El sonido de gran masa moviéndose, pero entretejido en un laberinto que hace eco en el sonido carmesí, complejo y cuidadosamente calculado. Estos nipones aparecen dos años después de editar su álbum debut, trabajo que presentamos en el blog cabezón y que aún me sigue deleitando y sorprendiendo, llega el segundo LP de estos geniales nipones. Su sonido tiende cada vez más a ser un rompecabezas, con elementos del Canterbury inundando casi todas las canciones, canciones con muchos elementos de jazz alocado y potente llevado adelante por saxos dementes y asesinos que recuerdan a muchos proyectos franceses que utilizan esos elementos, complejos circuitos con referencias crimsonianas, aires góticos y lúgubres, muchísima potencia pero desplegada con momentos de sensibilidad cristalina y una voz femenina que canta en japones con un patetismo sorprendente (y que cada vez brilla más), todo ello en seis canciones de un valor musical superlativo que no solo hace que superen la calidad alcanzada...