Avant-garde metal muy agresivo, violento y técnicamente impecable, liderados por saxos, violines y pianos sumados a los instrumentos de rock, todos dementes y virulentos, insertados en una banda que crea una verdadera arquitectura hostil pero en base a su sonido. Desde Escocia forjó un trabajo denso, una combinación de metal extremo con influencias de vanguardia, su estilo irradia una cruda ira que podría ser muy punk pero con una experimentación de alto vuelo, caótica y furiosa que dan como resultado un paisaje sonoro denso, una atmósfera desesperada y opresiva que prima sobre las complejidades estructurales y compositivas bastante jazzeras en su transfondo y bestialmente rockeras en su capa más superficial, creando una sensación de furia real, con líricas abiertamente políticas y críticas con el capitalismo que subraya la abrasividad de la música. Un disco incómodo, que vas a amar u odiar sin términos medios, pero lleno de vitalidad y frescura pero que quema en los oídos como...