Exactamente cuarenta y tres años después, publicó su décimo larga duración, donde vuelve a las fuentes: renueva su lado progresivo pero siempre ensamblado con aires tangueros.
Corría el año 1978 en Argentina. Un año extremadamente duro. La dictadura tocaba el cielo con las manos con la conquista de la Copa del Mundo en la cancha de River, a sólo treinta cuadras (o diez minutos, como cada cual prefiera) de la Esma, el mayor centro clandestino de detención, tortura y muerte. A las primeras madres de Plaza de Mayo solamente las entrevistaban periodistas holandeses y franceses. En ese contexto, ser rockero era bravísimo. Desde 1975, 1976, muchos habían decidido marcharse. ¿Y qué se cocinaba en estas pampas?
Poco pero (muy) bueno. ¿Será verdad que la creatividad, y sobre todo la colectiva, cobra una fuerza inusitada cuando el viento sopla en contra?
Charly García y David Lebón, en 1977, se instalaron en Brasil y compusieron la mayor parte de lo que sería el primer disco de Serú Girán, de nombre homónimo. Se unieron a ellos Oscar Moro y un jovencísimo Pedro Aznar, y el 3 de noviembre del ’78 lo presentaron en Obras. Abucheos, encendedores voladores… ¿Cómo fue posible? ¿Acaso ese LP no contenía Seminare, Eiti-Leda, El mendigo en el andén? ¡Ajá! A veces, lo esencial es inaudible a los oídos. Prontito, Serú sería la banda más popular y Charly “El rey de este lugar”.
Tras el cuarto y último disco de Invisible -vaya grupo-, el Flaco Spinetta editó en 1977 el solista A 18’ del Sol, una clase magistral de rock progresivo y del jazz rock que pronto exploraría a fondo con Spinetta Jade.
Después de que la dictadura le censura 10 de los 12 temas que iba a incluir en su álbum El Fantasma de Canterville (1976), León Gieco sacó el denominado 4º LP, el que lo catapultaría a la fama mundial gracias a la canción que él no pensaba incluir en el disco, Sólo le pido a Dios.
Pappo’s Blues editaba Pappo’s Blues Volumen VII que incluía El hombre suburbano. Miguel Abuelo seguía en España, los Virus aún estaban repartidos entre Marabunta y Las Violetas, dos bandas amateurs platenses, Los Twist todavía no jugaban hulla hulla.
Pero la resistencia a través del arte, de la música, del rock argento, estaba en el ADN de muchísimos jóvenes músicos que habían crecido escuchando a Almendra y Sui Generis, a Los Gatos, Manal y Vox Dei, a Yes, Genesis y Pink Floyd, a Pescado Rabioso y La máquina de hacer pájaros, y, en este caso, tango, Villa Crespo y después.
En aquel 1978 nació Canturbe, “algo así como el canto urbano”, cuenta el guitarrista, compositor y cantante villacrespense hasta el alma, Jorge Garacotche.
“Por ese entonces yo era un pibe que estudiaba en la Escuela de Jazz del gran Walter Malosetti. Salía de aquellas clases sumergido en una inmensa emoción por los conocimientos recibidos, pero, al término de dos o tres cuadras, comenzaba a preguntarme para qué servía saber todo eso en un país disciplinado por monstruos. No había futuro para los que se formaban dentro del arte. En esos días participaba de un grupo que intentaba fusionar el rock argentino con aires tangueros, producto de venir escuchando a Invisible, Alas, el propio García, Litto Nebbia, Rodolfo Mederos y otros”, recuerda Jorge sobre los primeros pasos de Canturbe.
La cuestión es que un “aliado” que trabajaba en la mítica revista Pelo le dio el teléfono y la dirección de Charly García. Y fue. Y golpeó la puerta. Y salió Charly… Principio de una aventura maravillosa llamada El vuelo de los olvidados, primer álbum de la banda que contó con la participación de Charly. Pero los detalles de ese encuentro mágico los cuenta con lujo de detalles -imperdibles- el propio violero en la nota Charly, cada día canta mejor.
“Andrés Alcaraz, jefe de redacción de la revista Pelo, me dijo que por el tema de las canciones nuestras, su temática, la musicalidad reinante, nos vendría como anillo al dedo la participación de Charly García. Lo miré como si me propusiera grabar en Abbey Road, con esa misma fe. Pero insistió asegurando que Charly era más accesible de lo que parecía” (Jorge Garacotche, sobre la participación de Charly en el primer LP de Canturbe)
El álbum debut de Canturbe “se edita en octubre de 1980, ahí empieza el asunto”, apunta el guitarrista. Luego llegarían cuatro elepés más, donde participaron, entre otros, Litto Nebbia, Rubén Rada y María José Cantilo, la hermana de Miguel.
“Canturbe se separa en 1993. Entonces yo armé un grupo que se llamó La Caja y que grabó tres discos”, señala Jorge, para explicar que “tenía un estilo más pop rock, aunque el último álbum fue muy parecido a Canturbe, bastante urbano, incluso hicimos una versión de Yuyo verde, el tango”, rememora el músico.
Un dato histórico: Canturbe fue el primer grupo de rock argentino en grabar un tango, “Soledad”, de Gardel y Le Pera, en su disco Bonpland (BMG – 1983), segundo de la banda y que contó con la participación de Norberto Minichilo, José Ogivieki y el ya citado Rubén “Negro” Rada.
2004, más allá de las fronteras
2004 fue un año bisagra para la banda. “Se reeditó el primer disco de Canturbe en CD y se conoció en un montón de países. Ahí caímos en la cuenta de la importancia del rock argentino en el exterior”, dice Garacotche, para añadir que “entonces desde la discográfica, Viajero Inmóvil, me dijeron que si volvía el proyecto Canturbe ellos nos publicaban”.
Y así regresó “el canto urbano” en 2009 con el trabajo Sociedad secreta de melancólicos, para el que contaron con los aportes de Liliana Vitale y Guille Cides.
Trucos (Canturbe – Los Lanzallamas, 2023)
El 10
Octubre de 2023. A 43 años exactos del primer disco, Canturbe publicó el décimo álbum del grupo, Los Lanzallamas, editado por el sello de rock progresivo Viajero Inmóvil, el mismo que los impulsó a volver al ruedo allá por 2009.
“Aquí la banda renueva su costado progresivo, cierta impronta sinfónica, pero siempre fusionado con esos aires tangueros que han hecho de Canturbe un grupo tan particular”, explican.
Como se apuntó, desde aquel 2004 sus discos llegan a muchísimos países en todo el mundo, y se los define como “una muestra cabal de la actual música argentina. Sumado a una lírica delicada, con un pie en el rock nacional y otra en el tango clásico”.
“Lanzallamas es el trabajo de Canturbe más comprometido con la fusión con la música argentina. La mayoría de las canciones pertenecen al guitarrista y cantante Jorge Garacotche. El tecladista Gabriel Herrera tiene un papel preponderante en los últimos álbumes y también es uno de los compositores. En este disco el grupo versiona un tema de Borges y Piazzolla, Jacinto Chiclana”.
Nuestra luz -nueva versión- (Canturbe, Los Lanzallamas – 2023)
La producción artística es de Garacotche y el técnico de grabación, Gabriel Herrera. Completan la banda Diego Souto en stick y Vito Pugliese en la batería.
También participan como invitados Malena Garacotche en voz; Jorge González en batería; Jorge Jeselsohn en contrabajo; Matías Lezana en bajo, y Fede Kersen en bandoneón.
Discografía completa de Canturbe
-El vuelo de los olvidados (Polygram 1980), músico invitado Charly García
-Bonpland (BMG 1983), con la participación de Norberto Minichilo, José Ogivieki y Rubén Rada
-Clandestino (Yeite 1986), invitados Ernesto Snajer y Kike Gentile
-Del mágico mundo (Yeite 1989), invitado Eduardo Lalanne
-En venta (Che Discos 1991), participaron Litto Nebbia y María José Cantilo
-Al Flaco, dale gracias (FM de Rock 2008), disco homenaje a Luis A. Spinetta
-Guardado en la memoria (FM de Rock 2009), disco homenaje a León Gieco
-Sociedad secreta de melancólicos (Viajero Inmóvil 2009), con Liliana Herrero y Guille Cides
-Sinfonía para catedrales (FM de Rock 2011), homenaje a Litto Nebbia
-Tangos en espera (Viajero Inmóvil 2011), invitados Walter Malosetti y José Ogivieki
-Reversionismo Histórico (Trivium 2012). Compilado de Canturbe
-Flotteur (Viajero Inmóvil 2018), invitados Diego Souto, Jorge Senno y Eva Fiori
-Los Lanzallamas (Viajero Inmóvil 2023), invitados Jorge González y Fede Kersner
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