Les voy a dejar un disquito que personalmente me gusta mucho, y por ello se lo dedico a Aimé a ver si esto, de verdad, le vuela la cabeza (si no es así, intentaremos de nuevo). Grupo heredero de Happy The Man, ya que gran parte de sus miembros provienen de el citado grupo yanky. Y para quien no los conozca, les diré que Happy The Man nació a finales de los 70’ y varios los consideran como una de las mejores bandas de rock progresivo de todos los tiempos; fue una banda que si bien tuvo sus raíces en los clásicos de Genesis, Yes y Gentle Giant, supo definir un estilo propio, y dejó su legado dentro del género con una música llena de experimentación, arreglos, muchas texturas musicales y momentos sinfónicos llenos de virtuosismo. Oblivion Sun son su legado más cercano (en sus filas tiene dos de los miembros fundadores de Happy the Man) aunque está sensiblemente más inclinado hacia el jazz rock, pero igualmente llenos de delicadezas, arreglos y buen gusto, creando un rock principalmente instrumental y muy ecléctico que tiene jazz y sinfonismo, pero donde también hay temas cantados, y con una voz muy parecida a la de Peter Gabriel. el disco es como la mezcla entre Hawkwind y Return to Forever, liderado por un guitarrista que oscila entre Holdsworth y Latimer. Los invito entonces a conocer el sonido heredero de Happy The Man, con ustedes, Oblivion Sun y su último y lindo disquito.
Artista: Oblivion Sun
Álbum: The High Places
Año: 2013
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 41:47
Nacionalidad: EEUU
La atractiva obra de arte de fantasía hace alusión a las cosas buenas del interior. El estilo de la guitarra de Whitaker parece, a grandes rasgos, una combinación entre Holdsworth y Latimer, un solista capaz de extravagancias sonoras, así como hermosas líneas muy líricas y llenas de emoción. Esto es expresado idealmente por las dos primeros temas, muy musicales y muy entretenidos, al que le siguen una breve balada, o melodías más destacada y desatadas llenas de una muy controlada furia, o un rock espacial con un fuerte ritmo de batería, guitarras zumbando un blues y el sintetizador haciendo garabatos a su alrededor, van sucediendo muchas cosas en cada temas, comenzando con voces y coros alternos, secciones de piano, una extensión casi de Canterbury, y mucho más pero todo lanzado de un jazz rock muy maleable versátil que les permite visitar muchos estilos y géneros, muy divertido y entretenido, sobretodo con la pieza central del disco, una suite de 22 minutos llamada "The High Places", una obra en 6 partes de un rock progresivo desquiciado pero inspirado que tiene todos los aromas, olores y sabores que uno puede desear. Esto es lo que entendemos por progresivo, una banda que toma estructuras de rock básicas, infundiéndole coloraciones de jazz, algunos aleteo blues, una dosis severa de delirio y algunos riesgos que, en este caso, llegan a muy buen puerto!.
El álbum se abre con una excelente pieza instrumental titulada 'Deckard' que demuestra por qué Frank Wyatt y Stanley Whitaker tienen una gran reputación. Es rock progresivo sinfónico altamente calificado en su mejor momento, con elementos de jazz fusión.
La segunda pieza se titula 'March of the Mushroom Men'. Es una pista instrumental agradable y simple, aunque la pieza orientada a la guitarra suena más como rock alternativo que rock progresivo.
Las voces aparecen en una balada corta titulada 'Everything'. El guitarrista Stanley Whitaker también es el vocalista y presenta una canción sencilla y suave.
La pieza más débil del álbum es 'Dead Sea Squirrels'. En lugar de su progresivo rock progresivo (valga la redundancia), la banda entra en una pieza de rock duro y repetitivo con una base pesada, que aunque tiene breves solos de guitarra y mellotron a la mitad de la pieza, baja la calidad general del disco.
Pero entonces llega una espléndida suite titulada The High Places" que incluye 5 secciones y que es lo mejor del disco. A los fanáticos de Happy the Man les encantará esta obra mágica de 22 minutos cargada de virtuosismo instrumental desde todos los rincones, y por todos los músicos a lo que se suman las voces excepcionales de Whitaker, como ya dije con una entonación muy a lo Peter Gabriel. Debo señalar que el tecladista Frank Wyatt hace mucho uso del piano y con muy buen gusto, aquí hay para todos los gustos y todo en un nivel fenomenal, sobretodo porque lo que más resaltan no son las instrumentaciones sino las melodías cambiantes, la carga emotiva y la excelente composición, todo coronado por una conclusión épica bien elaborada.
Para continuar, vamos con la reseña que hiciera oportunamente nuestro eterno columnista involuntario de siempre...
"The High Places" contiene rock progresivo de primera clase y presenta algunos de los mejores talentos de la escena yanky actual.Yo creo que es un disco que no pueden perderse, y aunque todo dependa del gusto de cada uno, considero que tiene elementos tan variados que esto le va a gustar tanto al que escucha rock sinfónico como Canterbury o Jazz rock.
Muy recomendado!
Lista de Temas:
1. Deckard
2. March Of The Mushroom Men
3. Everything
4. Dead Sea Squirrels
5. The High Places
- a. My Eyes
- b. Awakening
- c. Flowers
- d. The Rules
- e. The Cage
- f. Our Eyes
Alineación:
- Stanley Whitaker / vocals, guitars
- Frank Wyatt / keyboards, saxophones
- David Hughes / bass guitar
- Bill B. Brasso / drums
Artista: Oblivion Sun
Álbum: The High Places
Año: 2013
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 41:47
Nacionalidad: EEUU
La atractiva obra de arte de fantasía hace alusión a las cosas buenas del interior. El estilo de la guitarra de Whitaker parece, a grandes rasgos, una combinación entre Holdsworth y Latimer, un solista capaz de extravagancias sonoras, así como hermosas líneas muy líricas y llenas de emoción. Esto es expresado idealmente por las dos primeros temas, muy musicales y muy entretenidos, al que le siguen una breve balada, o melodías más destacada y desatadas llenas de una muy controlada furia, o un rock espacial con un fuerte ritmo de batería, guitarras zumbando un blues y el sintetizador haciendo garabatos a su alrededor, van sucediendo muchas cosas en cada temas, comenzando con voces y coros alternos, secciones de piano, una extensión casi de Canterbury, y mucho más pero todo lanzado de un jazz rock muy maleable versátil que les permite visitar muchos estilos y géneros, muy divertido y entretenido, sobretodo con la pieza central del disco, una suite de 22 minutos llamada "The High Places", una obra en 6 partes de un rock progresivo desquiciado pero inspirado que tiene todos los aromas, olores y sabores que uno puede desear. Esto es lo que entendemos por progresivo, una banda que toma estructuras de rock básicas, infundiéndole coloraciones de jazz, algunos aleteo blues, una dosis severa de delirio y algunos riesgos que, en este caso, llegan a muy buen puerto!.
El álbum se abre con una excelente pieza instrumental titulada 'Deckard' que demuestra por qué Frank Wyatt y Stanley Whitaker tienen una gran reputación. Es rock progresivo sinfónico altamente calificado en su mejor momento, con elementos de jazz fusión.
La segunda pieza se titula 'March of the Mushroom Men'. Es una pista instrumental agradable y simple, aunque la pieza orientada a la guitarra suena más como rock alternativo que rock progresivo.
Las voces aparecen en una balada corta titulada 'Everything'. El guitarrista Stanley Whitaker también es el vocalista y presenta una canción sencilla y suave.
La pieza más débil del álbum es 'Dead Sea Squirrels'. En lugar de su progresivo rock progresivo (valga la redundancia), la banda entra en una pieza de rock duro y repetitivo con una base pesada, que aunque tiene breves solos de guitarra y mellotron a la mitad de la pieza, baja la calidad general del disco.
Pero entonces llega una espléndida suite titulada The High Places" que incluye 5 secciones y que es lo mejor del disco. A los fanáticos de Happy the Man les encantará esta obra mágica de 22 minutos cargada de virtuosismo instrumental desde todos los rincones, y por todos los músicos a lo que se suman las voces excepcionales de Whitaker, como ya dije con una entonación muy a lo Peter Gabriel. Debo señalar que el tecladista Frank Wyatt hace mucho uso del piano y con muy buen gusto, aquí hay para todos los gustos y todo en un nivel fenomenal, sobretodo porque lo que más resaltan no son las instrumentaciones sino las melodías cambiantes, la carga emotiva y la excelente composición, todo coronado por una conclusión épica bien elaborada.
Para continuar, vamos con la reseña que hiciera oportunamente nuestro eterno columnista involuntario de siempre...
Desde los más elevados lugares del mundo del rock progresivoCésar Inca
Nota: 9,5/10
Hoy prestamos atención a “The High Places”, el largamente esperado segundo disco de OBLIVION SUN, el vehículo musical co-dirigido por Stanley Whitaker y Frank Wyatt para mantener la llama del fabuloso legado progresivo de HAPPY THE MAN. Parece que fue ayer que el mencionado grupo se reformó con 3/5 de su formación clásica con el disco “The Muse Awakens”, cuya larga gestación pudo finalmente concretizarse en un fabuloso parto musical allá por 2004. Fue una pena que la reactivación de HAPPY THE MAN no prosperara en algo más consistentemente activo, pero la dupla de Whitaker y Wyatt siguió adelante, primero con un disco a dúo titulado “Pedal Giant Animals” y luego con la formación de este nuevo grupo OBLIVION SUN, el cual repetía exactamente el formato estructural de HAPPY THE MAN. Su disco homónimo de 2007 fue recibido por los seguidores eternos de HAPPY THE MAN como otra manifestación de gloria progresiva, y esos mismos elogios deberán reiterarse para “The High Places”. OBLIVION SUN está conformado ahora como cuarteto, con Whitaker usando su rol de guitarrista-vocalista y Wyatt desdoblándose a los vientos y todos los teclados, mientras que David Hughes se hace cargo del bajo y Bill B. Brasso hace lo propio con la batería y las percusiones. El inolvidable héroe colega de Wyatt y Whitaker, el virtuoso teclista Kit Watkins, no es de la partida como músico, pero sí se hace cargo de la producción de sonido. Publicado por el sello Prophase Music a fines de enero pasado, “The High Places” incluye cuatro temas que oscilan entre los casi 3 minutos y 6 minutos y pico de duración, más la ambiciosa suite homónima. Dicha suite es en realidad una expansión fastuosa de la pieza ‘Merlin Of The High Places’, la cual existía desde antes de la publicación del primer LP de HAPPY THE MAN (en el lejano 1977) y que los seguidores de la banda ya conocíamos por la selección de bootlegs titulada “Death’s Crown”. Tenemos, pues, en este disco, una combinación de nuevos retratos y viejos tapices traducidos al ambicioso lenguaje musical del rock progresivo.
‘Deckard’ ocupa los primeros 6 ½ minutos del disco exhibiendo una elegante arquitectura sónica que es prácticamente marca de la casa: ambientes bien cuidados dentro de una ilación meticulosamente definida, motivos desarrollados con estilizado vigor, arreglos rítmicos complejos asentados con ágil soltura, perfecto equilibrio entre el swing del jazz y la sofisticación arquitectónica de la música de cámara en una remodelación genuinamente progresiva. Luego sigue ‘March Of The Mushroom Men’, pieza que compuso Stanley Whitaker inspirado por la estricta dieta que tuvo que seguir como parte de su tratamiento contra el cáncer unos años atrás; esta pieza exhibe un lirismo relativamente más sosegado que el de la pieza precedente, pero cabe resaltar principalmente que las dosis de elegancia y fastuosidad tanto en lo compositivo como en lo performativo siguen siendo las mismas. Rescatada de los tiempos del proyecto PEDAL GIANT ANIMALS (en el que Whitaker y Wyatt volcaron composiciones que no lograron formar parte del disco de retorno de HAPPY THE MAN “The Muse Awakens”), la dulce balada ‘Everything’ supone el primer momento vocal del álbum, y sobre todo, un pretexto para que el oyente se refugie en la rústica choza de la introspección reflexiva tras las sendas exhibiciones de envolvente colorido musical que se dieron en ‘Deckard’ y ‘March Of The Mushroom Men’. El rol dominante de la guitarra acústica y el canto de Whitaker en el desarrollo melódico (inteligentemente ornamentado por sutiles escalas de piano y suaves orquestaciones de teclado a cargo de Wyatt) resulta perfecto a la hora de transmitir un aura de intimidad del alma que se contempla a sí misma observando parte del orden cósmico, todo ello en un espacio de poco menos de 3 minutos. Por su parte, ‘Dead Sea Squirrels’ se mete en terrenos más filudos dentro del paradigma de exquisitez que siempre han ostentado HAPPY THE MAN y OBLIVION SUN: alternando esquemas rítmicos de 7/8 y 4/4, el cuarteto elabora un motivo signado por un auténtico gancho rockero que nos remite fácilmente a un punto intermedio entre el STEVE HACKETT 79-80 y las aventuras jazz-rockeras de JEFF BECK, coincidiendo con el estándar de otra banda estadounidense veterana del prog – HOLDING PATTERN.
Los últimos 22 minutos y pico del disco están ocupados por la mencionada suite ‘The High Places’, la cual se ha reconstruido y ampliado de tal manera que cuenta con seis secciones sucesivas con títulos autónomos: ‘My Eyes’, ‘Awakening’, ‘Flowers’, ‘The Rules’, ‘The Cage’ y ‘Our Eyes’. La primera sección, que dura poco más de 6 minutos, está a doble cargo de asentar el ambiente general e instalar los motivos principales, lo cual da vuelo para que la segunda sección instale, en su corto espectro de dos minutos, unos pasajes enérgicos cargados de auténtica espiritualidad épica, seguidamente, la tercera sección se basa en un lirismo ágil (al modo de un CAMEL-con-YES). Vale resaltar que esta sección incluye un precioso solo de sintetizador en el que Wyatt logra emular solventemente la creatividad del inolvidable maestro Watkins. La cuarta sección es la segunda más larga de la suite, durando casi 5 ¾ minutos: sus cadencias predominantes son de tenor intimista y romántico, mientras que un breve interludio transita hacia lo juguetón con una cohesión perfectamente pulcra en el desarrollo temático. La coda de piano de esta cuarta sección crea el nexo con la siguiente, siendo así que ésta se encarga de perpetuar el mismo espíritu de solemnidad intimista, pero trasladándola hacia una sonoridad un poco más fastuosa. Otra coda de piano nos lleva a la sexta y última sección, la cual se encarga de retomar y remodelar los aspectos más pomposos de la primera sección, lo cual permite a la guitarra gozar de un apropiado espacio para lucir un grandioso solo antes del último canto de Whitaker. ¡Un gran final para un excelente disco!
“The High Places” es un disco que no decepciona, se puede sentir un poco corto para los oídos acostumbrados a repertorios de 55-75 minutos de duración, pero con los poco más de 40 minutos que dura este disco, podemos decir que OBLIVION SUN se ha lucido como ha querido… y más. Estos veteranos todavía tienen la garra y la vitalidad de unos críos, y eso es motivo de celebración infinita en el actual escenario del rock progresivo: HAPPY THE MAN no está muerto, sino de parranda en las más elevadas esferas del mundo progresivo actual. ¡¡Recomendado al 150%!!
"The High Places" contiene rock progresivo de primera clase y presenta algunos de los mejores talentos de la escena yanky actual.Yo creo que es un disco que no pueden perderse, y aunque todo dependa del gusto de cada uno, considero que tiene elementos tan variados que esto le va a gustar tanto al que escucha rock sinfónico como Canterbury o Jazz rock.
Muy recomendado!
Lista de Temas:
1. Deckard
2. March Of The Mushroom Men
3. Everything
4. Dead Sea Squirrels
5. The High Places
- a. My Eyes
- b. Awakening
- c. Flowers
- d. The Rules
- e. The Cage
- f. Our Eyes
Alineación:
- Stanley Whitaker / vocals, guitars
- Frank Wyatt / keyboards, saxophones
- David Hughes / bass guitar
- Bill B. Brasso / drums
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