El bono a 100 años de Macri, sorprende al mundo. No sólo a los argentinos. Robin Wigglesworth, editor de la sección económica del Financial Times, vía Twitter preguntó a sus lectores ."¿Cuál es la locura más grande?" en materia económica. La respuesta a la encuesta en la red social es que la mayor locura, es el bono que lanzó la Argentina a 100 años. De la cantidad de votantes que superaron los 10.000, el 69 % votó que la emisión a 100 años por U$S 2.750 millones con una tasa de 7,9% anual es la mayor locura del mercado.
A.C.Una aclaración sobre la tasa de interés:
Al haberse pagado 90 dólares por cada lámina de 100 dólares, en realidad el Gobierno obtuvo por el bono 2.475 millones de dólares (y no los U$S 2.750 millones nominales de su emisión).
Por lo tanto, deberemos pagar dentro de cien años (en el año 2117), los U$S 2.750 millones más 196 millones cada año durante los cien años del bono (U$S 2.474 millones por 7,91%: U$S 116 millones), ya que el bono no tiene amortizaciones periódicas de capital.
Y por eso el rendimiento real del bono es del 7,91% anual sobre el capital, es decir casi 8% anual, y no el 7,125 % como publicita el gobierno. Una tasa en dólares demencial y un plazo de 100 años.
Con el bono de Macri y su socio Caputo, los “inversores” recuperarán su inversión en 13 años, es decir que en 2030 habrán recuperado el capital y seguirán cobrando intereses de casi el 8% anual en dólares durante 87 años. Un negocio extraordinario para el país.
No faltará el técnico en finanzas que objete éste cálculo (cancelación del capital en 13 años más intereses de 87 años), porque no se incluye en la proyección la tasa de inflación, ni el “costo de oportunidad” o la tasa de descuento. En éste monto de interés y en éste plazo, no serán muy diferentes los números, se incluya la variable que se incluya.
Es cuestión de agarrar la calculadora, y aún en el panorama más optimista de acá a cien años, el costo final (más de U$S 10.000 millones de intereses) sigue siendo un despojo que pagarán cuatro generaciones de argentinos.
Sumado a éste costo inverosímil, la deuda que se toma no se destina a inversiones que generen divisas para cancelar el crédito, sino a financiar la fuga de capitales. Un negocio extraordinario para el país.
Excepto que se piense que quienes votaron la encuesta del Financial Times recibieron un choripan por su voto, es imposible no ver que con el mejor equipo de los últimos 50 años, hemos vuelto a ser considerados en el mundo. Considerados como un país bananero.
(Nota: hoy en el Boletín Oficial apareció por fin publicada la resolución de Caputo que instrumenta el bono, verla siguiendo este enlace)
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