Arte, genialidad, rebeldía, lucha de clases y compromiso social, de todo ello podemos hablar cuando hablamos de Miles Davis. Tanto en vida como después de su muerte, Miles es reverenciado como uno de los grandes del jazz, alguien cuyo arte tan sólo es comparable con otra leyenda de este género como Duke Ellington. Figura totémica del jazz y un ícono cultural del siglo XX, a la altura de Picasso en la pintura y Jimi Hendrix en el rock. Nació en Alton, Illinos, ciudad pequeña con no más de treinta y cinco mil habitantes, cuna del asesino de Martin Luther King pero también orgullosa madre de uno de los músicos más grandes de la historia. Rebelde y negro, inconformista, Davis y su música fue un "resultante" tanto de su propio talento como de su época y su espacio, marcado por las luchas sociales y raciales, injusticias y deshumanización. La genialidad de Davis dio sus frutos a muy temprana edad lo cual lo convierte en un prodigio de la música en general, ha influenciado a millones de músicos y a escritores también. Y aunque quizás para presentar todo esto quizás sería mejor traerlo a Duke o Coltrane, lo traje a Miles solo por afinidad musical, en este post donde nos metemos con el jazz, el racismo y la resistencia y con un señor que decía: "No pasa un día sin que esta discriminación me vuelva loco de rabia y como no puedo estar siempre furioso, utilizo la música para sacar mi ira". Wayne Shorter, una de las glorias del jazz, cuenta que "Miles Davis solía decirme: Amigo, ¿no estás harto de tocar música que suena como música?. Se trata de llegar a algo que no resulte conocido... eso busco". Un retrato de la lucha antiracista mientras Davis seguía su busqueda musical y espiritual contra esos demonios que terminaron por vencerlo.
Necesariamente, la música y cualquier otro arte debe ser político porque la creación no puede separarse de su entorno social, ello sería como realizar una biografía de Martin Luther King en la que no se nombra su lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.
Cabe recordar que esta serie de posteos titulados "Manual de Zonceras del Arte Despolitizado" nacieron cuando algunos se quejaron en nuestro espacio en Facebook, porque no solamente hablábamos de música, se quejaba porque parecíamos sacerdotes promiscuos difundiendo una biblia negra y pecaminosa, porque escribimos también de temas sociales (que generalmente inspiran a la música que luego escuchamos) y... ¡hablamos de política! ¡SACRILEGIO!
Por ejemplo, este fue uno de los comentarios.
No me quedó más remedio que responderle al pobre purista que no le gusta mancharse los oídos con cuestiones tan terrenales como la vida misma. Esta fue una de las tantas veces que digo más o menos lo mismo:
Yo tenía desde entonces este posteo a medio terminar, así que ahora me propongo darle una vuelta y presentarles esta nota que seguramente varios van a disfrutar. Y sobre el hecho de "dividir" cosas que en la vida vienen juntas, podríamos hacer un paralelismo con la música y la inefable tendencia de algunos de dividirla en estilos, como si fuera alguna regla a la que todos se deben ceñir, y sobre ello Miles decía lo siguiente (dedicado a todos los puristas que no les gusta mancharse los oídos):
Miles, a los doce años, comienza a con sus primeras clases de trompeta y a la par que él estudiaba ya trabajaba en algunos bares cercanos a su casa como músico, a los dieciseis ya tocaba fuera de la ciudad de Alton durante los fines de semana y a los diecisiete se unió a la Eddie Randle’s Blue Devils que era la banda más importante de Jazz de San Luis, Misuri, con lo que mostraba la genialidad y la facilidad que tenía al interpretar jazz con su trompeta.
Banda sonora de una época
"No pienso en ningún puto mercado", declaraba el propio Davis, "Hendrix no sabía nada de música modal; era solo un músico innato; sabes, no había estudiado, no le importaba nada del mercado y a mí tampoco. Columbia trata de meterme en esa mierda, pero no lo permitiré". Pese a su insularidad radical y a la alergia del autor a toda concesión comercial, discos geniales como "Bitches Brew" triunfaron entre el público (sobretodo con mucha llegada a la gente que gustaba del rock). Miles Davis seguía el movimiento de la música y de la sociedad en la que vivía, incluyendo en sus formaciones a músicos jóvenes que serían leyenda como John Coltrane y Bill Evans. El trompetista se proponía ir siempre adelante. "La primera responsabilidad de un artista es hacia sí mismo", decía sencillamente, y he ahí su apoyo a los jóvenes que estaban en contra de la guerra de Vietnam y su profunda conciencia racial. Los cambios conceptuales que se producen en otros campos se trasladan luego a la política.
Y es hora de mancharnos un poco los oídos, el alma y el corazón con alguna de estas fascinantes músicas nacidas desde la discriminación racial en los EEUU.
Si los años 20 fueron felices y locos en los Estados Unidos, lo fueron para los blancos acomodados que veían cómo su riqueza aumentaba fruto del ilusorio progreso capitalista. La población negra, sin embargo, continuaba sufriendo la segregación y la discriminación institucional, con el recuerdo de la esclavitud todavía cercano, como una sombra. A finales del siglo XIX, se instalaron en el "barrio rojo" de Nueva Orleans, Storyville, centenares de inmigrantes europeos y población negra que había huido de las plantaciones. De esta interesante mezcla nacieron el jazz y el blues y, de la prostitución y el vicio del barrio, surgieron artistas cómo Louis Armstrong, Kansas Joe o Memphis Minnie.
Paralelamente, en el barrio de Harlem de Nueva York, se gestaba la "Harlem Reinassence", una explosión cultural negra. Escritores, músicos y artistas reivindican los derechos y la cultura de la población negra. Además, el jazz se convierte en un catalizador para desafiar la segregación: músicos blancos se fijan en los artistas negros y los contratan para tocar con ellos. La audiencia blanca, y también la industria, se interesan por las músicas negras.
En 1929 el espejismo del progreso se tambalea: la crisis hiere la industria musical y muchos músicos pierden sus trabajos. Pero esto no impide que el arte de un presidiario, Leadbelly, o de un trabajador de plantaciones, Muddy Waters, dejen constancia de los grandes bluesmen que, a pesar de la miseria impuesta, guardaba la cultura negra. Diez años después, en Nueva York, Billie Holiday y Count Basie hacen llegar al público masivo por primera vez las consecuencias de la discriminación racial.
El contexto
No es hasta mediados del siglo XX que una sentencia declara ilegal la segregación en las escuelas. Casi al mismo tiempo que Rosa Parks desafía la norma social y provoca una serie de protestas y boicots encabezados por Martin Luther King. El movimiento de liberación de la población negra ya es imparable y, en la década de los 60, Nina Simone radicaliza políticamente la lucha con la canción "Mississipi Goddam", que proclamaba que ya era hora de pasar a la acción. En 1966 se crea el "Black Panthers Party" y en 1973 la "Black Feminist Organization". La situación en el mundo capitalista era de una profunda crisis estructural. El swing, que había sido explotado, exprimido y comercializado hasta el límite por las bandas y las discográficas blancas, sonaba monótono y obsoleto.
Al pasar los años, y ante la influencia del rock y la experimentación, ese legado instrumental del jazz dio paso al jazz rock y al free Jazz, ambos con una fuerte identidad afroamericana, y claramente influenciado por el Movimiento por los Derechos Civiles que se desarrollaba en ese entonces. Muchos artistas compusieron temas en los que trataba de reflejar esta conciencia negra, como por ejemplo Archie Shepp que compuso muchos temas tales como "Rufus", en denuncia al linchamiento de un negro por parte de la policía, o "Malcolm, Malcolm", en homenaje al asesinado Malcolm X. También en estos círculos se movería Charlie Haden, del que destacamos sus versiones de Free Jazz sobre canciones antifascistas, en su trabajo "Liberation Music Orchestra", y eran comunes los conciertos de apoyo económico a organizaciones como la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) o el Partido de los Panteras Negras, protagonizados por Louis Armstrong, Ray Charles, Archie Shepp o Max Roach.
El Demonio Mesías
En ese contexto llega Davis, e irrumpe con su genialidad pero también con sus demonios. Miles tuvo los excesos y comportamientos de una estrellita de rock. Su hedonismo, su vestuario, sus gustos caros y excéntricos, sus adicciones y su gusto por el boxeo se entrecruzarían a lo largo de su vida con períodos de concentración y explosión creativa. Había tardado demasiado en llegar a las drogas: todo el universo del jazz las consumía, los bares estaban atestados de traficantes y era común el empeñar hasta el instrumento para conseguir la dosis diaria. Y Davis, una vez ingresado, se pinchará hasta los pies cuando las venas agujereadas de sus brazos lo delaten frente a la policía. Davis se describe en esos años sumergido en una espesa niebla, "colocado" todo el tiempo, rodeado de mujeres y prostitutas que le ayuden comprar más y más. Cierta sociología suele considerar estas prácticas como parte del universo de los “desviados”, entre los cuales la condición negra incrementa el estado marginal mientras el consumo de drogas facilita ser considerado miembro de una comunidad particular, aunque marginal. sobre este tema, puede profundizarse en el análisis de los músicos de jazz que realiza Howard Becker en "Outsiders, hacia una sociología de la desviación". Estaba sorprendido de cómo otros adictos blancos eran absueltos por su consumo y elevados a dioses del jazz por la crítica que adoraba la domesticación del cool jazz al oído blanco (para Davis: "mierda aburrida, mierda pseudo-blanca"), incluso Davis fue escrachado en la prestigiosa revista de crítica musical Down Beat luego de uno de sus tantos arrestos callejeros.
Fue pìonero en usar efectos como el wah wah y a incorporar instrumentos electrónicos, que era una especie de herejía. Creador de una música extraña en ese entonces, muy lisérgica, ligada al free jazz y con el aporte de la guitarra podrida de John McLaughlin y los pianos eléctricos de Joe Zawinul, Keith Jarret, Chick Corea. Así comenzó la famosa movida del jazz rock. Ese momento de Miles es tremendamente inspirador.
La Barbarie
Cuando Luther King es asesinado, James Brown y Aretha Franklin dicen alto y claro que "I’m black and I’m proud" y piden "Respect". Lo que la represión policial no había conseguido en otros puntos del país sucedió con la presencia James Brown en la TV, que logró que Boston durmiera en paz. El Rey del soul tenía programada esa fecha en el Boston Garden y, tras los disturbios que se desataron en varios estados a causa del homicidio de Martin Luther King un día antes, el concierto estuvo a punto de cancelarse. Pero el alcalde Kevin White vio en la figura del cantante –quien apoyaba las causas de Luther King– una oportunidad para calmar los ánimos. White no solo permitió la realización del recital, sino que logró que fuera televisado, con la intención de que la gente se mantuviera en sus casas en lugar de salir a protestar a las calles. Y lo consiguió. Ese era el poder de la música alrededor de la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos.
Entre los 60 y 70 Davis absorbe todo: la muerte de Martin Luther King, la Guerra de Vietnam, la música de Jimi Hendrix (que le roba la novia), incorpora tonos africanos y orientales, el funk, se decide por el uso de sintetizadores, participa en grandes festivales con músicos de rock y graba discos intensos hasta que patea el tablero con el formidable "Bitches Brew" en 1970. La crítica no tuvo más remedio que denominarlo jazz-rock, y el irónico Davis no tuvo mejor tino que aclarar las cosas, a su modo: "no toco jazz rock, toco negro".
Y el tiempo pasó y los demonios fueron consumiendo a Miles, que murió ayer a los 65 años en un hospital de Santa, Mónica, California, a causa de una neumonía agravada por problemas respiratorios y un ataque cardiaco. Davis, cuya salud flaqueaba desde hacía varios años, recibió cuidados a causa de una diabetes aguda, y había sido operado de una cadera. Miles murió dejando joyas atemporales que después de tantos años, no dejan de brillar.
Martin Luther King y el Jazz
Entre los muchos discursos de King, se encuentra uno mucho menos conocido que aquél célebre acerca del sueño y de la cima de la montaña. Un discurso que estuvo sumido en el mayor misterio durante muchos años y que, al parecer, King escribió pero nunca llegó a pronunciar. Es, además, el único texto que tenemos en el que el activista objetivó sus ideas acerca del jazz. Fue escrito en 1964 para ser publicado como prefacio al programa del Festival de Jazz de Berlín de ese año, coincidiendo con una visita de King a Alemania. En este discurso, King concibe el jazz como catalizador de las transformaciones sociales que por entonces se estaban empezando a llevar a cabo, y hace hincapié en su valor social y espiritual, presentándolo como una música universal que refleja las necesidades y los deseos de todo ser humano con independencia de raza, geografía o ideología. Se trata, a la vez, de un valioso documento histórico y de una evidente muestra de la capacidad crítica de King sobre la música y el arte en general. Lo presento a continuación, y el original en inglés puede leerse aquí.
Para cerrar esta entrada, podría dejarles unas palabras del escritor Craig Werner referidas a Malcolm X y John Coltrane: "los dos compartían una determinación, que podría resumirse en un único mensaje central: cambiemos el mundo ahora". Pero creo que toda esa generación estuvo signada por el mismo cariz. Y Miles Davis, aún con todos sus demonios, también formaba parte de este movimiento que nació y creció en un contexto socio-político en el que desarrollaron su música.
Y, para concluir, como intento de poner una banda sonora a las palabras del señor King, conviene escuchar "Alabama", un tema compuesto e interpretado por John Coltrane pocos meses antes de la escritura de este discurso. La pieza está contenida en el disco "Live at Birdland" y está inspirada en el ritmo y en la cadencia de una intervención pública de King condenando un atentado del Ku Klux Klan contra una iglesia en Birmingham (Alabama) en el que fallecieron cuatro niños afroamericanos. El cuarteto lo completan McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison al contrabajo y Elvin Jones a la batería. No estará en esa alineación Miles Davis, pero no deja de ser una auténtica joya que, como el discurso de King, está tan de actualidad hoy como cuando se grabó, hace ya más de medio siglo.
Necesariamente, la música y cualquier otro arte debe ser político porque la creación no puede separarse de su entorno social, ello sería como realizar una biografía de Martin Luther King en la que no se nombra su lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.
Cabe recordar que esta serie de posteos titulados "Manual de Zonceras del Arte Despolitizado" nacieron cuando algunos se quejaron en nuestro espacio en Facebook, porque no solamente hablábamos de música, se quejaba porque parecíamos sacerdotes promiscuos difundiendo una biblia negra y pecaminosa, porque escribimos también de temas sociales (que generalmente inspiran a la música que luego escuchamos) y... ¡hablamos de política! ¡SACRILEGIO!
Por ejemplo, este fue uno de los comentarios.
Oscar Coria: Osea...es como que pasion de sabado empiece a hablar de las villas y barrios humildes. Un espacio donde se dio a conocer por musica y ahora van a la politica. Que bajo está quedando el país. Si quería ver opiniones politicas, hubiera seguido una pagina de politica. Creo que hay personas que no saben separar limites
No me quedó más remedio que responderle al pobre purista que no le gusta mancharse los oídos con cuestiones tan terrenales como la vida misma. Esta fue una de las tantas veces que digo más o menos lo mismo:
Cabeza de Moog: lo que pasa es que hay personas QUE NO TIENEN LIMITES. O por lo menos los límites que vos ponés. Para mí la vida no es música por un lado, sentir por otro lado, pensar por otro, como si fueras un estuche compartimentado. Quizás vos tengas el cerebro por un lado, y con él mirás el noticiero, hacés tu trabajo y vas al psicólogo para que te arregle el menjunje de ideas, luego tenés tu corazón y con él te juntás con tu familia y amigos, luego por otro lado tenés un alma y con ella vas a la iglesia. Es un poco paranóico pero la sociedad occidental parece moverse así, es algo ridículo como por ejemplo en la sociedad árabe donde en general todo está unido: el universo es uno solo, y el líder religioso va de la mano con la política, con los lazos afectivos, con la cultura, con todos los aspectos de la vida en una coherencia integral. En realidad en la mayoría de civilizaciones desde comienzos de la humanidad parece que funsionó así, pero ahora se desgarran la ropa porque en un blog de música se publican cuestiones políticas y sociales ¡SACRILEGIO!. La verdad, es que si el blog ha llegado hasta aquí y sigue creciendo, es porque no solamente es de música, sino representa una manera de vivir, el blog es así como vivimos, ni más ni menos. Sobre los límites, no solo no sabemos separarlos sino que además nos encanta romperlos.
Yo tenía desde entonces este posteo a medio terminar, así que ahora me propongo darle una vuelta y presentarles esta nota que seguramente varios van a disfrutar. Y sobre el hecho de "dividir" cosas que en la vida vienen juntas, podríamos hacer un paralelismo con la música y la inefable tendencia de algunos de dividirla en estilos, como si fuera alguna regla a la que todos se deben ceñir, y sobre ello Miles decía lo siguiente (dedicado a todos los puristas que no les gusta mancharse los oídos):
"¿Jazz, rock, underground, clásico? Me niego a compartimentar los géneros. No es así como contemplo la música. Parto de una base completamente diferente. Cuando alguien que se considera un aficionado al jazz me dice que ya no toco jazz, me quedo perplejo. Nunca decido qué tipo de música voy a tocar, sencillamente porque nunca he pensado que la música se divide en diferentes categorías. Además, ¿cómo es un aficionado al jazz? Por lo general es alguien que siempre quiere oír los mismos viejos tópicos. ¿Por qué? ¿Acaso siempre lleva la misma ropa? ¿Sale siempre con la misma mujer? ¿Va siempre con la misma gente?"Miles Davis
Miles, a los doce años, comienza a con sus primeras clases de trompeta y a la par que él estudiaba ya trabajaba en algunos bares cercanos a su casa como músico, a los dieciseis ya tocaba fuera de la ciudad de Alton durante los fines de semana y a los diecisiete se unió a la Eddie Randle’s Blue Devils que era la banda más importante de Jazz de San Luis, Misuri, con lo que mostraba la genialidad y la facilidad que tenía al interpretar jazz con su trompeta.
Banda sonora de una época
"No pienso en ningún puto mercado", declaraba el propio Davis, "Hendrix no sabía nada de música modal; era solo un músico innato; sabes, no había estudiado, no le importaba nada del mercado y a mí tampoco. Columbia trata de meterme en esa mierda, pero no lo permitiré". Pese a su insularidad radical y a la alergia del autor a toda concesión comercial, discos geniales como "Bitches Brew" triunfaron entre el público (sobretodo con mucha llegada a la gente que gustaba del rock). Miles Davis seguía el movimiento de la música y de la sociedad en la que vivía, incluyendo en sus formaciones a músicos jóvenes que serían leyenda como John Coltrane y Bill Evans. El trompetista se proponía ir siempre adelante. "La primera responsabilidad de un artista es hacia sí mismo", decía sencillamente, y he ahí su apoyo a los jóvenes que estaban en contra de la guerra de Vietnam y su profunda conciencia racial. Los cambios conceptuales que se producen en otros campos se trasladan luego a la política.
"Los blancos solían hablar de cómo John Hammond descubrió a Bessie Smith. Mierda, ¿cómo iba a descubrirla si ya estaba allí? Y si él la hubiera realmente “descubierto” y hubiese hecho por ella lo que correspondía, lo mismo que hizo por otros cantantes de raza blanca, Bessie no hubiera muerto como murió en una carretera perdida en Mississippi. Sufrió un accidente y se desangró hasta morir porque ningún hospital blanco quiso acogerla. Esto es una chorrada como la de que Colón descubrió América…¡ cuando los indios ya estaban aquí! ¿Qué clase de historia es ésta, sino la mierda de historia de los hombres blancos?"Miles Davis
Y es hora de mancharnos un poco los oídos, el alma y el corazón con alguna de estas fascinantes músicas nacidas desde la discriminación racial en los EEUU.
Si los años 20 fueron felices y locos en los Estados Unidos, lo fueron para los blancos acomodados que veían cómo su riqueza aumentaba fruto del ilusorio progreso capitalista. La población negra, sin embargo, continuaba sufriendo la segregación y la discriminación institucional, con el recuerdo de la esclavitud todavía cercano, como una sombra. A finales del siglo XIX, se instalaron en el "barrio rojo" de Nueva Orleans, Storyville, centenares de inmigrantes europeos y población negra que había huido de las plantaciones. De esta interesante mezcla nacieron el jazz y el blues y, de la prostitución y el vicio del barrio, surgieron artistas cómo Louis Armstrong, Kansas Joe o Memphis Minnie.
"Cuando un músico negro toma su instrumento y empieza a soplar, a improvisar, crea; sale de su interior. Es su alma: El Jazz es el unico espacio de Estados Unidos en el que el hombre negro puede crear libremente".Malcolm X - Mitin en New York (1964)
Paralelamente, en el barrio de Harlem de Nueva York, se gestaba la "Harlem Reinassence", una explosión cultural negra. Escritores, músicos y artistas reivindican los derechos y la cultura de la población negra. Además, el jazz se convierte en un catalizador para desafiar la segregación: músicos blancos se fijan en los artistas negros y los contratan para tocar con ellos. La audiencia blanca, y también la industria, se interesan por las músicas negras.
En 1929 el espejismo del progreso se tambalea: la crisis hiere la industria musical y muchos músicos pierden sus trabajos. Pero esto no impide que el arte de un presidiario, Leadbelly, o de un trabajador de plantaciones, Muddy Waters, dejen constancia de los grandes bluesmen que, a pesar de la miseria impuesta, guardaba la cultura negra. Diez años después, en Nueva York, Billie Holiday y Count Basie hacen llegar al público masivo por primera vez las consecuencias de la discriminación racial.
"En la escuela secundaria yo tocaba la trompeta y era el mejor de la clase de música. Yo lo sabía y los demás también lo sabían...pero todos los primeros premios de los concursos los ganaban mis compañeros de ojos azules. Me dio tanta rabia que decidí que con mi trompeta sería mejor que cualquier blanco. Si no me hubiera topado con ese prejuicio, problablemente no habría tenido tanto empuje en mi trabajo. He pensando mucho en eso. Creo que el prejuicio y la curiosidad son los responsables de lo que he logrado musicalmente".Miles Davis
El contexto
No es hasta mediados del siglo XX que una sentencia declara ilegal la segregación en las escuelas. Casi al mismo tiempo que Rosa Parks desafía la norma social y provoca una serie de protestas y boicots encabezados por Martin Luther King. El movimiento de liberación de la población negra ya es imparable y, en la década de los 60, Nina Simone radicaliza políticamente la lucha con la canción "Mississipi Goddam", que proclamaba que ya era hora de pasar a la acción. En 1966 se crea el "Black Panthers Party" y en 1973 la "Black Feminist Organization". La situación en el mundo capitalista era de una profunda crisis estructural. El swing, que había sido explotado, exprimido y comercializado hasta el límite por las bandas y las discográficas blancas, sonaba monótono y obsoleto.
"cuando el baile, los cómicos y todo lo demás se volvieron muy caros por los impuestos de guerra, los focos se dirigieron hacia la interpretación instrumental que fue la fuente de entretenimiento durante todos los cuarenta. [...] El impuesto de guerra era del veinte por ciento y además había un impuesto municipal y otro estatal. [...] El público comenzó a sentarse a escuchar porque en un club no se podía bailar. Si alguien se ponía a bailar, te cargaban un veinte por ciento más. Si alguien cantaba algo, era un veinte por ciento más. Si alguien bailaba sobre un escenario, era un veinte por ciento más. Durante ese periodo si la gente quería divertirse, sólo tenía a los instrumentistas que tocaban".Max Roach - Memorias de Gillespie
Al pasar los años, y ante la influencia del rock y la experimentación, ese legado instrumental del jazz dio paso al jazz rock y al free Jazz, ambos con una fuerte identidad afroamericana, y claramente influenciado por el Movimiento por los Derechos Civiles que se desarrollaba en ese entonces. Muchos artistas compusieron temas en los que trataba de reflejar esta conciencia negra, como por ejemplo Archie Shepp que compuso muchos temas tales como "Rufus", en denuncia al linchamiento de un negro por parte de la policía, o "Malcolm, Malcolm", en homenaje al asesinado Malcolm X. También en estos círculos se movería Charlie Haden, del que destacamos sus versiones de Free Jazz sobre canciones antifascistas, en su trabajo "Liberation Music Orchestra", y eran comunes los conciertos de apoyo económico a organizaciones como la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) o el Partido de los Panteras Negras, protagonizados por Louis Armstrong, Ray Charles, Archie Shepp o Max Roach.
"Mis hombres y mi raza son la inspiración de mi trabajo. Intento capturar el carácter, el ánimo y el sentimiento de mi gente. La música de mi raza es algo más que el estilo americano. Es el resultado de nuestro transplante a tierras americanas, y fue nuestra reacción a las vidas que vivimos en las plantaciones. Lo que no podíamos decir públicamente lo expresábamos a través de la música. La melancolía característica de la música de mi raza se ha forjado a partir del muy blanco calor de nuestros lamentos y de nuestros esfuerzos. Creo que la música de mi raza es algo que sobrevivirá, y algo que la posteridad honrará como mucho más que una música meramente para ser bailada".Duke Ellington
El Demonio Mesías
En ese contexto llega Davis, e irrumpe con su genialidad pero también con sus demonios. Miles tuvo los excesos y comportamientos de una estrellita de rock. Su hedonismo, su vestuario, sus gustos caros y excéntricos, sus adicciones y su gusto por el boxeo se entrecruzarían a lo largo de su vida con períodos de concentración y explosión creativa. Había tardado demasiado en llegar a las drogas: todo el universo del jazz las consumía, los bares estaban atestados de traficantes y era común el empeñar hasta el instrumento para conseguir la dosis diaria. Y Davis, una vez ingresado, se pinchará hasta los pies cuando las venas agujereadas de sus brazos lo delaten frente a la policía. Davis se describe en esos años sumergido en una espesa niebla, "colocado" todo el tiempo, rodeado de mujeres y prostitutas que le ayuden comprar más y más. Cierta sociología suele considerar estas prácticas como parte del universo de los “desviados”, entre los cuales la condición negra incrementa el estado marginal mientras el consumo de drogas facilita ser considerado miembro de una comunidad particular, aunque marginal. sobre este tema, puede profundizarse en el análisis de los músicos de jazz que realiza Howard Becker en "Outsiders, hacia una sociología de la desviación". Estaba sorprendido de cómo otros adictos blancos eran absueltos por su consumo y elevados a dioses del jazz por la crítica que adoraba la domesticación del cool jazz al oído blanco (para Davis: "mierda aburrida, mierda pseudo-blanca"), incluso Davis fue escrachado en la prestigiosa revista de crítica musical Down Beat luego de uno de sus tantos arrestos callejeros.
"Los blancos esperan de los músicos negros una determinada forma de comportarse – al igual que han puesto una etiqueta definitiva a la raza negra. Esto se remonta a la época de la esclavitud. El tío Tom es una creación de los Blancos. Cada niño negro crece viendo que la mejor manera de que los blancos le traten bien es haciendo muecas y el payaso. Esto ayuda a los blancos a tener menos remordimientos por sus actos contra los negros, y esto es algo que se prolonga hasta hoy. Si lo aplicas a los músicos, los blancos no sólo quieren vernos tocar un instrumento sino también hacer muecas y bailar. Odio hablar de racismo. Si digo que algunos de mis mejores amigos son blancos, no miento. Los únicos blancos a los que odio son los racistas. Si a uno le duele un zapato, pues no se lo pone. No me gustan los blancos que me hacen sentir que no pueden entender que los negros –pero también los chinos, los puertorriqueños o cualquier raza diferente a la blanca– deseen que su dignidad sea reconocida y deseen ser respetados. No digo que todos los negros sean seres maravillosos. Hay muchos negros que no puedo ni ver. Sobre todo los que actúan tal y como los blancos desean verlos actuar. Me sacan de quicio..."Miles Davis
Fue pìonero en usar efectos como el wah wah y a incorporar instrumentos electrónicos, que era una especie de herejía. Creador de una música extraña en ese entonces, muy lisérgica, ligada al free jazz y con el aporte de la guitarra podrida de John McLaughlin y los pianos eléctricos de Joe Zawinul, Keith Jarret, Chick Corea. Así comenzó la famosa movida del jazz rock. Ese momento de Miles es tremendamente inspirador.
La Barbarie
Cuando Luther King es asesinado, James Brown y Aretha Franklin dicen alto y claro que "I’m black and I’m proud" y piden "Respect". Lo que la represión policial no había conseguido en otros puntos del país sucedió con la presencia James Brown en la TV, que logró que Boston durmiera en paz. El Rey del soul tenía programada esa fecha en el Boston Garden y, tras los disturbios que se desataron en varios estados a causa del homicidio de Martin Luther King un día antes, el concierto estuvo a punto de cancelarse. Pero el alcalde Kevin White vio en la figura del cantante –quien apoyaba las causas de Luther King– una oportunidad para calmar los ánimos. White no solo permitió la realización del recital, sino que logró que fuera televisado, con la intención de que la gente se mantuviera en sus casas en lugar de salir a protestar a las calles. Y lo consiguió. Ese era el poder de la música alrededor de la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos.
"De un modo u otro, todos los negros, cualesquiera que sean, han sufrido persecuciones raciales. Un día, llamé a un electricista para arreglar algo en casa. Cuando llamó a la puerta, fui a abrirle. Me miró como si estuviera sucio. Me dijo: "Me gustaría hablar con el señor Davis." Cuando le dije: "Lo tiene delante", se puso colorado. Se imaginaba que yo era el portero. Estaba furioso y molesto. Que había hecho yo aparte de pedirle que hiciera su trabajo? Esa misma semana vi a varios reclutas de West Point. Y, en un bar me dirijo a uno y le pregunto por qué son tantos en la ciudad. Nada más hacerle las pregunta se dio la vuelta y se negó a responderme. Pero entonces, uno de ellos me reconoció y se puso colorado, exactamente como el electricista. Intento disculparse diciéndome que tenía todos mis discos. Le respondí que había pagado bastantes impuestos para que pudiera disfrutar de estudios gratuitos en West Point. Y me largué. Estoy seguro de que hoy me trata de hijo de puta. Esto me afectó hasta tal punto que no pude hace nada durante dos o tres días, fui incapaz de hacer nada. Dentro de dos o tres años, Gregory, mi hijo mayor, será llamado a filas. No puedo evitar imaginármello a las órdenes de este tipo".Miles Davis
Entre los 60 y 70 Davis absorbe todo: la muerte de Martin Luther King, la Guerra de Vietnam, la música de Jimi Hendrix (que le roba la novia), incorpora tonos africanos y orientales, el funk, se decide por el uso de sintetizadores, participa en grandes festivales con músicos de rock y graba discos intensos hasta que patea el tablero con el formidable "Bitches Brew" en 1970. La crítica no tuvo más remedio que denominarlo jazz-rock, y el irónico Davis no tuvo mejor tino que aclarar las cosas, a su modo: "no toco jazz rock, toco negro".
"Era una forma inmediata de exponer los problemas raciales, cantados por celebridades de la música. La música que surgió alrededor del movimiento de Martin Luther King es importante porque es el retrato de toda una época. El día que mataron a Martin Luther King, Jimi Hendrix tenía programados dos conciertos y solo dio uno, en el que le dedicó una canción, "House burning", que escribió especialmente para él".José Xavier Návar - Periodista
"Antes, cuando me pedían que participase en un concierto benéfico, consideraba que eran los blancos quienes tenían que ofrecerse a participar. Históricamente, han actuado de forma que el pueblo negro de Estados Unidos tenga que crear organizaciones como el CORE (Congress Of Racial Equality) y la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People) que agrupan en su mayoría a blancos. Yo decía: "¿Por qué no hacemos un concierto benéfico en nuestro favor? Tenemos que adoptar otro método." Al final, toqué para el CORE. Pero, ¿adónde va el dinero en todo esto? Nunca dónde hace falta. ¿Qué africano quiere un tazón de arroz mierdoso? Una hora después, volverá a tener hambre. Necesitan medios reales para poder atender sus necesidades por sí mismos. Mira el ejemplo de Arizona: Scottsdale era un desierto, regado con pequeñas mangueras que no valían nada. Y la tecnología moderna la transformó en una región fértil. Esto es lo que necesita África y no compasión en plan: "Oh, mira este pobre negrito tan flaco, con el pito manchado de barro" ¡No!".Miles Davis
Y el tiempo pasó y los demonios fueron consumiendo a Miles, que murió ayer a los 65 años en un hospital de Santa, Mónica, California, a causa de una neumonía agravada por problemas respiratorios y un ataque cardiaco. Davis, cuya salud flaqueaba desde hacía varios años, recibió cuidados a causa de una diabetes aguda, y había sido operado de una cadera. Miles murió dejando joyas atemporales que después de tantos años, no dejan de brillar.
Martin Luther King y el Jazz
Entre los muchos discursos de King, se encuentra uno mucho menos conocido que aquél célebre acerca del sueño y de la cima de la montaña. Un discurso que estuvo sumido en el mayor misterio durante muchos años y que, al parecer, King escribió pero nunca llegó a pronunciar. Es, además, el único texto que tenemos en el que el activista objetivó sus ideas acerca del jazz. Fue escrito en 1964 para ser publicado como prefacio al programa del Festival de Jazz de Berlín de ese año, coincidiendo con una visita de King a Alemania. En este discurso, King concibe el jazz como catalizador de las transformaciones sociales que por entonces se estaban empezando a llevar a cabo, y hace hincapié en su valor social y espiritual, presentándolo como una música universal que refleja las necesidades y los deseos de todo ser humano con independencia de raza, geografía o ideología. Se trata, a la vez, de un valioso documento histórico y de una evidente muestra de la capacidad crítica de King sobre la música y el arte en general. Lo presento a continuación, y el original en inglés puede leerse aquí.
Sobre la importancia del jazzMartin Luther King, 1964.
Dios ha creado muchas cosas a partir de la opresión. Ha dotado a sus criaturas de la capacidad de crear, y de esta capacidad han fluido las dulces canciones de tristeza y alegría que han permitido al hombre enfrentarse al medio ambiente y a muchas situaciones diferentes.
El jazz habla en nombre de la vida. El blues cuenta la historia de las dificultades de la vida, y si lo pensáis un momento, os daréis cuenta de que el blues pone música a las realidades más duras de la vida, alcanzando así una nueva esperanza y un sentido del triunfo.
Es una música triunfadora.
El jazz moderno ha continuado esta tradición, cantando las canciones de una existencia urbana más compleja. Cuando la vida misma no ofrece orden ni sentido, el músico crea un orden y un sentido a partir de los sonidos de la tierra que fluyen a través de su instrumento.
No es extraño que una gran parte de la búsqueda de la identidad de los negros americanos haya sido defendida por músicos de jazz. Mucho antes que los ensayistas y estudiosos modernos escribiesen sobre la identidad racial como problema en un mundo multirracial, los músicos estaban volviendo a sus raíces para afirmar aquello que se estaba despertando en el interior de sus almas.
Gran parte del poder de nuestro Movimiento por la Libertad en los Estados Unidos procede de esta música. Nos ha dado fuerzas con sus ritmos dulces cuando el valor empezaba a faltarnos. Nos ha calmado con sus ricas armonías cuando nuestros ánimos estaban bajos.
Y ahora el jazz se exporta al mundo entero. Porque en la lucha particular de los negros en América existe algo semejante a la lucha universal del hombre moderno. Todos sentimos el blues. Todos anhelamos encontrar un sentido. Todos necesitamos amar y ser amados. Todos necesitamos aplaudir y ser felices. Todos anhelamos la fe.
La música, especialmente esta amplia categoría llamada jazz, es un trampolín hacia todo ello.
Para cerrar esta entrada, podría dejarles unas palabras del escritor Craig Werner referidas a Malcolm X y John Coltrane: "los dos compartían una determinación, que podría resumirse en un único mensaje central: cambiemos el mundo ahora". Pero creo que toda esa generación estuvo signada por el mismo cariz. Y Miles Davis, aún con todos sus demonios, también formaba parte de este movimiento que nació y creció en un contexto socio-político en el que desarrollaron su música.
Y, para concluir, como intento de poner una banda sonora a las palabras del señor King, conviene escuchar "Alabama", un tema compuesto e interpretado por John Coltrane pocos meses antes de la escritura de este discurso. La pieza está contenida en el disco "Live at Birdland" y está inspirada en el ritmo y en la cadencia de una intervención pública de King condenando un atentado del Ku Klux Klan contra una iglesia en Birmingham (Alabama) en el que fallecieron cuatro niños afroamericanos. El cuarteto lo completan McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison al contrabajo y Elvin Jones a la batería. No estará en esa alineación Miles Davis, pero no deja de ser una auténtica joya que, como el discurso de King, está tan de actualidad hoy como cuando se grabó, hace ya más de medio siglo.
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