#Músicaparaelencierro. Los cabezones seguramente saben perfectamente de que se trata el "Octopus" del Gigante Gentil y Genial. En 1972, Gentle Giant comenzó el que sería el período más alto de su carrera con el álbum más pesado de toda su discografía. Esta placa es un clásico induscutible, un ícono del progresivo. Gentle Giant logra una conjunción de épocas y estilos verdaderamente única. Con un crisol de instrumentos del rock, instrumentos del folklore clásico inglés, como de la música clásica, el gigante gentil es una mixtura del medioevo y la modernidad, música eterna y atemporal que suena como rock con una especie de sensibilidad pop, además del buen gusto musical que se suma a esta verdadera mixtura de melodias juglarezcas, fugas y rock. Seguimos de esta manera con las presentaciones de los discos del Gigante Gentil desde el box-set "Unburied Treasure" que nos trajo Horacio Marique, y para ello... ¿se te ocurre algo más maravilloso que esto...?
Artista: Gentle Giant
Y suena como... como... hummm... únicamente como el siguiente grupo, como nadie más:
Enmarcado el contexto de la banda, vemos que a esta gente le pasó algo parecido a lo que les venía pasando a los Van der Graaf Generator, si bien parecian que estaban en el momento indicado y en el lugar indicado y haciendo lo indicado (tocando de lo mejor del rock progresivo en la Inglaterra al principio de los 70s) no tenían la aceptación masiva que tuvieron otros monstruos... quizás falta de gancho, quizás alguna pizca de eso que no se sabe qué es pero que marca un punto de inflección entre el casi anonimato y el éxito. Sea como sea, las dos bandas carecieron de ese ángel, pero sin embargo su sello quedó grabado a fuego en la historia del mejor rock que ha hecho la humanidad...
Otro acierto dentro de "Octopus" es el equilibrio de su instrumentación. Violines, guitarras eléctricas y sonidos sintéticos conviven en perfecta armonía en función a grandiosas composiciones.
Un disco muy bueno, parejo y de bases muy sólidas. Indiscutible el lugar que se gano entre discos de las grandes bandas. Otro discazo hiper super recontra recomendado en el blog cabezón, un verdadero disfrute para los oídos que no te podés perder por nada del mundo. Y nuestro espacio se sigue conviertiendo en una recopilación de maravillas musicales...
Artista: Gentle Giant
Álbum: Octopus
Año: 1972
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 34:15
Nacionalidad: Inglaterra
Año: 1972
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 34:15
Nacionalidad: Inglaterra
Más Gentle Giant para nuestro festival de buena música. Un hermoso disco para disfrutar mientas se come una cazuela... bah... o una asado, o fideos, o arroz y hasta sopa, incluso haciendo cualquier cosa, pero se disfruta más si uno tiene el tiempo para prestarle atención a todas las maravillosas combinaciones de sonidos que pasan por este disco.
El 1 de diciembre de 1972 fue publicado el maravilloso cuarto álbum de la banda inglesa con la reconocible portada de Roger Dean.
Las harmonias de voces y las complejas estructuras rítmicas estan perfectamente empleadas con buen gusto y sensatez, descartando de lleno cualquier similitud con intentos musicales similares, que se pierden en si mismo por presentar complejidad.
Las harmonias de voces y las complejas estructuras rítmicas estan perfectamente empleadas con buen gusto y sensatez, descartando de lleno cualquier similitud con intentos musicales similares, que se pierden en si mismo por presentar complejidad.
Si existe una banda que me produce un placer especial en comentar, esa banda es Gentle Giant. Ella demostró, entre 1970 y 1980, que se podía hacer una música atractiva, compleja y amena, rica en armonías vocales, frases sincopadas y un aroma que fluctuaba entre el folk, el jazz, el rock y rasgos clasicistas de pinceladas barrocas, medievales y románticas que decantaban con frecuencia en una música de cámara adaptada a aquella gloriosa década de los 70.
Todo en manos de músicos con un lenguaje instrumental políglota que era siempre un reto al oído más exigente, aunque sus tres últimas grabaciones, The Missing Piece (1977), Giant For A Day (1978) y Civilian (1980) ya reflejaban un gran hastío, como si se tratara de la más fervorosa pasión que con suerte alcanza una década. Ya era necesario cesar.
Gentle Giant fue el punto de encuentro de los hermanos Phil, Derek y Ray Shulman con el guitarrista Gary Green, el teclista Kerry Minnear y, para este álbum que hoy cumple nueve lustros, el baterista John Weathers. Este último participaba en la banda por primera vez en sustitución de Malcolm Mortimore.
Aunque no fue un álbum conceptual en el sentido tradicional, una parte de los temas de Octopus están basados en los libros Gargantua y Pantagruel de François Rabelais, Knots de R.D. Laing y en ocasiones inspirado en Albert Camus.
La imagen de Roger Dean (carátula original, hay otra para el mercado norteamericano) nos prepara para un álbum que ha sorteado bien los abates del tiempo. Su música sigue siendo fresca, provocativa y fiel representante de un grupo que álbum tras álbum estaba destinado a ser apreciado por oídos refinados y convertirse, como Van Der Graaf Generator, en un grupo de culto.
Y así fue. Octopus, es, en mi opinión, el álbum más completo de Gentle Giant.
Contentivo de ocho temas, octo opus, titulo que le diera la esposa de Phil Shulman, inicia con “The Advent of Panurge”: “Allá viniendo sobre el puente Charaton, puedes ver el hombre que es pobre pero rico. Qué deseas y a dónde vas, Quién eres, de dónde eres, me dirás tu nombre, descansa un rato, llámame tu amigo, por favor quédate conmigo”.
El juego vocal de este tema es uno de sus atractivos. La guitarra revoloteando en torno con el resto de los instrumentos sonando en breves frases y los cortes, simplemente magistrales. Este tema es seguido de “Raconteur, Trobadour”, cuyo hermoso pasaje de cuerdas nos atrapa pero luego nos sorprende con una sonoridad menos clásica. Gentle Giant no sólo demuestra precisión sino un modo muy particular de hilvanar estilos.
“Vengan a la plaza de la villa, vengan gente buena, ambas, desdichadas y justas, vean al trovador tocar el tambor, oigan mis canciones en el laúd que rasgeo, les haré reir…”
“A Cry For Everyone” es la tecera canción del álbum y la más convencional. Es el lado roquero y acentuado de Gentle Giant. Los teclados de Minnear hacen buena parte del trabajo aquí. La polifónica “Knots” le sigue: “Todo en cada hombre y en todos los hombres, todos los hombres en cada hombre, él puede ver que ella no puede, ella puede ver que puede, ver cualquier cosa, cualquiera”.
Todo un retruécano a lo Gentle Giant. Particularmente atractiva con un espectacular solo de xilófono de Weathers. La pieza evoluciona hacia un sonido más organizado que se diluye. Al final tras el silencio habitual que separa las canciones, escuchamos una risa y luego lo que pareciera una moneda dando giros sobre una mesa, hasta casi detenerse.
Es entonces cuando “The Boys In The Band” con sus explosivas sonoridades invade nuestros oídos. Si revisamos el catálogo de Gentle Giant, encontramos que una de sus características es una gran cascada de sonoridades que se reacomodan para siluetar una melodía.
Este es el único tema instrumental del álbum. El saxo alto de Derek Shulman le da un color y una textura especial. La pieza en sí otorga gran libertad a los chicos de la banda.
“Arrastrándose por las calles con sus pies de lado, deteniéndose de cuando en cuando y se detendrá de nuevo, no hay duda en su mente hacia dónde va”. Esta es la primera estrofa de “Dog’s Life” (Vida de perro). El intro de guitarra es armónicamente poco usual, tomando el riesgo de referirme a él como armónico.
Están en la pieza los elementos experimentales que son marca de fábrica de este genial sexteto que sigue atrayendo. El regal (órgano portátil), el cello, violín, las guitarras eléctrica y acústica intentan formar un cuarteto de cuerdas con acompañamiento. ¡Y qué decir de las voces!
Hacia la mitad la atmósfera se abre y los instrumentos juegan en ese espacio. Si bien el oído pudiera sentirse sobre estimulado no hay excesos en esta pieza que no alcanza los 4 minutos.
“Think of Me With Kindness” (Piensa en mí con benevolencia) y “River” cierran el álbum. La primera empieza con un acorde al piano y el bajo. Es una de las melodías más hermosas que he escuchado dentro y fuera del género. “Por qué estoy usando palabras, sin más que decir sin ti, cierra la puerta, apaga la luz y vete, tarde en la noche, en la noche tu sombra cae, nunca más, nunca sabe, Allá, los recuerdos son penas cuando no hay mañana”. Es mi pieza favorita del álbum.
Sin embargo, siempre me irritó la cuasi fermata que hay después del solo del melófono. Aún no la supero y me parece que le resta belleza a la pieza. Tal vez sea de esos elementos propios de una cultura con la que rara vez no conecto. Al término, la última nota se sostiene hasta hacerse inaudible.
Todo en manos de músicos con un lenguaje instrumental políglota que era siempre un reto al oído más exigente, aunque sus tres últimas grabaciones, The Missing Piece (1977), Giant For A Day (1978) y Civilian (1980) ya reflejaban un gran hastío, como si se tratara de la más fervorosa pasión que con suerte alcanza una década. Ya era necesario cesar.
Gentle Giant fue el punto de encuentro de los hermanos Phil, Derek y Ray Shulman con el guitarrista Gary Green, el teclista Kerry Minnear y, para este álbum que hoy cumple nueve lustros, el baterista John Weathers. Este último participaba en la banda por primera vez en sustitución de Malcolm Mortimore.
Aunque no fue un álbum conceptual en el sentido tradicional, una parte de los temas de Octopus están basados en los libros Gargantua y Pantagruel de François Rabelais, Knots de R.D. Laing y en ocasiones inspirado en Albert Camus.
La imagen de Roger Dean (carátula original, hay otra para el mercado norteamericano) nos prepara para un álbum que ha sorteado bien los abates del tiempo. Su música sigue siendo fresca, provocativa y fiel representante de un grupo que álbum tras álbum estaba destinado a ser apreciado por oídos refinados y convertirse, como Van Der Graaf Generator, en un grupo de culto.
Y así fue. Octopus, es, en mi opinión, el álbum más completo de Gentle Giant.
Contentivo de ocho temas, octo opus, titulo que le diera la esposa de Phil Shulman, inicia con “The Advent of Panurge”: “Allá viniendo sobre el puente Charaton, puedes ver el hombre que es pobre pero rico. Qué deseas y a dónde vas, Quién eres, de dónde eres, me dirás tu nombre, descansa un rato, llámame tu amigo, por favor quédate conmigo”.
El juego vocal de este tema es uno de sus atractivos. La guitarra revoloteando en torno con el resto de los instrumentos sonando en breves frases y los cortes, simplemente magistrales. Este tema es seguido de “Raconteur, Trobadour”, cuyo hermoso pasaje de cuerdas nos atrapa pero luego nos sorprende con una sonoridad menos clásica. Gentle Giant no sólo demuestra precisión sino un modo muy particular de hilvanar estilos.
“Vengan a la plaza de la villa, vengan gente buena, ambas, desdichadas y justas, vean al trovador tocar el tambor, oigan mis canciones en el laúd que rasgeo, les haré reir…”
“A Cry For Everyone” es la tecera canción del álbum y la más convencional. Es el lado roquero y acentuado de Gentle Giant. Los teclados de Minnear hacen buena parte del trabajo aquí. La polifónica “Knots” le sigue: “Todo en cada hombre y en todos los hombres, todos los hombres en cada hombre, él puede ver que ella no puede, ella puede ver que puede, ver cualquier cosa, cualquiera”.
Todo un retruécano a lo Gentle Giant. Particularmente atractiva con un espectacular solo de xilófono de Weathers. La pieza evoluciona hacia un sonido más organizado que se diluye. Al final tras el silencio habitual que separa las canciones, escuchamos una risa y luego lo que pareciera una moneda dando giros sobre una mesa, hasta casi detenerse.
Es entonces cuando “The Boys In The Band” con sus explosivas sonoridades invade nuestros oídos. Si revisamos el catálogo de Gentle Giant, encontramos que una de sus características es una gran cascada de sonoridades que se reacomodan para siluetar una melodía.
Este es el único tema instrumental del álbum. El saxo alto de Derek Shulman le da un color y una textura especial. La pieza en sí otorga gran libertad a los chicos de la banda.
“Arrastrándose por las calles con sus pies de lado, deteniéndose de cuando en cuando y se detendrá de nuevo, no hay duda en su mente hacia dónde va”. Esta es la primera estrofa de “Dog’s Life” (Vida de perro). El intro de guitarra es armónicamente poco usual, tomando el riesgo de referirme a él como armónico.
Están en la pieza los elementos experimentales que son marca de fábrica de este genial sexteto que sigue atrayendo. El regal (órgano portátil), el cello, violín, las guitarras eléctrica y acústica intentan formar un cuarteto de cuerdas con acompañamiento. ¡Y qué decir de las voces!
Hacia la mitad la atmósfera se abre y los instrumentos juegan en ese espacio. Si bien el oído pudiera sentirse sobre estimulado no hay excesos en esta pieza que no alcanza los 4 minutos.
“Think of Me With Kindness” (Piensa en mí con benevolencia) y “River” cierran el álbum. La primera empieza con un acorde al piano y el bajo. Es una de las melodías más hermosas que he escuchado dentro y fuera del género. “Por qué estoy usando palabras, sin más que decir sin ti, cierra la puerta, apaga la luz y vete, tarde en la noche, en la noche tu sombra cae, nunca más, nunca sabe, Allá, los recuerdos son penas cuando no hay mañana”. Es mi pieza favorita del álbum.
Sin embargo, siempre me irritó la cuasi fermata que hay después del solo del melófono. Aún no la supero y me parece que le resta belleza a la pieza. Tal vez sea de esos elementos propios de una cultura con la que rara vez no conecto. Al término, la última nota se sostiene hasta hacerse inaudible.
“Tocando lo último de lo que es pasado, moviendo aguas calmas sentí el primero que llega, lento y sinuoso, fluyendo libre, música apacible en su sonido de tambores distantes, confía en la corriente virgen y llana, silvestre peligro, cuidado en lo más profundo que se torna”.
La voz de Phil y Derek por momentos nos distancia con sus tonos ligeramente discordantes. La banda entrelaza elementos de folk con bongó, minimoog, piano eléctrico y mellotrón. Incluso irrumpe el elemento vanguardista con un platillo velocidad variable.
La voz de Phil y Derek por momentos nos distancia con sus tonos ligeramente discordantes. La banda entrelaza elementos de folk con bongó, minimoog, piano eléctrico y mellotrón. Incluso irrumpe el elemento vanguardista con un platillo velocidad variable.
Octopus es uno de esos álbumes que se revalorizan con el tiempo. Me atrevo a decir que en conjunto estuvo adelantado a su época. Si bien es conceptual en el sentido que intenta describir a cada miembro de la banda, este cuarto álbum es una obra de arte en cada canción donde no hay procura por sentenciar en un todo algo como Tales From Topographic Oceans (Yes – 1973).
¡Escúchalo y verás!
¡Escúchalo y verás!
Y suena como... como... hummm... únicamente como el siguiente grupo, como nadie más:
En temas como "Cry for Everyone" vemos el potencial rockero, demostrando una agrupacion polifacética.
Gentle Giant fue, a mi criterio, una excelente banda de rock progresivo. Pero, porqué no fue popular? Creo que por dos motivos… el primero es porque su carácter “experimental” hacía que no fuera considerado seriamente dentro de los circuitos de comercialización de discos más tradicionales. En realidad, cuando los escuchás, te das cuenta que lo experimental es bastante liviano. Su estilo musical es bastante convencional (dentro de lo que era el rock progresivo en los 70´s), pero ellos usaban nuevos instrumentos, probaban nuevos sonidos... cosas bastante poco atrevidas si se las analiza a la distancia. Por ejemplo: usar un Xilofón... no parece tan grave, verdad?The Sacred Monster
El segundo motivo es que este disco salió en 1972. Alguna vez hablamos acerca de esos años. Yo considero que entre 1971 y 1975 se editó el 80% o 90% de la mejor música que hasta hoy escucho. Y en particular, en 1972. Fijate: Deep Purple editaba Machine Head, y pocos meses después coronaba su mejor año con Made In Japan. Neil Young sorprendía con ventas sin distraerse de su alineado estilo contracultural de la hippie San Francisco con Harvest. La elegancia y el rock&roll se combinaban en el progresivo rock de Yes con su Close to the Edge y Fragile, los dos del mismo año. Lou Reed golpeaba con Transformer y su Walk On The Dark Side. Alice Cooper, Paul Simon, y Al Green se hacían un lugar entre el impactante Ziggy Stardust de David Bowie y el Exile On Main Street de los Rolling Stones. Emerson Lake & Palmer atacaban con Trylogy, mientras que Genesis lo hacía con Foxtrot. Jethro sacaba el disco que más me gusta de su carrera: Thick As a Brick. Focus editó 2, Frank Zappa 3, y Elvis Presley 5! Y todo en 1972!
Hacerse un lugar y ser popular entre ese océano de música ha de haber sido muy difícil. Imagino la cantidad de cosas que se habrán perdido sólo por haber nacido ese año.
Gentle Giant fue una gran banda, que se dio el lujo de, por ejemplo, jugar en temas como “A Cry For Everyone”, donde emulan a Jethro Tull y otras bandas de rock con maestría. Creo que muchos de los “famosos” escuchaban al gigante gentil, y se alimentaron de su creatividad.
Este mismo año en el que sacan este disco, realizan una gira con los Jethro Tull que está documentada en las siguientes líneas:
De gira junto a Jethro TullMingus
A principios de 1972, en enero y febrero, Gentle Giant iniciaron una gran gira europea abriendo conciertos para Jethro Tull. La gira con los Tull fué su primer gran tour organizado y la gran oportunidad que estaban esperando. Los dos grupos funcionaban muy bien juntos y el Gigante no desaprovechó la ocasión de seguir dándose a conocer en los paises nórdicos, Alemania, Italia, Suiza y Francia, países en los que ya tenían una buena aceptación.
Hacia finales de marzo las cosas se tuercen un tanto. Malcolm Mortimore resulta herido en un accidente de moto con tan mala suerte que se rompe un brazo, una pierna y la pelvis. La banda se ve obligada a buscar otro batería rápidamente para sustituirle. Contactaron con Mike Giles, ex King Crimson, pero por una u otra razón este plan no funcionó. Finalmente contrataron de forma temporal a John Weathers, que hacía poco había dejado The Grease Band y había estado trabajando en una fábrica de alfombras. Con John Weathers como batería temporal iniciaron una gira por el Reino Unido en abril. Desgraciadamente para Malcolm, su recuperación lleva más tiempo del previsto, así que deciden ofrecer permanentemente el puesto a Weathers y éste acepta. Lógicamente esto molestó a Malcolm pero nada pudo hacer para evitarlo.
Esta gira en en el Reino Unido resultó un tanto humillante para el grupo, según Kerry Minnear, ya que en realidad servía como acto de apertura en una película de Jimi Hendrix. Esto nos dá una idea del poco nombre que tenían por entonces y del poco terreno que estaban ganando entre el público británico.
El mes de mayo regresan a Alemania e Italia, pero esta vez acompañando a Chicken Shack y Man. El apoyo que reciben en el continente sigue siendo mucho mayor que el que estaban recibiendo en el Reino Unido, donde aún siguen siendo unos grandes desconocidos.
Y por fin en la segunda mitad del año el grupo consigue irse de gira a Norte América. Abren para Black Sabbath entre los meses de agosto y septiembre y en estos conciertos se ven obligados a tocar en ocasiones un estilo mas heavy para agradar también a los fans de Sabbath. Poco a poco van logrando lo que desean, darse a conocer en el panorama musical americano. También tocan algunas fechas con Yes y Edgar Winter entre finales de septiembre y primeros de octubre.
A mediados de octubre se unen de nuevo a Jethro Tull, que está resultando ser el mayor patrocinador de la banda, esta vez en la gira de promoción del Thick As A Brick. Este fué un momento muy importante para Jethro Tull, el TAAB estaba siendo un gran éxito y los conciertos eran ante auténticas multitudes. Tocar en la gira americana del TAAB resultó enormemente positivo para Gentle Giant. Al contrario que lo que ocurrió cuando abrieron para Black Sabbath, a los fans de Jethro Tull les gustaba su estilo. La música de las dos bandas tiene mucho en común y esto permitió al Gigante recoger un buen número de fans, además de consolidarse como una de las mejores bandas de rock progresivo del momento.
Enmarcado el contexto de la banda, vemos que a esta gente le pasó algo parecido a lo que les venía pasando a los Van der Graaf Generator, si bien parecian que estaban en el momento indicado y en el lugar indicado y haciendo lo indicado (tocando de lo mejor del rock progresivo en la Inglaterra al principio de los 70s) no tenían la aceptación masiva que tuvieron otros monstruos... quizás falta de gancho, quizás alguna pizca de eso que no se sabe qué es pero que marca un punto de inflección entre el casi anonimato y el éxito. Sea como sea, las dos bandas carecieron de ese ángel, pero sin embargo su sello quedó grabado a fuego en la historia del mejor rock que ha hecho la humanidad...
Octopus es un fascinante disco de rock progresivo, de lo mejor que ha grabado el grupo Gentle Giant, banda que mezclaba el rock, la música clásica, el folk británico, el jazz y elementos sonoros procedentes de la época medieval con preciosismo, teatralidad en las voces y un excitante ensamblaje musical con trompetas, xilófonos, cellos o violines arropando los instrumentos básicos del rock’n’roll.AlohaCriticón
Las composiciones de este gran LP demuestran que el rock progresivo, si huye de la autocomplacencia artística y conceptúa el virtuosismo en pos de la escritura y no al revés, con tacto melódico y riqueza en las estructuras, ofrece algunos de los mejores pasajes sonoros del panorama musical de finales de los 60 y comienzos de los años 70.
“The Advent of Panurge” presenta en su conseguida melodía un sugerente trayecto de texturas sonoras con textos sobre el clásico personaje de François Rabelais, Pantagruel, y su encuentro con un viejo amigo llamado Panurge.
Sus resonancias de la etapa juglaresca es apreciable en la magistral “Raconteur Troubadour”, historia de trovadores en el que su perfecta conjunción instrumental nos permite pasearnos por un castillo y por las callejuelas empedradas de una ciudad medieval con sus princesas, caballeros, reyes y bufones.“A Cry For Everyone” es un excelente y fibroso tema con potente riff guitarrero, intrincados pasajes sonoros, conseguida melodía y materia de carácter existencialista derivada de textos del gran escritor Albert Camus. Una de las mejores piezas del album.
“Knot” es un madrigal con un espectacular juego lírico e instrumental, retozón xilófono y una ligazón vocal asombrosa. Una canción realmente disfrutable conceptuada en base a los estudios del psicólogo R. D. Laing.
Una risa y una moneda cayendo sobre una mesa es el inicio de “The Boys In The Band”, instrumental en el que todos los miembros del grupo ofrecen lo mejor de sí mismo con sugestivos cambios de tempo.
“Dog’s Life”, pieza de resonancia medieval, evoca los andares de un sabueso empleado como metáfora y tributo a los roadies de la banda.
“Think Of Me With Kindness” es una sensacional balada, melódica, sensible, relata con emoción la lánguida y melancólica situación vivida por el autor tras la ruptura de una relación amorosa.
“River” es la última composición del album e intentando capturar la imaginería natural de un río y su contexto el grupo logra una intensa atmósfera gracias a su interactuación instrumental.
Si hay que empezar a iniciarse en la obra de Gentle Giant, no cabe duda que este es un óptimo principio.
Enfrentarse a un disco de estas características es siempre un reto y una experiencia nueva. Cada nueva escucha, cada fragmento que se descubre, maravilla al oyente,hasta que se acaba de comprender que estamos ante una de los discos más increíbles y maravillosos que una banda de Rock haya podido concebir.Anin Jadas
Nada más y nada menos que 37 años nos contemplan desde que Gentle Giant sacaran a la luz esta obra maestra del Rock Progresivo y muchas cosas han cambiado desde entonces en las maneras de hacer música, pero ni los últimos avances tecnólogicos,ni la globalización e Internet, ni las mejores máquinas del mundo, son capaces de emular a unos músicos haciendo bien su trabajo, sintiendo la música, desbaratando ideas preconcebidas y amalgamando estilos tan alejados, en principio, como la música clásica y el rock. Cosa que en Octopus es patente y notorio.
Octopus (nombre que según la propia banda fue ideado por la esposa de Phil Shulman y que hace referencia a los ocho cortes del disco: octo opus) es el cuarto trabajo de Gentle Giant y sería el último realizado como sexteto, ya que Phil abandonaría la formación tras su publicación. También es el disco que vio la incorporación de John Weathers a la batería, lo que le dio más fuerza a la sección rítmica.
Más sinfónico y rockero que sus antecesores, Octopus es una apabullante cascada de armonías vocales múltiples perfectamente construidas, un dechado de virtuosismo instrumental, con una emsambladura de una precisión casi mágica de los muy variados y diversos instrumentos que la banda toca; y aún así su sonido es limpio, inteligible, claro, luminoso. Perfecto.
En Octopus encontramos, por supuesto, Rock, pero también destellos de música clásica, Jazz, Folk británico, elementos medievales… Todo ello envuelto en unas letras inteligentes inspiradas en la literatura clásica y la filosofía.
Por cierto, si alguien está buscando una comparación para este disco en concreto y para la música de Gentle Giant en general, que desista: Gentle Giant suenan a Gentle Giant. Son los creadores de un sonido y de una manera de entender el Rock Prgresivo, única e inigualable. Para bien o para mal.
En mi opinión estamos ante uno de los discos más importantes del Progresivo y del Rock sin apellidos. Una “octo opus” de poco más de 30 minutos que deja sin aliento al oyente. Un disco maravilloso que ningún aficionado a la buena música debería dejar de escuchar.
Según he leído por ahí, el crítico D. Fisherman dijo que Gentle Giant compusieron la música que crearía un genial maestro clásico si decidiera hacer rock.
No se hable más. Escuchemos Octopus.
The Advent of Panurge: El primer tema de Octopus empieza con una sencillez y suavidad de terciopelo. Las voces de los Shulman componen una de las tantas armonías vocales que vamos a disfrutar en este disco para darnos la bienvenida. Casi a capella, tan sólo acompañados por notas aisladas de guitarra, bajo o teclados.
Luego entrarán el resto de los músicos y el tema se enrosca en una combinación impresionante de instrumentos y coros, con pasajes jazzísticos y unas estructuras sonoras típicamente Giant.
La melodía principal de este tema es de las que no se olvidan.
Según las notas explicativas de mi CD, en este tema se narra el encuentro entre el fabuloso gigante rabelaisiano Pantagruel y un viejo amigo y compañero llamado Panurge.
Raconteur, Troubadour: Los chicos de Gentle decidieron darnos un paseo por el medievo y vaya si lo consiguen. En este tema desarrollan unos ritmos y cadencias musicales que nos introducen con gran acierto en el espíritu trovadoresco de la Inglaterra medieval. Instrumentación, arreglos y letras están pensados y dispuestos para ello.
Esta canción tiene una sección central de violín y órgano que es digna de cualquier compositor clásico. Grandioso y maravilloso pasaje de verdad, que pena que no lo alargaran, qué se yo, unos veinte minutillos más... Luego se van añadiendo vientos y las voces y la cadencia particular de este tema de nuevo se hacen protagonistas.
A Cry for Everyone: Según las notas del CD, “la letra está basada en los pensamientos de uno o dos miembros de la banda, y está inspirada en la litetarura y filosofía de Albert Camus”.
Para muchos una de las mejores piezas del álbum, comienza con un potente riff gitarrero. Una típica canción de Rock Progresivo con una poderosa instrumentación y unos pasajes sonoros deliciosos en los que alternativamente cobran protagonismo los teclados y la guitarra, siempre apoyados en una impecable y fuerte base rítmica con un fibroso y rotundo bajo.
Knots: Este tema es un precioso madrigal inspirado por los juegos poéticos del eminente psicólogo R.D. Laing.
Un juego musical en el que los divertimentos vocales cobran protagonismo mientras un xilófono puntea notas aquí y allá. Por momentos también tiene su toque de Jazz, pero lo que destaca realmente en este tema son las voces, perfectamente articuladas y moduladas en unos impresionantes coros.
A veces me pregunto si Freddie Mercury no se inspiró en estos juegos vocales para desarrollar, tres años más tarde, los coros de temas como Bohemian Rhapsody o The Prophet Song, ambos en el gran A Night at the Opera.
The Boys in the Band: Una risa y el sonido de una moneda girando sobre si misma sobre lo que parece una superficie de madera (ambos obra del ingeniero Rushant) dan paso a un tremendo instrumental en el que de nuevo aflora la potencia rockera de los Gentle.
Según el libreto “un tema para Gentle Giant como un todo, nuestro ingeniero Martin Rushant incluido”.
En este tema, con esos sonidos iniciales y unos buenos cascos, es posible apreciar la excelencia de la grabación de este disco, tiene un sonido maravilloso y la producción es magnífica.
Una canción para valorar en su máximo esplendor la prodigiosa calidad de estos músicos.
Dog’s Life: De nuevo la temática musical vuelve a ser de corte medieval, y digo musical porque la letrística está dedicada a la “vida de perros” de los roadies de la banda, en tono de comedia por supuesto.
La melodía es maravillosa, arropada por unos arreglos de cuerda y un órgano medieval espectaculares, y, de nuevo, unos coros para disfrutar una y otra vez.
Una canción sencilla y preciosa que desearías que se alargara un poco más, como casi todo en este disco.
Think of Me with Kindness: Son sonar las primeras notas de piano y se me pone carne de gallina. Siempre.
Esta canción es una de las más emocionantes y bellas que he escuchado nunca, de verdad. Íntima, conmovedora y, a la vez, potente.
La voz es sublime. La instrumentalización delicada y perfecta. La sección de viento magnífica.
Mi favorita de este disco.
Cuenta la situación vivida por el autor tras una ruptura amorosa.
River: Quizá el tema más auténticamente progresivo del disco, Gentle Giant trataron de “crear diversas atmósferas usando los diferentes aparatos electrónicos a nuestra disposición en el estudio de grabación”.
Les quedó un tema fuerte y muy rockero, con una sobresaliente guitarra y, como decía al principio, una clara orientación rock-progresiva en el sentido de experimentación, avance y creatividad.
Por cierto la portada original de la edición inglesa es obra de Roger Dean, el creador, como muy bien sabéis, de las portadas de Yes.
Nada más que decir, salvo que si no has escuchado este disco, no sabes lo que te estás perdiendo…
A ver... Octopus, tengo que confesarlo, es difícil de describir. Pasajes corales, guitarras rockeras, cortes medievales y riffs avasallantes se escuchan con un toque muy personal de sus compositores en Octopus.Strauss_14
Hay algo en este disco que llama la atención. La mayoría de sus canciones no llegan a ser del todo fuertes en materia de composición, son divagaciones. No digo que sea tan errante y raro como Trout Mask Replica o Lumpy Gravy (no llega a ser ni la mitad de lo que son esos discos), pero son todos temas cortos que desarrollan como máximo dos o tres ideas musicales y tienen casi siempre estructuras poco convencionales que a la vez son poco consistentes. Además, Octopus no pretende ser un compilado de suites magistrales. Ahora, el hecho de que esta obra sea así no quita puntos: al contrario, el LP logra un sonido muy llamativo, sobre todo para los amantes del progresivo.
The advent of panurge empieza con coros complejos y sutiles y una guitarra discreta. La peculiar masa de sonidos que se escucha después del minuto 1 y se repite al final es entusiasmante y los pianos son destacables. Las melodías son disfrutables, nada más.
Raconteur troubadour tiene arreglos orquestales muy buenos que a veces pueden hacerse monótonos, melodías agradables y teclados amistosos. Lo mejor viene después del minuto 1: 50, cuando se escuchan violines a los que se le suman teclados y pianos acompañando medievalmente y armando un hermoso ambiente que culmina con la aparición de las voces y unos pausados teclados disminuyendo su velocidad.
A cry for everyone se abalanza con una guitarra rockera y melodías excelentes. El puente del intermedio es magnífico, los pianos me fascinan y lo que se forma entre la guitarra y el hammond es dinámico y entretenido. Nada que perderse, el primer tema realmente consistente del disco. Al final se arma una mezcla ácida de guitarras y teclados tocando riffs fascinantes.
Unos coros extraños abren lo mejor del disco, Knots. Las voces, los xilófonos locos y los violines y saxos delirantes me encantan, y sonando todos juntos son más que excelentes. El riff de la segunda estrofa es maravilloso, y los coros hacen el aburrimiento imposible. Ni hablar del solo de xilofón con el piano maniático acompañándolo y sintetizando en ese acompañamiento lo que antes ejecutaban los vientos, cuerdas y percusiones. Los cortes vocales son tajantes, y esas melodías que después se mezclan forman una mezcla polifónica, fascinante y vigorosa extraordinaria.
Una moneda girando y una risa casual abren The boys in the band, que tiene un riff muy pegadizo, unas guitarras y teclados sutiles e improvisados geniales, y una batería inquieta. Cabe destacar el caudaloso riff de bajo y piano del medio junto con las guitarras con sonido nasal. Otro highlight.
Dog’s life comienza con un llamativo motivo de guitarra clásica que se repite varias veces a lo largo de la canción. El moog que acompaña a las voces en las estrofas tiene un sonido muy adecuado para su función y los arreglos orquestales son buenos. Nada demasiado destacable.
Think of me with kindness es una balada melosa con pianos reposados y una voz hermosa aportada por Minnear. Luego cambia, y se aproxima un corno con unos teclados caudalosos y unos coros bajos que luego se despliegan en un suspiro de Kerry. El final es muy bueno: a la melodía inicial se le agregan teclados caudalosos que forman un ambiente sublime.
River estaría número dos si tuviera que hacer un ranking de rockers del disco. Tiene una melodía loca muy buena, y un riff esquizoide acompañándola. Se escuchan pasajes tranquilos de voz, golpeteos desaforados de la batería, y un solo de guitarra excelente que hace todo todavía más rockero.
A diferencia de King Crimson (sólo por dar un ejemplo), Gentle Giant es un acto colectivo de composición. Todos salvo Green aportan algo, y esto hace que la música del grupo sea ecléctica.
Me impresiona la precisión que tienen los miembros del grupo para cantar: los coros son muy complejos y requieren maestría a la hora de tocar y cantar a la vez. En realidad, los miembros de Gentle Giant son muy buenos (y no sólo cantando), nada más que no lo demuestran. En ningún momento se le dio al guitarrista un espacio amplio para improvisar (salvo en River), o al tecladista un lugar para solear. Los músicos de la banda son exactos y con eso les basta. Podrían hacer más, seguramente, pero no quieren: la música que hacen en este disco no da para eso.
Un disco muy bueno, parejo y de bases muy sólidas. Indiscutible el lugar que se gano entre discos de las grandes bandas. Otro discazo hiper super recontra recomendado en el blog cabezón, un verdadero disfrute para los oídos que no te podés perder por nada del mundo. Y nuestro espacio se sigue conviertiendo en una recopilación de maravillas musicales...
Lista de Temas:
1. The Advent Of Panurge
2. Raconteur Troubadour
3. A Cry For Everyone
4. Knots
5. The Boys In The Band
6. Dog's Life
7. Think Of Me With Kindness
8. River
1. The Advent Of Panurge
2. Raconteur Troubadour
3. A Cry For Everyone
4. Knots
5. The Boys In The Band
6. Dog's Life
7. Think Of Me With Kindness
8. River
Alineación:
- Gary Green / guitars, percussion
- Kerry Minnear / all keyboards, vibraphone, percussion, cello, Moog, lead and backing vocals
- Derek Shulman / lead vocals, alto saxophone
- Philip Shulman / saxophones, trumpet, mellophone, lead and backing vocals
- Raymond Shulman / bass, violin, guitar, percussion, vocals
- John Weathers / drums, percussion, xylophone
- Gary Green / guitars, percussion
- Kerry Minnear / all keyboards, vibraphone, percussion, cello, Moog, lead and backing vocals
- Derek Shulman / lead vocals, alto saxophone
- Philip Shulman / saxophones, trumpet, mellophone, lead and backing vocals
- Raymond Shulman / bass, violin, guitar, percussion, vocals
- John Weathers / drums, percussion, xylophone
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ReplyDeleteGran banda Gentle Giant!!!!!!. A la altura de cualquiera de sus contemporáneas (Crimson, Genesis, yes, Floyd, EL&P, Focus, Jethro Tull, etc.....).
ReplyDeleteInjustamente no valorada en la historia de esa maravillosa etapa del rock.....que sigan los éxitos!!!!!
Seguiré diciendo que Gentle Giant fue la mejor banda del rock progresivo. Abrazos menducos
ReplyDeleteLas conclusiones del Sacred Brother (así le decía cuando le escribía para agradecerle todo el amor que ponía en sus subidas a 320 kbps siempre con el artwork y unas historias maravillosas. Todavía tengo guardados infinidad de discos en una especie de Backup@320) son clarísimas. Más abrazos menducos
ReplyDeleteDonde esta el link de descarga?
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