Este disco nos lo había presentado nuestro amigo polaco Marek apenas había salido, y bueno, hoy decidimos presentarlo, un lindo disco de neo-progresivo de una banda alemana de larga trayectoria llamada Matigan, en lo que es la sucesión de un discazo que lanzaron en el 2009, una verdadera obra maestra titulada "Vision" y que ya ha sido presentado en el blog cabezón. "Distant Monsters" es un álbum excepcional lleno de pasajes de teclado orquestal, altas líneas de guitarras, y una base efectiva. El álbum despliega grandes melodías, entregándose fervientemente en la pomposidad sinfónica, pero también dejando espacio para muchos matices, climas y los momentos íntimos, lleno de melodías y muy buena técnica. Un disco bien organizado, muy variado, muy colorido, generando un trabajo elegante, variado accesible y melódico, y por lo tanto, también muy entretenido. Todo lo que puedo decirles a los amantes del neo progresivo y aquellos que aman la música hecha por bandas como Genesis, IQ o Marillion, no se pierdan este álbum.
Artista: Martigan
Artista: Martigan
Álbum: Distant Monsters
Año: 2015
Género: Neo-prog
Duración: 75:00
Nacionalidad: Alemania
Año: 2015
Género: Neo-prog
Duración: 75:00
Nacionalidad: Alemania
Martigan es una banda de neo rock progresivo alemana, quizás en el mismo nivel de Marillion, Arena o IQ. Tienen publicados 5 discos de estudio y 1 en vivo durante sus 20 años de trayectoria musical. Cada trabajo siendo de altísima calidad musical y creativa, como ellos lo definen: "En lugar de elegir buscar algún éxito comercial, los miembros de la banda escogieron escribir y ejecutar la música que se alineara a sus preferencias personales".
Luego de una larga espera, estos veteranos alemanes sacaron un nuevo disco en el 2015, y según parece pusieron mucha energía en no repetirse y buscaron renovarse con algo completamente nuevo. Aquí está el resultado. Las canciones del disco ofrecen impresiones muy diversas, desde una apariencia maravillosamente relajada y melódica de algunos temas a algunas partes instrumentales extendidas que conforman en su totalidad un álbum de alto calibre.
Neo-progresivo elegante, variado accesible y melódico se presenta como la base sólida sobre la cual Martigan elabora sus composiciones. Mezclando un poco del rock neo-progresivo de los 80, con algunos sabores cuidadosos y detalles tomados del sonido que muchas bandas exploraron en los años 90, otros toques más metaleros y actuales, la última producción de Martigan se presenta como un álbum realmente encantador para cualquiera que tenga un interés en el rock neo-progresivo expresivo y emocional, y tal vez especialmente aquellos con un interés apasionado por las bandas que exploran paisajes similares a lo que Genesis hizo en su momento.
A mediados de la década de 1990, Martigan, una banda alemana dirigida por su teclista Oliver Rebhan, apareció tímidamente en la escena. Según recuerdo, las dos primeras pruebas demostraron no ser muy emocionantes, tanto que tuvieron que pasar varios años para volver a escucharlos.
Pero con "Man Of The Moment" (2002) y aún más, con la posterior "Vision" (2009) el grupo logró una mejor identidad y un estilo más definido. Como sucede a menudo en estos casos, no hay muchos componentes que puedan "marcar" la diferencia, entre distintos momentos de una banda, pero, definitivamente están presentes y eso hace una diferencia abismal entre las mejores y las peores obras del mismo artista.
En resumen, un disco donde no inventan nada, no exponen nada nuevo, pero lo que hay... está bien hecho. Estos son los imponderables con los que la banda alemana publica "Distant Monsters", el quinto trabajo de una carrera hasta ahora, volando en las alas de un sonido no muy lejos de Marillion, IQ, Jadis, Pendragon o Arena entre otros. Por lo tanto, es un progreso no particularmente elaborado o contaminado, sino que apunta directamente al corazón, como en la mejor tradición inglesa de la ola neo-progresiva.
Ocho temas conforman el disco, temas completamente inéditos a excepción de una gran revisión de "Simplicius", tomada del trabajo debut.
El disco empieza con una pieza impresionante: "Theodor's Walls", que hace recordar a los principios de Marillion y los pasajes más oscuros de IQ; acordes repetidos según un plan, cambios repentinos de tiempo y en la sesibilidad del tema no es difícil percibir el fantasma de Fish flotando por aquí. Un descanso merecido y nuevamente el piano inaugura una segunda parte, en la que la guitarra y la batería entran en la escena con más fuerza para un segmento instrumental sustancial que termina en la repetición del tema inicial.
"Lion (White, Wild & Blind)" navega entre una tensión dramática y una valiosa actuación del cantante (por cierto, buen trabajo de la voz), en una canción apreciable aunque sea un poco predecible hasta la emocionante inserción de la guitarra; y se torna aún más atractivo gracias de nuevo al trabajo de la batería.
Luego llega la reinterpretación de "Simplicius" que implica una cierta dilatación del tema y el resultado es indudablemente sabroso; con una atmósfera enrarecida, un arreglos bien organizados, una melodía llena de valiosos trabajo de coros, dan el marco perfecto para despertar recuerdos ya que este tema salió originalmente en su disco debut.
Y llega el cuarto tema titulado "Complicius", que inicialmente se mueve de un modo similar; pero la presencia de teclados se vuelve más sensible mientras que la línea melódica está llena de romance y luego, una vez más, una ruptura inspirada de las seis cuerdas para impulsar la pieza y llevarla a buen rumbo.
Buen ritmo tambièn para la entrada de "The Lake" donde un trabajo continuo y propulsivo del bajo marcan la primera parte; seguido por un interludio instrumental largo y robusto que transporta el tema al epílogo, no antes de un toque decisivo de guitarra.
El Marillion de la era Fish regresa con uno de los pasajes más intensos. Unos pocos acordes dan vida a la canción más pequeña, poniendo en evidencia la interpretación vocal que da grosor a una pieza mínima.
A su vez, "Fire on the Pier" nos permite ver el verdadero peso de la banda, con paisajes sonoros que cambian rápidamente y que sirven para que se despliegue un importante y atormentador solo de guitarra al estilo Rothery, y se inicia una segunda sección en la que los teclados actúan como protagonistas.
A su vez, "Fire on the Pier" nos permite ver el verdadero peso de la banda, con paisajes sonoros que cambian rápidamente y que sirven para que se despliegue un importante y atormentador solo de guitarra al estilo Rothery, y se inicia una segunda sección en la que los teclados actúan como protagonistas.
La canción utilizada para cerrrar el disco es "Take Me O Leave Me" y aquí el piano y la voz comienzan una melodía íntima y que gira en espiral y que va adquieriendo ritmo y consistencia en una lenta progresión pero que se cierra dando la idea de que no se le sacó todo el jugo a este track. Un buen tema que podría haber merecido un desarrollo más preciso.
Y aquí termina "Distant Monsters", un muy buen álbum en general, un disco bien construido y cuyas referencias son claras, a veces evidentes.Con ocho temas que golpean en el clavo, maravillosamente organizadas, con buen ritmo arremolinando corrientes subterráneas, altísimas secciones de guitarra y memorables coros... en definitiva, esto es el cielo del neo-prog (un estilo, que seamos sinceros, no me gusta en demasía, pero cuando algo es bueno, no importa el estilo). El disco rebalsa puro placer y disfrute, esto requiere que te prepares para un poco de emoción.
Lista de Temas:
1. Theodor's Walls
2. Lion (White, Wild & Blind)
3. Simplicius
4. Complicius
5. The Lake
6. On Tiptoe
7. Fire on the Pier
8. Take Me or Leave Me
Alineación:
- Kai Marckwordt / Lead Vocals, Guitar, Saxophone
- Oliver Rebhan / Keyboard,Backing Vocals
- Alex Bisch / Drums, Backing Vocals
- Björn Bisch / Guitar
- Mario Koch / Bass
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