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La Mesa Beatle: Y tu pájaro puede cantar

Buen día, acá la barra Beatles está a pleno porque voy a traer un tema del cuarteto de Liverpool, y de los más grosos. Lo hago con una canción que escuché por primera vez a mediados de 1968, ya tenía un par de años, me pareció lo más moderno que había escuchado en mi vida, lo más loco es que todavía lo sigo pensando. Es extraordinario por donde lo miren.


Por Jorge Garacotche

Está cantando dando cátedra de cómo se canta rock, con algo de desgano conceptual, cierto bajón de anfeta, quizá. Siempre tuve la sensación de que en ningún momento el tipo demuestra estar solo pensando en agradar, no cae en esos guiños falsos que suelen ser utilizados, sobre todo utilizados por los cantantes de los 50’s. Quizá lo más llamativo son las partes de guitarra, dos violas geniales riffeando casi todo el tema, sosteniendo la parte cantada y soleando para la posteridad. El gran violero y docente Jorge Senno coincide conmigo, pensamos que acá toca un solo guitarrista y que se grabó dos veces, teorizamos. Para mí los dos pulsan exactamente igual, sincronizan a la perfección en las notas estiradas, el mismo ataque, el mismo clima en tiempos exactos.

Sabemos que Lennon no fue, lo reconoció; Paul dice que no se acuerda si fue él. Algunos libros refieren que tocó McCartney, pero los libros erraron muchas veces en sus créditos. Sospecho que George grabó las dos guitarras, para mí es notorio el estilo del que ejecuta, sobre todo al escuchar con atención el fraseo, se nota la onda Harrison, pero bueno, acá tendremos una polémica. El trabajo guitarrístico es una verdadera genialidad del violero que, a muchos y muchas, nos llevó a tocar la guitarra, el que nos marcó el camino.

Del excelente libro “The Beatles Guitar Techniques”, de Jesse Gress (1993), extraigo un párrafo donde este notable docente explica algunas de las cosas que escuchamos: “Los primeros 4 compases también sirven como introducción. Derivado de la tonalidad de Mi, el compás comienza con armonías diatónicas de 3ª antes de pasar a armonías que se ensanchan gradualmente y que recuerdan a un canto de zorro horm inglés. Esto ocurre en el tiempo «3» de la media, donde las armonías pasan de una 3ª a una 4ª, luego de una 6ª a una 5ª. Las armonías se mezclan 2 compases y pasan a los 4 compases finales, que cuentan con armonías diatónicas de 6ª».

En la introducción a estos análisis pone en duda, también, quién es la otra guitarra: “Es difícil precisar quién tocó en este caso. George ha recordado a la prensa que recuerda haber tocado una pequeña línea bastante complicada que pasa por el octavo medio con John o Paul. Todo esto se escucha dos veces en la canción”.

Recomiendo fervorosamente escuchar la nueva mezcla de “Revolver” de 2022, allí hay un enorme avance tecnológico en pos de aclarar, en algunos casos, o de confirmar, en otros, lo bien que sonaban estos tipos. Las guitarras suenan para romperle la robusta cabeza al propio Polifemo. Como siempre que los discos de Los Beatles son remasterizados hay uno que saca más rédito que todos: Ringo. Es impresionante el sonido del tacho, el trabajo en hi-hat, el bombo tan contundente, y ni hablar de la creatividad constante de este enorme batero, uno de los chabones más originales que vi sobre los parches.

En la intro las guitarras no piden permiso y salen a matar, filosas, agretas. El bajo Rickenbacker 4001 transforma cada nota en un mazazo. El pulso a 132 es un bondi que arranca y no se detiene más, al tema le sienta de maravilla porque le da más peso, sobre todo en la segunda guitarra (John) que es un cuchillo montado sobre un reloj.

Leí en algunos reportajes que Lennon renegaba de este tema, cuyo título original era “You don´t get me”, lo acusaba de ser un horror dado la letra. Declaró Paul: ‘And your bird can sing’ era una canción de John. Sospecho que yo le ayudé con los versos porque las canciones eran casi siempre escritas sin un segundo y tercer verso. Me parece recordar que yo trabajé en la parte media de la canción con él, 80 contra 20 a que fue un trabajo total de John.

Radio pasillo dice que la letra refiere a la rivalidad entre The Beatles y Los Stones. Ambos grupos eran amigos, pero comentan que Lennon siempre vio a los Stones como imitadores.

El término bird en español significa pájaro, pero en el argot británico suele ser utilizado como sinónimo de girlfriend, novia. Un chisme malicioso explica el uso irónico de la palabra bird en la canción al afirmar que es un reproche de John Lennon hacia su amigo Mick Jagger, a quien le gustaba lucirse frente a su novia Marianne Faithfull.

Un dato extraordinario del tema es la hermosa progresión de acordes utilizada en el estribillo: G#m – G#mMaj7/G – G#m7/F# – C#7/F – E – F#m – B. Para los entendidos en armonía les pido que se arrodillen y recen una plegaria porque es extraordinaria. Atención con la línea de bajo de esa parte, belleza pura. A mi gusto es justamente en ese estribillo donde la voz de Lennon dibuja desde el bajón una melodía exquisita que no es sencillo descifrar. Esto sucede, sobre todo, en la repetición luego del brillante solo a dos violas. Quizá sea el tono al borde de lo monotemático, adonde por supuesto no llega; quizá sea un trabajado a desgano, un desolador recuerdo de las anfetas recientes, pero lo que siempre me sorprendió es que así y todo da un tinte rockero que inaugura un modo nuevo de expresar notas agradables. Yo escuché a otros tratar de frasear con una voz horrible, nasal, sin matiz, apuntándole al desgano, pero no les creo, lo hacen porque no pueden ir hacia lo otro, como aquel que se hace pasar por bueno porque todavía no sabe cómo ser malo.

Ahora, después de hablar de desgano, de bajón de anfeta, cómo hago para explicar que en mi adolescencia escuchaba esta canción y remontaba vuelo, perdía noción de realidad careta. Subía atrás de esas violas, esos golpazos en el tacho, los fraseos de un bajo que al final se queda hablando solo porque viene desparramando demasiada energía y quiere seguir contando cosas.

Esta es una de las canciones que me hacía soñar con agarrar tres locos más como yo, armar una banda y salir a vivir, a darle un corte final a la vida que se repetía en aburrimientos, a la secuencia ajena que me llevaba a los mismos lugares para decirme siempre las mismas pelotudeces, a rodearme de gente que hacía de la superficialidad una patria para mediocres. Claro, este tema hablaba en otro idioma, incita a explotar, quizá habla de drogas, quizá busca decir otras cosas en un código que estaba adelantado muchos años, por eso la canción suena a tan moderna.

Muchos años después cuando conocí la música de The Police, una banda extraordinaria, se hablaba de lo moderno, de la vanguardia pop, yo escuchaba esa guitarra rítmica comprimida marcando cada tiempo y recordaba a Los Beatles de 1966 en plenos 80’s.

La gente de otros países se sorprende con el creativo idioma argentino, entre otras cosas porque a veces puteamos a alguien para alabarlo, para rendirle un extraño culto que va más allá de las palabras, esas que no encontramos porque lo que queremos decir es tan  inmenso que el castellano nos queda chico, por eso lo repito una vez más: Los Beatles eran unos hijos de puta.

Jorge Garacotche - Músico, compositor, integrante del grupo Canturbe y Presidente de AMIBA (Asociación Músicas/os Independientes Buenos Aires).




Comentarios

  1. Que grande Los Beatles. Años y años y seguimos leyendo de ellos. Larga vida a John, saludos!

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