ustedes, mostrarán esto, o luego lo van a editar, cómo la hacen siempre?". Ya en pleno desarrollo del conflicto, quedó claro que el periodismo y los medios es lo otro que tiene que cambiar en Chile, como lo dicen y reclaman muchas de sus paredes.
Claro, a veces se tienen que tragar su propio veneno, como ahora en Bolivia. Es el periodismo (y los negocios) en tiempos de crisis.
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