No vamos a hablar mucho más de un disco que nos anima Rockarte pero oportunamente nos lo presentara nuestra querida Pricesita Vicky, que nos decía lo siguiente: "aquí tenemos otra odisea deslumbrante de la escuela del Canterbury atesorada por el tiempo (...) me resulta honorable presentarles la segunda y última joya que Gilgamesh grabó en un estudio, de nuevo como cuarteto, pero con sección rítmica renovada. En el bien tejido estilo de Gilgamesh se requería hilar fino, desde luego, encontramos sonidos de un jazz ligero, bien refinado, sutil y a la par cerebral, bellamente interpretado, donde prevalecen atmósferas etéreas y enigmáticas, si bien complejas, muy accesibles para el oído. El intimismo imperante del álbum demanda se escuche de ser posible en dedicadas sesiones nocturnas. Y les aseguro cabezonas/es, que una vez el oído logre conquistar esta musica, en definitiva, se tendrá la certeza de que en algo como esto: ya es de hilar muy fino". Amén pricesa Vicky. Y disfrutenlo de nuevo gracias a Rockarte!
Vivimos una época violenta, muy violenta; quizás tan violenta como otras épocas, sin embargo, la diferencia radica en que la actual es una violencia estructural y mundial; que hasta la OMS retrata como "epidemia mundial" en muchos de sus variados informes de situación. En ese engendro imperial denominado (grandilocuentemente) como "el gran país del norte", la ignorancia (junto con otras bestialidades, como el supremacismo, el racismo y la xenofobia, etc.) adquiere ribetes escandalosos, y más por la violencia que se ejerce directamente sobre aquellos seres que los "ganadores" han determinado como "inferiores". Aquí, un texto fechado en 1980 donde el genio de la ciencia ficción Isaac Asimov hace una crítica mordaz sobre el culto a la ignorancia, un culto a un Dios ciego y estúpido cual Azathoth, que se ha esparcido por todo el mundo, y aquí tenemos sus consecuencias, las vivimos en nuestra cotidaneidad. Hoy, como ayer, Cthulhu sigue llamando... ah,
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