Hace dos años, el multimillonario Richard Branson logró una “victoria” trivial sobre el multimillonario Jeff Bezos en la carrera por llegar al límite de sus respectivos egos. Su carrera espacial fue positiva en cuanto a la cobertura mediática, pero había y hay poco en juego además del derecho a presumir. Nadie colonizará Marte en el corto plazo. La realidad es que, mientras los playboys superricos juegan a ser astronautas con recursos tomados de las arcas públicas, una carrera espacial más preocupante se está desarrollando aquí, en nuestro modesto planeta. Inspiradas en las ficciones de Ayn Rand y el festival anual Burning Man, los tecno-libertarios románticos de Silicon Valley buscan “escapar” de los Estados nación existentes. Insatisfechos con los paraísos fiscales, las comunidades cerradas y su desmesurada influencia política, desean ahora “excluirse” del Estado nación como tal y construir sus propios Estados privados modelados como corporaciones. El Estado nación soberano, con