Si bien todo el mundo se escandaliza y desgarra las vestiduras ante el show-corrupción, que tiene más tintes políticos de fomento de la anti-política que otra cosa, todos entran en el juego de los poderosos y así cada vez la gente comùn tiene menos posibilidades de cambiar las cosas. Por medio de la política, ya le herá difícil cambiar algo, mientras menos participación del hombre común en los asuntos públicos. más imposible se harà cualquier cambio verdadero en beneficio del pueblo. Imagino también que eso no solamente pasa en el mundo, pero me centraré en nuestro país donde florecen López y Béaz, donde se habla de la corrupción hasta el hartazgo, donde la sangre hierve de indignación ante las noticis de los millonarios bolsos en las bóvedas. Un cimbronazo social fue la noticia de las operaciones ilegales de personajes del gobierno anterior, o ligados a él. Ello produjo declaraciones de todo el espectro público y en la gente misma. En ese torbellino de histeria anticorrupción, se