Los preentamos en el blog cabezón hace ya bastante tiempo. Ahora copiamos una noa sobre el trío platense con su nuevo disco, más cerca de la velocidad y la psicodelia que del stoner. El trío no corre ni se queda quieto: sólo busca su propio tiempo y su viaje. No se detiene, sólo fluye de otro modo. Climas densos e introspectivos, acordes sólidos y extasiados. Como cuando a mediados de 2011 eran un cuarteto más orientado al progresivo, la canción y las composiciones eran complejas. Habían sido años de rotar de la mano de un demo casero y buenas presentaciones en vivo. Y surgieron las ganas de estar más cerca de Pescado Rabio o Pappo que de Serú. Eso implicó un cambio de formación: el tecladista y compositor Juan Oliverio decidió irse por razones artísticas. Pero también una reformulación. La puerta que se cerró abrió otra. Picaporters: las Puertas de la Percepción Por Ramiro García Morete “Fluye el río lleno de colores, rumbo hacia la libertad”, cantarían unos años más tarde. Serí...