El continente parece estar entrando en ebullición: estado de rebelión en Haití y en Chile, rebelión "controlada" en Ecuador, amenazas de rebelión en Colombia y golpe de Estado en Bolivia. En medio de ese caos, las dictaduras no están muy lejos, ya lo dijimos en un post anterior y Bolivia lo viene a ratificar. Los bolivianos acaban de derrocar de manera golpista al mejor gobierno de su historia. Un golpe urgido desde el norte para compensar la caída de Macri, Lula da Silva en libertad y el levantamiento chileno. Cae Evo Morales sin reprimir a los golpistas, aún poniendo en riesgo su propia vida, mientras e aferra al poder Piñera tras un mes de represión del ejército con al menos 23 muertos y 2 mil heridos graves a manifestaciones pacíficas. La potencia extranjera que voltea a uno sostiene al otro. Y nuestros gorilas encuentran inspiración en esas hordas bestiales y nos debe alertar acerca de una realidad innegable. Desde Argentina, el régimen amarillo del saliente Macri, justificó el golpe de Estado contra Evo Morales. Y es que quizás las dictaduras que creímos haber dejado atrás no estén tan lejos de nuestras perspectivas: el macrismo apoyael golpe de estado en Bolivia porque es un camino que está dispuesto a recorrer. Lo que queda bien claro es que en elecciones, a la derecha habrá que ganarle por mucha diferencia, y aún así ningún gobierno estará a salvo de que nuevos golpes aparezcan en el horizonte.
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró el golpe cívico-militar en Bolivia y aseguró que el derrocamiento de Evo Morales "preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano haga escuchar sus voces" (un golpe militar a favor de la democracia!!!). Además, dijo que la renuncia del mandatario boliviano deja a la región "un paso más cerca de ser completamente democrática, próspera y libre". O lo que es lo mismo, un paso más cerca de ser dominada completamente por EEUU.
Hay situaciones que parecen calcadas de otros procesos similares en la historia de la región. Los golpes contra Perón en Argentina, Salvador Allende en Chile y contra Chávez en Venezuela. Una copia de la etapa inicial con una gran campaña nacional e internacional de desprestigio a través de los medios. Una segunda etapa de agitación de las capas medias. Y finalmente la intervención de los militares y policías.
Después de desprolijidades -aunque sin pruebas de fraude- en el conteo de la primera vuelta electoral y tras haber apelado antes a artilugios institucionales reprobables para presentarse, a Evo Morales lo destituyen las fuerzas más antidemocráticas de Bolivia. El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró el golpe cívico-militar en Bolivia y aseguró que el derrocamiento de Evo Morales "preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano haga escuchar sus voces" (un golpe militar a favor de la democracia!!!). Además, dijo que la renuncia del mandatario boliviano deja a la región "un paso más cerca de ser completamente democrática, próspera y libre". O lo que es lo mismo, un paso más cerca de ser dominada completamente por EEUU.
Hay situaciones que parecen calcadas de otros procesos similares en la historia de la región. Los golpes contra Perón en Argentina, Salvador Allende en Chile y contra Chávez en Venezuela. Una copia de la etapa inicial con una gran campaña nacional e internacional de desprestigio a través de los medios. Una segunda etapa de agitación de las capas medias. Y finalmente la intervención de los militares y policías.
Fernando Camacho, dirigente del proceso golpista y con mucho olor a Bolsonaro, presentado como "cívico" por los medios de comunicación, euforia golpista con gritos y evocaciones a la democracia y a Dios. Los mensajes de los medios que felicitan "al pueblo" por haber derrotado "a la dictadura" serán en poco tiempo un testimonio de la enorme barbaridad que cometió la derecha de ese país en connivencia con Estados Unidos, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad.
Un supuesto mundo "democrático" que festeja la caída de Evo a manos de turbas violentas que expresaron un racismo extremista contra coyas y aymarás. Un mundo "democrático" donde solo falta el KKK, que apoya a bandas de golpistas que toman la embajada de Venezuela en Bolivia y sitian a la de Cuba, evidenciando que el móvil es ideológico y lo dem´´as es excusa.
Gravísimo el golpe de estado cívico-policial-militar en Bolivia. Con clara injerencia de EEUU y sus apéndices regionales, el país latinoamericano que más mejoró todos sus indicadores sociales en los últimos 15 años se asoma al abismo de la bolsonarización. Espantoso.Alejandro Bercovich
En este momento y con la excusa de desarmar a los grupos parapoliciales, los militares golpistas encarcelan a funcionarios del gobierno de Evo Morales. Antes, milicias incendiaron varios de sus domicilios y secuestraron a miembros de sus familias.
¿A qué aludirá la cancillería argentina cuando se refiere a “vías institucionales” después de que el jefe del Ejército de un país vecino y aliado “sugirió” a su Presidente que renuncie y éste lo hizo? ¿Cuáles son las “vías institucionales” de un golpe de estado?
Y ahí están los que ponían como ejemplo países que después se van a la mierda, justamente por aplicar las políticas que ellos recomiendan. Sale Chile (que ya no es modelo de nada), entra Brasil, y listo. Y que tampoco se enteraron que acá Macri acaba de perder las elecciones por intentar aplicar las mismas reformas que Bolsonaro en Brasil.
Como Vargas Llosa, que se pasó años poniendo como ejemplo al modelo chileno, como un montón de paparulos de acá , que se sorprenden por el "enigma" chileno. Se preguntan cómo puede ser que no haya funcionado en Chile lo que dicta la teoría. Una teoría que no resiste ningún análisis científico serio, y que nunca funcionó en ningún otro lado.
¿Porqué nunca se habló de aplicar el modelo boliviano? Estamos hablando del país de américa que más ha crecido con integración social. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indicó que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia crecerá un 4% en el 2019, la mayor expansión económica en esta región.
No hace falta tener la bola de cristal para predecir la curva decadente que comenzará a transitar Bolivia con la caída de Evo Morales. Es la misma que recorrió la Argentina a partir del ’55. El litio y los hidrocarburos dejarán de revertir utilidades hacia los sectores populares y esa riqueza se irá del país o quedará concentrada en pocas manos.
La terrible situación que sufre el pueblo boliviano después del golpe contra el gobierno de Evo Morales nos ensombrece por los lazos fraternos que nos unen a ese pueblo. El salvajismo de la derecha blanca y racista boliviana está en condiciones de destruir en poco tiempo el camino que el pueblo boliviano se labró pacientemente durante una década y media. Tenemos el oscuro presentimiento de que la ofensiva antipopular recién empezó y el daño que aún resta por hacer es mucho. Este daño podría reducirse si las voces internacionales tuvieran la vocación de emitir un repudio tajante contra la violencia golpista. Lo que se pudo ver en este fin de semana es que este ataque ocurre también con la complicidad de poderes externos. La oligarquía boliviana no dio sola este salto al abismo dictatorial: la OEA, que se había pronunciado señalando irregularidades en el último proceso eleccionario, ahora se sumió en un silencio que es mera complicidad. El fascista Bolsonaro aplaude el golpe porque va a encaramar en el poder a un régimen de un salvajismo igual o peor que el que él ejerce en Brasil.Oscar Cuervo
Pero Bolivia es también Argentina. El gobernador radical macrista Gerardo Morales instauró un régimen de facto en enero de 2016 que persiguió y encarceló a Milagro Sala y destruyó la obra social edificada durante años por la Tupac. Morales cuenta con un apoyo de la clase blanca racista para sostener su terror de estado. Los voceros que en Buenos Aires defienden la brutalidad con que Morales gobierna su provincia alegan que la represión ejercida en esa provincia cuenta "con el apoyo de los jujeños". como si el estado de derecho quedara librado a la abyección de un aglomeramiento circunstancial de la población que consiente una dictadura provincial. El odio racial que ahora desataron los fascistas bolivianos es similar al que una parte de la sociedad jujeña adopta contra la Tupac.
Este vínculo es inquietante porque nos implica en el escenario golpista. Y explica el desdén con que el declinante gobierno macrista y la prensa hegemónica tratan los crímenes que se están cometiendo en Bolivia. La prensa canalla trata el golpe como una "crisis política". El gobierno, en línea con la OEA, no tiene voluntad de condenar el golpe: al contrario, parece celebrarlo. Esto también preanuncia cómo reaccionarían estos sectores ante una presunta crisis en nuestro propio territorio. No pueden condenar lo que llegado el caso están dispuestos a imitar.
Anoche trascendió el intento del presidente electo Alberto Fernández para concertar con el macrismo saliente un rechazo del Estado Argentino al golpe fascista en Bolivia. Alberto tomó la iniciativa de llamar a macri ayer a las 6 de la tarde pero el presidente que se va en menos de un mes tardó una hora en responder al llamado: estaba mirando un partido de fútbol. Cuando lo hizo, no solo se negó a pronunciarse contra el golpe. Alberto propuso que Argentina conceda asilo político a los dirigentes del gobierno de Evo que lo soliciten. macri se negó. La abyección macrista contrasta con la actitud solidaria de México, que está concediendo asilo a los perseguidos por los dictadores bolivianos. Lo que hace macri al no repudiar el golpe ni conceder el asilo político a los perseguidos es anticipar un patrón de conducta ante presuntos conflictos futuros en Argentina. El gobierno que todavía preside este país no solo propicia el golpismo en Bolivia, con las trágicas consecuencias que ya está produciendo. También manifiesta su golpismo sin escrúpulos ahora que está a punto de cesar su mandato.
Los problemas de la democracia se arreglan con más democracia, nunca con dictaduras de minorías.
Bolivia— ari lijalad (@arilijalad) November 10, 2019
1.
Estas son las conclusiones de la OEA, que tuvo que apurar su informe ante los movimientos golpistas.
Dice que no puede garantizar veracidad del resultado y que hay que llamar a nuevas elecciones.
Evo ya anunció que acepta esta auditoría y llama a elecciones. pic.twitter.com/IAtfXlYCzR
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