Ya presentamos a esta enorme banda, y también el "Automata I", y nos quedó colgada la presentación de su segunda parte. Y si bien la mencionada primera parte de "Automata" es un excelente disco, y uno espera a que su continuación siga por la misma vía y el mismo estilo con solamente algunos pequeños detalles y cambios, pero en esta continuación de su obra Between The Buried And Me se atrevió a irse a la mierda (otra vez) y metió una experimentación abiertamente Avant-Garde y donde sus influencias progresivas clásicas están más presentes que nunca, cosa que por supuesto ha sorprendido gratamente y no sólo por el atrevimiento, sino porque además la incorporación de este estilo de música les cae como anillo al dedo. Otro disco inconmensurable dentro de su propuesta de música para amar o para odiar sin términos medios, algo que no es para todos pero quienes le encuentren la onda lo van a amar de aquí a la eternidad, se los aseguro por experiencia propia. Inmenso e inconmensurable trabajo que los invito a conocer.
Artista: Between The Buried And Me
Álbum: Automata II
Año: 2018
Género: Metal progresivo / Metalcore
Duración: 33:12
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
El reto que se propusieron Between the Buried and Me dividiendo su nuevo trabajo Automata en dos entregas ha cumplido perfectamente su acometido y, tras una casi sublime primera entrega, nos ha llegado ya la ansiada segunda parte.
Poner otra vez en contexto el disco y el momento actual de la banda no viene a cuento tras analizar el pasado marzo Automata I, con lo que si alguien quiere recordar o ponerse al día deberá desplazarse al final de este artículo donde tenemos enlazada la crítica de la primera parte del trabajo. Lo que si podemos valorar es que en los cinco meses que han transcurrido entre las publicaciones de Automata el primer disco no solo ha mantenido la impresión que nos causó, sino que podríamos afirmar que (incluso ya con escuchas posteriores a cierta distancia de la emoción inicial) el primer tramo del disco es sublime. Con lo que completaremos la crítica de Automata con la inclusión de los cuatro temas que forman Automata II.
Cuatro temas muy diferenciados especialmente en metraje, con un tema de más de 13 minutos seguido de una mini intro que da paso a un cierre de dos temas de más de ocho minutos. Casi lo mismo que nos ofrecieron en Automata I. La principal diferencia entre ambas partes es la nota cromática, oscura la primera parte, luminosa esta segunda. La luminosidad junto a la melodía como principal estandarte de este nuevo flirteo de una banda que ya vive infinitamente lejos del metalcore progresivo de sus inicios y se embarca en el avant-garde más extravagante del momento, perfeccionando su sonido hasta cotas que solo ellos son capaces de alcanzar.
Las idas y venidas características de la banda son un constante en el tema que abre el disco, The Proverbial Bellow, que nos deja la impresión de ser un conjunto de temas entrelazados en sus trece minutos de duración, un tema que abre el disco de la mejor manera posible y nos embarca en un viaje de sonidos y texturas, después de un par de minutos de histrionismo progresivo. Rogers asume el control con una línea de teclado sinuosa y voces silenciosas, la banda entra con un ritmo relajado antes de volver a lo que casi suena a metal progresivo tradicional de bandas como Dream Theater pero con la mezcla vocal áspera/limpia de Rogers. En general, una canción espectacular.
Lo que sigue a continuación es lo que podrían ser algunos de los momentos más emocionantes y creativos de toda la discografía Between the Buried and Me, con las canciones Glide y Voice of Trespass. La primera no es más que una pista que sirve como introducción a Voice of Trespass, posiblemente el mejor tema de la banda en lustros. Con Tommy Rogers cantando en un retorcido vals de circo que pasa a ser una balada pianística que desarrolla a un momento de jazz extravagante que marca la pauta de un tema que finalmente estalla en metal swing jazz increíble.
The Grid es otro corte fantástico, con una sensación épica apropiada para la canción de cierre de Automata, agresión a partes iguales, precisión y un coro a lo largo de «we are in this together» que sirve para unir el concepto del álbum de principio a fin.
Ahora ya con el círculo completado podemos reafirmar que BTBAM siguen evolucionando hacia la excelencia y con este disco marcan un punto de inflexión en su carrera, la cual se intuye sin límites. Automata es y seguramente será para el que escribe el mejor álbum de 2018, y desde hoy mismo paso a considerarlo el mejor trabajo de la banda de Carolina del Norte.
Puntuación: 5/6
Por supuesto que hay más... aquí copio otro comentario digno de ser leído.
Between The Buried And Me, la ya mítica banda de metal progresivo formada en Carolina del Norte, sacaba el pasado 13 de julio la segunda parte de su último trabajo Automata (cuya reseña podéis leer aquí). Los norteamericanos parecen danzar en una evolución continua de su propio estilo; un estilo que ya tienen más que consolidado, siendo sus nuevos trabajos una joya más para escuchar y con la que no parar de deleitarse. Automata se conforma así como un trabajo dividido en dos partes cercanas a la media hora de duración cada una. El propio Tommy Rogers (vocalista y teclista) bromeaba en Twitter diciendo que este trabajo era una mezcla de los 6 anteriores (a partir de Alaska, cuando viraron su estilo hacia el progresivo definitivamente, mezclándolo con un death metal muy técnico), nombrándolo “The Colors of a Great Parallax and Silent Coma in Alaska”.
El disco abre con The Proverbial Bellow, una suite de casi 15 minutos cargada de riffs «muy BTBAM» (coloridos, pegadizos, intensos). La intro del tema podría ser reconocida de entre el resto de bandas; esa forma de mover las canciones, pasar de la calma a la locura, la creatividad para conectar partes y, a fin de cuentas, ser un vértigo controlado, es marca Between The Buried And Me. La voz de Tommy Rogers, en cada disco más variada y con diferentes rangos, muestra una eclosión brutal, la más grande en mi opinión junto con el penúltimo trabajo de la banda Coma Ecliptic. Comienza la fase circense con Glide. BTBAM suelen innovar, de una forma u otra y a parte de en el propio estilo, con detallitos como este o con el de la siguiente canción: Voice of Trespass. Sinceramente, pensar en la mezcla «metal/swing», de normal, me haría arquear las cejas e imaginarme algo difícil de coger, pero no es problema para los de Carolina. Es difícil hacer un tema así de pegadizo, contundente y bien compuesto mezclando dos estilos que casi parecen chocar. La magia de la música. Me costó días sacarme de la cabeza la sección «we are hollow, condemned to the gallows» de pegadiza, bien tirada y por el mazazo a mis sentimientos que supuso. The Grid concluye el trabajo. Con un comienzo impecable que deriva a estrofas que nos recuerdan a una época de BTBAM quizá no tan elaborada en lo técnico, con un progresivo mucho más adaptable a todos los oídos, sin perder ni una pequeña parte de ese sonido que ya han conformado como suyo y que es inconfundible. Digno de mención el broche de oro al disco que ponen ambos guitarristas con un solo difícil de dejar pasar, cerrando la historia tanto de forma literal como emocional.
Si hay un grupo que no defraude, sin duda es este. Con el paso de los años y el transcurso de los discos, han ido forjando un sonido que se ha ido alejando de sus inicios de death metal técnico (y muy original también, por cierto, parece que la originalidad les corre por las venas a estos cinco) y ha derivado en un metal progresivo que no han tenido problema en mezclar con lo que les fuese saliendo, ya sea Jazz, determinadas técnicas de canto (Coma Ecliptic fue muestra de ello) o un rock progresivo mucho más calmado y fluido. El resultado siempre ha sido de 10. Mi más sincera enhorabuena a este grupo que ha sido mi favorito (dentro del metal) desde que los conocí. Sin duda serán eternos y crearán escuela.
Y como este "Automata" es en realidad un solo concepto dividido en dos discos, vamos con un comentario que abarca los dos trabajos discográficos como una unidad.
Nos encontramos ante uno de esos casos en los que una banda va creciendo poco a poco, introduciéndose en la vida de cada vez más fans, sacando discazo tras discazo y apuntándose a algunas de las más interesantes giras, como fue el caso de la que hizo Devin Townsend presentando su último disco de estudio “Transcendence” y en la que BETWEEN THE BURIED AND ME alucinaron tanto a propios como extraños haciendo de teloneros pero viniendo a conquistar un país que, poco a poco, se va rindiendo a la evidencia en cuanto a su calidad musical.
Tal y como repitieron en el pasado, su última obra tiene forma de Ep doble, el cual ha sido espaciado en su lanzamiento durante diferentes meses de este 2018 y es ahora cuando aprovecho para aglutinar, en un mismo artículo a ambos.
“Automata I” y “Automata II” suponen el máximo exponente en la música del combo americano, con esa forma tan personal suya de entender el metal progresivo. Toda una declaración de intenciones, totalmente ajena a esquemas predefinidos a la hora de componer, únicamente dejándose llevar por lo que cada canción y cada momento les piden para incluir, sin tapujos, cualquier pincelada estilística que les venga en gana.
Aunque ambos trabajos han sido grabados a la vez y llevan una línea común, sí que podríamos decir que, en cuanto al reparto de canciones, la primera parte explora más la vertiente metalcore, siendo la segunda de ellas la más melódica de las dos. Aun así, sendas piezas poseen un tema largo central e incluso podríamos decir que principal, con otras más pequeñas -que no menores- que las complementan.
Además, líricamente hay un nexo en forma de historia entre ellos. ¿Os imagináis que lo que soñamos cada noche pudiera ser difundido para que otros pudieran verlo? Pues “Automata” nos cuenta la historia de un futuro distópico y tecnológico en los que los sueños de una persona son objeto de entretenimiento para el gran público. Una especie de “Gran Hermano” o “El Show de Truman” pero con los sueños de una persona, examinados por una gran corporación llamada “Voice of Trespass” (título de una de las canciones) mientras el protagonista sueña con encontrar a una familia que perdió tiempo ha. Os invito a que la continuación y el final lo descubráis por vosotros mismos gracias a las letras de cada uno de los cedés. El resultado bien merece la pena.
Comencemos con “Automata I”, el cual inicia ya con una maravilla llamada “Goodbye to the Gallows” que nos da la bienvenida con una cálida guitarra acústica arpegiada y una voz que suena artificial en su tratamiento susurrando “condemned to the gallows… condemned to the gallows” mientras los primeros teclados y riffs van haciendo acto de aparición para llevarnos a un tema repleto de cambios de ritmo, virtuosidades y virtuosidades varias, donde los primeros elementos de metalcore adornados por esos teclados más propios de bandas como DREAM THEATER o RUSH van adornando cada parte.
En esta parte quiero hacer un inciso y aclarar que, gustos aparte -totalmente respetables- el que firma no tiene ningún tipo de apego ni gusto por el metalcore como estilo y sin embargo, no me sobra ninguna de las múltiples reminiscencias de este subgénero que, a lo largo y ancho de la obra, encontramos. ¡Lo cual ya dice mucho de lo que me ha encantado este “Automata”!
“House Organ” es una pequeña pieza donde en tres minutos nos introducen algunos momentos death metal con otros melódicos a medio tiempo (preciosa la parte de “change my focus, lift my spirit” que es más una introducción para “Yelow Eyes”, una de las canciones culpables de que esta banda se esté convirtiendo en una de mis favoritas a día de hoy y en la que veo una indudable influencia de su otrora mecenas Townsend, con unas tríadas repetidas una y otra vez machaconamente hasta que el tema va evolucionando hasta entonar melodiosamente las dos palabras del título; ¡Una pasada! Y de seguido, otra de las melodías más alucinantes que he escuchado en mucho tiempo, que no es otra que la de “Millions”, con una combinación de líneas vocales absolutamente magistrales por parte de un polifacético Tommy Giles que está increíble a lo largo y ancho de todo el disco. Por último, “Blot” es el tema largo y progresivo por excelencia, con reminiscencias de armónica menor en su riff principal y una nueva manera de hacer crecer los acordes y armonías talentosa y súper personal.
Pasamos a “Automata II”, ya con otro inicio matador, en este caso con el tema más largo de esta segunda parte. “The Proverbial Below” nos lleva a unos terrenos nunca antes explorados por BETWEEN THE BURIED AND ME donde sus influencias de los años setenta que antes habían esbozado, ahora salen a relucir sin tapujos y donde las voces guturales aparecen más de tanto en cuanto, construyendo trece minutos intensos sólo al alcance de destacados compositores.
“Glide” es una pequeña pieza lenta donde vamos desde sonidos de feria e incluso circenses, con acordeón finalizando con el charleston que será el inicio de “Voice of Trespass”, aunque una vez comienze ésta, a toda velocidad y con los instrumentos de metales -trompetas y saxofón- apoyando al conjunto, todo ello aunado al metalcore. ¿Que no es posible algo así? Escuchad la canción y ya me contaréis…
Por último “The Grid” es otra de las grandes piezas, tirando ahora de su registro más intimista, con los sentimientos a flor de piel para extraer esas guitarras, esas preciosas voces del coro, rubricando una gran dupla de mini elepés que, si bien pueden ser escuchados por separado e incluso sin tener en cuenta la historia que cuentan, disfrutar de grandes canciones cada una de ellas por separado y sin excepción, es totalmente recomendable hacerlo como el todo que supone, de cara a poder apreciar la magnitud de una obra tan redonda como los estadounidenses nos regalan.
En definitiva, ¡una maravilla de principio a fin!
Lo podés escuchar y disfrutar aquí:
https://open.spotify.com/intl-es/album/0IwxzTQlZdpwENSg05bcVN
Lista de Temas:
1. The Proverbial Bellow (13:16)
2. Glide (2:13)
3. Voice of Trespass (7:58)
4. The Grid (9:45)
Alineación:
- Tommy Giles Rogers, Jr. / lead vocals, keyboards
- Paul Waggoner / lead guitar
- Dustie Waring / rhythm guitar
- Dan Briggs / bass
- Blake Richardson / drums
With:
Cameron MacManus / trombone, baritone saxophone
Jonathan Wiseman / trumpet
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