Más allá de la retórica sobre una "nueva guerra fría" o de una simple rivalidad por la supremacía tecnológica, existe la primera confrontación sistémica de la era moderna entre dos paradigmas radicalmente opuestos de planificación y administración económica a escala imperial. Es un conflicto filosófico sobre cómo se organiza, dirige y proyecta el poder económico de una civilización. Por un lado, China ha perfeccionado, a través de siete décadas de planes quinquenales, un modelo de administración industrial coherente, dirigido centralmente por el Estado, que opera con la lógica de un gran ingeniero social. Por el otro, Estados Unidos, habiendo vendido al mundo durante medio siglo la mitología del libre mercado y la descentralización, hoy responde a este desafío con un modelo espasmódico de estímulos, subsidios masivos y rescates corporativos, un sistema que en realidad funciona como un complejo mecanismo para garantizar la rentabilidad privada de sus gigantes tecnológicos y co...