Y ya que hablamos de la política en la música y que CallNep trajo a Don Cherry, volvemos a traer al Gato, pero a ese Gato que fue el músico más importante en la historia del jazz argentino, y ahora acompañado de Charlie Haden y otras bestias. Otra afirmación de que el free jazz de la década del 60 fue una música política tiene un doble fondo: por debajo de las luchas civiles de la época se oculta algo menos evidente: la abolición de la inteligibilidad. Allí, en la distancia que abre la renuncia a lo inteligible, se instala la función crítica del free. De esa manera pueden escucharse "Complete Communion" (1965) y "Symphony for Improvisers" (1966), los discos que el trompetista Don Cherry grabó con el Gato Barbieri. La influencia de la música que tocó con Don Cherry es muy fuerte: se entra y se sale de lo pactado, se produce un sonido desordenado y libre. Está la idea de usar las improvisadores para enriquecer la composición en lugar de que sean simples solistas sobre algo ya escrito, haciendo su propia manera de entender el jazz. Tremendo!
Artista: Gato Barbieri
Álbum: The Third World
Año: 1969
Género: Free jazz latinoamericano
Duración: 39:30
Nacionalidad: Multinacional
A fines de los 60, a través de su compañera, el Gato se vinculó con el mundo del cine. Se codeaban con directores como Godard, Antonioni, Bertulucci, De Sica? Pero alguien determinante en su carrera fue el realizador brasileño Glauber Rocha, creador del Cinema Novo. Barbieri era fanático de sus películas (había visto seis veces Dios y el diablo en la tierra del sol) y sentía una fascinación especial por Antonio Das Mortes, el film de 1969 con el cual Rocha se alzó como mejor director en el festival de Cannes. En ese momento, el Gato atravesaba una crisis personal y creativa. Sentía que la lucha de los músicos del free jazz, un movimiento de vanguardia estética radicalizado políticamente hacia la reivindicación de los derechos civiles de la comunidad afroamericana en los Estados Unidos en tiempos de Panteras Negras, no era suya. Y que eso, más temprano que tarde, provocaría que lo marginaran de ese circuito. Fue Glauber Rocha el que lo incitó a buscar su propia voz. Así fue como el Gato comenzó, con The Third World (Flying Dutchman, 1969), una saga de discos maravillosos que combinaban sonoridades del folklore y la música popular latinoamericana con la inventiva rabiosa del free jazz. Ese corpus de obra que va de 1969 hasta 1975, las "músicas del tercer mundo" (que ostentan una fuerte impronta social), comienza con este álbum donde el Gato, con una banda que incluía al contrabajista Charlie Haden y al tecladista Lonnie Smith, versionaba a las "Bachianas Brasileiras" de Heitor Villa Lobos (1887-1959). Glauber Rocha había usado alguna de esas composiciones de Villa Lobos como banda sonora de Terra em Transe y el Gato sintió una atracción inmediata: "Las primeras tres notas de esa obra fueron todo para mí. Y la toqué de oído. Para mí, ese es uno de mis mejores discos. Ahí también grabé un tango de Piazzolla. En Buenos Aires siempre tenían problemas con él. A mí también me pasó. Pero creo que es un tema que tienen los porteños ¡La resistencia a la revolución! De todas maneras, era un tipo jodido, también. Pero yo siempre lo consideré un genio. Era un genio, y punto".
Lo fascinante de algunos discos de Barbieri como el que ahora presentamos, es el modo en que el saxofonista despliega, sin resolver, la pugna entre el imperativo militante en favor de la comunicación y la total autonomía.
Barbieri (Rosario, 1932) comenzó su formación musical en la escuela Infancia Desvalida de su ciudad natal, hasta que se mudó a Buenos Aires en 1947 y allí empezó a tomar clases con el maestro Ruggero Lavecchia (padre de Buby, célebre pianista y director de orquesta, de la que el Gato luego pasó a formar parte) y, cuando se pasó al saxo alto, con el francés Alberto Hervier. Integró diversas formaciones, la Casablanca Jazz (donde incursionó por primera vez en el be-bop) hasta los King Serenaders, y las orquestas de Panchito Cao, Toni Cefalí, Pocho Gatti, la estable de Canal 13 y la de Lalo Schifrin, en 1955, donde se inclinó definitivamente por el saxo tenor. Paralelamente, tocaba en las reuniones del Bop Club Argentino y en jam-sessions, junto a notables de la escena local como su hermano, el trompetista Rubén Barbieri, Jorge Navarro, el Negro González, Néstor Astarita, Alfredo Remus, Baby Lopez Fürst, Egle Martin y el Bebe Eguía, entre otros.
El Gato estuvo muy activo a finales de esa década como líder y como ladero en proyectos de músicos como Carla Bley, Michael Mantler y Charlie Haden, quien a su vez fue el bajista del Gato en The Third World (1969), donde Barbieri abrazó su herencia latina; el comienzo de una serie de trabajos muy distintos de lo que hoy se conoce como "Latin Jazz". "The Third World" es la sesión inicial que mezcló el tenor de jazz libre de Gato Barbieri tocando influencias latinas y brasileñas. También es el álbum que atrajo la atención positiva de Barbieri por parte de las multitudes de fines de los '60. Pero ampliaría esta combinación musical con sus próximos lanzamientos. Los registros realizados entre 1969 y 1974 encuentran a Barbieri creando una combinación feroz de ritmos sudamericanos junto con la fuerza de free jazz. Luego, una vez que Barbieri cambió de compañía discográfica, comenzó a hacer discos comerciales que no se parecían en nada a sus álbumes anteriores, pero esa es otra historia.
Barbieri, que a los 18 años ya se había afiliado al Partido Comunista siguiendo los pasos de su hermano Rubén, se sigue definiendo como un hombre de izquierda. Y tanto en los títulos de esos discos, como Bolivia (1973, un homenaje explícito al Che Guevara, "Para mí era muy importante. Él sabía que lo iban a matar, pero igual quiso hacer todo solo. Es de una dignidad divina") y Chapter 3: Viva Emiliano Zapata (1974), como en el repertorio, el Gato marca su ideología. En una grabación histórica en el Festival de Jazz de Montreux (El Pampero, 1971), tocó una versión intensa e inolvidable de "El arriero", de Atahualpa Yupanqui. "Yo en esa época escuchaba mucha música, y así fue como llegué a escuchar sus canciones. Pero lamentablemente no llegamos a conocernos personalmente. Yo inventé una manera de tocarla donde cantaba y repetía, como en trance, 'Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas'. Y al final, con la banda armábamos un verdadero desastre sonoro, y el final era caótico, yo tocaba la melodía con el saxo y luego volvía a gritar ¡Las penas son de nosotros! ¡Las vaquitas son ajenas!. Era un final importante". Todo ello antes de Mollo...
El otro tema elegido por el pianista fue "Song For Ché", caso límite en la historia del vínculo entre jazz y política. Ese tema del contrabajista Charlie Haden, incluido en el disco "Liberation Music Orchestra" (1969) en el que intervino también Barbieri, tiene toda la apariencia de la protesta, pero es en realidad un pequeño tour de force estético: el tema propiamente dicho se anuda con unos pocos versos de la canción "Hasta siempre", cantada por Carlos Puebla, que irrumpe hacia la mitad; aquello explícito (la palabra) viene desde afuera y entra en la música como documento.
Bueno, aquí tienen más arte cruzado por lo social y lo político especialmente dedicado a aquellos puristas que dicen que los mundos no se pueden juntar, mientras que desde aquí aseguramos que estos mundos a los que estamos accediendo no es que se juntan, sino que son un solo.
Tremendo disco del Gato, que por cierto, no tiene nada pero nada que ver con el Felino "Sr. Tijeras" Macri.
Lista de Temas:
01. Introduction - canción del llamero and tango
02. Zelao
03. Antonio Das Mortes
04. Bachianas brasileiras
Alineación:
- Gato Barbieri / saxo tenor, flauta y voz
- Charlie Haden / bajo
- Beaver Harris / batería
- Richard Landrum / percusión
- Rosswell Rudd / trombón
- Lonnie L. Smith Jr. / piano
Artista: Gato Barbieri
Álbum: The Third World
Año: 1969
Género: Free jazz latinoamericano
Duración: 39:30
Nacionalidad: Multinacional
A fines de los 60, a través de su compañera, el Gato se vinculó con el mundo del cine. Se codeaban con directores como Godard, Antonioni, Bertulucci, De Sica? Pero alguien determinante en su carrera fue el realizador brasileño Glauber Rocha, creador del Cinema Novo. Barbieri era fanático de sus películas (había visto seis veces Dios y el diablo en la tierra del sol) y sentía una fascinación especial por Antonio Das Mortes, el film de 1969 con el cual Rocha se alzó como mejor director en el festival de Cannes. En ese momento, el Gato atravesaba una crisis personal y creativa. Sentía que la lucha de los músicos del free jazz, un movimiento de vanguardia estética radicalizado políticamente hacia la reivindicación de los derechos civiles de la comunidad afroamericana en los Estados Unidos en tiempos de Panteras Negras, no era suya. Y que eso, más temprano que tarde, provocaría que lo marginaran de ese circuito. Fue Glauber Rocha el que lo incitó a buscar su propia voz. Así fue como el Gato comenzó, con The Third World (Flying Dutchman, 1969), una saga de discos maravillosos que combinaban sonoridades del folklore y la música popular latinoamericana con la inventiva rabiosa del free jazz. Ese corpus de obra que va de 1969 hasta 1975, las "músicas del tercer mundo" (que ostentan una fuerte impronta social), comienza con este álbum donde el Gato, con una banda que incluía al contrabajista Charlie Haden y al tecladista Lonnie Smith, versionaba a las "Bachianas Brasileiras" de Heitor Villa Lobos (1887-1959). Glauber Rocha había usado alguna de esas composiciones de Villa Lobos como banda sonora de Terra em Transe y el Gato sintió una atracción inmediata: "Las primeras tres notas de esa obra fueron todo para mí. Y la toqué de oído. Para mí, ese es uno de mis mejores discos. Ahí también grabé un tango de Piazzolla. En Buenos Aires siempre tenían problemas con él. A mí también me pasó. Pero creo que es un tema que tienen los porteños ¡La resistencia a la revolución! De todas maneras, era un tipo jodido, también. Pero yo siempre lo consideré un genio. Era un genio, y punto".
Habría que preguntarse qué significa la militancia política a través de la música. Para mí, es un rasgo de esa época. La música del Gato puede considerarse críticamente desde distintas perspectivas, pero primero hay que entender lo importante: las notas, el sonido y el contexto. Un contexto en el que yo me habría sentido muy feliz. Y en el caso puntual de The Third World, creo que si se pretende pensar un jazz con raíz latinoamericana es un disco para tener en cuenta. Ésta es una época de tradiciones propias. Cada uno inventa su tradición. Y Barbieri fue uno de los primeros en crearse una tradición propia.Ernesto Jodos - Pianista
Lo fascinante de algunos discos de Barbieri como el que ahora presentamos, es el modo en que el saxofonista despliega, sin resolver, la pugna entre el imperativo militante en favor de la comunicación y la total autonomía.
Barbieri (Rosario, 1932) comenzó su formación musical en la escuela Infancia Desvalida de su ciudad natal, hasta que se mudó a Buenos Aires en 1947 y allí empezó a tomar clases con el maestro Ruggero Lavecchia (padre de Buby, célebre pianista y director de orquesta, de la que el Gato luego pasó a formar parte) y, cuando se pasó al saxo alto, con el francés Alberto Hervier. Integró diversas formaciones, la Casablanca Jazz (donde incursionó por primera vez en el be-bop) hasta los King Serenaders, y las orquestas de Panchito Cao, Toni Cefalí, Pocho Gatti, la estable de Canal 13 y la de Lalo Schifrin, en 1955, donde se inclinó definitivamente por el saxo tenor. Paralelamente, tocaba en las reuniones del Bop Club Argentino y en jam-sessions, junto a notables de la escena local como su hermano, el trompetista Rubén Barbieri, Jorge Navarro, el Negro González, Néstor Astarita, Alfredo Remus, Baby Lopez Fürst, Egle Martin y el Bebe Eguía, entre otros.
El Gato estuvo muy activo a finales de esa década como líder y como ladero en proyectos de músicos como Carla Bley, Michael Mantler y Charlie Haden, quien a su vez fue el bajista del Gato en The Third World (1969), donde Barbieri abrazó su herencia latina; el comienzo de una serie de trabajos muy distintos de lo que hoy se conoce como "Latin Jazz". "The Third World" es la sesión inicial que mezcló el tenor de jazz libre de Gato Barbieri tocando influencias latinas y brasileñas. También es el álbum que atrajo la atención positiva de Barbieri por parte de las multitudes de fines de los '60. Pero ampliaría esta combinación musical con sus próximos lanzamientos. Los registros realizados entre 1969 y 1974 encuentran a Barbieri creando una combinación feroz de ritmos sudamericanos junto con la fuerza de free jazz. Luego, una vez que Barbieri cambió de compañía discográfica, comenzó a hacer discos comerciales que no se parecían en nada a sus álbumes anteriores, pero esa es otra historia.
Barbieri, que a los 18 años ya se había afiliado al Partido Comunista siguiendo los pasos de su hermano Rubén, se sigue definiendo como un hombre de izquierda. Y tanto en los títulos de esos discos, como Bolivia (1973, un homenaje explícito al Che Guevara, "Para mí era muy importante. Él sabía que lo iban a matar, pero igual quiso hacer todo solo. Es de una dignidad divina") y Chapter 3: Viva Emiliano Zapata (1974), como en el repertorio, el Gato marca su ideología. En una grabación histórica en el Festival de Jazz de Montreux (El Pampero, 1971), tocó una versión intensa e inolvidable de "El arriero", de Atahualpa Yupanqui. "Yo en esa época escuchaba mucha música, y así fue como llegué a escuchar sus canciones. Pero lamentablemente no llegamos a conocernos personalmente. Yo inventé una manera de tocarla donde cantaba y repetía, como en trance, 'Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas'. Y al final, con la banda armábamos un verdadero desastre sonoro, y el final era caótico, yo tocaba la melodía con el saxo y luego volvía a gritar ¡Las penas son de nosotros! ¡Las vaquitas son ajenas!. Era un final importante". Todo ello antes de Mollo...
El otro tema elegido por el pianista fue "Song For Ché", caso límite en la historia del vínculo entre jazz y política. Ese tema del contrabajista Charlie Haden, incluido en el disco "Liberation Music Orchestra" (1969) en el que intervino también Barbieri, tiene toda la apariencia de la protesta, pero es en realidad un pequeño tour de force estético: el tema propiamente dicho se anuda con unos pocos versos de la canción "Hasta siempre", cantada por Carlos Puebla, que irrumpe hacia la mitad; aquello explícito (la palabra) viene desde afuera y entra en la música como documento.
Bueno, aquí tienen más arte cruzado por lo social y lo político especialmente dedicado a aquellos puristas que dicen que los mundos no se pueden juntar, mientras que desde aquí aseguramos que estos mundos a los que estamos accediendo no es que se juntan, sino que son un solo.
Tremendo disco del Gato, que por cierto, no tiene nada pero nada que ver con el Felino "Sr. Tijeras" Macri.
Lista de Temas:
01. Introduction - canción del llamero and tango
02. Zelao
03. Antonio Das Mortes
04. Bachianas brasileiras
Alineación:
- Gato Barbieri / saxo tenor, flauta y voz
- Charlie Haden / bajo
- Beaver Harris / batería
- Richard Landrum / percusión
- Rosswell Rudd / trombón
- Lonnie L. Smith Jr. / piano
Qué maravilloso post. Gracias Moe!!!
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