Artista: Ginkgobiloba
Álbum: La tostada y el gato
Año: 2014
Género: Rock fusión
Duración: 40:56
Nacionalidad: Argentina
Año: 2014
Género: Rock fusión
Duración: 40:56
Nacionalidad: Argentina
Lista de Temas:
1. Rimas para salir
2. Gilgamesh
3. Noche de faltas
4. Los deseos ya son recuerdos
5. Emperrado
6. Melancolemia
7. La semilla
8. Mundo sobre mundo
9. Para poder volver
1. Rimas para salir
2. Gilgamesh
3. Noche de faltas
4. Los deseos ya son recuerdos
5. Emperrado
6. Melancolemia
7. La semilla
8. Mundo sobre mundo
9. Para poder volver
Alineación:
- Memo Beltzer / bajo y voz.
- Demian Pozzo / guitarras eléctricas y acústicas, voz.
- Jorge E. Mockert / batería.
- Francisco Larpín / percusión.
- Memo Beltzer / bajo y voz.
- Demian Pozzo / guitarras eléctricas y acústicas, voz.
- Jorge E. Mockert / batería.
- Francisco Larpín / percusión.
Vamos ahora con el último disco (el cuarto, específicamente) de los Ginkgobiloba con su particular propuesta de mezclar música latinoamericana en formato canción con prog rock (o algo cercano a eso) y el jazz. La banda ha basado la creación de su música y su estilo en la experimentación, en la mezcla de generos y estilos: rock crudo y violento de los setenta (no demasiado presente en este disco), pero alternado con mucho trabajo rítmico (tirando a uruguayo en el disco que presentamos hoy), enriquecido con melodias y armonias propias de otros géneros, que como ya dijimos son el jazz, el folclore argentino, la bossa nova y la música latinoamericana en general, siempre con la presencia constante de la improvisación, combinada a su vez con arreglos sugerentes. De esa combinación surge el sonido que la banda plasma en sus álbums y es lo que podemos apreciar más que nunca en este gato tostado.
“La Tostada y el Gato” es el cuarto disco de estudio de esta excelente banda progresiva oriunda de Santa Fe, Argentina (contando como un EP a “Branquia Por Nariz”)Gustavo Bolasini
Y se trata de un gran trabajo, que continúa la línea de Ginkgobiloba, basada en la construcción artesanal de su música, desde un concepto claramente progresivo, con influencias crimsonianas, y de Spinetta, con un cuidado trabajo armónico, pero agregando en este fresco trabajo estructuras armónicas tradicionales argentinas, como en la cuasi payada transformada en un rap progresivo de la potente y sorprendente “Rimas Para Salir” que arranca la obra, o los aires de chacarera de “Melancolemia” unos climas folclóricos, grandes trabajos vocales y coros femeninos en otro gran logro del disco; o la baguala oscura y bella “Para Poder Volver” que el cierra el disco con gran melancolía; sin olvidar los aires “alla King Crimson” del fantástico “Gilgalmesh” de lo mas poderoso del trabajo; con espacios para los climas como en el cambiante “Noche de Faltas” con gran riqueza tímbrica dado por el vibráfono y las percusiones, otro de los elementos que suma esta obra.
También se destaca la conmovedora belleza del calmo y climático “Los Deseos”, un delicado tema que arranca con guitarra y voz y va incorporando vibráfono y bajo sostenida por una hermosa línea melódica; al que le sigue el rítmico y sincopado “Emperrado”; y otro de los picos de la obra la reversión de “Mundo Sobre Mundo” con un excelente bajo slapeado y ritmos funk y sonidos fusión sumamente logrados.
Gikgkobiloba está integrada por Memo Beltzer en bajo, voz y guitarra, Demian Pozzo en guitarra, voz y cuatro, Jorge Mockert en batería, voz y vibráfono y Francisco Larpín en percusión, contando además como invitadas a Cintia Bertolino, Nancy Albero Díaz y Lara Ajún en voces en “Melancolemia”.
Lograda edición gráfica (con un dibujo que presupone una comprobación risueña explicada en su libro interno) con formato de viejo “simple de vinilo” en cuyo interior se aloja el librito interno con letras e información mas el CD.
Excelente disco de Ginkgobiloba que esperamos contradiga lo descripto en la gráfica del CD, y que no sea “una banda que prácticamente ya no existe” sino una gran banda que sigue creciendo y generando nueva música como la que contiene “La Tostada y el Gato”.
Lo más interesante es que el concepto del disco, su pregunta filosófica que une a la tostada que cae del lado de la manteca y el gato que cae parado, fue copiado para crear la siguiente publicidad:
Incluso se han realizado varios estudios y descubrimientos científicos, como pueden ver en el siguiente video:
Aquí podremos ver a científícos en acción tratando de demostrar o refutar las distintas teorías:
Y vamos a traer los datos biográficos de la banda santafecina que hace rato viene tocando por sus pagos y pagos ajenos:
Ginkgobiloba nació como un power trío integrado por Demian Pozzo en guitarras y voces, Jorge Mockert en batería, percusión y voces y Emiliano Beltzer en bajo eléctrico y voces. La banda comenzó a juntarse a improvisar en Julio de 2001 y para fin de ese año se presentó por primera vez en vivo en la ciudad de Santa Fe con 6 temas originales.
Durante el siguiente año el trío se abocó a completar su repertorio y dejarlo plasmado en una grabación, la cual comenzó como un simple registro y terminó siendo un primer álbum, Ginkgobiloba. A este le siguió una participación en el compilado "Al Flaco dale Gracias" con dos versiones de canciones de Luis Alberto Spinetta, una de las cuales en colaboración con Fernando Samalea. El próximo álbum sería Desde el barro (2008, independiente) el cual encontró la banda en proceso de establecerse en Capital Federal y tocando por distintas ciudades de la zona del Litoral.
Ya establecidos en Buenos Aires, Ginkgobiloba se dedicó a entrar en la escena musical porteña y de diversas ciudades del resto del país, compartiendo escenarios con músicos tan diversos Fernando Samalea, No lo Soporto, El cajón de Sara (músicos de Sig Ragga), Krill, Ezequiel Borra y Eruca Sativa.
En 2011 la banda editó "Branqui por Naríz", EP adelanto de lo que sería su próximo disco, "Las reglas del juego" (2011). Las presentaciones en vivo correspondientes a este disco ya serían con la incorporación de Francisco Larpín en percusión como miembro estable de la banda.
Esta nueva formación es la que dio vida a las canciones de su más reciente disco, La tostada y el gato (2014), que contiene 6 temas originales y 3 re versiones de temas de discos.
Sin duda alguna a cualquiera de nosotros le resultaría particularmente brutal la imagen de tres hombres acabando con una vida de 11 años. La situación es hipotética pero hace estremecer.
Memo Beltzer, Demian Pozzo y Jorge Mockert no fueron capaces de hacerlo con su sólida Ginkgobiloba, que sobrevivió no solamente a las emigraciones resquebrajantes (el cuerpo de la banda se desmembró hacia Buenos Aires e incluso hasta Australia) o a las atenciones necesarias para asegurar la óptima crianza de una bebé hermosa que con un llanto tenue exige la teta. Se abrió un año de impasse, que no se interrumpe a causa de la oferta de alguna productora o por necesidad económica, sino a pedido de esos hijos en gestación que a latidos en incremento pedían ser paridos: así nació La tostada y el gato, el nuevo trabajo de los Gingko (así llaman ellos mismos a su banda, como si la banda fuera un integrante más, igual que Francisco Larpín, la otra novedad sumada).
Todo indicaba que la banda se había encaminado hacia su vacación perpetua sentenciada por las distancias y las necesidades individuales, aunque claro, con esa lógica no hubiera sido posible una década de giras y discos: “estando uno en Australia, otro en Rincón y el otro en Buenos Aires seguíamos laburando, nos enviábamos ideas, arreglos y sesiones y así le dimos formas a las canciones”, cuenta Demian para Pausa, que además de componer y grabar, se animó a ser el hombre de las mezclas con ayuda de Luciano Farrelli (Parteplaneta).
La relación entre tiempo y presupuesto es lo que se vuelve un tópico central en el momento de lanzarse al ensamble de los sonidos, “por ahí lo que ganás en calidad en un lugar profesionalizado te mata por el lado de la guita disponible; en cambio, de este modo tuvimos lugar para experimentar, para probar con coros, hacer más tomas”, señaló Demian.
Refutación:
O la tostada cae del lado untado o el gato cae de patas al suelo, acceder a la corroboración de cuál de las dos “leyes” es la más potente es una prueba que Ginkgo aprobaría sin más si se postulara como tercer contrincante: “este es nuestro espacio, nuestro lugar para experimentar, contar las cosas que tenemos ganas de contar. Por eso, aunque no seamos una banda con actividad plena permanente, seguimos volviendo a ella. Varias veces nos supimos desconocedores de lo que vendría, y cada vez, volvimos”, asegura Memo, cuyo espíritu de frontman no le permitió sentarse en ninguno de los 40 minutos de charla.
No obstante, los aderezos cotidianos tienen que ver, y mucho, con la sustentabilidad de lo que se hace: “Pancho (por Larpín, nuevo ensamble para percusiones) le dio mucho aire nuevo a Gingko, siempre fue uno de esos amigos que siempre está hasta que un día, por devenir natural, dijimos ‘Y sí, tiene que venir a tocar’. Particularmente en este disco nuevo, Pancho llevó a que tuviéramos que reversionar temas nuestros en formación de cuarteto como consecuencia del sonido nuevo que estábamos formando gracias a su aporte”, detalla Jorge, el baterista originario.
La mística de una separación fallida es la que sobrevuela y renueva la energía durante los ensayos celebrados en la casa de Jorge, vecino de Rincón, que durante las tardes previas a la mini gira de retorno de Ginkgo aloja un arpegio que no quiere pasar por balada y se disfraza con distorsión. Un riff de bajo trabado y golpeador recuerda la fuerza de lo que fue un power trío. Además de los parches y el bombo, por detrás se asoman golpes de maderas tropicales, colores afro y latinoamericanos que, gracias a la influencia de Larpín, ahora son más evidentes (¡hasta con un vaso que rodaba por ahí hizo algunos arreglos!).
“Gilgamesh” se llama esta canción en particular, que fue la elegida como entremés de la nueva placa que se comenzó a grabar el año pasado en lo del clásico estudio de Ramiro Genevois (El Pote) y se culminó, ya lo dijimos, de manera artesanal. También se llega a distinguir en el sonido un ribete de similitud a Patricio Rey, al candombe uruguayo de Fernando Cabrera y hasta letras en reacción a las lecturas de Ítalo Calvino.
“Lo que pedía la música”:
Como el desafío propuesto era el del contra-sentido (por aquello de la presentación de auténtico nuevo material –no rescates de consola- de una banda “parada”) o del, si se quiere, nuevo sentido, es que también Ginkgobiloba se la jugó con un diseño gráfico que complete o simplemente añada lo suyo al lenguaje sonoro.
Este formato incorporado estuvo a cargo de Valentín Gatti y Pablo Lara, quienes ya estuvieron ensayando en conjunto con la banda y se estarán presentando junto a ellos, desplegando visuales trazadas en tiempo real durante los conciertos.
Lo artesanal es parte del estilo de Ginkgobiloba y que siempre tuvo a la hora de crear su música en este disco aparece en su mayor expresión hasta la fecha. Una original propuesta musical, una ecléctica propuesta musical muy versátil que han tocado en repetidas oportunidades con Fernando Samalea, entre otros.
Al trabajo lo pueden escuchar desde Bandcamp, si lo quieren comprar me avisan y yo les digo cómo hacerlo.
YouTube
http://ginkgobiloba.bandcamp.com/album/la-tostada-y-el-gato-2014
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