Skip to main content

Kate Bush - Aereal (2005)

#Músicaparaelencierro. Raúl F. nos sigue deleitando con la obra de Kate Bush, y esta vez nos dice "Luego de unos 12 años de ausencia, y cuando ya la suponíamos asesinada y enterrado su cadáver en algún baldío, a manos de fanáticos de Shakira; se despacha con este álbum "doble"", y así fuq que luego de una desaparición de doce años, la "dama del prog" regresó con este álbum, donde le canta a Elvis, a Charles Foster Kane, a Juana de Arco y al lavarropas, en un buen disco digno de su discografía, bien climático atmosférico, con bastante electrónica, y como siempre, ella como protagonista. La buena de Kate aterriza con todo en el blog cabezón en el disco de Lázaro. O su resurreción, como quieran...

Artista: Kate Bush
Álbum: Aereal
Año: 2005
Género: Crossover prog
Duración: 37:58 + 41:58
Nacionalidad: Inglaterrra


Para empezar, copio la presentación más importante que es la de Raúl, que nos cuenta lo siguiente sobre este disco:
Luego de unos 12 años de ausencia, y cuando ya la suponíamos asesinada y enterrado su cadáver en algún baldío, a manos de fanáticos de Shakira; se despacha con este álbum "doble". ¿Por qué las comillas? En realidad es como si fueran dos álbumes en una sola entrega. De hecho cada uno lleva un título diferente: el primero es A Sea of Honey y el segundo A Sky of Honey. Aquí se junta instrumentación convencional con electrónica. Todo en un ambiente que tira a lo intimista, con bastante experimentación. Hay ritmos que recuerdan a música latina, otros a folklore escocés, al estilo Jethro Tull en Songs From The Wood, y otras cosas muy vanguardistas. Todo está teñido de cierta oscuridad muy interesante, con melodías agradables, y una producción que destaco, por la naturalidad sonora y la no excesiva compresión ni ridículos recortes de picos de la Lowdnes War (teniendo en cuenta que, para 2005, ya era costumbre en las producciones) Gran trabajo, en mi opinión. Entiendo que tuvo muy buenas críticas.
Raúl F.



Así, continuamos con la trayectoria de la legendaria cantautora del prog. que no debía quedar afuera del blog cabezón.




Más allá de lo que dice Raúl, ahora cito algunos párrafos publicados en Página 12:
Niña prodigio, descubierta en su adolescencia por David “Pink Floyd” Gilmour, triunfadora de entrada con su Wuthering Heights, mezcla de chica pin-up con banshee, artista sin par pero con muchas impares imitadoras, Kate Bush desapareció de las pantallas de los radares hace doce años. Ahora, por fin, vuelve con Aerial, un álbum doble al que no cuesta considerar, ya, el disco del año y donde le canta a Elvis, a Charles Foster Kane, a Juana de Arco y –no podía ser de otro modo tratándose del raro genio de Bush– a la pasión que siente por un lavarropas.
En el 2004, el especialista pop John Mendelssohn publicó una novela de título intrigante y trama ingeniosa. Waiting for Kate Bush cuenta las peripecias y tristezas de Lesley Herskovitz, fan de la cantante reclusa, quien muy cansado por la larga espera de un disco de su ídola y colgado de una cornisa, decide suicidarse dando el gran salto. Han pasado once años desde la edición de The Red Shoes y Herskovitz ya no da más: su hija Babooshka no le dirige la palabra y su vida es una mierda. Y es una lástima que el pobre tipo no haya aguantado un poquito más. Porque ahora, por fin, luego de seis años de elaboración, llega el tan anhelado y tan magnífico Aerial.
UNO. El pasado lunes salí de mi casa en peregrinación hacia mi disquería amiga para comprar Aerial. Con reverencia y felicidad y, sí, temor religioso ante lo que podía encontrarme ahí adentro. Y es que un nuevo disco de Kate Bush es buena nueva y noticia bomba. Bastaba revisar en Internet los periódicos ingleses que días atrás habían dedicado salvas triunfales a la salida del single “King of the Mountain” –directo al quinto puesto de ventas– y que ahora se abalanzaban, ya desde la primera plana, sobre el disco doble como sabuesos amorosos. Y es que a esta altura, el retorno a la escena de Kate Bush a la escena –posiblemente la artista más artista, la más influyente y original de su generación– equivale al súbito alumbramiento de un nuevo libro de J. D. Salinger o el hallazgo de un film perdido de Stanley Kubrick. Desde su último y apenas séptimo álbum había pasado más de una década –marcada por la aparición de impostoras e imitadoras y buenas alumnas como Björk o Tori Amos o Fiona Apple o Gwen Stefanni o PJ Harvey o Sarah McLachlan o KT Tunstall– y los rumores sobre la cantautora eran muchos y perturbadores: Bush había desaparecido porque estaba gorda; o loca (encerrada en una clínica psiquiátrica, asegurando ser la reencarnación de la autora de Cumbres borrascosas, o una nueva versión de la Miss Havisham de Grandes esperanzas); o se había unido a una secta de shamanes celtas; o quería romper el record de Greta Garbo o había perdido el don; o, peor todavía, una psicosis perfeccionista la tenía paralizada y grabando una y otra vez una única nota de piano.
Pero no.
Aerial –pensar en él como en una lograda mezcla de The Dreaming y Hounds of Love– pone en evidencia una explicación mucho menos interesante pero sí más admirable: a sus 47 años y con 30.000.000 de libras esterlinas en su cuenta bancaria, Kate Bush es un virtual Expediente X que se niega a ser investigado. Un truco de Houdini que no tiene truco. Un fenómeno paranormal –hechizada y hechizante, escondida pero en todas partes, piedra libre y roca rodante– flotando por los pasillos de una mansión embrujada por su música y sus canciones sobre Molly Bloom, incesto, Delius, asesinato, Willhelm Reich, Peter Pan, amores gays, Heathcliff y Cathy, holocaustos atómicos y orgasmos nucleares y niños poseídos por espectros de Henry James. Una creadora que se limita a gozar de sus más que merecidos laureles, marcando su propio tiempo (seis años en su muy sofisticado estudio de grabación doméstico con saltitos hacia Abbey Road por los que pasaron para rendir tributo y dar lo mejor de sí gente como Lol Creme de 10cc., Rolf Harris, el difunto Michael Kamen, Peter Erskine y miembros selectos de la London Metropolitan Orchestra) y haciendo, sencillamente, lo que se le canta.
DOS. Aerial –portada en la que se confunden y confunde algo que puede ser tanto un paisaje de rocas milenarias como el sonograma del canto de los mirlos– es un cd doble, casi 90 minutos de música fuera del tiempo y más allá de las modas, porque Kate Bush empieza y termina en sí misma. Y como Hounds of Love, está dividido en dos partes diferentes aunque complementarias: un grupo de canciones sueltas (bajo el título de “A Sea of Honey”) y una suite en varios movimientos (“A Sky of Honey”). Mar y cielo y, en la tierra, Kate Bush y su voz y su piano y esas extrañas texturas sónicas a las que sólo se acerca el también muy lento y hermano de sangre Peter Gabriel.
Las canciones autónomas son todas formidables y se encuentran entre lo mejor de Kate Bush y, claro, son canciones que sólo se le pueden ocurrir a ella. Estribillos hipnóticos, melodías deformes y, sí, temáticas a las que sólo se puede definir como bushianas. Así, ese inmediatamente pegadizo y deforme reggae gótico que es “King of the Mountain” –su nuevo “Running Up That Hill”– invoca los fantasmas de Elvis Presley y de Charles Foster Kane para tratar, apenas subliminalmente, mientras repite una y otra vez que “el viento silba a través de la casa”, el tema de la propia reclusión. “Pi” es una oda a la fascinación de los números con un coro en el que, sensual, recita: “3.1415926535...” y así hasta el infinito. “Bertie” es una balada isabelina dedicada a su hijo de siete años (una de las razones del largo paréntesis) que destila una pasión que, por momentos, incomoda y produce envidia. “Mrs. Bartolozzi” es, seguro, la primera y última canción de amor dedicada... a un lavarropas. “How to Be Invisible” es un manual de instrucción para conseguir exactamente eso. “Joanni” se ocupa de Juana de Arco. Y el primer cd cierra con “A Coral Room”, un emocionante y escalofriante réquiem para su madre.
“A Sky of Honey” –como lo fue “The Ninth Wave” en Hounds of Love– es algo extremo y una de las cimas del Canon Bush: un ciclo de nueve canciones entrelazadas para abarcar y celebrar todo un día –desde el amanecer hasta la caída de la noche, mientras un pintor intenta pintar un cuadro bajo un chaparrón– puntuadas por invocaciones druídicas, ráfagas de flamenco, voces de niños invisibles, canto de pájaros sampleados con su propia voz, solos de guitarra homenajeando a su mentor David Gilmour, pasajes de música disco-freak, recitado de poesía, brotes de jazz-rumba y acid-house y, en un momento inolvidable, Kate Bush riéndose como una loca.
La crítica especializada (portada y entrevista y dieciséis páginas de la última edición de la revista Mojo) y la crítica circunstancial (Kate Bush ha concedido tan solo una entrevista radial a la BBC) se ha mostrado uniformemente extática: “obra maestra”, “Kate Bush es la artista viva más grande de nuestro país”, “puro genio”, “inteligencia sin par”, “bienvenida” y “gracias” son frases recurrentes mientras que otros la comparan con Madonna –con la misma edad de Kate Bush y lanzando también nuevo disco– y dictaminan que “conocemos todo sobre Madonna y nada sobre Kate Bush salvo su música sin límites ni preocupaciones por el mercado y las tendencias; por eso Kate Bush es tanto más importante que Madonna”. Los sites y blogs y fanzines y cultistas –esos muchos que todos los 30 de julio, cumpleaños de Kate Bush coincidente con la fecha de nacimiento de Emily Brontë, festejan algo llamado Katemas– levitan extáticos mientras intercambian anécdotas recientes y leyendas urbanas y campestres como la de Kate Bush, en una reciente recepción en el palacio de Buckingham, pidiéndole un autógrafo a la Reina para su hijo Bertie.
Pero lo que verdaderamente importa es que la que siempre estuvo de vuelta ha vuelto con Aerial. Ahí está ella, en el video de “King of the Mountain”, bailando con un fantasmal y volador y migratorio traje de Elvis mientras arde el trineo del ciudadano Kane. Allí está ella, cantando al final de “A Sky of Honey”, que “siento que quiero subir al tejado... ¿Es posible que estemos aquí, puede ser que estemos en mi sueño?”.
De ser así, por favor, no la despierten nunca.
Rodrigo Fresán



Y seguimos con comentarios de terceros, todos tienen algo que aportar...
Calificación: ¡Me los llevo todos!
Lo primero que tengo para decir después de haber escuchado el disco, es que es sencillamente emocionante. Su voz se desliza sobre loops, instrumentaciones o solo piano, esa típica voz en la que uno se sumerge, se traslada, reposa y encuentra emociones de todo tipo, voz que logra un grado de expresividad único, y que despues de doce años de silencio nos vuelve a sorprender.
Doce años de silencio, sí. Ése es el tiempo que pasó desde Red Shoes (1993); y en el medio, cantidad de historias… y ella simplemente estaba siendo madre y ocupándose de las tareas domésticas.
Este nuevo trabajo, en formato doble, viene a colocarla nuevamente donde se merece: entre las cantantes más importantes de este siglo. Nada es comparable al universo de Kate Bush si adivinamos cuánto ha influido este universo en cantantes como Bjork, Tori Amos sobre todo, o Fiona Apple, cantantes que cada una a su manera supieron sintentizarla de manera distintas, porque es una artista con distintas caras y todas por demás interesantes
A este nuevo disco le dedicó alrededor de seis años para no dejar nada librado al azar, trabajando en los arreglos, en las sonoridades, en los pequeños detalles, grabado entre su estudio casero y el mítico Abbey Road, dando forma a un disco que con el tiempo será recordado como de lo mejor de esta década, escasa por cierto de obras tan trascendentes.
No quiero caer en comparaciones, porque no tiene con quién compararse; pero la contundencia del trabajo la distancia de estos lugares y quizás sea así… quizás ella no pertenezca aquí y cada tanto comparta con nosotros -simples mortales- sus sueños vueltos canción…
El disco, como mencionamos anteriormente, se divide en dos: el primero A Sea Of Honey, un disco de canciones y la segunda parte A Sky Of Honey, una suite de cuarenta minutos.
A Sea Of Honey
King Of the Mountain es el tema que abre el disco y la referencia es para Elvis; su voz se desliza sobre un loop, se apoya en la delicadeza de las cuerdas que constrasta con el ritmo reggae que le impone la guitarra a la canción, y sobre el final las voces que vienen desde otro lugar, no de esta tierra… tremenda canción.
En Pi  la letra es toda una metáfora en sí misma; ritmicamente hipnótica… la delicadeza de su voz y de la guitarra acústica… apretamos el eject y volamos a su lado; y la línea de bajo que entabla conversacion con su voz doblada, para terminar repitiendo todos los números que se desprenden del enigmático 3.14… ¡¡¡nos está cantando números!!! Y es in-creí-ble.
Bertie canción que, dedicada a su hijo, desborda de ternura. La guitarra le imprime luz al tema, las cuerdas aparecen y desaparecen para darle apoyo a la voz en el estribillo, pareciera estar cantándola en una ronda, tomada de la mano de su hijo…
Mrs. Bartolozzi,  piano y voz; una canción de amor, por momentos, tenebrosa. ¡Qué capacidad de enrarecer el clima con tan poco! Se desgarra el sentimiento en su voz; bendito o no, a quien esté dedicada esta canción, presto atención a la letra… está dedicada a su… ¡lavarropas!
Genial.
How To Be Invisible; todo sigue enrarecido. Da la impresión que esto, en algún momento, explota; nos preparamos… pero no… al tema se acopla -hacia la mitad- un sonido escalofriante, que es roto por la guitarra y su clima ska… y todo sigue en la nebulosa… que termine por favor… silbido… y el tema se fue.
Joanni, dedicada a Juana de Arco, batería seca, cuerdas, líneas de bajo sintetizadas y sobre esto cabalga la voz de Kate, que al final de la canción -con la boca cerrada- emite un sonido con cierta violencia que se entremezcla nuevamente con un susurro pequeño y delicado. Equilibrio justo.
A Coral Room, tema dedicado a su madre; nuevamente voz y piano que logran ser, sin dudas, lo más emotivo del disco.
Fin de la primera parte.
A Sky Of Honey
Nueve canciones que pueden terminar resultando una sola; quizás lo mejor que ha hecho en toda su carrera, en esta especie de suiteen donde -cual Joyce- nos retrata el transcurso del día. Encontramos cantos de pájaros que se mixturan con su voz, voces de niños (el suyo por supuesto) todo resulta complejo y accesible en su música: sonidos flamencos, funkys, aires jazzeros… todo puede convivr en su universo y la línea que los separa desaparece; en el tema final, el cual le da nombre al disco Aerial, su voz se fusiona con la guitarra con ecos a la David Guilmour, su descubridor.
Fin de la segunda parte.
Existen autores, intérpretes, bandas, cantantes… y también existen artistas; y Kate Bush es una artista con todas las letras.
Bienvenida nuevamente, la espera fue demasiado larga, pero valió la pena.
Nada más para decir.
Cristian Woinarowski



Los fans de Kate Bush son como los del programa de televisión Lost [Perdidos], analizan todo a detalle, intentando sacar pistas e interpretar todo. Me pregunto qué pensarán de Aerial, su nuevo disco después de 12 años de mantenerse en silencio, para mi que llevo años escuchándola, resulta sumamente satisfactorio, pero sobre todo adictivo.
¿Por qué? -- Kate Bush tiene la virtud de llenar de texturas sus canciones, todas en armonía, cambiantes, profundas, largas; ninguna canción es contraria a la otra pero practicamente se siente el estado de ánimo cambiante de Bush mientras componía y producía cada uno de los temas. El álbum está dividido en dos, para los que compran discos, este viene en un paquete de dos CDs, el primero llamado A Sea of Honey es una colección de 7 canciones individuales que van desde el rock hasta momentos se escucha Bush y su piano, o su voz, una sencilla guitarra junto a un coro muy sutil y suave, casi folk. La segunda parte, Sky of Honey es una seria de 9 canciones conectadas entre ellas de forma muy conceptual y casi progresiva, esta sección fue co-producida con Del Palmer.
Aunque la primera sección es excelente y dos o tres de sus canciones se convertirán en favoritos de todos los tiempos del trabajo de Bush (sobre todo King of the Mountain, Mrs. Bartozzoli y A Coral Room) es la segunda sección del disco la cual resalta. Te lleva de la mano por 24 horas "comprimidas" en 40 minutos de música romántica, atmosférica, a veces con un sentimiento de inocencia/alegria y por momentos un extraño sentido de tristeza y madurez.
Lo mejor de Kate Bush es lo poco que le importa mezclar estilos de música y estados de ánimo, es posible que más que no importarle tiene una gran facilidad de hacerlo. Aerial en general es un gran disco para escucharlo de principio a fin especialmente Sky of Honey, varias veces me he visto a mi mismo en la calle, relacionando la música del disco con lo que mis ojos ven, todo en sincronía.
Eduardo Arcos 












Tras doce años de ausencia, la Señora volvió con todo por sus fueros
Canciones que mezclan a Elvis con Charles Foster Kane, y ranquean directamente en el Top 5 de ventas del Reino Unido. Temas de amor sobre el número pi, y también sobre un lavarropas. Tonadas que hablan sobre cómo volverse invisible, entonadas por una artista que tardó doce años en editar un disco. Baladas sobre su hijo (uno de los motivos de su ausencia), Juana de Arco y su madre. Una suite cuyo hilo conductor es la grabación del canto de un mirlo, y que incluye jazz, guitarras flamencas y fragmentos funkies. Un piano que influyó tanto a Tori Amos como a Björk, pasando por Stina Nordenstam, Fiona Apple y Victoria Williams, entre tantas otras, y a quienes, de alguna manera, les está dedicado este regreso. Melodías modernas y al mismo tiempo atemporales, con instrumentaciones dirigidas por Michael Kamen y la London Metropolitan Orchestra. Un talento sólo comparable con Rickie Lee Jones y Joni Mitchell. Un registro vocal intacto, que le permitió y le permite coquetear tanto con el avant garde como con la canción pop perfecta ("Wuthering Heights", "Babooshka", "Running Up That Hill" y ahora "King of the Mountain"). Todo esto y mucho más se puede encontrar en Aerial, la vuelta de Kate Bush a las grabaciones, en formato doble cd (uno de canciones con el subtítulo A Sea of Honey, y el otro conceptual llamado A Sky of Honey ). Sin pecar de hiperbólico, el regreso del año. ¿O es que a alguien le cabe alguna duda?
Pablo Strozza




Lista de Temas:
Disc 1 - A Sea Of Honey :
1. King Of The Mountain (4:53)
2. Pi (6:09)
3. Bertie (4:18)
4. Mrs. Bartolozzi (5:58)
5. How To Be Invisible (5:32)
6. Joanni (4:56)
7. A Coral Room (6:12)

Disc 2 - A Sky Of Honey :
8. Prelude (1:26)
9. Prologue (5:42)
10. An Architect's Dream (4:50)
11. The Painter's Link (1:35)
12. Sunset (5:58)
13. Aerial Tal (1:01)
14. Somewhere In Between (5:00)
15. Nocturn (8:34)
16. Aerial (7:52)


Alineación:
- Kate Bush / vocals, piano, keyboards, producer
With:
- Dan McIntosh / electric and acoustic guitars
- Eligio Quinteira / Renaissance guitar
- Gary Brooker / Hammond organ, backing vocals
- Chris Hall / accordion
- Rolf Harris / digeridoo, vocals (11)
- Richard Campbell / viol
- Susan Pell / viol
- Bill Dunne / strings arrangements (3)
- London Metropolitan Orchestra
- Michael Kamen / orchestral arrangements & conducting
- Eberhard Weber / bass
- Del Palmer / bass
- John Giblin / bass
- Stuart Elliott / drums
- Peter Erskine / drums
- Steve Sanger / drums
- Bosco D'Oliveira / percussion
- Robin Jeffrey / Renaissance percussion
- Michael Wood / vocals (7)
- Bertie (Kate's son) / vocals (14)
- Lol Creme / backing vocals
- Paddy Bush / backing vocals




Comments

Lo más visto de la semana pasada

Isaac Asimov: El Culto a la Ignorancia

Vivimos una época violenta, muy violenta; quizás tan violenta como otras épocas, sin embargo, la diferencia radica en que la actual es una violencia estructural y mundial; que hasta la OMS retrata como "epidemia mundial" en muchos de sus variados informes de situación. En ese engendro imperial denominado (grandilocuentemente) como "el gran país del norte", la ignorancia (junto con otras bestialidades, como el supremacismo, el racismo y la xenofobia, etc.) adquiere ribetes escandalosos, y más por la violencia que se ejerce directamente sobre aquellos seres que los "ganadores" han determinado como "inferiores". Aquí, un texto fechado en 1980 donde el genio de la ciencia ficción Isaac Asimov hace una crítica mordaz sobre el culto a la ignorancia, un culto a un Dios ciego y estúpido cual Azathoth, que se ha esparcido por todo el mundo, y aquí tenemos sus consecuencias, las vivimos en nuestra cotidaneidad. Hoy, como ayer, Cthulhu sigue llamando... ah,

David Gilmour - Luck and Strange (2024)

Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim

Jon Anderson & The Band Geeks - True (2024)

Antes de terminar la semana el Mago Alberto nos trae algo recién salido del horno y que huele bastante al Yes de los 80s y 90s, aunque también tiene un tema de más de 16 minutos de la onda de "Awaken" para los más progresivos. Y es que proviene de Jon Anderson, ex miembro fundador de Yes, que junto con la formación The Band Geeks como apoyo lanza este "True", que para presentarlo lo copio al Mago que nos dice: "La producción musical es sensacional con arreglos exquisitos, una instrumentación acorde a las ideas siempre extra mega espaciales de Anderson, el resultado; un disco fresco, agradable al oído, con toda la impronta de el viejo YES, lógico, sabiendo que Jon siempre fue el corazón de la legendaria banda británica". Ideal para ir cerrando otra semana a pura sorpresa, esta es otra más! Artista: Jon Anderson & The Band Geeks Álbum: True Año: 2024 Género: Prog related Nacionalidad: Inglaterra Antes del comentario del Mago Alberto, copio

Charly García - La Lógica del Escorpión (2024)

Y ya que nos estamos yendo a la mierda, nos vamos a la mierda bien y presentamos lo último de Charly, en otro gran aporte de LightbulbSun. Y no será el mejor disco de Charly, ya no tiene la misma chispa de siempre, su lírica no es la misma, pero es un disco de un sobreviviente, y ese sobreviviente es nada más y nada menos que Charly. No daré mucha vuelta a esto, otra entrada cortita y al pie, como para adentrarse a lo último de un genio que marcó una etapa. Esto es lo que queda... lanzado hoy mismo, se suma a las sorpresas de Tony Levin y del Tío Franky, porque a ellos se les suma ahora el abuelo jodón de Charly, quien lanza esto en compañía de David Lebón, Pedro Aznar, Fito Páez, Fernando Kabusacki, Fernando Samalea y muchos otros, entre ellos nuestro querido Spinetta que presenta su aporte desde el más allá. Artista: Charly García Álbum: La Lógica del Escorpión Año: 2024 Género: Rock Referencia: Rollingstone Nacionalidad: Argentina Como comentario, solamente dejar

Tony Levin - Bringing It Down to the Bass (2024)

Llega el mejor disco que el pelado ha sacado hasta la fecha, y el Mago Alberto se zarpa de nuevo... "Cabezones, vamos de sorpresa en sorpresa, esta reseña la escribo hoy jueves 12 de Setiembre y mañana recién se edita en todo el mundo esta preciosura de disco, una obra impresionante, lo mas logardo hasta el momento por Levin". Eso es lo que dice el Mago Alberto presentando este disco, otro más que se adelanta a su salida en el mercado, para que lo empieces a conocer, a disfrutar y a paladear. Llega al blog cabezón un disco que marcará un antes y un después en la carreara de Levin, y creo que eso ya es mucho decir... o no? Otra sorpresota de aquellas, con un DISCAZO, con mayúsculas. Artista: Tony Levin Álbum: Bringing It Down to the Bass Año: 2024 Género: Fusion, Jazz-Rock. Referencia: Site oficial Nacionalidad: EEUU Creo que el pelado esta vez disfrutó el bajo como nunca, y ello parece haberse trasladado a la grabación, y de ahí a tu equipo de sonido y de

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

Spinetta & Páez - La La La (1986-2007)

#Músicaparaelencierro. LightbulbSun nos revive el disco doble entre el Flaco y Fito. La edición original de este álbum fue en formato vinilo y contenía 20 temas distribuidos en dos discos. Sin embargo en su posterior edición en CD se incluyeron los primeros 19 temas, dejando fuera la última canción que era la única canción compuesta por ambos. En relación a este trabajo, Spinetta en cada entrevista que le preguntaron sobre este disco el dijo que fue un trabajo maravilloso, que es uno de los discos favoritos grabados por él. En septiembre de 2007 se reedita el disco en formato CD, con todos los temas originales contenidos en la edición original en vinilo pero con un nuevo diseño. Creo que lo más elevado del disco es la poética del Flaco, este trabajo es anterior a "Tester de Vilencia" y musicalmente tiene alguna relación con dicho álbum... y una tapa donde se fusionan los rostros de ambos, que dice bastante del disco. Aquí, otro trabajo en la discografía del Flaco que estamos

El Ritual - El Ritual (1971)

Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos

Casandra Lange - Estaba En Llamas Cuando Me Acosté (1995)

#Músicaparaelencierro. LightbulbSun vuelve a las andadas y nos presenta un disquito de Casandra Lange (conjunto integrado por Charly García a la cabeza, junto con María Gabriela Epumer, Juan Bellia, Fabián Quintiero, Fernando Samalea y Jorge Suárez), un disquieto en vivo con canciones de Lennon, McCartney, Hendrix, Dylan, Annie Lennox, Jagger y Richards y de otros compositores además de las propias. Este es quizás uno de los secretos mejor guardados de Charly, que además aporta dos temas inéditos. Artista: Casandra Lange Álbum: Estaba En Llamas Cuando Me Acosté Año: 1995 Género: Rock Duración: 56:47 Referencia: Discogs Nacionalidad: Argentina Con ganas de pasarla bien, en el verano de 1995 Charly García armó una banda que tocara covers y recorrió distintos bares y teatros de la costa: Casandra Lange , con María Gabriela Epumer, Fabián Quintiero, Fernando Samalea y hasta Pedro Aznar en algunas ocasiones. Parte de esa gira quedó registrada aquí, un disco de edición re

Yaki Kandru - Yaki Kandru (1986)

#Músicaparaelencierro.  La agrupación colombiana Yaki Kandru, en cabeza del antropólogo e investigador Jorge López Palacio, constituye uno de los hitos etnomusicales de Latinoamérica, siendo sus aportes extremadamente valiosos para la etnomusicología no sólo del país, sino de todo el continente y a su paso, el mundo. Artista: Yaki Kandru Álbum: Yaki Kandru Año: 1986 Género: Etnomusicología Duración:  35:30 Referencia:   zigzagandino.blogspot.com Nacionalidad: Colombia Fundamentalmente, el trabajo de la agrupación consta de profundas y apasionadas investigaciones con las comunidades indígenas y campesinas, que terminaron en registros sonoros avezados, frutos de un esfuerzo inquebrantable por la comprensión integral de la música como un elemento de orden vital en las poblaciones nativas, superponiéndose a la concepción ornamental y estética del arte occidental. De este modo, Yaki Kandru no corresponde a un grupo meramente recopilatorio, sino uno que excava en los cimientos

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.