Se suspende el "amistoso" (y político) Argentina-Israel y desató una tormenta diplomática: luego del repudio internacional. El traslado de Haifa (sede original) a Jerusalén del partido amistoso que este sábado habrían jugado la Selección nacional de fútbol y su par de Israel puso el dedo en la llaga más viva del conflicto de Medio Oriente: por presión política del gobierno de ultraderecha que está masacrando a los palestinos a pocos kilómetros de la cancha donde esta vez se iba a jugar. Entre decenas de voces críticas, el embajador de Palestina en Argentina había expresado: "Jugarán sobre cadáveres palestinos, sobre la memoria de los refugiados. Este partido es como que nosotros celebráramos el aniversario de la ocupación de Malvinas, esto sería una aberración, una falta de respeto y una agresión al sentimiento del pueblo argentino. Messi no debe jugar para limpiar la imagen de la ocupación israelí y sus crímenes". Una entrada que nos obliga a retomar nuestra saga titulada "Del Neoliberalismo al Fascismo". ¿Porqué?... Bueno, lean la nota completa.
La suspensión del partido que iba a jugar este sábado la Selección nacional en Jerusalén Este fue la culminación de decisiones absurdas de una política exterior de estúpidos. Medio Oriente es una zona de conflicto interminable, pero que aún así ha mantenido determinadas reglas de juego. No hubiera sido la primera vez que la Selección jugara en Israel. Antes de cada Mundial, la Selección jugó en ese país, algo que había empezado a convertirse en una especie de cábala aunque había generado protestas y debates. Pero todos los partidos anteriores fueron en Haifa o en Tel Aviv. Jugar en Jerusalén Este rompe todos los precarios equilibrios que sostienen las relaciones internacionales con los sectores en conflicto. Implica tomar partido, comprometerse como parte beligerante del lado israelí.
La Gran Marcha del Retorno del 30 de marzo, en conmemoración del 42º aniversario del Día de la Tierra Palestina (que recuerda lo que se conoce como Al-Nakba o "La Catástrofe" que dio comienzo al éxodo palestino debido a la creación del Estado de Israel, que tuvo lugar en 1948 y desplazó a cientos de miles de habitantes), fue reprimida con un resultado de 17 asesinados y más de 1400 heridos por parte del Ejército israelí. Al día de hoy, estas cifras se exponenciaron en un contexto de represión constante. Según el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, en la actualidad hay más de 350 niños y niñas palestinos en cárceles israelíes. Desde el año 2000, se contabilizaron dos mil menores asesinados y 14.000 detenidos.
La anexión por parte del Estado judío de la parte oriental de la misma, eminentemente árabe, en la Guerra de 1967 no tiene reconocimiento de las Naciones Unidas ni del grueso de la comunidad internacional, pero la reciente decisión de Donald Trump de trasladar de Tel Aviv a esa ciudad la embajada estadounidense constituyó todo un revulsivo que da una dimensión inesperada a la realización de un simple partido de fútbol.
La Selección Argentina tenía que jugar en el estadio de fútbol que está construido sobre lo que era la aldea palestina Al Malha, cuyos habitantes palestinos fueron expulsados de sus propias tierras. De esa manera el gobierno amarillo usaría a la Selección Argentina para darle aire político a un Estado terrorista y a convalidar políticas de genocidio contra todo un pueblo.
Gracias a la presión internacional y pese a las presiones del gobierno argentino férreamente alineado a la ultraderecha israelí y norteamericana, la Selección Argentina de fútbol tuvo que suspender el partido "amistoso" que Argentina e Israel iban a jugar en Jerusalem, cerca de la zona donde los palestinos están siendo masacrados por el ejército israelí. Esta presión se hizo sentir hasta en Barcelona, en el alojamiento en el que están situados los multimillonarios (algunos notorios evasores de impuestos) que integran la Selección Argentina.
La suspensión, dicen desde la AFA, se decidió luego de evaluar las opciones de seguridad que iban a acompañar a la Selección en su llegada a Jerusalén, mientras por las redes circularon imágenes donde jóvenes militantes palestinos pisoteaban la camiseta de Lionel Messi (quien hace pocos días se sacó una foto sonriente con Macri).
Las entradas se agotaron en veinte minutos por la demanda de los fanáticos locales, tras el traslado desde Haifa, norte del país donde hay una fuerte presencia de árabes israelíes. En cuanto se confirmó el partido, se decidió que se jugaría en Jerusalén, con la dudosa excusa de que es "el lugar más adaptado para un partido tan prestigioso", según destacó el ministro de Cultura y Deportes de Israel, Miri Regev.
Aquí Macri ordena matar luchadores originarios (mapuches) por la espalda y mandan a Israel (gobernados por un uno de los fascistas más recalcitrantes) a la camiseta argentina a convalidar a los francotiradores que matan luchadores originarios (palestinos). Coherencia para el crimen.
No sería la primera vez que el gobierno guerrerista de Netanyahu trata de usar a la Argentina para sus fines políticos. Tanto la denuncia del memorándum con Irán como la muerte del fiscal Alberto Nisman, fueron usadas por Netanyahu en su campaña internacional contra el acuerdo de paz que estaba firmando en ese momento el entonces presidente norteamericano Barak Obama con el gobierno iraní. Y en los dos hechos el servicio secreto israelí, el Mossad, dejó su marca en el trabajo que realizó en conjunto con la ex SIDE que dirigía Jaime Stiuso. Son entretelones turbios que incluyen viajes, financiamientos y falsa información. En esa oportunidad Netanyahu viajó a Estados Unidos invitado por los republicanos y en su discurso en Washington usó la situación argentina para cuestionar el tratado de paz que firmó Obama.
Resulta por lo menos sospechoso que se haya tratado de realizar el partido poniendo en juego incluso la integridad física de los jugadores. A pesar de ser aliado incondicional de Israel, los presidentes norteamericanos se habían resistido a trasladar la embajada de ese país a Jerusalén Este como exigía el gobierno derechista israelí. Finalmente Donald Trump trasladó la embajada el 14 de mayo, lo cual produjo que miles de palestinos salieran a las calles a protestar. Hubo cerca de 60 muertos y miles de heridos por la represión. Hace sólo dos semanas que sucedieron esos enfrentamientos. En ese escenario querían que se jugara un partido que de “amistoso” no tenía nada y que más bien se podía interpretar como una provocación abierta contra los palestinos.
Fue insólito que un presidente extranjero hablara en Estados Unidos contra el presidente de ese país. Netanyahu ha demostrado que no tiene escrúpulos para intervenir en los asuntos internos de otros países. Después de los atentados contra la revista Charlie Hebdo, en París, el gobierno francés le pidió que no asistiera a la gran manifestación de repudio que se realizó. La presencia del jefe derechista israelí era una provocación a la población islámica de Francia, más allá de los atentados. El gobierno quería bajar la presión del agudo trance. Pero Netanyahu quiso aprovechar los atentados en París para su campaña electoral y no le importaron las víctimas ni la situación que le generaba al país anfitrión.
El macrismo también usó en la campaña electoral el memorándum con Irán y la muerte de Nisman. Sobre la base de estas coincidencias, el gobierno de Mauricio Macri ha estrechado relaciones con Benjamín Netanyahu con la compra de material bélico israelí para la represión interna. Hubo viajes protocolares de la vicepresidenta Gabriela Michetti y después la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
En el contexto de esta relación se produjo esta grave decisión diplomática que colocaba a la selección nacional en un escenario de guerra en respaldo de una de las partes en conflicto. Fue una decisión política, más allá de los millones de dólares que cobró la AFA. Y nadie la discutió con los jugadores y el entrenador ni les preguntó si estaban dispuestos a asumir ese compromiso de carácter político en medio de una guerra.
En ese contexto y de carambola salió la mejor jugada en la historia del futbol argentino. Todo un homenaje a J. Cruyff. Si no lo ubican, googleenlo. No sabremos si la suspensión del partido fue motivada por la conciencia de los jugadores (realmente no creo) u otro motivo más ligadas a lo terrenal. No importa, lo cierto que esa vergüenza no se va a llevar a cabo.
Esto mueve más el amperímetro mundial que el traslado de la embajada de USA y sus socios menores, que parece ahora que nuesta diplomacia no va a convalidar (no es que no quieran, después de esto no pueden).
La suspensión del partido que iba a jugar este sábado la Selección nacional en Jerusalén Este fue la culminación de decisiones absurdas de una política exterior de estúpidos. Medio Oriente es una zona de conflicto interminable, pero que aún así ha mantenido determinadas reglas de juego. No hubiera sido la primera vez que la Selección jugara en Israel. Antes de cada Mundial, la Selección jugó en ese país, algo que había empezado a convertirse en una especie de cábala aunque había generado protestas y debates. Pero todos los partidos anteriores fueron en Haifa o en Tel Aviv. Jugar en Jerusalén Este rompe todos los precarios equilibrios que sostienen las relaciones internacionales con los sectores en conflicto. Implica tomar partido, comprometerse como parte beligerante del lado israelí.
La Gran Marcha del Retorno del 30 de marzo, en conmemoración del 42º aniversario del Día de la Tierra Palestina (que recuerda lo que se conoce como Al-Nakba o "La Catástrofe" que dio comienzo al éxodo palestino debido a la creación del Estado de Israel, que tuvo lugar en 1948 y desplazó a cientos de miles de habitantes), fue reprimida con un resultado de 17 asesinados y más de 1400 heridos por parte del Ejército israelí. Al día de hoy, estas cifras se exponenciaron en un contexto de represión constante. Según el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, en la actualidad hay más de 350 niños y niñas palestinos en cárceles israelíes. Desde el año 2000, se contabilizaron dos mil menores asesinados y 14.000 detenidos.
La anexión por parte del Estado judío de la parte oriental de la misma, eminentemente árabe, en la Guerra de 1967 no tiene reconocimiento de las Naciones Unidas ni del grueso de la comunidad internacional, pero la reciente decisión de Donald Trump de trasladar de Tel Aviv a esa ciudad la embajada estadounidense constituyó todo un revulsivo que da una dimensión inesperada a la realización de un simple partido de fútbol.
La Selección Argentina tenía que jugar en el estadio de fútbol que está construido sobre lo que era la aldea palestina Al Malha, cuyos habitantes palestinos fueron expulsados de sus propias tierras. De esa manera el gobierno amarillo usaría a la Selección Argentina para darle aire político a un Estado terrorista y a convalidar políticas de genocidio contra todo un pueblo.
"El 31 de enero de 2014, soldados israelíes dispararon indiscriminadamente y sin aviso a las piernas de los futbolistas Jawhar Nasser Jawhar de 19 años y Adam Abd al-Raouf Halabiya de 17, quienes volvían de un entrenamiento en el estadio Faisal al-Husseini. También fueron atacados por perros policías antes de que los arrastraran y los golpearan en el piso. Jawhar tenía 11 balas, 7 en su pie izquierdo, 3 en el derecho y una en su mano. Halabiya tenía una en cada pie. Ninguno de los dos pudo volver a jugar y Jawhar apenas a caminar"Carta a la AFA - Comité Argentino de Solidaridad con Palestino
Gracias a la presión internacional y pese a las presiones del gobierno argentino férreamente alineado a la ultraderecha israelí y norteamericana, la Selección Argentina de fútbol tuvo que suspender el partido "amistoso" que Argentina e Israel iban a jugar en Jerusalem, cerca de la zona donde los palestinos están siendo masacrados por el ejército israelí. Esta presión se hizo sentir hasta en Barcelona, en el alojamiento en el que están situados los multimillonarios (algunos notorios evasores de impuestos) que integran la Selección Argentina.
"La única razón por lo que la Selecion argentina juegue en Jerusalén es por una presión del gobierno a la AFA. Llevar a Leo Messi y al resto del equipo a una ciudad donde existe un conflicto internacional, solo se entiende por algun negociado del gobierno, que expone a un peligro innecesario al equipo nacional. Si el pueblo Israeli quiere ver a la selecion argentina lo lógico sería que la lleven a jugar al El estadio Ramat Gav de Tel Aviv que tiene capacidad para 10.000 personas más que el Teddy Kolen de Jerusalén. Según la Asociación de Futbol de Palestina el campo originario donde se iba a jugar era el Sami Ofen de Haifa y que por la presión política se trasladó al Estadio de Jerusalen. De esta forma se esta usando un partido de fútbol como una herramienta política del gobierno Israelí para normalizar la anexión ilegal del ocupado Jerusalén Este. Permitir que la selección argentina sea utilizada en un conflicto internacional es una irresponsabilidad del macrismo".Claudio Morresi
La suspensión, dicen desde la AFA, se decidió luego de evaluar las opciones de seguridad que iban a acompañar a la Selección en su llegada a Jerusalén, mientras por las redes circularon imágenes donde jóvenes militantes palestinos pisoteaban la camiseta de Lionel Messi (quien hace pocos días se sacó una foto sonriente con Macri).
"Messi es un símbolo de paz y de amor. Le pedimos que no participe en la legitimación de los crímenes de la ocupación. Este partido se ha convertido en una herramienta política. El Gobierno israelí intenta darle importancia política al insistir en que se celebre en Jerusalén"Jibril Rajoub - Presidente de la Federación Palestina de Fútbol
Las entradas se agotaron en veinte minutos por la demanda de los fanáticos locales, tras el traslado desde Haifa, norte del país donde hay una fuerte presencia de árabes israelíes. En cuanto se confirmó el partido, se decidió que se jugaría en Jerusalén, con la dudosa excusa de que es "el lugar más adaptado para un partido tan prestigioso", según destacó el ministro de Cultura y Deportes de Israel, Miri Regev.
Sinopsis del documental Forever Pure: Durante años, el Beitar Jerusalén fue el único equipo de fútbol israelí que nunca había fichado un jugador árabe. Mediada la temporada 2012-13, el famoso propietario del club, el multimillonario de origen ruso Arcadi Gaydamak, decidió contratar a dos futbolistas musulmanes chechenos. Lo que parecía el comienzo de una nueva era en el deporte de Israel desembocó en una reacción racista de los aficionados, sumiendo al club en una espiral de violencia fuera de control que puso de manifiesto la división existente en el seno de la sociedad israelí.Film affinity
Aquí Macri ordena matar luchadores originarios (mapuches) por la espalda y mandan a Israel (gobernados por un uno de los fascistas más recalcitrantes) a la camiseta argentina a convalidar a los francotiradores que matan luchadores originarios (palestinos). Coherencia para el crimen.
El partido que (por suerte) no fue
“Es como si nosotros celebráramos la ocupación de las Islas Malvinas”, había declarado el embajador palestino en Argentina, Husni Abdel Wahed, con una contundencia que no dejaba margen para dudas. La frase fue dicha en relación al partido que la selección masculina de fútbol iba a disputar con Israel en Jerusalén y finalmente fue suspendido este martes.
El encuentro entre ambos equipos antes del Mundial era parte ya de una tradición argentina. Sobre todo apoyada en que la primera vez que esto sucedió fue antes de la Copa del Mundo de México 86 en la que la albiceleste fue finalmente campeona. Desde entonces, por cábala, se repitió casi siempre. Sin embargo el fútbol de hoy no se mueve por cábalas y mística, sino por dinero y política.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) recibió 1.400.000 dólares de los cuales hay que descontar 500 mil producto de una deuda de con la empresa Torneos. Es decir que quedaron 900 mil limpios. Pero además, el trasfondo de todo esto, era un acuerdo entre el presidente argentino Mauricio Macri y su par israelí Benjamín Netanyahu.
En marzo Netanyahu había enviado una misiva a Buenos Aires en la que señalaba: “He instruido a las más relevantes autoridades a hacer todos los preparativos necesarios para que el partido tome lugar en Jerusalén, nuestra capital eterna”. Sin ambigüedades, el primer ministro de Israel dejaba clara la importancia de la sede.
En lugar de disputar el partido en Tel Aviv, donde la selección israelí suele jugar de local en el estadio Ramat Gam con capacidad para 41 mil personas, se eligió el Teddy Kollek en Jerusalén donde entran 10 mil menos. Además, es el lugar donde hace de local el Beitar Trump Jerusalem.
Este equipo, uno de los más populares del país, es reconocido por su ideología racista y xenófoba, sobre todo por su barra brava conocida como “La Familia” (el documental Forever Pure de Netflix muestra muy bien esto). Tal es así que el club decidió cambiar su nombre hace poco e incluir el apellido del presidente de EE.UU. en homenaje a su reconocimiento de Jerusalén como capital israelí.
Jerusalén, zona en disputa
La ciudad que es considerada sagrada por las tres religiones monoteístas más importantes del mundo (cristianismo, islam y judaísmo) es motivo de conflicto desde hace décadas. No obstante se ha agudizado en los últimos meses. La decisión del presidente estadounidense Donald Trump de mudar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén provocó la reacción internacional en tanto supone un respaldo directo a la ocupación israelí de la zona oriental de la ciudad y por lo tanto de los territorios palestinos en su conjunto lo que viola el derecho internacional y varias resoluciones de Naciones Unidas.
Cabe recordar que, tanto de acuerdo al tratado de partición de Palestina que dio origen al nacimiento del Estado de Israel en 1948 como la resolución 242 del Consejo de Seguridad de 1967 reconocen a Jerusalén Este como la capital de un futuro Estado palestino.
La negativa constante del Estado israelí de reconocer la soberanía palestina sobre sus territorios, sumada a la persecución, amedrentamiento y asesinato sistemático de la población llevó a un repudio generalizado hacia la selección nacional.
“Vamos a iniciar una campaña contra la federación argentina, apuntando personalmente a [Lionel] Messi, que cuenta con decenas de millones de seguidores en los países árabes y musulmanes. Pedimos a todos que quemen las camisetas con su nombre y los carteles donde salga”, escribió el presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, al representante del Gobierno argentino en Cisjordania y a la AFA.
En ese sentido enfatizó que la disputa de lo que se había dado en llamar ‘Copa 70°aniversario de Israel’ no era “un partido de paz”, como se lo quería presentar. “Es un partido político que busca un lavado de cara de la ocupación fascista y racista”, sentenció Rajoub.
Las protestas frente a la concentración del equipo argentino en Barcelona y la quema de banderas en Cisjordania caldearon el ambiente y esto no pasó inadvertido para el plantel. “¡No laven la imagen de Israel! ¡Como dijo Maradona, la pelota no se mancha!”, gritó uno de los activistas frente al lugar donde se entrenaban los jugadores.
Sampaoli con el aval de Messi
El director técnico de la selección argentina, Jorge Sampaoli, hacía tiempo que había planteado su incomodidad con la decisión de disputar ese encuentro. Como era esperable, sus palabras públicas nunca apuntaron a la situación política sino más bien futbolística.
“Hubiera preferido jugar en Barcelona”, declaró en la conferencia de prensa luego del partido con Haití la semana pasada. Es que como señaló el periodista Andrés Eliceche en La Nación el viaje desde el hotel catalán y hasta Jerusalén iba a durar siete horas.
“Todo para jugar un partido del que el técnico, más que sacar grandes conclusiones, buscará evitar cosechar lesiones a solo siete días del debut contra Islandia”, señaló Eliceche antes de que se supiera de la suspensión.
A esto se sumó la preocupación de si era posible garantizar la seguridad del equipo considerando la repercusión que estaba teniendo el partido en la previa. Finalmente se tomó la decisión de no viajar y suspender el encuentro. Las versiones son muchas, pero la que prima es que Sampaoli, con el respaldo de Messi, fue quien terminó de torcer la mano de la AFA y el gobierno argentino.
“Creo que al final se pudo hacer lo correcto. Ya quedó atrás, obviamente primero está la salud y el sentido común. Creemos que lo correcto era no ir”, declaró Gonzalo Higuaín al respecto.
De todas formas como el dinero por el encuentro ya ha sido cobrado, se está evaluando la posibilidad de disputar el partido luego del Mundial. Habrá que ver si se persiste en la idea de ir a Jerusalén o si, de todo esto, se aprendió algo.
No sería la primera vez que el gobierno guerrerista de Netanyahu trata de usar a la Argentina para sus fines políticos. Tanto la denuncia del memorándum con Irán como la muerte del fiscal Alberto Nisman, fueron usadas por Netanyahu en su campaña internacional contra el acuerdo de paz que estaba firmando en ese momento el entonces presidente norteamericano Barak Obama con el gobierno iraní. Y en los dos hechos el servicio secreto israelí, el Mossad, dejó su marca en el trabajo que realizó en conjunto con la ex SIDE que dirigía Jaime Stiuso. Son entretelones turbios que incluyen viajes, financiamientos y falsa información. En esa oportunidad Netanyahu viajó a Estados Unidos invitado por los republicanos y en su discurso en Washington usó la situación argentina para cuestionar el tratado de paz que firmó Obama.
Resulta por lo menos sospechoso que se haya tratado de realizar el partido poniendo en juego incluso la integridad física de los jugadores. A pesar de ser aliado incondicional de Israel, los presidentes norteamericanos se habían resistido a trasladar la embajada de ese país a Jerusalén Este como exigía el gobierno derechista israelí. Finalmente Donald Trump trasladó la embajada el 14 de mayo, lo cual produjo que miles de palestinos salieran a las calles a protestar. Hubo cerca de 60 muertos y miles de heridos por la represión. Hace sólo dos semanas que sucedieron esos enfrentamientos. En ese escenario querían que se jugara un partido que de “amistoso” no tenía nada y que más bien se podía interpretar como una provocación abierta contra los palestinos.
Fue insólito que un presidente extranjero hablara en Estados Unidos contra el presidente de ese país. Netanyahu ha demostrado que no tiene escrúpulos para intervenir en los asuntos internos de otros países. Después de los atentados contra la revista Charlie Hebdo, en París, el gobierno francés le pidió que no asistiera a la gran manifestación de repudio que se realizó. La presencia del jefe derechista israelí era una provocación a la población islámica de Francia, más allá de los atentados. El gobierno quería bajar la presión del agudo trance. Pero Netanyahu quiso aprovechar los atentados en París para su campaña electoral y no le importaron las víctimas ni la situación que le generaba al país anfitrión.
El macrismo también usó en la campaña electoral el memorándum con Irán y la muerte de Nisman. Sobre la base de estas coincidencias, el gobierno de Mauricio Macri ha estrechado relaciones con Benjamín Netanyahu con la compra de material bélico israelí para la represión interna. Hubo viajes protocolares de la vicepresidenta Gabriela Michetti y después la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
En el contexto de esta relación se produjo esta grave decisión diplomática que colocaba a la selección nacional en un escenario de guerra en respaldo de una de las partes en conflicto. Fue una decisión política, más allá de los millones de dólares que cobró la AFA. Y nadie la discutió con los jugadores y el entrenador ni les preguntó si estaban dispuestos a asumir ese compromiso de carácter político en medio de una guerra.
En ese contexto y de carambola salió la mejor jugada en la historia del futbol argentino. Todo un homenaje a J. Cruyff. Si no lo ubican, googleenlo. No sabremos si la suspensión del partido fue motivada por la conciencia de los jugadores (realmente no creo) u otro motivo más ligadas a lo terrenal. No importa, lo cierto que esa vergüenza no se va a llevar a cabo.
Esto mueve más el amperímetro mundial que el traslado de la embajada de USA y sus socios menores, que parece ahora que nuesta diplomacia no va a convalidar (no es que no quieran, después de esto no pueden).
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