Macri envió armas al régimen de Áñez, en Bolivia. La noticia implica que el Estado Argentino colaboró con el golpismo de aquel país para nada menos que garantizar la salvaje represión y las masacres que el gobierno de Facto de Añez propugnó contra el pueblo que resistía el golpe y que culminó, entre otras, con las masacres de Senkata y Sancaba. ¿Hay alguna vergüenza que, como país, Macri nos haya ahorrado durante su presidencia, algún delito del Código Penal que haya dejado sin cometer, alguna norma de la Constitución sin violar?. ¿Hay algún rasgo de su personalidad que, más allá de su pertenencia de clase, no revele una profunda psicopatía ajena a toda noción de moralidad, o la más mínima capacidad de sentir empatía por alguien, o demostrar tener algo parecido a una conciencia?. ¿Existe algún vestigio en él de conocimiento y comprensión de lo que suponen valores como la democracia, los derechos humanos o las instituciones republicanas, se le puede creer que esas cosas le importen más que un rábano?
Pero la pregunta más inquietante a responder es ¿cómo es posible que semejante personaje y lo que representa haya concitado el apoyo del 40 % de los argentinos en las urnas, después del gobierno que hizo y siendo lo que es, y que muchos lo hayan hecho diciendo -porque cuesta creer que lo crean realmente- en nombre de principios y valores, tal como en el 2015 dijeron que lo hacían porque iba a terminar (Macri) con la pobreza (ése Macri) y la corrupción (el mismo Macri, que todos conocemos?
Todo recuerda, de manera inevitable, a uno de los pasajes más siniestros de la historia latinoamericana: el Plan Cóndor, la gran operación de las dictaduras sudamericanas para emprender una cacería transfronteriza de centenares de miles de opositores, a quienes se arrestó, torturó y asesinó con el conocimiento y bajo la coordinación de las agencias de inteligencia estadounidenses.
Estos representantes de la genuina derecha latinoamericana y del neoliberalismo criollo están seriamente comprometidos en haber colaborado entre sí en intercambio de información y en la ejecución de operaciones de represión, violando derechos humanos.
¿Por qué el gobierno de Ortega en Nicaragua es una dictadura y el de Macri no? Dicen que Ortega metió presos políticos opositores, no parecen ser tantos, Macri metió presos a cientos de opositores. Dicen que las causas del gobierno de Ortega contra los opositores no se sostienen, que van presos simplemente por oponerse, son presos políticos ¿Y en el caso de Macri qué? ¿Cuantas causas indemostrables circularon por los tribunales?.
Dicen que la policía de Ortega le pega palos a los opositores ¿Y la de Macri no? ¿los muertos por la represión de Macri no existen? ¿Santiago Maldonado salió a nadar vestido en un río helado porque era deportista?. No me consta que Ortega haya metido presos a los dueños de algún canal opositor. Macri sí.
Ahora resulta que Bachelet, cómplice de la derecha por décadas, Human Rights Watch y la OEA son nuestra guía de los derechos humanos. El gobierno de Macri fue una dictadura que violó los derechos humanos, nada supimos de Bachelet, HRW, la OEA o el departamento de estado.
Parece que nuestra guía para la democracia está escrita por golpistas. Y ojo que no estamos apoyando a Ortega, solo pongo en evidencia cómo funciona el sentido común impuesto por el relato de los medios. Y ojo que también puede ser que la campaña anti nicaragüense sea para tapar el golpe en cámara lenta que está teniendo lugar en el Perú.
1. En el mismo sentido que el ex canciller, Bullrich negó conocer el envio de material belico para apoyar al Golpe de Estado en Bolivia. https://t.co/CGUSCYDwM1
— Graciana Peñafort (@gracepenafort) July 9, 2021
La vergonzosa cobertura de los medios
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| La tapa de Clarín del 9 de julio de 2021, con los temas importantes del día. Extrañamente (?) no dice nada del contrabando de armas de Macri a Bolivia para apoyar el golpe de Estado |
Comencemos
por el diario golpista por excelencia: Clarín, medio de gran tradición
en lo que a apoyar golpes de Estado refiere, tanto extranjeros como
propios. En su etapa de la versión impresa de ayer, ¡ni siquiera aparece
el tema! Ni grande ni chiquito: nada de nada.
No sorprende que a Clarín el hecho de que nuestro país haya apoyado de manera activa un golpe de Estado no le parezca grave. Es recordada por todos esa cínica tapa del 24 de marzo de 1976 que anunciaba simplemente un "nuevo gobierno", olvidando el "pequeño detalle" de que lo que acababa de suceder era un golpe militar.
Pasemos
ahora al gran diario de la oligarquía argentina, La Nación. Se trata de
un medio que ha hecho escuela, por ejemplo, en el negacionismo a los
crímenes de la última dictadura, e incluso pidió abiertamente por la
liberación de los genocidas presos. Como vemos, la sensibilidad
democrática no es lo que más lo caracteriza.
En su portada de
ayer recurren al ya famoso "recuadrito", un título de cuarta o quinta
jerarquía perdido entre los titulares principales. Allí también se nos
anuncia que el tema se tratará recién en la página 13, como para que no
queden dudas de cuánta poca importancia merece el tema para los
editores.
Por último, veamos que tratamiento eligió darle Infobae, un medio conocido por copipastear los mails que llegan desde la Embajada de Estados Unidos y publicarlos como noticias. En la pelea por ver quién esconde mejor la noticia de que Macri colaboró con el golpismo, Infobae pelea por quedarse con el primer puesto. Su título reza: "Bolivia aseguró que el gobierno de Macri envió ‘material bélico’ para reprimir las protestas contra Añez". ¡Ahora resulta que había simplemente "protestas contra Añez"! Después de todo, como cualquier otro gobierno, enfrenta "protestas", nada de otro mundo. ¿Por qué eran esas protestas? No se sabe.
El cuerpo de la nota sólo los incrimina más y más: resulta que fueron protestas "postelectorales" que desataron una «crisis política» que terminó con la "salida" (!) de Evo Morales del poder. Al mejor estilo de "la crisis causó dos nuevas muertes" (Clarin Dixit), la salida de Evo del poder se debió a una fastasmagórica "crisis política" y no a la intervención explícita de las Fuerzas Armadas, la Policía y lo más rancio de la derecha boliviana que organizó el golpe.
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