Y ahora el otro álbum de Tempus Fugit que nos faltaba, lanzado después de casi 10 años de la que había sido su última producción de estudio. Y es que después de casi 8 años de preparación, finalmente sacaron a la luz este disco, el tercer álbum de estudio de la banda brasilera, que demuestra la maduración musical que ha tenido la banda desde sus 2 primeros álbumes, por lo que este es mi favorito de la banda, desplegando 50 minutos de rock sinfónico cálido y melódico poblada de excelentes solos de guitarra y teclado, embutidas en grandes composiciones, esta vez con buenas voces (las voces se ven favorecidas por la incorporación de una vocalista femenina), con melodías elaboradas, voces tranquilas y grandes y emocionales solos, que siguen una muy buena sección rítmica. Los amantes de los primeros Camel estarán encantados de escuchar esta suave música llena de teclados y fina guitarra. Y lamentablemente este fue su último álbum, al menos hasta ahora, ya que su espacio en Facebook anuncia...