No son justamente los perros de Pavlov. Cámara en mano, ayer Pepe Mateos – uno de los reporteros gráficos más destacados de la Argentina – capturó una imagen que por sí misma explica el difícil presente de la Argentina. Aquí, la crónica.
Son uno, dos perros. No, si se mira con atención son más, muchos más: son dos perros y uno, dos, tres… trece perros más. Perros entrenados, obedientes, capaces de matar. Los dos y los trece. Los quince perros capturados por la cámara Pepe Mateos en un lugar que no cuesta reconocer: detrás de los perros – de los quince perros – sobre la izquierda de la foto, se recorta sobre el cielo gris el edificio del Congreso Nacional. Están los perros y sus caras, las expresiones de sus caras, que por si hiciera falta dicen más, mucho más.Daniel Cecchini
Son quince contra uno cuyo rostro no se ve, que es uno cualquiera pero no lo es. Mochila y gorrita, identificación a partir de apenas dos rasgos para ese joven –aún sin verle la cara se sabe que es joven: el pelo oscuro, la piel tirante de un brazo – que la foto de Pepe Mateos captura, lo captura capturado por los quince perros, quince de los muchos más que se desplegaron ayer por la ciudad.
Son quince perros armados – con bastones, con pistolas, con escopetas, con dientes – contra uno. Uno cuya cara no muestra la foto de Pepe Mateos y que podría ser cualquiera. Cualquier pibe como Santiago Maldonado, como Rafael Nahuel.
Quince perros armados contra un joven desarmado. L a de Pepe Mateos es una postal de la desmesura.
Quince perros armados para someter a un joven a menos de cien metros del Congreso Nacional. La de Pepe Mateos es una foto perfecta de la calidad de esta democracia. Del país en el que nos quieren obligar a vivir.
Quince perros armados, amenazantes, violentos contra un ciudadano indefenso. La de Pepe Mateos es también una foto del miedo. De un miedo buscado, provocado, instalado por esos quince perros mandados por sus amos.
También, aunque no se vea tan claramente, la de Pepe Mateos es una foto del miedo de unos amos que sólo se sienten seguros custodiados por esos perros. Perros entrenados para vigilar y castigar.
Desmesura, violencia, miedo, represión: Pepe Mateos fotografió ayer al Estado Policial.
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