Con un bajo atómico y muy funk como protagonista principal y como apellido "van der Graaf", este músico holandés (Joost W. van der Graaf) y su proyecto Choreomanic, salido de las entrañas del más rebuscado metal pero con un eclecticismo sin pruritos que le permite mezclarse entre muchos estilos, se lanza a crear un enfoque diferente y trepidante del funk mezclado con el metal prog, acompañado de trombones, saxos, trompetas, batería y teclado. Y para los que nos gustan los proyectos atrevidos, insolentes, desbordantes de vida y dinamismo, esto es jamón del medio. Y si te gusta la diversidad, lo que no tiene definiciones claras porque está contaminado, y si encima te gusta seguir un bajo vertiginoso llevando la batuta, si tenés ganas de saltar y bailar con ritmos desbordantes y alocados, esto es para vos de cabeza. Experimental, juguetón y lúdico, he aquí un álbum para aquellos que disfrutan del rock progresivo más abierto, expresivo y de naturaleza experimental. Un disqui