"La estrategia del oficialismo es convencer a su electorado de una falacia que a estas alturas no cuela", así comienza una nota donde se ríen de la estrategia duranbarbísitca del gobierno amarillo, en una nota para el madrileño "Nueva Tribuna" de España. Casi en paralelo, el también madrileño "El País" hace una advertencia a los financistas que quieran invertir en Argentina (si es que hay alguno): "Para hacerse una idea de la desconfianza internacional hacia Argentina, conviene subrayar que ningún otro país de la región, salvo Venezuela, paga un riesgo-país superior a 250". Al Felino Macri lo bardean los que se suponían sus amigos, los jugadores financieros apuestan en su contra y hasta los fondos buitres lo desprecian. Seguro son todos kirchneristas!
El diario de negocios "Financial Times" publicó una nota con la situación económica y su encabezado fue "Argentina está al borde" mientras que los cables de agencias internacionales apuntaron a la caída de los bonos. El diario "El País" de España publicó un artículo en su portada cuyo título es "Argentina se asoma al abismo económico entre dudas sobre la gestión de (Mauricio) Macri" y describe que "la posibilidad de un default argentino existe, con (Cristina) Kirchner o sin ella. (...) la crisis de confianza se agudiza. A la creciente incertidumbre política, con el presidente Mauricio Macri bajando en los sondeos y con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner cada vez mejor situada, se suma a la incertidumbre económica: pesan grandes dudas sobre la capacidad gubernamental de controlar la inflación. (...) El hombre que prometió resolver de una vez por todas los males endémicos de la economía (inflación y devaluación, pobreza, corrupción) se enfrenta al final de su mandato con una crisis devastadora, en gran medida por sus propios errores".
Pero no hace falta leer los refritos de la prensa internacional para enterarse que eso que el macrismo llama “el mundo” le bajó el pulgar a la Argentina. Saltando el día a día del vértigo de los mercados financieros, la secuencia de la caída es bastante corta. Ya en 2017 las finanzas globales advirtieron tardíamente que Argentina se había sobreendeudado.
En los primeros meses de 2018 el crédito externo se cortó por completo y se recayó en el FMI. Las causas de los acontecimientos eran y son simples: una economía que en 2015 tenía un problema de escasez relativa de dólares avanzó transitoriamente por la vía del endeudamiento. Como la deuda se destinó a la fuga y no al desarrollo el problema se agravó. "Los mercados" lo advirtieron y cortaron los flujos de divisas hacía el país. Los grandes fondos de inversión valorizaron el carry trade, el diferencial que habían hecho en pesos con las Lebac, volvieron a dólares y comenzaron a retirarse de Argentina. En la línea de largada estuvieron los más informados. El resultado casi inmediato fue la pérdida de la mitad del valor de la moneda local, con un dólar disparándose de 20 a 40 pesos.
¿Se acuerdan cuando en el 2015 nos puteaban porque decíamos que la peste amarilla haría todo esto que al final hizo? Lástima que hoy no hay nada por lo que festejar.
El diario de negocios "Financial Times" publicó una nota con la situación económica y su encabezado fue "Argentina está al borde" mientras que los cables de agencias internacionales apuntaron a la caída de los bonos. El diario "El País" de España publicó un artículo en su portada cuyo título es "Argentina se asoma al abismo económico entre dudas sobre la gestión de (Mauricio) Macri" y describe que "la posibilidad de un default argentino existe, con (Cristina) Kirchner o sin ella. (...) la crisis de confianza se agudiza. A la creciente incertidumbre política, con el presidente Mauricio Macri bajando en los sondeos y con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner cada vez mejor situada, se suma a la incertidumbre económica: pesan grandes dudas sobre la capacidad gubernamental de controlar la inflación. (...) El hombre que prometió resolver de una vez por todas los males endémicos de la economía (inflación y devaluación, pobreza, corrupción) se enfrenta al final de su mandato con una crisis devastadora, en gran medida por sus propios errores".
Pero no hace falta leer los refritos de la prensa internacional para enterarse que eso que el macrismo llama “el mundo” le bajó el pulgar a la Argentina. Saltando el día a día del vértigo de los mercados financieros, la secuencia de la caída es bastante corta. Ya en 2017 las finanzas globales advirtieron tardíamente que Argentina se había sobreendeudado.
En los primeros meses de 2018 el crédito externo se cortó por completo y se recayó en el FMI. Las causas de los acontecimientos eran y son simples: una economía que en 2015 tenía un problema de escasez relativa de dólares avanzó transitoriamente por la vía del endeudamiento. Como la deuda se destinó a la fuga y no al desarrollo el problema se agravó. "Los mercados" lo advirtieron y cortaron los flujos de divisas hacía el país. Los grandes fondos de inversión valorizaron el carry trade, el diferencial que habían hecho en pesos con las Lebac, volvieron a dólares y comenzaron a retirarse de Argentina. En la línea de largada estuvieron los más informados. El resultado casi inmediato fue la pérdida de la mitad del valor de la moneda local, con un dólar disparándose de 20 a 40 pesos.
Durante los primeros tres años de gestión Mauricio Macri endilgó el desastre económico que produjo su gobierno, a la “pesada herencia”. Hoy, a cinco meses de las elecciones generales, el presidente argentino asegura que el riesgo país –que llegó ayer a 1011 puntos- el dólar y la inflación imparable, sumados al riesgo de default, se deben a la posibilidad de que vuelva el “populismo”.Walter C. Medina
La estrategia del oficialismo es convencer a su electorado de una falacia que a estas alturas no cuela. La imagen de Mauricio Macri ha caído estrepitosamente, al tiempo que las encuestadoras más consultadas del país ven un posible triunfo de la oposición en las próximas elecciones presidenciales del próximo mes de octubre. Los medios hegemónicos, propagadores de la candidatura de Macri en 2015, ya han iniciado una campaña en pos de naturalizar una verdad que ya no se sustenta ni a fuerza de repetición. “El dólar sube por la posibilidad de la vuelta de Cristina Fernández de Kirchner”. “El riesgo país sube porque podría regresar el populismo”.
En 2015 Clarín, La Nación y el flamante equipo de gobierno celebraban haber evitado la continuidad de un modelo que, según repitieron hasta instalarlo como verdad, “nos conducía directo a ser como Venezuela”. Ahora, la posibilidad de que en octubre finalice este proceso neoliberal encabezado por Macri, se traduce en una nueva campaña mediante la que se pretende quitar toda responsabilidad al oficialismo del desastre económico que produjeron las medidas tomadas desde diciembre de 2015.
Macri no asume ninguna responsabilidad. Tampoco los miembros de su equipo, que aseguran –tal como lo hizo el Jefe de Gabinete, Marcos Peña- que no se irán en diciembre, que el populismo no “vuelve más”, y que no existen “soluciones mágicas”. “El riesgo país sube porque el mundo duda si vamos a seguir por este camino o si vamos a volver atrás”, dijo ayer Macri durante una entrevista radial. Pero la duda es infundada; los argentinos no vamos a volver atrás”, aseguró el responsable de un desastre económico que ya es portada de los principales medios especializados del mundo.
¿Se acuerdan cuando en el 2015 nos puteaban porque decíamos que la peste amarilla haría todo esto que al final hizo? Lástima que hoy no hay nada por lo que festejar.
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