Yo lo conocí porque, una vez vuelta la democracia alfonsinista, fui a ver "La Patagonia rebelde", película que fue llevada al cine en la década del 70 por Héctor Olivera, con guión del propio Bayer, y que llegó a proyectarse en todo el país durante el último gobierno de Juan Domingo Perón, pero durante el de María Estela Martínez de Perón, el escritor fue amenazado y perseguido por la Triple A dirigida por López Rega. En 1975 debió exiliarse en Berlín, de donde recién pudo regresar en 1983, con el restablecimiento de la democracia.
"Bayer siguió siempre la línea que tendían en la historia los más desahuciados, los de abajo, los amasados con un barro sagrado que ni ellos conocían. Sean las prostitutas de un pequeño poblado en la Patagonia, sea el anarquista expropiador Di Giovanni. Mujeres y hombres puros, cuya pureza estaba antes de las ideologías y precedía a las acciones con rostro político. La pureza de la conciencia anárquica, en Bayer, equivalía al primer día de la Creación, un cuerpo diáfano de pasiones aun no desprendido enteramente de la naturaleza. Lo que resultaba una enorme atracción en su verbo era que escribiera libros de historia basándose solamente en la convicción que en algunas conciencias elegidas, existía un alma preconcebida en la disposición hacia una justicia entera, cósmica. Anarquismo individualista".Horacio González
La muerte de Osvaldo nos golpea a todos/as lo que soñamos con un mundo mejor. En estos días saldrán decenas de notas que rescatan al escritor, intelectual, periodista y nada de lo que se diga será suficiente para valorar esas facetas. Desde aquí la imagen que queremos alumbrar es la del Osvaldo militante, porque todas las tareas que emprendió las abordó desde ese lugar, el de generar acciones que rompieran con el olvido, que pusieran cimientos para alimentar batallas, que disputaran el sentido de la memoria entendida como campo de conflicto que se articula con el presente.
Tengo 89 años, hice lo que pude por la democracia en el país. Me fue mal. Me cagaron a palos. Pero siempre tuve una línea de conducta. Ahora está Macri de presidente, un individuo de lo peor. Lo único que hizo fue ser hijo de un multimillonario, pero andá a tocarlo ahora. Yo creo que los argentinos somos estúpidos. Con todo lo que nos pasó. Vos escribís esto en una novela y te dicen que estás loco. ¿Qué hizo Macri por la democracia? Sólo hizo negocios. 20 años luché para que bajen el monumento de Roca, demostrando su racismo, demostrando que buscaba la desigualdad. Y la gente elige a Macri presidente, viví al pedo. Estuve preso, me hicieron exiliar y ahora eligen a Macri, un tipo que defiende a Roca. Vivimos en un pueblo muy difícil. Me quiero morir.Osvaldo Bayer
Partió el enorme maestro Osvaldo Bayer. Hasta siempre querido amigo. Te vamos a extrañar mucho. El mejor honenaje leerlo y seguir su ejemplo de coherencia, lucha y compromiso. pic.twitter.com/Nl9UrnFs21
— Felipe Pigna (@FelipePigna) 24 de diciembre de 2018
Amigo de Rodolfo Walsh y Paco Urondo, Bayer. militante del anarquismo libertarlo, supo transitar la literatura y el periodismo con la idea de contar la hlstorla de mujeres y hombres que, con sus compromisos, pusiera en evídencia la permanente lucha contra la ferocidad del sistema.
"La muerte de Osvaldo Bayer nos golpea aún más en estas Fiestas que no pueden sino ser tristes en este país saqueado y humillado que nos toca vivir. Quizás no sea excesivamente optimista, sin embargo, pensar que su recuerdo inevitable, su presencia siempre inquietante, servirán para compensar la banalización que hoy nos domina, para pensar en los que sufren. En las cercanías de los 100 años de la Semana Trágica, recordamos con Osvaldo a los asesinados de Vasena (la matanza de obreros en enero de 1919 en Buenos Aires, NDR), a los de la Patagonia Rebelde, a los anarquistas salvajemente reprimidos. Infatigable luchador por los Derechos Humanos, en las últimas décadas de su vida defendió consecuentemente a los pueblos originarios, combatiendo todos los intentos de justificar el genocidio que tuvo su máxima expresión en la Campaña del Desierto"Eduardo Jozami
Tras obtener el título de historiador en Hamburgo, Bayer decidió contar los sucesos ocurridos durante las sangrientas huelgas obreras en la Patagonia, que luego dio forma a "Los vengadores de la Patagonia Trágica" y que llegó al cine como "La Patagonia Rebelde", dirigido en 1974 por Héctor Olivera, film que ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín. Pero nunca quiso ser neutral ni objetivo, siempre contó la historia desde el lugar de los trabajadores que peleaban por una sociedad más humana, justa y solidaria.
Osvaldo Jorge Bayer (Santa Fe, Argentina, 18 de febrero de 1927 - Buenos Aires, 24 de diciembre de 2018) fue un historiador, escritor y periodista anarquista argentino. Vivió en Buenos Aires, pero también tuvo domicilio en Berlín, donde se exilió antes de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983).Wikipedia
En el exilio, Bayer continuó escribiendo, militando y denunciando las desapariciones de personas, torturas y asesinatos cometidos por grupos paramilitares de la última dictadura militar. El cuarto tomo de La Patagonia Rebelde tuvo que ser publicado en Alemania. El libro no solo estaba prohibido sino que sus ejemplares fueron quemados por la dictadura cívico-militar.
El exilio. Lo injusto. Pero mejor que la muerte. El tener que abandonar todo porque un político o un policía lo han puesto en una lista. Cambiar la vida familiar. Empezar de nuevo, para los hijos y la mujer, también. Lo injusto. Resuelto por un par de miserables en el poder por la fuerza de las armas.Osvaldo Bayer
Al llegar a Alemania, en plena juventud, me hice pacifista a ultranza. Me di cuenta de la crueldad de la guerra y la posguerra. Aprendí que las únicas que luchaban por la vida en la posguerra eran las mujeres, principalmente las mujeres con niños pequeños, mientras los hombres se debatían en la depresión. La posguerra me enseñó el no a la violencia. Sí a la palabra, al encuentro, llegar a una solución antes que la bala o la bomba a las ciudades. Me enseñó la inutilidad y el crimen que es la carrera militar y el doble juego de la política falsa, aquella que en vez de solucionar el problema de todos busca solamente su provecho.Osvaldo Bayer
Pesó sobre él una demanda de la familia Martínez de Hoz en la que se pide un resarcimiento económico de 1.000.000 de pesos por "mancillar su buen nombre":
"No quieren que vaya preso ni nada, solo les interesa el dinero. Les molesta que yo diga lo que nunca se nos dijo. ¿Quién financió la Campaña del Desierto?. La Campaña fue financiada por la Sociedad Rural Argentina (SRA). La SRA fue fundada por Martínez de Hoz en 1868, que es el bisabuelo del que fue Ministro de la última dictadura. A todo estanciero que compraba un cupón se le entregó después una hectárea de tierra. La gran matanza de los pueblos originarios se hizo financiada por la Sociedad Rural. Se distribuyeron 42.000.000 de hectáreas entre 1.800 terratenientes. Esto nunca se nos dijo y está en los decretos del Presidente Avellaneda, que es el gran culpable de la Campaña del Desierto. Roca la ejecutó pero Avellaneda la planificó.Osvaldo Bayer
No tengo un millón de pesos, tengo solamente la casita donde vivo, "el tugurio" según mi gran amigo Osvaldo Soriano. Si la justicia les da la razón a los Martínez de Hoz me la van a rematar y me voy a ir a vivir a la plaza que tengo a 100 metros".
Osvaldo Bayer es un hombre que adelantó los debates como pocos. Hay hombres que se adelantan a los tiempos y sin embargo no son reconocidos como tales. Para los medios masivos y las nuevas formas de comunicación, ese lugar parece estar reservado a quienes hacen raras predicciones, a los falsos gurúes económicos, o los míticos desarrolladores de tecnologías en garajes que nunca existieron.
Pero aquí, como en muchos otros lugares y corazones, Osvaldo tendrá siempre un sitial del honor.
Anarquista en el siglo XXI significa ser defensor del socialismo en libertad. No hay mejor fórmula para la Paz y la Igualdad en el mundo. Ni capitalismo ni dictadura del proletariado.Osvaldo Bayer
Hasta siempre Osvaldo Bayer. Viejo rebelde. Viejo joven. Tu Patagonia Rebelde convenció a generaciones enteras de unir su destino al de los más humildes. Gracias por estar siempre y por la lucidez política que te acompañó hasta el último minuto. pic.twitter.com/XbtCaAfXeq
— Itai Hagman (@ItaiHagman) 24 de diciembre de 2018
Falleció Osvaldo Bayer. Perdimos a uno de los imprescindibles, a uno de los que siempre estaban allí donde había que defender al oprimido y al explotado, a uno de los libertarios de corazón abierto, al luchador, historiador, periodista, gran conversador y dueño de una memoria prodigiosa. Tal vez este momento triste sea una buena excusa para acercarle ese gran abrazo que todos, los que lo leímos, escuchamos y queremos, sabemos bien lo que significa. Gracias a Osvaldo conocimos la historia real de los peones patagónicos que se rebelaron contra los estancieros y pagaron el precio de su valentía bajo las balas del gobierno de Hipólito Yrigoyen. Gracias a Osvaldo, también, leímos la mejor biografía política jamás escrita en nuestro país, la que narra la vida de Severino Di Giovanni, aquel idealista de la violencia que le escribía cartas apasionadas a su gran amor, América Scarfó. Gracias a Osvaldo conocimos desde cerca el verdadero signficado de términos como "rebeldía", "esperanza" o "dignidad", porque él supo ponerle el cuerpo a cada uno de ellos. Por eso, tal vez como mínima excusa, es que invitamos a todos y todas a sumarnos a este abrazo entrañable al querido Osvaldo. Un abrazo que es, en definitiva, un gracias enorme por la belleza, por la aventura, por el compromiso, por la fuerza y por la convicción.Revista Sudestada
Hoy, de verdad, nos sentimos un poco más solos.
Falleció Osvaldo Bayer. Reconocido escritor e historiador. La Biblioteca Popular de #RosarioCentral lleva su nombre. pic.twitter.com/gdVHvmPeYn
— InfoCanaya (@InfoCanaya) 24 de diciembre de 2018
A continuación, la carta del hijo de Osvaldo Bayer tras la muerte de su padre:
Nuestro viejo
Hace semanas que Osvaldo tenía necesidad de partir. No aguantaba no estar haciendo nada, sentado en su casa en el Tugurio. Quería hacer sus valijas. Se despertaba, asegurando que tenía que salir a un congreso para debatir sobre derechos humanos, que lo esperaban en tal pueblo remoto de la Pampa para hablar del cambio de nombre de la calle principal que llamaban por el genocida de indios innombrable, o que lo convocaban de una escuelita en la Puna jujeña, por la que nunca había pasado nadie, pero el no podía faltar para hablar sobre los derechos de los pueblos originarios. Al mismo tiempo lo esperaban en la Universidad en Berlín y en la asamblea de un sindicato patagónico. Tenía que estar.Esteban Bayer
Preguntaba por su valija, si el pasaporte y el pasaje estaba a mano. Con Claudia, la gran compañera que cuidaba de él en estos últimos años, desarrollamos códigos para convencerlo que debía postergar el viaje. Hoy no aceptó dilaciones. Decidió partir. Como buen anarco y para joder a todos los que prendiamos las velas de un arbolito verde, eligió la fecha exacta.Lo constataron entre lágrimas las nietas en Hamburgo: el abuelo se fue jodiendo a la iglesia . En su ley.
Estoy convencido que sus prisas se debieron a la realidad del país. Había asegurado que iba a llegar “molestando”, como decía, hasta los 100 años, uno menos que su querida tía Griselda de Santa Fe. Le respetaba los años. Pero la realidad lo venció, ya no tenía explicaciones por lo que leía en los diarios y escuchaba en las calles.
Ahora estaba necesitado de conocer más verdades. Las terrenales las había denunciado. Andaba queriendo discutir con los que nunca pudo: siempre quiso debatir con Severino el tema de la violencia y el derecho de matar el tirano, él que era pacifista y sin embargo entendía lo que hizo; ; con Antonio Soto debatirá el deber de respetar las decisiones de las asambleas, aunque sea que eligieran la muerte; esperaba encontrarse con Simón Radowitzky y con ese personaje que lo fascinó como Kurt Gustav Wilckens, nacido a pocos kilometros de donde estoy escribiendo estas líneas urgentes; en la agenda, inelubdible, estaba la reunión con Arbolito, uno de los primeros justicieros de la república naciente. No tenía tiempo para esperar porque tiene que sentarse a tomar un cafe con su compañero Rodolfo, con su amigo Haroldo, con Paco. También quiere anotar la historias de la desaparición y asesinato de Klaus, porque la de Elisabeth ya la había descubierto y denunciado;
Pero sobre todo, esperaba poder juntarse con todos los anónimos que lucharon por creer en una justicia terrenal, por no haber claudicado, por no darse por vencidos. A esos anónimos que luchan todos los días. Sin aparecer en los diarios. A esos a los que el viejo siempre escuchó y les dio voz.
Viejo querido, gracias por todo lo que nos enseñaste, como hijos, como militantes, como ciudadanos, como seres humanos.
Un abrazo, como el último que nos dimos hace apenas una semana.
Gracias Osvaldo
No encuentro otra manera de escribir sobre Osvaldo que reconstruir algunos de sus aportes en clave personal. A modo de agradecimiento y porque tengo la convicción de que mi cruce con Osvaldo Bayer a través de su obra o mis encuentros personales y grupales, representan los de otros miles.Guillermo Levy - Sociólogo, docente e investigador Facultad de Ciencias Sociales, UBA, docente Universidad de Avellaneda.
Supe por primera vez de Osvaldo en los últimos meses de la dictadura, a través de uno de sus grandes aportes a la historia política de nuestro país. La dictadura en su retirada había levantado la censura y en el cine muchos fuimos a ver a ver “La Patagonia Rebelde”. Gracias Osvaldo por la investigación que posibilitó esa película: Soy de los miles de docentes que a lo largo de estos años, la pasamos en nuestros cursos del secundario, buscando hacer algo de justicia con esa historia, escondida y silenciada en la lejana Santa Cruz hace ya casi un siglo, que tanto nos decía sobre nuestro ejército, nuestro vínculo con Gran Bretaña, nuestros terratenientes y nuestros radicales. También, sobre todo, nos contaba sobre esos maravillosos anarquistas de los que vos siempre te sentiste parte. Maravillosos seres fuera de cualquier tiempo y lugar pero que dejaron una huella tan fuerte en nuestra historia moderna.
Gracias Osvaldo por los relatos posteriores de esa película, como las valientes prostitutas de Puerto San Julián, que se negaron a acostarse con los soldados que tenían sus manos manchadas con la sangre de cientos de obreros argentinos y extranjeros que fueron fusilados por nuestro ejército.
Gracias Osvaldo por ese gran debate que descubrí y descubrimos tantos, en la vieja revista Crisis de los ochenta, con Álbaro Abos, sobre ese anarquista tan demonizado como fue Severino Di Giovani, fusilado por la dictadura de Uriburu, que vos, sin quitar ni endulzar ninguno de sus actos violentos, construyendo una crónica minuciosa de su vida, lograbas reivindicar. Ese debate cruzó y alimentó uno de los temas cruciales en los ochenta: la violencia política. La violencia política en los veinte y en los setenta, en años de hegemonía casi total de la teoría de los dos demonios.
Fuiste uno de los que marcaron con su presencia la ronda de los jueves de las Madres. A veces muy poblada pero muchas veces no.
Gracias por ese documental poco taquillero y olvidado en donde recorrías las calles de Buenos Aires en esos meses de fines de la dictadura y comienzos de la democracia, en donde pudiste capturar testimonios de tantas personas “de a pie” que sirven para reconstruir el clima de época,mucho más que tantas reconstrucciones posteriores.
Gracias por recibirnos varias veces en tu casa algunos años después, en el marco de una joven e innovadora experiencia política como fue “El MATE”, de la que tuve la suerte de ser parte. Ahí con toda generosidad nos escuchaste, nos hablaste y te interpelamos sobre esos anarquistas y su condenada inviabilidad, hablamos de tu distancia con el peronismo aunque siempre aclarabas que no eras gorila, sobre la violencia, sobre los setenta, sobre tu obsesión tan justa y necesaria con Ernesto Sabato, al que con esa prosa tan clara, contundente y al mismo tiempo bella, lograbas, en los bordes de tu oficio de periodista y escritor, desenmascarar. A Sabato, el símbolo alfonsinista de los derechos humanos, refugio de la clase media que necesitaba una amnistía por su ceguera o complicidad con la dictadura y que había encontrado en él, su prócer, lo destrozabas sin piedad, junto con otro gran intelectual que ya se fue hace unos años como fue León Rozitchner.
Desde tu vida austera y en los márgenes de la política incidiste en miles y miles de militantes, en el sentido más amplio del término y, lo mejor, seguirás incidiendo.
Intelectual siempre contrahegemónico, que nunca buscó aplauso de poderosos, ni cargos ni privilegios. Tu ida nos deja un poco más solos en ese sentido.
Tu fuerte distancia con el peronismo no te impidió apoyar muchas cosas que se lograron durante el kirchnerismo que entendías, después de tantas derrotas sobre tus espaldas, que eran valiosas y había que defender sin perder la independencia de decir lo haya que decir siempre. Imposible que un relator tan importante sobre nuestra historia represiva y de impunidad no apoyara los juicios que impulsó el gobierno anterior, únicos en el mundo que hoy sobreviven a pesar de la oscuridad a la que retornamos hace tres años.
Hace pocos años te entrevisté durante algunos días para un libro sobre los 30 años de democracia. Ya tenías entrados ochentas, te olvidabas muchas cosas, se notaba en tu cuerpo el cansancio de una vida larga e intensa de trabajo, lucha, coherencia, persecución y exilio pero también, como nos decías y pocos tienen la suerte, reconocimiento en vida. A media mañana tomabas tu whisky que por supuesto convidabas y aceptábamos, como no podía ser de otra manera. Tu casa en Belgrano, austera, llena de libros y con ese mapa enorme de la provincia de Santa Cruz que Héctor Alterio usó en la película de 1973 para indicar los lugares donde mandaba a los soldados a cazar a peones rurales.
Hace muy poco en una plaza cerca de tu casa se festejó tu cumpleaños 90 en una fiesta pública, hermosa, llena de compañeros y compañeras de todas las épocas que pocas personas pueden juntar. Fui con mis dos hijxs, bebes aún, pero sentí la necesidad de que estuvieran y el día de mañana contarles quién fuiste.
Gracias Osvaldo
Hasta la victoria
El SiPreBA lamenta anunciar la muerte de su secretario general honorario, Osvaldo Bayer, a los 91 años de edad. Un verdadero Periodista del Pueblo que nos deja la responsabilidad y el compromiso de mantener vivo su enorme legado. Hasta la victoria, compañero. siempre. pic.twitter.com/K9O5ZPGNL6
— Sindicato Prensa BA (@sipreba) 24 de diciembre de 2018
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