Lo más notable de este fin de año es la ausencia de felicidad, ese clima de festejo por obligación y el cagazo por lo que se viene, que se intuye y se sabe peor. Nos encontramos en el comienzo del año 2019 y es el momento de empezar a valorar cuáles son los potenciales riesgos marcados por el régimen de los tarifazos. Es fácil pronosticar un año próximo con fuerte conflictividad social, mientras especialistas en economía ya anuncian que Argentina está cerca del default. Aquí, un resumen del escenario general y también, como siempre trato de hacerlo, recordar que el cambio cultural es al fin y al cabo el único medio desde donde podremos salvarnos del abismo.
En el 2018 la Argentina iba a crecer, la inflación iba a cerrar debajo del 20% (la más baja desde 2009), el dólar no iba a ser una preocupación y se iba a mantener estable alrededor de los 21 pesos. El panorama resume los pronósticos de los economistas del establishment para el año 2018. El PIB termina 2018 con una caída de más del 2%, el dólar rozando los 40 pesos y la inflación en 46%. Los gurúes de la city volvieron a confundir deseos con realidad.
Para este 2019,
El cierre de 2018 no sólo dejó en Cambiemos la conclusión de que todas las variables macroeconómicas son negativas tras tres años de gestión al mismo tiempo que los índices sociales se encuentran en niveles peores que en 2015, sino que abren interrogantes respecto de qué pasará en 2019, el último período de administración de la alianza oficialista que encontrará, al mismo tiempo, al Felino Macri en búsqueda de su reelección.
En ese contexto, en una reunión de Gabinete la primera semana de diciembre, Marcos Peña le aseguró al equipo de ministros que "están listos para ganar las elecciones en cualquier circunstancia". Según el jefe de Gabinete, el Gobierno tiene atado un paquete de contratos con empresas internacionales de uso de Big Data en redes que los hace "infalibles". O sea, los Amarillos piensan ganar las próximas elecciones manipulando a los electores. Para festejar por ello, y como regalo de fin de año, el gobierno amarillo anunció los brutales tarifazos que oscilan entre un 35 y 55 por ciento en los servicios públicos y el transporte, que serán aplicados en los primeros meses del 2019.
El 2018 termina siendo el peor año económico desde el 2002. Y llegamos al 2019, y el siguiente video, que seguro que lo viste, es lo que quizás puede sintetizar mejor la dirección hacia donde vamos. Pero todo mucho mejor si es con humor.
El gobierno de Mauricio Macri liberó el ingreso de capitales con fines especulativos, eliminó toda restricción a la compra de divisas, le pagó a los fondos buitre sin quita bonos comprados tras el default de 2001, flexibilizó el negocio financiero e inició un festival de deuda. Con todo esto el equipo económico esperaba reducir la tasa de financiamiento. La última apuesta fue que el mercado argentino fuera considerado "emergente", lo cual debería hacerlo más tentador para el ingreso de capitales. Obtuvo esa calificación. Pero meses después, la suba de tasas de interés en los Estados Unidos junto a una economía local que ya daba clara cuenta del deterioro en el sector financiero y real no le dio al macrismo el respiro que pretendía.
La bicicleta financiera de Corporación Cambiemos derivó en atraso cambiario con endeudamiento, creciente déficit externo que desembocó en otra crisis de balanza de pagos al revertirse el ingreso de capitales extranjeros y en un nivel de tasas de interés internas que imposibilitan cualquier inversión productiva. El resultado fue este año un duro castigo para los títulos públicos argentinos.
Para una rápida comprensión sobre la situación social podemos acudir a un dato impactante. Se trata dImagen relacionadael muy divulgado "Informe de Unicef", sobre la situación de niñas/os y adolescentes. Allí se revela que la "pobreza monetaria", es decir aquellos cuyos ingresos familiares no alcanzan para cubrir una canasta básica de bienes y servicio alimentarios, es del 42%. Esa cifra sube al 48% si se cuentan aquellos que padecen problemas en uno o más de los siguientes indicadores: educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura o hábitat seguro. Cuando consideramos el caso del conurbano bonaerense las cifras se elevan y la pobreza, en ese sector etario, asciende al 51,3%.
Para el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) las cifras de la pobreza alcanzan el récord del 33,6% (13,6 millones de pobres). Según datos oficiales, la inflación, que en noviembre midió 3,2% suma –en estos 11 meses- 43,9% y su estimado anual para este año ronda el 47%. Estas rotundas manifestaciones de la recesión e inflación actuales van de la mano con el dato de una caída del consumo. Éste disminuyó, tomando el mes de noviembre y comparándolo con el mismo mes del año pasado, en un 10,1%.
2019 Que Te Quiero Tanto...
Sabemos que las predicciones usualmente fallan, pero es importante penetrar en la tendencia de los acontecimientos que están ocurriendo para tratar de saber si la situación tiende a mejorar o aún no hemos tocado fondo.
En lo estrictamente económico las perspectivas son bastante negras. En un informe de la consultora Ecolatina se sostiene proyecciones no muy amigables: un dólar arriba de $50, caída real de salarios y tarifazos encima del 30%, en el marco de una búsqueda de "equilibrio" entre las intenciones electorales del oficialismo y las exigencias fiscales pactadas con el FMI, con una inflación de 50% aproximadamente.
Sobre las consecuencias prácticas que traerá reflejado esta política, el mejor recurso oficial responde a dos objetivos relacionados con la "seguridad": disciplinar la sociedad para evitar que se desmadren los reclamos ante la aplicación de los actuales planes oficiales. El "Protocolo Bullrich" y la "Ley Antibarras del Fútbol" están a la orden del día, pero también son un ensayo con vistas a la próxima campaña electoral, dado que es un tema que tiene mucha aceptación en vastos sectores.
Ante este escenario, uno cabría preguntarse ¿qué podría salir mal?. Al fin y al cabo, lo importante no es que las condiciones sociales pueden empeorar drásticamente sino que sin embargo todo puede seguir siendo igual ya que finalmente nos podemos a acomodar a las peores condiciones, como la rana en el agua hirviendo.
El Escenario Mundial
A todo esto, ya de por sí preocupante de por sí, debemos agregarle los riesgos que se debaten en el mundo, con la guerra comercial EEUU - China a la cabeza, que da un panorama a escala global que no es otro que la desaceleración del crecimiento global. Recordemos que en la gestión amarilla la vulnerabilidad económica ante cataclismos económicos globales aumenta segundo a segundo.
Este combo de factores, sumado a la incertidumbre generada por la elección presidencial de 2019, ha llevado a los inversores a tomar distancia de la deuda argentina, lo que puso al riesgo país por encima de los 800 puntos básicos, pese al fuerte respaldo que recibió el gobierno de Mauricio Macri por parte del Tesoro de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional.
El precio internacional del petróleo viene cayendo en forma vertiginosa -un reflejo anticipatorio de una recesión en puertas de la economía mundial- pasando en pocos meses de 70 dólares a 48. Este hecho debería traducirse en una reducción del precio de las naftas locales. Eso no sólo no ha ocurrido sino que se han multiplicado las presiones de las petroleras y empresas afines para que el Estado las compense con nuevas prebendas. Por lo pronto, los grupos empresarios del sector vienen reclamando que el gobierno las libere de las retenciones a las exportaciones de petróleo y, por supuesto, defienden con uñas y dientes los subsidios que ya se embolsan y los precios vigentes por el combustible en las estaciones de servicio.
Neoliberalismo. La Cultura del Suicidio
Más allá de lo mencionado, la situación también se agrava por otro tipo de heridas invisibles que son las producidas por los golpes sobre la urdiembre del tejido social haciendo que la desesperanza y la tristeza sean el estado de ánimo prepoderante. La cultura que impone el neoliberalismo (individualismo, fragmentación social, sálvese quien pueda) es la principal causa por la cual cuesta tanto revertir el rumbo de los acontecimientos. Esta restauración oligarca nos encuentra muy golpeados y sin vistas ciertas de recuperación más allá de un optimismo sin otro fundamento que la ilusión.
Esta es la dirección de los acontecimientos, y seguirá así si no logramos poner freno a este infierno de soledad y encontrar las fuerzas que rompan el cerco que impide encontrarnos, como individuos y sociedad. Pero el factor cultural podría considerarse como el más determinante en la evolución y desarrollo de una sociedad. Ya desde la sociología y la historiología y muchas otras ramas se considera a la cultura y la escala de valores de una sociedad como uno de los factores determinantes del cambio social, y también uno de los más evidentes. Mientras podamos ver a nuestros compañeros como rivales en vez de somo nuestros aliados, mientras sigamos viendo al extranjero como quien trae el mal que nos aqueja, mientras reneguemos de nuestra clase y apoyemos el sistema de creencias impuesto por "la lógica social", nada de esto podrá cambiar.
Si tomamos como punto de partida un cambio en nuestra cultura, lo que hagamos de nuestra vida, lo que pensamos y sentimos tiene gran importancia y nos sitúa como protagonistas y no solamente como espectadores anónimos. Y si lo logramos expandir y alentar, será como la gota de agua que junto a otras forma el aguacero.
Pero bueno, acá estamos y no tenemos ganas de irnos, las palabras pueden ser de compromiso pero los mejores deseos salen de adentro... Felicidades! Y a unirse a pesar de las diferencias que nada aún está dicho.
En el 2018 la Argentina iba a crecer, la inflación iba a cerrar debajo del 20% (la más baja desde 2009), el dólar no iba a ser una preocupación y se iba a mantener estable alrededor de los 21 pesos. El panorama resume los pronósticos de los economistas del establishment para el año 2018. El PIB termina 2018 con una caída de más del 2%, el dólar rozando los 40 pesos y la inflación en 46%. Los gurúes de la city volvieron a confundir deseos con realidad.
Para este 2019,
El cierre de 2018 no sólo dejó en Cambiemos la conclusión de que todas las variables macroeconómicas son negativas tras tres años de gestión al mismo tiempo que los índices sociales se encuentran en niveles peores que en 2015, sino que abren interrogantes respecto de qué pasará en 2019, el último período de administración de la alianza oficialista que encontrará, al mismo tiempo, al Felino Macri en búsqueda de su reelección.
En ese contexto, en una reunión de Gabinete la primera semana de diciembre, Marcos Peña le aseguró al equipo de ministros que "están listos para ganar las elecciones en cualquier circunstancia". Según el jefe de Gabinete, el Gobierno tiene atado un paquete de contratos con empresas internacionales de uso de Big Data en redes que los hace "infalibles". O sea, los Amarillos piensan ganar las próximas elecciones manipulando a los electores. Para festejar por ello, y como regalo de fin de año, el gobierno amarillo anunció los brutales tarifazos que oscilan entre un 35 y 55 por ciento en los servicios públicos y el transporte, que serán aplicados en los primeros meses del 2019.
El 2018 termina siendo el peor año económico desde el 2002. Y llegamos al 2019, y el siguiente video, que seguro que lo viste, es lo que quizás puede sintetizar mejor la dirección hacia donde vamos. Pero todo mucho mejor si es con humor.
El gobierno de Mauricio Macri liberó el ingreso de capitales con fines especulativos, eliminó toda restricción a la compra de divisas, le pagó a los fondos buitre sin quita bonos comprados tras el default de 2001, flexibilizó el negocio financiero e inició un festival de deuda. Con todo esto el equipo económico esperaba reducir la tasa de financiamiento. La última apuesta fue que el mercado argentino fuera considerado "emergente", lo cual debería hacerlo más tentador para el ingreso de capitales. Obtuvo esa calificación. Pero meses después, la suba de tasas de interés en los Estados Unidos junto a una economía local que ya daba clara cuenta del deterioro en el sector financiero y real no le dio al macrismo el respiro que pretendía.
La bicicleta financiera de Corporación Cambiemos derivó en atraso cambiario con endeudamiento, creciente déficit externo que desembocó en otra crisis de balanza de pagos al revertirse el ingreso de capitales extranjeros y en un nivel de tasas de interés internas que imposibilitan cualquier inversión productiva. El resultado fue este año un duro castigo para los títulos públicos argentinos.
Para una rápida comprensión sobre la situación social podemos acudir a un dato impactante. Se trata dImagen relacionadael muy divulgado "Informe de Unicef", sobre la situación de niñas/os y adolescentes. Allí se revela que la "pobreza monetaria", es decir aquellos cuyos ingresos familiares no alcanzan para cubrir una canasta básica de bienes y servicio alimentarios, es del 42%. Esa cifra sube al 48% si se cuentan aquellos que padecen problemas en uno o más de los siguientes indicadores: educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura o hábitat seguro. Cuando consideramos el caso del conurbano bonaerense las cifras se elevan y la pobreza, en ese sector etario, asciende al 51,3%.
Para el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) las cifras de la pobreza alcanzan el récord del 33,6% (13,6 millones de pobres). Según datos oficiales, la inflación, que en noviembre midió 3,2% suma –en estos 11 meses- 43,9% y su estimado anual para este año ronda el 47%. Estas rotundas manifestaciones de la recesión e inflación actuales van de la mano con el dato de una caída del consumo. Éste disminuyó, tomando el mes de noviembre y comparándolo con el mismo mes del año pasado, en un 10,1%.
2019 Que Te Quiero Tanto...
Sabemos que las predicciones usualmente fallan, pero es importante penetrar en la tendencia de los acontecimientos que están ocurriendo para tratar de saber si la situación tiende a mejorar o aún no hemos tocado fondo.
En lo estrictamente económico las perspectivas son bastante negras. En un informe de la consultora Ecolatina se sostiene proyecciones no muy amigables: un dólar arriba de $50, caída real de salarios y tarifazos encima del 30%, en el marco de una búsqueda de "equilibrio" entre las intenciones electorales del oficialismo y las exigencias fiscales pactadas con el FMI, con una inflación de 50% aproximadamente.
Sobre las consecuencias prácticas que traerá reflejado esta política, el mejor recurso oficial responde a dos objetivos relacionados con la "seguridad": disciplinar la sociedad para evitar que se desmadren los reclamos ante la aplicación de los actuales planes oficiales. El "Protocolo Bullrich" y la "Ley Antibarras del Fútbol" están a la orden del día, pero también son un ensayo con vistas a la próxima campaña electoral, dado que es un tema que tiene mucha aceptación en vastos sectores.
El gobierno está en una encerrona de difícil salida. Desde un rincón, son muchas las voces que le dicen que “sin ajuste, el camino a la hiperinflación y al default es inevitable”. Desde otro costado le advierten que el costo del programado “déficit cero” es una mayor contracción económica.Juan Guahán
Pero más allá de este “problemita” tienen otras dificultades, que se expresarán en el primer trimestre del año venidero: Los vencimientos de la deuda externa suman 23 mil millones de dólares y los ingresos del Fondo Monrtario Internacional 17,2 miles de millones. No será fácil encontrar otros prestamistas para cubrir esa diferencia. ¡Ni hablar de lo que espera a la Argentina partir del 2020, sin el dinero del FMI!
En este marco aparecen muchos economistas, entre ellos algunos de gran prestigio internacional, que piensan que el default o cesación de pagos es inevitable que solo falta definir, el momento y sus características.
A este problema del sector externo hay que agregarle que el primer trimestre del año es el de menores ingresos de divisas. Si además se considera que en marzo toma plenitud la reiniciación de clases y se inicia el año electoral, el panorama se vuelve complicado en materia de dólares y también en la situación social y política.
Ante esas perspectivas, el gobierno hace desesperados esfuerzos por colocar en el debate otras cuestiones. Navegando en medio de estos problemas el gobierno quiere sortearlos, ignorándolos en el discurso oficial. Allí es cómo aparece el tema de la seguridad tomando la forma de una cuestión central y la fervorosa campaña que desarrollan los medios oficialistas para colocarlo en ese lugar.
Es que los primeros meses del año próximo serán decisivos y allí estaremos llegando al fondo del pozo. Claro está que siempre se puede caer más abajo.
Ante este escenario, uno cabría preguntarse ¿qué podría salir mal?. Al fin y al cabo, lo importante no es que las condiciones sociales pueden empeorar drásticamente sino que sin embargo todo puede seguir siendo igual ya que finalmente nos podemos a acomodar a las peores condiciones, como la rana en el agua hirviendo.
El Escenario Mundial
A todo esto, ya de por sí preocupante de por sí, debemos agregarle los riesgos que se debaten en el mundo, con la guerra comercial EEUU - China a la cabeza, que da un panorama a escala global que no es otro que la desaceleración del crecimiento global. Recordemos que en la gestión amarilla la vulnerabilidad económica ante cataclismos económicos globales aumenta segundo a segundo.
Este combo de factores, sumado a la incertidumbre generada por la elección presidencial de 2019, ha llevado a los inversores a tomar distancia de la deuda argentina, lo que puso al riesgo país por encima de los 800 puntos básicos, pese al fuerte respaldo que recibió el gobierno de Mauricio Macri por parte del Tesoro de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional.
El precio internacional del petróleo viene cayendo en forma vertiginosa -un reflejo anticipatorio de una recesión en puertas de la economía mundial- pasando en pocos meses de 70 dólares a 48. Este hecho debería traducirse en una reducción del precio de las naftas locales. Eso no sólo no ha ocurrido sino que se han multiplicado las presiones de las petroleras y empresas afines para que el Estado las compense con nuevas prebendas. Por lo pronto, los grupos empresarios del sector vienen reclamando que el gobierno las libere de las retenciones a las exportaciones de petróleo y, por supuesto, defienden con uñas y dientes los subsidios que ya se embolsan y los precios vigentes por el combustible en las estaciones de servicio.
Neoliberalismo. La Cultura del Suicidio
Más allá de lo mencionado, la situación también se agrava por otro tipo de heridas invisibles que son las producidas por los golpes sobre la urdiembre del tejido social haciendo que la desesperanza y la tristeza sean el estado de ánimo prepoderante. La cultura que impone el neoliberalismo (individualismo, fragmentación social, sálvese quien pueda) es la principal causa por la cual cuesta tanto revertir el rumbo de los acontecimientos. Esta restauración oligarca nos encuentra muy golpeados y sin vistas ciertas de recuperación más allá de un optimismo sin otro fundamento que la ilusión.
Esta es la dirección de los acontecimientos, y seguirá así si no logramos poner freno a este infierno de soledad y encontrar las fuerzas que rompan el cerco que impide encontrarnos, como individuos y sociedad. Pero el factor cultural podría considerarse como el más determinante en la evolución y desarrollo de una sociedad. Ya desde la sociología y la historiología y muchas otras ramas se considera a la cultura y la escala de valores de una sociedad como uno de los factores determinantes del cambio social, y también uno de los más evidentes. Mientras podamos ver a nuestros compañeros como rivales en vez de somo nuestros aliados, mientras sigamos viendo al extranjero como quien trae el mal que nos aqueja, mientras reneguemos de nuestra clase y apoyemos el sistema de creencias impuesto por "la lógica social", nada de esto podrá cambiar.
Si tomamos como punto de partida un cambio en nuestra cultura, lo que hagamos de nuestra vida, lo que pensamos y sentimos tiene gran importancia y nos sitúa como protagonistas y no solamente como espectadores anónimos. Y si lo logramos expandir y alentar, será como la gota de agua que junto a otras forma el aguacero.
Pero bueno, acá estamos y no tenemos ganas de irnos, las palabras pueden ser de compromiso pero los mejores deseos salen de adentro... Felicidades! Y a unirse a pesar de las diferencias que nada aún está dicho.
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