El veterano quinteto de la escena underground alemana continúa reinventándose en cada nueva entrega desde la publicación de su primer álbum en 2.007, lo cual es algo a agradecer. Cuando en un álbum encontramos vibraciones tan distintas como el kraut, el swamp-rock, el rock clásico, la psicodelia, el rock progresivo, el funky, el stoner, el jazz o los ecos west-coast, podemos pensar que Coogans Bluff han querido abarcar mucho, pero si te sumerges en "Metronopolis" comprobarás que aquí todo fluye con la naturalidad que solo unos genios podrían crear este variado arco iris. Todo un cuadro multicolor de estilos creados con esmero para que nada resulte aburrido. Una trama sonora que nos traslada sin que nos demos cuenta a diferentes estados de ánimo con momentos en los que la voz de Captain Beefheart aparece desde pantanosos espacios u otros en los que vemos reflejados a los Genesis más creativos, y hasta los ecos del sonido Canterbury tienen un espacio en este maravilloso...