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Porcupine Tree - Deadwing (2005)

Y ya que ayer hablábamos del "Snow" de Spock's Beard, ahora traemos un álbum que se le relaciona porque, como decíamos, representó parte de la avanzada del 2000 (aunque en realidad empezó antes) donde se renovó el sonido y las propuestas del rock progresivo, con bandas como Pain Of Salvation, Dream Theater, Spock's Beard, Symphony X y por supuesto Porcupine Tree. Este es uno de esos álbums que comenzaron a modificar el sonido del rock progresivo llevándolo a lo moderno excitando los sentidos y revitalizando los siempre ávidos deseos musicales de un público anhelante de nuevos sonidos. "Deadwing" es un álbum fluye muy bien, al igual que la mayoría de los otros álbumes de Porcupine Tree, pero que se enfoca más en el contraste entre la pesadez y los pasajes suaves. Cuando salió este disco surgió la pregunta: ¿todo dentro del género tiene que ser como sonaba el rock prog de los 70? ¿Qué es la música progresiva después de todo? ¿Tiene una definición que la represente totalmente?. La música progresiva, después de todo, ¿no significa música que innova, explora nuevas sonoridades, nuevos sentimientos y donde la gente que la escucha está abierta a las exploraciones?. Hoy todo ello parece discusiones francamente con respuestas obvias pero no era tan obvia en el 2005 cuando salió este disco que resultó bastante controversial en su momento. En definitiva, otro de los grandes discos de Porcupine Tree en el blog cabezón.

Artista: Porcupine Tree
Álbum: Deadwing
Año: 2005
Género: Heavy progresivo
Duración: 59:34
Nacionalidad: Inglaterra



Un disco que quizás pueda ser el adecuado si es que tienes amigos que no escuchan el rock progresivo y quieras hacerlos entrar en el género, con un gran poder sónico, es un testimonio perfecto de la música que Porcupine Tree compuso en sus últimos años de vida. Y tiene un poco de todo, ambientes psicóticos, climas oscuros, sonido metaleros y atmósferas tranquilas, baladas de atmósferas hipnóticas, con intervenciones de Adrian Belew y Mikael Åkerfeldt, grandes canciones y obviamente un trabajo excelente en materia instrumental y una producción impecable.

Deadwing es el octavo álbum de estudio de la banda inglesa de rock progresivo Porcupine Tree, editado el 28 de marzo de 2005 por el sello Lava Records. Rápidamente se convirtió en el álbum más vendido de la banda hasta el momento. El disco está basado en un guion escrito por el líder de la banda, Steven Wilson, y Mike Bennion, que trata una historia de fantasmas, por lo que muchos seguidores lo han catalogado dentro de los álbumes conceptuales. Wilson expresó su deseo de llevar esta historia al cine. Como colaboradores en el disco aparecen el guitarrista de King Crimson, Adrian Belew (autor de los solos en los temas "Halo" y "Deadwing") y el líder de Opeth, Mikael Åkerfeldt (coros en "Deadwing", "Lazarus" y "Arriving Somewhere But Not Here").
Wikipedia





Desde "In Absentia", de 2002, que no sacaban nada nuevo; y entonces sacaron este disco. Entra en un camino mas rocker, sin perder el cuidado en la composición, los climas y las letras, se deciden por un sonido más duro y actual.



Un disco que continúa el camino abierto por "In Absentia", disco que incluye guitarras con un sonido afín al metal progresivo (siendo más heavy que metal, ¿se entiende?). "Deadwing" está inspirado en el guión de una película escrito por Steven Wilson, pero eso no significa que deba de tomarse como un soundtrack, el disco es sólido, sus canciones aunque pensadas con el concepto de álbum per se viven por si mismas; es probablemente el álbum más oscuro de la banda, con algunos picos melosos pero fantásticamente bien compuestos como "Lazarus" la cual desemboca en otra canción casi épica de 12 minutos llamada "Arriving somewhere but not here" llena de frases golpeadoras y hasta crudas ("Did you imagine the final sound as a gun?") acompañadas de un puente instrumental muy pesado que encaja perfecto con el sentimiento general del tema.

Perdón por la disgresión; volviendo al disco, comienza con Deadwing, tal vez el tema más rockero del álbum junto con Shallow: tienen gancho, buenos climas, buenos riffs y muy lindos toques de teclados. El primero tiene un largo y bello pasaje a la Floyd. Lazarus es una estupenda balada, con un muy lindo piano. Halo es dura desde el sonido; la letra, una crítica al fanatismo religioso, un tema muy pegadizo (no pegajoso). Arriving Somewhere… tal vez por momentos sea lo más parecido al sonido anterior de la banda, un tema muy climático y Floydiano, con un estribillo metalero, un tema del carajo.
Mellotron Scratch resulta el tema menos interesante del disco, con una clara reminiscencia a The Rain Song de Led Zeppelín en la guitarra y en la estructura. Open Car sigue la línea de los dos primeros temas, pero mucho más corto. The Start of Something Beautiful tiene un buen y sencillo solo de viola; es el tema más sincopado del disco con momentos muy delicados. Para ¿cerrar?, Glass Arm Shattering apela a todo lo escuchado de Waters, Gilmour y compañía, con ruido a vinilo y todo, para hacer un buen tema climático con una letra de ocho renglones.
Las letras son duras y oscuras, intimistas en general, entre las que se destacan Shallow (“I live to function. On my own is all I know. No friends to mention. No distraction. Nowhere to go”), Halo, Arriving… y Open Car.
Está muy bien tocado, escrito (tanto música como letra) y grabado. Wilson sabe a dónde apunta y da en el blanco. Las líneas melódicas de voz son excelentes, al igual que los estribillos. A pesar de dar una vuelta de tuerca al sonido y a la dureza de la banda, nunca pierden de vista que su principal activo son los temas: con muy pocos solos nunca descuidan el formato de canción.
Federico Larroca


La composición y ejecución de cada elemento de la banda es realmente sorprendente, pero "Deadwing" es probablemente difícil de escuchar para el público masivo y si realmente quieres disfrutarlo es aconsejable oirlo mientras lees las letras de cada canción y así entenderlo plenamente, el mismo grupo sabe de esto y lo llaman el "reto al escucha", aunue no es un trabajo difícil de digerir, para aprovechar la escucha y sacarle el jugo lo que se necesita es atención.


Las canciones ya son marca registrada de esta agrupación, muy buenas melodías, algunos temas de extensión considerable, grandes climas de teclados, una buena historia y enormes guitarras... En este disco no solo siguen la línea marcada por su antecesor directo, sino que, conjugan las propuestas anteriores, teniendo canciones de esas en donde Wilson demuestra que se mueve con soltura: aires progresivos, toques de rock alternativo, algo de desarrollo post-rock, tendencias experimentales, guitarras que irrumpen y todo es puro deleite, además de contar con las colabroaciones de Mikael Åkerfeldt (Opeth) y Adrian Belew (King Crimson). El disco muestra una banda aceitada a más no poder, un relojito suizo, pero con flema inglesa.


El tema de apertura del disco, “Deadwing”, nos introduce en su viaje de sonidos, sus diversas influencias, en un tema que en sus minutos finales comienza a hacerse algo pesado, pero que hace los papeles de un buen prólogo a lo que en adelante nos encontraremos. Un tema casi épico para un grupo poco convencional, que tiene continuamente a la innovación a lo largo tanto del álbum como de su carrera, creando con la escucha del disco un singular universo que es capaz de absorber al oyente en esta rica atmósfera psicodélica en la que nos encontramos influencias de grupos tan dispares como Radiohead o Pink Floyd. El disco ha de ser entendido como un conjunto, y sus composiciones tan complejas, producidas por el propio Steven Wilson, desvelan a cada escucha nuevos matices otrora ocultos, girando hacia puntos insospechados, siendo completamente diferente el inicio de una canción a su final. En el disco se observa una clara evolución, desde el primer corte, “Deadwing”, en una línea muy experimental, el sonido se va endureciendo y haciendo más ágil. En este estilo nos encontramos con "Shallow", segundo corte del disco, donde destacan los abundantes riffs del tema, que contrasta con la siguiente canción, “Lázarus”, que pone un punto de pausa en el disco con sus bellas melodías de teclados. “Halo” vuelve a introducir el ritmo en el disco, con una genial base de batería y bajo y con la voz de Wilson notablemente distorsionadas. “Arriving Somewhere” comienza lentamente, en acústico, y progresivamente va ganando intensidad en este largo tema de amplio contenido instrumental, que tras la colaboración en las voces de Akerfeldt (Opeth) y una parte más dura en su punto medio para finalizar de nuevo con un ritmo más desacelerado que sirve de nexo con “Mellotron Scratch”, tema de deliciosos juegos vocales que se ve seguida de la potente “Open Car”, último corte de elementos rockeros del disco, con riffs fuertemente influenciados por sus fuentes más heavies. “The Start of Something Beautiful” cuenta con un título plenamente autodescriptivo, y de nuevo vuelve a crear una atmósfera similar a la que desarrollaban en algunos temas anteriores a su disco “Lightbulb Sun”. “Glass arm Shattering” pone el broche de lujo al disco, con una preciosa canción en la que destaca una parte central en la que se sobreponen hasta cuatro voces, cerrando el disco de una forma espectacular.
Excelente trabajo de una banda única, que se ha editado en varias versiones diferentes, incluyendo en algunas de ellas un DVD con sonido 5:1 y algunas bonus tracks. Un disco capaz de absorber al oyente, con el don de sorprender y la ventaja de no ser en absoluto lineal, destacando sus complejas combinaciones vocales y de instrumentos y su sublime producción que aporta una riqueza exquisita a cada uno de los nueve temas que componen este disco.
Héctor Mainar


Despues de que mi trompa (la de Eustaquio) se haya deleitado en repetidas ocasiones con el Deadwing de los Porcupine, creo que esta en optimas condiciones para hacer una valoracion general del disco. En resumidas cuentas, creo que se trata de un gran trabajo, pero me temo que los paladares que gustan de la musica mas suave, o del prog mas clasico, no estaran preparados para degustarlo. Para que nos vamos a engañar: cuesta entrar en el disco, que es bastante durete y depresivo. Ademas, no tiene temas tan fabulosos o memorables como el In Absentia, Stupid Dreams o Lightbulb sun. Pero cuando te metes en ella, se convierte en una de esas placas que nunca, nunca, te cansas de escuchar, y en la que se descubren continuamente nuevos matices. Dicho sea de paso, contiene los solos de electrica mas furiosos y potentes tocados nunca por la banda.
El tema que abre el disco, Deadwing, es un preludio de lo que nos espera.
Una base electronica sobre la que se superponen guitarras muy muy pesadas, con las voces computerizas de Wilson y las guturales del cantante de Opeth, Mikael Akerfeldt. A mi me resulta fascinante esa combinacion, aderezada ademas con las siniestras texturas de los teclados de Barbieri y unas guitarras que, en la parte final, parecen los lamentos de las almas condenadas (no en vano, la musica esta inspirada en una historia de fantasmas, jeje). Para rematar, un solo de guitarra de Adrian Belew (y no sera el unico que aparezca en el disco) que enriquece al tema con una atmosfera experimental y surrealista.
El trallazo de furia continua en Shallow, un tema rock con endemoniados juegos de cuerdas electricas y pinceladas, en los estribillos, de los Porcupine mas melodicos.
La paz llega con Lazarus, una bella balada sustentada por una hipnotica melodia de piano, y todo el juego de guitarras acusticas, violines y sintetizadores que nos recuerdan a temas como el Collapse the light into earth o el Trains.
Seguimos. Halo. Halo es un temazo como la copa de un pino. Duro, tambien.
Con una dureza de rock industrial y Nu metal que se ve enriquecida por una potente linea de bajo, si bien amortiguada por el genio compositivo de Wilson. Parece mentira que una cancion de apenas 4 minutos tenga tantos cambios de ritmo y tanta variedad.
El tema 5, Arriving somewhere but not here, es uno de los mas escalofriantes del disco. Es una epopeya sonica que comienza con los magicos sonidos de Barbieri para evolucionar hacia una composicion que me recuerda bastante a las estructuras de Anathema. La cancion se retuerce sobre si misma, atravesando momentos de calma, hasta llegar al climax con otra explosion guitarrera. Pufff, son doce minutos que se me hacen cortisimos...
La recta final del disco aun depara numerosas sorpresas. Mellotron Scratch es otra cancion pausada, ejecutada con guitarras acusticas en su mayor parte, un tema de esos que se maceran con el tiempo y que se disfrutan aun mas a las 15 escuchas. Aparecen aqui los juegos vocales que tanto le gustan a Wilson. Le sigue Open Car, sencilla cancion que se te cuelga de las orejas y no te abandona facilmente. Es bastante potente, con guitarras pesadas y un final delicado que deja con ganas de que el tema hubiera sido mas largo.
The Start of something beautiful es, a mi parecer y para mi gusto, la mas floja del disco, pero esta redimida por su magnifico final, con esos ambientes etereos y notas de un piano que parece tocado con extrema dulzura.
Glass arm shattering cierra el repertorio para recordarnos que estamos escuchando a los reyes del rock espacial. Es una de mis canciones favoritas, y me recuerda bastante a los trabajos de la era Signify o The sky moves sideway, con languidas guitarras, loops y efectos de sonido que nos hacen viajar por lejanas galaxias. Deliciosos los coros finales. Magnifico broche de oro.
Resumiendo. Estamos ante un disco que, como cualquier produccion de un genio, solo puede levantar dos pasiones: la del odio o la de la pasion. A mi me ha gustado, aunque creo que solo los mas osados exploradores de los sonidos metalicos, o los que antaño disfrutamos de bandas como Led Zeppelin y hogaño con Dream Theater, valoraran este disco como se merece. El resto, tendra que esperar a otro Lightbulb sun.
Santos Gonzalez Monroy


Steven Wilson vuelve a la carga con su segundo album editado para la multinacional Lava/Atlantic Records, un trabajo donde cuenta con la colaboracion especial de Adrian Belew (King Crimson) y Mikael Akerfeldt (Opeth), con quien Steven Wilson colaboro en su aclamado y sorprendente album "Damnation".
El sonido de Porcupine Tree respecto al In Absentia se ha endurecido, es mas cañero, pero sin dejar a un lado esas melodias vocales y psicodelicas tan representativas en la discografia de PT., con lo que la combinacion sigue siendo perfecta. este toque mas duro quizas sea dado por la presencia de los invitados o quizas, simplemente puede formar parte de una evolucion natural de PT.
De esta manera tenemos temas muy cañeros como la extraordinaria "Deadwing", la pegadiza "Shallow", la ritmica "Halo", donde la voz de Steve suena distorsionada u la cambiante "Open Car", aunque repito estos temas son rotos para dar paso a pasajes donde lo melodioso se entremezcla con los Psicodelico, especialmente gracias a los teclados de Barbieri. Es decir casi todos los temas estan compuestos como un 2x1, dos canciones en una.
Mi favorita es precisamente la mas larga, "Arriving Somewhere But Not Here", un tema envolvente, psicodelico e indudablemente el mas progresivo del album, ese crescendo constante, los fraseos con ecos pinkfloydianos de Steven Wilson, las acusticas a lo Supertramp y una pequeña parte Metalica a lo Dream Theater... en definitiva un tema 10. Otro temas destacables son Deadwing y Open Car por sus increibles cambios de orientacion y para acabar la melancolica "Glass Arm Shattering" que trae recuerdos de su album "The Sky moves sideways".
Puntos negativos, la balada Lazarus no me acaba de convencer, quizas tengo muy en mente Trains, curiosos los sintetizadores electronicos utilizados en Deadwing que me recuerdan en cierta manera a los utilizados por ZZ Top en su "Eliminator" o "Afterburner" y el tema "The Start Of Something Beautiful" que no llega a convencerme pese a su toque psicodelico.
Luego podriamos entrar en discutir si es un album progresivo o no, lo que no me cabe la menor duda es que es un gran album que va creciendo mas y mas a medida que lo escucho.
Puntuacion: 7.5/10
Juan


Mucha disparidad de criterios esta levantando este nuevo y flamante “Deadwing”. Para la mayoria de fans se trata de otro gran trabajo de Porcupine Treel, pero asi mismo se dan los dos extremos de fans que lo estan calificando como su mejor trabajo y otros que se han sentido un tanto decepcionados. Tambien se da el caso de quienes lo consideran uno de sus trabajos mas progresivos y por el contrario quienes no aciertan a encontrar esa supuesta progresividad en el disco. Ademas los aspectos duro o metalico y de la originalidad comparado a “In Absentia”, que tambien esta generando cierto debate.
No creo que a “Deadwing” se le pueda achacar el tratarse de un album continuista respecto a “In Absentia”. La evolucion existe sin ninguna duda.
Tal vez no represente un cambio tan drastico como el que significo en su momento el propio “In Absentia”, pero “Deadwing” tiene personalidad propia, y supone un paso adelante en la continua evolucion del cuarteto. Por un lado, “Deadwing” es un album mas uniforme, sin grandes sobresaltos, creando cierta atmosfera, frente al mayor impacto y variedad de registros de los temas de “In Absentia”. Aspectos que no significan ningun impedimento para que se trate de una obra mejor o peor, algunos preferiran la mayor homogeneidad de “Deadwing” mientras que otros se decantaran por un trabajo mas eclectico como “In Absentia”. Dicho de otra forma “In Absentia” era un album mas directo y multicolor, mientras que “Deadwing” es una obra mas unitaria y de conjunto.
Entre los flirteos evolutivos mas sorpresivos, parece que el grupo se mueve por un lado, en parte hacia el sonido de Opeth en los dos temas mas largos, sobretodo en el bombardeo de riffs metalicos, y por otro lado hay un acercamiento al hard rock zeppeliano en contadas ocasiones. “Deadwing” es un album mas roquero, hard roquero si quereis, mientras que “In Absentia” tenia temas mas duros y las guitarras metalicas se prodigaban mas. Y asi mismo, “Deadwing” creo que es un album mas progresivo en general, y es que supongo que la mayor duracion de los temas tambien ayuda lo suyo en que haya mas progresiones.
Pasando a valorar los diferentes temas, personalmente hay tres piezas que me parecen superlativas, los 12 minutos de la apabullante “Arriving Somewhere but not Here”, el otro tema largo, el inicial “Deadwing”, y la deliciosa “Mellotron Scratch”, pura sensibilidad. Probablemente los tres temas mas personales del disco y que mejor marcan la evolucion del grupo en el caso que nos ocupa, que pasan a engrosar la ya extensa lista de clasicos de esta banda. En los dos primeros colaboran Mikael Akerfeldt de Opeth y Adrian Belew de King Crimson, aportando voces y solos de guitarra. Al mismo nivel esta “Halo”, otro temazo para el futuro, muy variado, que en mi opinion es la cancion del album que mas relacion tiene con el anterior “In Absentia”.
Tambien me parece un gran tema “Open Car”, mas hard y con muy buenas melodias, mientras que las dos piezas finales “The Start of Something Beautiful” y “Glass Arm Shattering” conectan directamente con la etapa mas psicodelico-espacial de “Signify”, sobretodo “The Start...”. Se trata tal vez de dos temas demasiado similares para situarlos seguidos y al final de la obra.
Los unicos cortes con posibilidades de crear conflictos serian los dos singles. “Shallow” es un gran tema muy hard roquero que parece Soundgarden, mientras que “Lazarus” es una balada no demasiado habitual en Porcupine Tree. Personalmente no veo ningun problema en ninguno de los dos temas puesto que creo que encajan en la obra, pero podria entender que algun fan los encontrara un poco fuera de lugar.
Para finalizar, avisar que existe una edicion especial de “Deadwing”, en la que se incluye como bonus track, una nueva version de “Shesmovedon”, mas roquera, realmente acertada.
Respecto a la valoracion personal del album, pues no puedo mas que decir que “Deadwing” es otro grandisimo trabajo de Steve Wilson y los suyos (y van...), que una vez mas no me han decepcionado. Un trabajo que a partir de ya, pasa a ser uno de los candidatos a mejor album del año. De momento yo lo situo ligeramente por debajo de “In Absentia”, pero “Deadwing” me da la sensacion que es una obra que no deja de crecer a cada escucha y con el tiempo puede llegar a igualarlo. Un album que, por mas que lo escuchas, no cansa.
Valoracion: 8.5/10
Ferran Lizana


Tras el ingreso de Porcupine Tree a una multinacional surgieron bastantes dudas respecto al futuro progresivo de la banda. Pero en cambio editaron In Absentia, un trabajo notoriamente menos amigable que Stupid Dream o Lightbulb Sun, pero en el que se manifesto notoriamente la influencia del metal en Steven Wilson.
Ahora llega el turno de Deadwing, y la banda aparece decidida a seguir rompiendo esquemas. Y es que pasa algo curioso con Deadwing. Aparte de los mas obvios singles, las composiciones estan mucho menos orientadas al formato cancion o siendo menos amigables y radiables que lo que nos tenia ya acostumbrados Wilson y compañia.
Por otro lado, el elemento metal y los riffs demoledores siguen presentes en buena parte del disco. Lo curioso es como esos elementos se mezclan con otros mas propios del Porcupine Tree previo a Stupid Dream.
Pero vayamos a los temas del album: El comienzo con el track homonimo es sorprendente. Porcupine Tree decide comenzar con un tema de mas de 9 minutos que cubre basicamente todo lo que ha hecho el grupo. Desde el sonido pesado de In Absentia, una estructura poco habitual sin un coro definido, un trasfondo con sonoridades electronicas que recuerdan a Signify, una seccion que recuerda los segmentos mas ambient de Up the Downstair y demoledores solos de guitarra por parte de Steven Wilson y de Adrian Belew. Alucinante.
Halo por otro lado recuerda a Slave Called Shiver de Stupid Dream. Y es Stupid Dream tambien el disco que mas se puede recordar en otras composiciones, como la bella y reposada Mellotron Scratch.
La era psicodelica de la banda vuelve al tapete con la interesante The Start of Something Beautiful, mientras que el cierre con Glass Arm Shattering va mas alla aun, recordando a la clasica Fadeaway.
La joya indiscutida es Arriving Somewhere, but Not Here. Exquisitamente compleja, abarcando desde segmentos vocales floydianos hasta una seccion instrumental que muestra la intensidad a la que es capaz de llegar la banda.
Sin duda que sera la delicia de los fans del pasado progresivo del grupo.
Quizas el punto bajo que se podria encontrar en Deadwing sean precisamente los singles. Shallow es un buen tema rock, pero carece de la complejidad en estructura que presenta el resto del album y carece de la personalidad de las composiciones de la banda. Lazarus por otro lado se acerca al sonido de bandas como Coldplay y sufre del mismo problema que Shallow.
En resumen, Porcupine Tree lo ha vuelto a lograr. Han producido un E1lbum de lujo, cobijando comodamente al rock progresivo dentro del sonido actual del grupo. Si es el mejor, eso se vera con el tiempo, pero lo que esta claro es que Wilson no duerme en sus laureles.
Para cerrar: Deadwing ha sido editado en varios formatos, uno de ellos es una fantastica edicion limitada con un librillo de 70 paginas y una version DVD del album, conteniendo una mezcla surround 5.1 del mismo que es simplemente maravillosa.
Jorge Lopez


Porcupine Tree es una de esas bandas, que pronto acaparan tu atencion, y con trabajos tan buenos como este, no es de esperarse otra cosa. "Deadwing" es un album con una atmosfera un tanto misteriosa y disfrutable totalmente de principio a fin. lleno de energia y sentimiento desde los primeros acordes y arrastrandote hasta el final con ese feel que le pone esta gran banda a todas sus composiciones.



Lista de Temas:
1. Deadwing
2. Shallow
3. Lazarus
4. Halo
5. Arriving Somewhere But Not Here
6. Mellotron Scratch
7. Open Car
8. The Start Of Something Beautiful
9. Glass Arm Shattering

Alineación:
- Steve Wilson / voz, guitarra, piano, bajo, teclados, dulcimer
- Richard Barbieri / teclados, sintetizadores
- Colin Edwin / bajo
- Gavin Harrison / batería y percusión
Invitados
Mikael Akerfeldt –Opeth- / guitarras, voces
Adrian Belew / guitarras





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Comenzamos la semana con más de 80 minutos del mejor progresivo sinfónico nuevamente de la mano de los húngaros Solaris, en otro capítulo de su ya famoso "Martian Chronicles", y en otro de los mejores discos del 2024, algo recién salido del horno que nos presenta el Mago Alberto. Todo un festín de buena música, desafiante, melódica, potente, con toda la pasta que estos tipos vienen imprimiendo a su música desde hace décadas, "Martian Chronicles III" se compone de largas suites, una marca registrada de Solaris que nunca ha dejado de lado, creando una obra maestra de la música actual que no podemos dejar de recomendarles encarecidamente. Artista: Solaris Álbum: Martian Chronicles III: I Or A.I. Año: 2024 Género: Rock sinfonico Duración: 41:37 + 39:43 Referencia: Discogs Nacionalidad: Hungría Recordamos que el primer "Martian Chronicles" apareció como su álbum debut en 1984 y causó sensación de inmediato, tanto que todavía se lo menciona

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Y ya que nos estamos yendo a la mierda, nos vamos a la mierda bien y presentamos lo último de Charly, en otro gran aporte de LightbulbSun. Y no será el mejor disco de Charly, ya no tiene la misma chispa de siempre, su lírica no es la misma, pero es un disco de un sobreviviente, y ese sobreviviente es nada más y nada menos que Charly. No daré mucha vuelta a esto, otra entrada cortita y al pie, como para adentrarse a lo último de un genio que marcó una etapa. Esto es lo que queda... lanzado hoy mismo, se suma a las sorpresas de Tony Levin y del Tío Franky, porque a ellos se les suma ahora el abuelo jodón de Charly, quien lanza esto en compañía de David Lebón, Pedro Aznar, Fito Páez, Fernando Kabusacki, Fernando Samalea y muchos otros, entre ellos nuestro querido Spinetta que presenta su aporte desde el más allá. Artista: Charly García Álbum: La Lógica del Escorpión Año: 2024 Género: Rock Referencia: Rollingstone Nacionalidad: Argentina Como comentario, solamente dejar

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.