En su vida, el alcohol siempre será una constante, y no solo en sus letras, desde aquel "eres maravillosa cuando estás borracha" que abría "Rock Bottom". Su larga nómina de admiradores confesos incluye artistas como Brian Eno, David Bowie, Peter Gabriel, Björk o Thom Yorke de Radiohead. Dueño de un rico cancionero elaborado sin prisa a lo largo de décadas, creador de una música que abraza y conmueve, autor de letras que viajan de Timor Oriental a Palestina, con paradas en el recuerdo a García Lorca o la crítica al colonialismo estadounidense, Robert Wyatt no solamente es de los raros músicos para quienes Violeta Parra, Pablo Milanés o Víctor Jara valen tanto como Leonard Cohen o Bob Dylan, y más siendo inglés. Y le dedico esta entrada a todos aquellos desesperados tirabombas mentales que elegimos, pese a todo, vivir la vida al límite de las emociones. Aquí la historia de una canción, pero también la historia de un amor, la historia de gente que vive su vida a pleno, la historia de gente que no se ata a convenciones y vive su arte y su amor a su manera. Aquí, la historia de un borracho loco desesperado y una sirena, todo convertido en una canción llamada "Sea Song" -para algunos una de las composiciones más importantes de la historia del siglo XX y la canción de love jazz definitiva, donde Wyatt nos demuestra que a veces un mero ritmo y cuatro notas pueden ser suficiente para crear una maravilla-, del impresionante álbum "Rock Bottom".
Amo al señor Wyatt, amo lo que representa aún más que a su música, todo ese desesperado contenido emotivo y visceral, amo ese desesperado fuego ante la vida. Esa desesperación ante el ridículo de la "normalidad" que llevó al anarquismo a sembrar bombas y tratar de tomar el cielo por asalto, esa misma desesperación que lo hacía huir de esta realidad en las juergas interminables y que como consecuencia lo dejaron postrado en su silla de ruedas pero también atado, por querencia y convicción, a los amores de su vida: su pareja y su ideología, además de por supuesto, su música.
Con él no son válidos los estándares ni los caprichos: cantó baladas obreristas durante el señorío deleznable de Margaret Thatcher y se avergüenza de ser inglés y cantar en el idioma que se ha convertido en "el latín" de los rituales del fracaso social y la explotación.
Muy pocas veces, creo que es la primera vez, que hacemos un posteo para hablar de un solo tema, no de un disco o una biografía completa, sino de un solo tema. Aunque no es en realidad solo del tema, ya que engloba muchas cosas.
Aparentemente solo un tema de un desesperado ante su amor sirena. Así que este tema tiene que ser especial, y lo es por el hecho de que pocos temas tocan fibras de mi alma como si fuera un arpa de emociones, así que aquí nos ponemos a hablar de él. Y este posteo comenzó en realidad como un simple mensaje de Whatsapp (siempre me quedan chicos tan pocos carácteres, allí uno no puede desplegar sus alas sin chocarse con las paredes, tropezarse con el techo, sin llevarse puesto y tirar un florero, imagínense que no da para volar mucho), así que dejé el mensaje y me vine a desarrollar la idea un poco mejor, por acá, en estos terrenos que uno conoce tanto. Porque además siempre es bueno volver a casa para acariciar el corazoncito, y más si es con buena música repiqueteando en el alma.
Muy pocos artistas, pueden recuperarse de un accidente que los deja paralizados de cintura para abajo. Si el desafortunado artista es un baterista, una habilidad que requiere los pies de uno en igual medida que los miembros superiores, entonces dicho baterista probablemente haya terminado su carrera. Sin embargo, si el personaje en cuestión es Robert Wyatt, uno de los músicos más destacados de la escena de Canterbury, un creador de un estilo, un innovador que a la edad de 28 años se cayó de la ventana del cuarto piso -después de ingerir grandes cantidades de alcohol en una festichola organizada por su amigo Nick Mason (el baterista de Pink Floyd, en la foto de la izquierda, junto a Robert), utiliza este horrible evento como un punto de inflexión. Y embarcarse en una nueva carrera, que según él fue la más interesante de su vida.
Sea song - Robert Wyatt
Aquí tenemos un hombre que ya nos decía que estaba cansado y ponía en duda todo, incluso el no poder mutar. "Sea Song" nos regala, metaforicamente, el hecho de beber para olvidar, el estar enamorado sólo cuando el alcohol es el único conductor para expresar sentimientos. Una canción llena de dulzura cruda que entrelaza esa voz quebrada tan personal entre pianos, órganos y olas. Una canción dedicada a su amada Alfreda Benge, su musa, su mujer, y la persona que lo acompañó en el proceso de recuperación.
De ese particular acuerdo nace una de las carreras más fascinantes del rock contemporáneo.
Podría ser su voz, ese lamento ahogado que Ryuichi Sakamoto definió como "el sonido más triste del mundo" lo que brinda esa inquietud que dominó su obra, acompañada del pienao o esa trompeta tocada por el propio Wyatt sin demasiada destreza. Su voz tampoco tampoco tiene demasiada gracia, pero lo que fascina de este hombre es, justamente, como transmite emociones, a través de un estilo propio. Pero más que un tipo con un estilo propio, Robert Wyatt es un género en sí mismo.
Antes de comezar, vamos con la que es, al menos para mí, la mejor versión de esta belleza...
Para quién no esté familiarizado con la obra de Robert Wyatt haré un pequeño resumen: Robert fundó la increíble y fundamental banda de la escena de Canterbury, esto es Soft Machine. Estamos hablando de 1966. Siempre escondido detrás de la batería pero con una importante presencia. Sin embargo, un joven y talentoso Wyatt se dejó llevar por la bebida, las drogas y los 70s, por lo que acabó siendo expulsado del grupo (toda una tragedia para él). Luego formaría Matching Mole, cuyo sonido tenía muchos puntos en común con su anterior banda. Y de paso, hay que hablar de su trayectoria solista. Y allí vamos...
Y aquí, la versión del disco "Rock Bottom"....
Me parece imposible hablar de "Sea Song" sin hablar de "Rock Bottom". La historia viene más o menos así; Wyatt comenzó a escribir el material de lo que se convertiría en su segundo álbum antes del accidente a principios de 1973. Junto a su entonces novia Alfreda Benge (poeta y pintora, quien fuera editora asistente del director de cine Nicolas Roeg) pasó un tiempo en Venecia, mientras estaban filmando el thriller psicológico "Don't Look Now", basado en un relato corto de Daphne du Maurier, escritoro de suspense que sirvió como inspiración a directores como Alfred Hitchcock. Pero la cuestión importante es Wyatt tenía mucho tiempo libre durante el proceso de filmación y comenzó a anotar algunas ideas para varias canciones. Y mientras tanto, esperaba algún descanso de Afreda, la misma que hoy en día sigue siendo ilustradora, instigadora, pintora pero que también se ha transformado en inspiradora, conspiradora, a menudo letrista y esposa Robert Wyatt (también tema de muchas de sus canciones). Robert y Alfreda de por sí merecerían un libro, no solo esta nota truncada; pero bueno, hacemos lo que se puede. En caso de un libro, la tapa correcta sería la de la foto izquierda, con Alfreda tomando un cuchillo, y no recuerdo donde leí que representaba que muchas veces tenía ganas de matar al bueno de Robert.
Volvemos a la historia, Robert quería montar una nueva banda (una nueva versión de Matching Mole) y fue a Londres. Y así llegó una mala noche del muy ebrio 1973 (justo un día antes del primer ensayo de su nuevo proyecto) en la que Wyatt creyó volar y cayó por la ventana de un cuarto piso en una fiesta de los Pink Floyd, y si mal no recuerdo era el cumpleaños de su amigo Nick. Los médicos dijeron que, de no haber estado tan sumamente borracho, el paciente habría opuesto alguna resistencia y el impacto hubiese resultado mortal.
Unos meses más tarde, después de que el accidente ocurriera en junio de 1973, el concepto del álbum comenzó a cristalizarse durante el largo tiempo que pasó en el hospital, específicamente, un año entero. En unos pocos meses ganó movilidad con una silla de ruedas y encontró un viejo piano, en el que seguía trabajando en las melodías, muchas de ellas con canciones de amor para Alfreda. Uso el término "canciones de amor" a la ligera, ya que están tan lejos de las canciones "pop" azucardas y melosas que se conocen como canciones de amor. Alfreda, o cariñosamente Alfie, no solo fue su musa sino que jugó un papel crítico en su camino hacia la recuperación y una nueva expresión musical. Han sido un equipo desde entonces, con Alfreda contribuyendo con letras, dibujos para carátulas de álbumes y tareas de gestión de artistas. Pero ese es otro tema...
Después de abandonar el hospital, Wyatt pasó un tiempo en una casa de campo y grabó las canciones en un rudimentario estudio de grabación. Estar internado no sirvó para apartarlo de sus problemas con el alcohol y las drogas, pero paradójicamente pusieron los cimientos de una nueva y fructífera etapa en su trayectoria artística, en la que cambió la batería por el piano.
Más tarde invitó a amigos músicos como Mike Oldfield, Fred Frith y Richard Sinclair para agregar partes a canciones específicas. Aún más importante, le pidió a su amigo, el baterista de Pink Floyd Nick Mason, que produjera el álbum. Así que ayudó a dar forma el enfoque minimalista del álbum. El resultado fue "Rock Bottom", un disco que tenés escuchar con total atención si deseas experimentar todos los matices que tiene para ofrecer. Para colmo, incluye una de mis canciones favoritas de toda la música, "Sea Song". Y por si esto no fuese poco, participaron en este proyecto luminarias de la música que jamás se habían encontrado antes y nunca más volveron a convergir en ningún trabajo: Hugh Hopper, Fred Frith, Gary Windo, Mike Oldfield, Ivor Cutler, Nick Mason, Mongezi Feza y más. Uffff....
Musicalmente, Wyatt toca el piano y un órgano muy simple que fue popular a finales de los 60: "El órgano que usé en Rock Bottom se llama Riviera. Alfie lo consiguió para nosotros, costó muy barato en una tienda de juguetes italiana. Es un órgano de juguete de tres o cuatro octavas".
Las letras combinan las imágenes representan la vida en la superficie y el fondo del mar, algo así como el carácter de su amor, su estado de ánimo cambiante y todas las razones por las que Robert adora a Alfie. Muy buena poesía para un no poeta (más porque Robert siempre se consideró un mal poeta). Casi una tapa solo para "Sea Song" aunque el disco sea mucho más que ello.
Sin embargo, es donde nos detenemos ahora. Ese mal humor de "Sea Song" que evoca una noche oscura, llena de estrellas, y el protagonista sentado junto al mar tormentoso. Allí existen, inexorablemente, todos los matices de la tragedia y del amor, que quizás sean lo mismo pero con un gesto de tristeza o de sonrisa, según sea el caso. Como olas rompiendo una y otra vez... La lírica mantiene una ausencia de decoro que nos obliga a centrarnos en el personaje, que sigue jugando con el alma literalmente partida entre la ausencia y la presencia. La extraña crudeza de las palabras irrumpe: en parte pez, en parte cetáceo, en parte cachalote bebé... eres genial cuando estás borracha... eres una bestia estacional... y al final la verdadera canción de amor llega a la conclusión: tu locura encaja perfectamente con la mía... los pasajes donde la belleza de la tristeza pone en riesgo hasta la disonancia que contiene la segunda parte de la canción, donde el ritmo se detiene y comienza la vocalización, lo que parece sumamente intrigante, inquietante. Luego comienza la voz distorsionada, fundida sin palabras. Los instrumentos, buscando aire o algo más raro, cantan sin cesar una canción del fondo del mar. Debemos recordar la admiración fanática de Wyatt por los Les Double Six y sus vocalizaciones. Él solo no podía hacer lo mismo, solo lo estaba intentando, pero el resultado no le sale sublime sino inquietante y casi aterrador.
La producción casi casera pero con mucho cuidado y delicadeza y las interpretaciones sencillas pero ejecutadas por músicos de otro mundo llevan lo que podría ser una melodía bastante simple de lo mágico, y mientras se despliega la canción suena como si fuera su propia criatura marina saliendo sin prisa del océano.
Un tema que discurre entre lo psicodélico, el jazz, la música atonal, la música de autor setentera, "Sea Song", a pesar de su aparente sencillez, no es una canción fácil de interpretar, aunque se han hecho varios intentos, entre ellos, Tears for Fears le dio una buena interpretación aunque demasiado dulce para la rispidez que sugiere su letra. Quizás la mejor interpretación es la de The Unthanks, y Robert Wyatt coincide conmigo, como dijo en alguna entrevista. Se las dejo en el último video...
Y no hace falta profundizar más, hay cosas de las que no tiene sentido hablar demasiado, se sienten sobretodo. Uno puede tratar de explicarlas, pero siempre es difícil e imperfecto. El arte nos atraviesa a todos, y es transversal a nuestra vida, toca hilos emocionales que la lógica no puede, ¿cómo entender un concepto de la vida por medio de lo intelectual? ¿Cómo explicar alguna emoción? ¿Cómo se explica el amor?. Incluso, la mejor manera de hablar de todo ello no es por lenguaje riguroso sino por la poesía o la música, todo fuera del circuito de lo que se maneja con el intelecto.
Una sola cosa antes de cerrar el tema, creo que la música y el arte debe ser reconsiderado no como un mero objeto de pertenencia, o como una diversión, o como un pasatiempo, sino como parte fundamental de nuestras vidas, porque nos hace más plenos, alejados del concepto de eficacia, pragmatismo, mercado, lógica, egoísmo, individualismo que hoy domina nuestras vidas. Creo que el desarrollo del arte en nuestra vida cotidiana es un paso importante en la evolución del ser humano, que debe de una vez secarse las lágrimas de una vez para aprender a reír y aprender a amar.
Por eso está bueno que te encierres en tu cuarto, a escuchar el "Rock Bottom" y en especial "Sea Song". Quizás con alguna botella cerca, quizás con alguien cerca, pero que nunca falte tu respectiva bomba de dinamitar cerebros...
Amo al señor Wyatt, amo lo que representa aún más que a su música, todo ese desesperado contenido emotivo y visceral, amo ese desesperado fuego ante la vida. Esa desesperación ante el ridículo de la "normalidad" que llevó al anarquismo a sembrar bombas y tratar de tomar el cielo por asalto, esa misma desesperación que lo hacía huir de esta realidad en las juergas interminables y que como consecuencia lo dejaron postrado en su silla de ruedas pero también atado, por querencia y convicción, a los amores de su vida: su pareja y su ideología, además de por supuesto, su música.
Con él no son válidos los estándares ni los caprichos: cantó baladas obreristas durante el señorío deleznable de Margaret Thatcher y se avergüenza de ser inglés y cantar en el idioma que se ha convertido en "el latín" de los rituales del fracaso social y la explotación.
La discografía de Wyatt desde la silla de ruedas es la que elegiría salvar en caso de incendio, la que regalaría a mis hijos como única herencia, la que desearía escuchar en mi lecho de muerte, la que emplearía como arma de ataque antes de una noche de furor sexual, la que me acerca a los bosques donde cada rama es sagrada, la que me convence de que ha valido la pena estar aquí sin rendirse, la que remitiría como arte postal a todos los desgraciados, la fuente de la eterna juventud, la única declaración política necesaria —la que siempre sostuvo que sí, claro que sí, podemos, siempre que antes dinamiten los cuarteles del poder—, el tratado más lúdico sobre qué y cómo sentimos los deprimidos, la deseperanza que sostiene la ilusión, la certidumbre de que Víctor Jara y Duke Ellington beben del mismo manantial...Ánxel Grove
Muy pocas veces, creo que es la primera vez, que hacemos un posteo para hablar de un solo tema, no de un disco o una biografía completa, sino de un solo tema. Aunque no es en realidad solo del tema, ya que engloba muchas cosas.
Aparentemente solo un tema de un desesperado ante su amor sirena. Así que este tema tiene que ser especial, y lo es por el hecho de que pocos temas tocan fibras de mi alma como si fuera un arpa de emociones, así que aquí nos ponemos a hablar de él. Y este posteo comenzó en realidad como un simple mensaje de Whatsapp (siempre me quedan chicos tan pocos carácteres, allí uno no puede desplegar sus alas sin chocarse con las paredes, tropezarse con el techo, sin llevarse puesto y tirar un florero, imagínense que no da para volar mucho), así que dejé el mensaje y me vine a desarrollar la idea un poco mejor, por acá, en estos terrenos que uno conoce tanto. Porque además siempre es bueno volver a casa para acariciar el corazoncito, y más si es con buena música repiqueteando en el alma.
Muy pocos artistas, pueden recuperarse de un accidente que los deja paralizados de cintura para abajo. Si el desafortunado artista es un baterista, una habilidad que requiere los pies de uno en igual medida que los miembros superiores, entonces dicho baterista probablemente haya terminado su carrera. Sin embargo, si el personaje en cuestión es Robert Wyatt, uno de los músicos más destacados de la escena de Canterbury, un creador de un estilo, un innovador que a la edad de 28 años se cayó de la ventana del cuarto piso -después de ingerir grandes cantidades de alcohol en una festichola organizada por su amigo Nick Mason (el baterista de Pink Floyd, en la foto de la izquierda, junto a Robert), utiliza este horrible evento como un punto de inflexión. Y embarcarse en una nueva carrera, que según él fue la más interesante de su vida.
Sea song - Robert Wyatt
Te ves diferente cada vez
que venís de la espuma salada
es tu piel brillando suavemente a la luz de la luna
parte pez parte cetáceo
parte cachalote bebé
yo soy tuyo vos sos mía para jugar
Fuera de broma cuando tomás
sos terrible cuando tomás
me gustas más tarde en la noche
estás muy bien
pero no puedo entender tu otro yo en las mañanas
cuando es hora de jugar a ser humano por un momento
por favor, sonreí.
Serás diferente en primavera
lo se, sos un animal de estación
como la estrella de mar que se deja llevar
por la marea
y entonces hasta que tu sangre
corra hasta la próximaluna llena
tu locura encaja dulcemente
con la mía
tu demencia encaja gentilmente con la mía.
Aquí tenemos un hombre que ya nos decía que estaba cansado y ponía en duda todo, incluso el no poder mutar. "Sea Song" nos regala, metaforicamente, el hecho de beber para olvidar, el estar enamorado sólo cuando el alcohol es el único conductor para expresar sentimientos. Una canción llena de dulzura cruda que entrelaza esa voz quebrada tan personal entre pianos, órganos y olas. Una canción dedicada a su amada Alfreda Benge, su musa, su mujer, y la persona que lo acompañó en el proceso de recuperación.
"De no haber existido ella, me habría dedicado a beber hasta morir escuchando a Thelonious Monk. Soy un cocinero terrible, no soy capaz de vestirme solo, ni puedo administrar mi dinero. En nuestro contrato, a mí me toca hacer discos".Robert Wyatt
De ese particular acuerdo nace una de las carreras más fascinantes del rock contemporáneo.
Podría ser su voz, ese lamento ahogado que Ryuichi Sakamoto definió como "el sonido más triste del mundo" lo que brinda esa inquietud que dominó su obra, acompañada del pienao o esa trompeta tocada por el propio Wyatt sin demasiada destreza. Su voz tampoco tampoco tiene demasiada gracia, pero lo que fascina de este hombre es, justamente, como transmite emociones, a través de un estilo propio. Pero más que un tipo con un estilo propio, Robert Wyatt es un género en sí mismo.
Antes de comezar, vamos con la que es, al menos para mí, la mejor versión de esta belleza...
La vida del músico Robert Wyatt, dará lugar a una película de animación titulada "Rock Bottom" que se desarrollará en Valencia, España. Es el mismo título del álbum que el músico británico comenzó a componer premonitoriamente meses antes de sufrir el accidente que partiría su vida en dos, cuando en junio de 1973 se precipitó desde el cuarto piso de un edificio y quedó parapléjico. Luego se trasladó a una casa de campo en Wiltshire cedida por la mecenas española Delfina Entrecanales, donde grabó aquella obra maestra del art rock y la psicodelia llamada "Rock Bottom". La gestación del álbum y la historia de amor con su actual mujer Alfreda Benge (Alfie) constituirán el telón de fondo de la película de animación, que cuenta con el beneplácito del artista pero no será tanto un documental al uso como una fabulación dotada de una narrativa no lineal y una estética experimental, que combinará animación clásica en 2D y tecnología 3D. El proyecto, con un presupuesto de 4 millones de euros, está liderado por la ilustradora y cineasta valenciana María Trenor (ganadora de 15 premios en festivales como la Berlinale con su cortometraje "Con que la lavare?", y candidata a un Goya por el corto de animación "ExLibris"), el guionista y dibujante Joaquín Ojeda (El Cielo Sube, Con que la lavare?) y el director de animación Raúl Colomer.Nota original
Para quién no esté familiarizado con la obra de Robert Wyatt haré un pequeño resumen: Robert fundó la increíble y fundamental banda de la escena de Canterbury, esto es Soft Machine. Estamos hablando de 1966. Siempre escondido detrás de la batería pero con una importante presencia. Sin embargo, un joven y talentoso Wyatt se dejó llevar por la bebida, las drogas y los 70s, por lo que acabó siendo expulsado del grupo (toda una tragedia para él). Luego formaría Matching Mole, cuyo sonido tenía muchos puntos en común con su anterior banda. Y de paso, hay que hablar de su trayectoria solista. Y allí vamos...
Lo que digo es que nunca hago nada conscientemente triste. Ni siquiera "Rock Bottom", que se asume nacido del trauma de quedarme parapléjico. Lo siento, no es cierto. Algo debe de haber, sin duda, cuando tanta gente lo ve así. Pero en aquellos días no me sentía especialmente triste. Aunque suene chocante, yo no contemplo aquel accidente como algo malo. Fue un nuevo comienzo. Puesto que mi vida es mejor después que aquello, mucho mejor, de hecho, no lo veo como una tragedia. Es sólo un cambio. Y en mi caso, a pesar de las dificultades obvias, soy una persona más feliz. La gente que no se ha roto nunca la espalda piensa: qué terrible vivir así. Pero es algo que sucede. ¡Bang! y a otra cosa. Parecido a un animal salvaje cuando está en la jungla. Llega un helicóptero, le atrapa con una red, y al poco está en una reserva en Tanzania.Robert Wyatt
Y aquí, la versión del disco "Rock Bottom"....
Me parece imposible hablar de "Sea Song" sin hablar de "Rock Bottom". La historia viene más o menos así; Wyatt comenzó a escribir el material de lo que se convertiría en su segundo álbum antes del accidente a principios de 1973. Junto a su entonces novia Alfreda Benge (poeta y pintora, quien fuera editora asistente del director de cine Nicolas Roeg) pasó un tiempo en Venecia, mientras estaban filmando el thriller psicológico "Don't Look Now", basado en un relato corto de Daphne du Maurier, escritoro de suspense que sirvió como inspiración a directores como Alfred Hitchcock. Pero la cuestión importante es Wyatt tenía mucho tiempo libre durante el proceso de filmación y comenzó a anotar algunas ideas para varias canciones. Y mientras tanto, esperaba algún descanso de Afreda, la misma que hoy en día sigue siendo ilustradora, instigadora, pintora pero que también se ha transformado en inspiradora, conspiradora, a menudo letrista y esposa Robert Wyatt (también tema de muchas de sus canciones). Robert y Alfreda de por sí merecerían un libro, no solo esta nota truncada; pero bueno, hacemos lo que se puede. En caso de un libro, la tapa correcta sería la de la foto izquierda, con Alfreda tomando un cuchillo, y no recuerdo donde leí que representaba que muchas veces tenía ganas de matar al bueno de Robert.
Volvemos a la historia, Robert quería montar una nueva banda (una nueva versión de Matching Mole) y fue a Londres. Y así llegó una mala noche del muy ebrio 1973 (justo un día antes del primer ensayo de su nuevo proyecto) en la que Wyatt creyó volar y cayó por la ventana de un cuarto piso en una fiesta de los Pink Floyd, y si mal no recuerdo era el cumpleaños de su amigo Nick. Los médicos dijeron que, de no haber estado tan sumamente borracho, el paciente habría opuesto alguna resistencia y el impacto hubiese resultado mortal.
Unos meses más tarde, después de que el accidente ocurriera en junio de 1973, el concepto del álbum comenzó a cristalizarse durante el largo tiempo que pasó en el hospital, específicamente, un año entero. En unos pocos meses ganó movilidad con una silla de ruedas y encontró un viejo piano, en el que seguía trabajando en las melodías, muchas de ellas con canciones de amor para Alfreda. Uso el término "canciones de amor" a la ligera, ya que están tan lejos de las canciones "pop" azucardas y melosas que se conocen como canciones de amor. Alfreda, o cariñosamente Alfie, no solo fue su musa sino que jugó un papel crítico en su camino hacia la recuperación y una nueva expresión musical. Han sido un equipo desde entonces, con Alfreda contribuyendo con letras, dibujos para carátulas de álbumes y tareas de gestión de artistas. Pero ese es otro tema...
Después de abandonar el hospital, Wyatt pasó un tiempo en una casa de campo y grabó las canciones en un rudimentario estudio de grabación. Estar internado no sirvó para apartarlo de sus problemas con el alcohol y las drogas, pero paradójicamente pusieron los cimientos de una nueva y fructífera etapa en su trayectoria artística, en la que cambió la batería por el piano.
"Asumí que hacer giras ya sería demasiado problemático. Me di cuenta de que a partir de ese momento tendría que centrarme en las grabaciones, y cantar más. Por otra parte, vi que podría escoger a músicos distintos para cada canción. Que tampoco tendría que utilizar los mismos instrumentos en todas mis composiciones. Perder las piernas me dio otro tipo de libertad".Robert Wyatt
Más tarde invitó a amigos músicos como Mike Oldfield, Fred Frith y Richard Sinclair para agregar partes a canciones específicas. Aún más importante, le pidió a su amigo, el baterista de Pink Floyd Nick Mason, que produjera el álbum. Así que ayudó a dar forma el enfoque minimalista del álbum. El resultado fue "Rock Bottom", un disco que tenés escuchar con total atención si deseas experimentar todos los matices que tiene para ofrecer. Para colmo, incluye una de mis canciones favoritas de toda la música, "Sea Song". Y por si esto no fuese poco, participaron en este proyecto luminarias de la música que jamás se habían encontrado antes y nunca más volveron a convergir en ningún trabajo: Hugh Hopper, Fred Frith, Gary Windo, Mike Oldfield, Ivor Cutler, Nick Mason, Mongezi Feza y más. Uffff....
Musicalmente, Wyatt toca el piano y un órgano muy simple que fue popular a finales de los 60: "El órgano que usé en Rock Bottom se llama Riviera. Alfie lo consiguió para nosotros, costó muy barato en una tienda de juguetes italiana. Es un órgano de juguete de tres o cuatro octavas".
Las letras combinan las imágenes representan la vida en la superficie y el fondo del mar, algo así como el carácter de su amor, su estado de ánimo cambiante y todas las razones por las que Robert adora a Alfie. Muy buena poesía para un no poeta (más porque Robert siempre se consideró un mal poeta). Casi una tapa solo para "Sea Song" aunque el disco sea mucho más que ello.
Sin embargo, es donde nos detenemos ahora. Ese mal humor de "Sea Song" que evoca una noche oscura, llena de estrellas, y el protagonista sentado junto al mar tormentoso. Allí existen, inexorablemente, todos los matices de la tragedia y del amor, que quizás sean lo mismo pero con un gesto de tristeza o de sonrisa, según sea el caso. Como olas rompiendo una y otra vez... La lírica mantiene una ausencia de decoro que nos obliga a centrarnos en el personaje, que sigue jugando con el alma literalmente partida entre la ausencia y la presencia. La extraña crudeza de las palabras irrumpe: en parte pez, en parte cetáceo, en parte cachalote bebé... eres genial cuando estás borracha... eres una bestia estacional... y al final la verdadera canción de amor llega a la conclusión: tu locura encaja perfectamente con la mía... los pasajes donde la belleza de la tristeza pone en riesgo hasta la disonancia que contiene la segunda parte de la canción, donde el ritmo se detiene y comienza la vocalización, lo que parece sumamente intrigante, inquietante. Luego comienza la voz distorsionada, fundida sin palabras. Los instrumentos, buscando aire o algo más raro, cantan sin cesar una canción del fondo del mar. Debemos recordar la admiración fanática de Wyatt por los Les Double Six y sus vocalizaciones. Él solo no podía hacer lo mismo, solo lo estaba intentando, pero el resultado no le sale sublime sino inquietante y casi aterrador.
La producción casi casera pero con mucho cuidado y delicadeza y las interpretaciones sencillas pero ejecutadas por músicos de otro mundo llevan lo que podría ser una melodía bastante simple de lo mágico, y mientras se despliega la canción suena como si fuera su propia criatura marina saliendo sin prisa del océano.
Un tema que discurre entre lo psicodélico, el jazz, la música atonal, la música de autor setentera, "Sea Song", a pesar de su aparente sencillez, no es una canción fácil de interpretar, aunque se han hecho varios intentos, entre ellos, Tears for Fears le dio una buena interpretación aunque demasiado dulce para la rispidez que sugiere su letra. Quizás la mejor interpretación es la de The Unthanks, y Robert Wyatt coincide conmigo, como dijo en alguna entrevista. Se las dejo en el último video...
Y no hace falta profundizar más, hay cosas de las que no tiene sentido hablar demasiado, se sienten sobretodo. Uno puede tratar de explicarlas, pero siempre es difícil e imperfecto. El arte nos atraviesa a todos, y es transversal a nuestra vida, toca hilos emocionales que la lógica no puede, ¿cómo entender un concepto de la vida por medio de lo intelectual? ¿Cómo explicar alguna emoción? ¿Cómo se explica el amor?. Incluso, la mejor manera de hablar de todo ello no es por lenguaje riguroso sino por la poesía o la música, todo fuera del circuito de lo que se maneja con el intelecto.
Una sola cosa antes de cerrar el tema, creo que la música y el arte debe ser reconsiderado no como un mero objeto de pertenencia, o como una diversión, o como un pasatiempo, sino como parte fundamental de nuestras vidas, porque nos hace más plenos, alejados del concepto de eficacia, pragmatismo, mercado, lógica, egoísmo, individualismo que hoy domina nuestras vidas. Creo que el desarrollo del arte en nuestra vida cotidiana es un paso importante en la evolución del ser humano, que debe de una vez secarse las lágrimas de una vez para aprender a reír y aprender a amar.
Por eso está bueno que te encierres en tu cuarto, a escuchar el "Rock Bottom" y en especial "Sea Song". Quizás con alguna botella cerca, quizás con alguien cerca, pero que nunca falte tu respectiva bomba de dinamitar cerebros...
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