Una celebración de buena música uruguaya a través de dos de sus multifacéticos exponentes contemporáneos, talentosos pianistas, cantantes y compositores uruguayos. A dos pianos y dos voces, en "Montevideo Ambiguo" proponen un recorrido por canciones y temas instrumentales compuestas por ambos. Mientras estaban embarcados en la gran cantidad de proyectos de cada uno, los dos músicos uruguayos encontraron un tiempo para un concierto compartido, sugerido por sus productores, en el que está registrado el recorrido de la historia de ambos. Otra jugosa expedición del Mago Alberto por la buena música del otro lado del río, que ahora les presenta al público cabezón.
Artista: Hugo Fattoruso & Leo Maslíah
Álbum: Montevideo Ambiguo
Año: 2015
Género: Latino / World / Humor
Nacionalidad: Uruguay
Hoy tuvimos un día a puro dúo. Ahora se trata, ante todo, de dos músicos clásicos y de vanguardia al mismo tiempo. Ahí está, quizá, la ambigüedad del título. Artistas con obras muy reconocibles y distintas entre sí tienen, sin embargo, algunos puntos en común: "la pasión y la entrega a la hora de tocar" según Fattoruso y "la variación rítmica de elementos provenientes de la música popular", según Maslíah. La idea de "debutar" como dúo fue de ciertos productores en común. Ambos ya habían confluido parcialmente a principios de la década del ’90 del siglo pasado, cuando Fattoruso invitó a Maslíah a compartir un tema con él, y con su hermano Osvaldo, en el Teatro Solís de Montevideo. Después hubo otro encuentro, casi casual, en un festival en Chaco.
Aquí, entonces, el Mago Alberto nos trae un registro antológico, y nos lo describe de esta manera:
Mientras Maslíah se formó extensivamente en la academia y concibe tanto la música popular como la "culta" como materiales a ser intervenidos desde el afuera de su peculiar programa estético, el no menos idiosincrásico Fattoruso trabaja desde adentro de los distintos géneros, pero puede incluir en un candombe o en una milonga una construcción de acordes o una disposición melódica que no responden a ninguna otra escuela que a la forjada por su propia imaginación.
Y empieza el disco con los pasajes compartidos de "La papa", el instrumental de Hugo y su hermano Osvaldo, y de ahí no pararon. Le siguió "Milonga De Nagoya" que Hugo Fattoruso compuso junto con Tomohiro en ese proyecto titulado Dos Orientales, mientras que "Corcheas blancas" encontró a ambos músicospartiendo de un mismo motivo de piano, seguida por "Fin De Temporada" de Fattoruso, "Luna Sola" de Maslíah, otra de Fattoruso: "Mi prima Mabel", marcada por el uso de las métricas irregulares, seguida por la jugosa "La Casa Grande", y así se pasan los temas, que son 14 y no vale la pena hablar de ellos sino escucharlos.
Aquí, el espectáculo según la agencia Télam:
Sólo queda esperar que Montevideo ambiguo tenga continuidad, para que así Fattoruso y Maslíah exploten las posibilidades arreglísticas que logran ese plus que convierte un muy buen disco como este en mucho más que la suma de sus partes. Hasta ahora lo tenemos pendiente...
Lista de Temas:
1. La Papa
2. Milonga De Nagoya
3. Corcheas Blancas
4. Fin De Temporada
5. Luna Sola
6. Mi Prima Mabel
7. La Casa Grande
8. Milonga De La Luna
9. Mosaico Ibérico
10. Afro Express
11. Moda Retro
12. Respuestas A Un Joven Poeta
13. Bailongo
14. Biromes Y Servilletas
Alineación:
- Hugo Fattoruso / Teclados y voz
- Leo Masliah / Teclados y voz
Artista: Hugo Fattoruso & Leo Maslíah
Álbum: Montevideo Ambiguo
Año: 2015
Género: Latino / World / Humor
Nacionalidad: Uruguay
Hoy tuvimos un día a puro dúo. Ahora se trata, ante todo, de dos músicos clásicos y de vanguardia al mismo tiempo. Ahí está, quizá, la ambigüedad del título. Artistas con obras muy reconocibles y distintas entre sí tienen, sin embargo, algunos puntos en común: "la pasión y la entrega a la hora de tocar" según Fattoruso y "la variación rítmica de elementos provenientes de la música popular", según Maslíah. La idea de "debutar" como dúo fue de ciertos productores en común. Ambos ya habían confluido parcialmente a principios de la década del ’90 del siglo pasado, cuando Fattoruso invitó a Maslíah a compartir un tema con él, y con su hermano Osvaldo, en el Teatro Solís de Montevideo. Después hubo otro encuentro, casi casual, en un festival en Chaco.
Aquí, entonces, el Mago Alberto nos trae un registro antológico, y nos lo describe de esta manera:
Y ya que vino un aire rioplatense con Leo Masliah, vamos a agregarle un poco más de ritmo y pasión, trayendo este trabajo en vivo de dos genios de todas las épocas, Hugo Fattoruso y Leo Masliah, nada más y nada menos que en vivo.Mago Alberto
Que bueno poder acercarnos a este viaje sonoro, indescriptible, un concierto que los encuentra a los yorugas en un momento de extrema madurez musical y con cientos de horas de vuelo cada uno, dos músicos con tanto desarrollo musical que a medida que pasan los años parecen no tener techo, aparte ¿porqué esperar un techo? cuando estos seres de luz tienen estricta conexión con el cielo, con lo más sublime de Dios, y hacia alla van cargando en sus espaldas una mochila gigantesca de corcheas y semicorcheas, pentagramas arrugados, atriles desechos, suelas gastadas de escenario. Si, cabezonas/es, estos tipos son tan inmensos que no caben en ningún lugar, aún no se a fabricado ni un recinto, ni una habitación, ni una sala de ensayo, ni un escenario para contenerlos.
Este concierto los encuentra entreverados de ritmos ciudadanos, de nostalgia candombera, de sutilezas jazzisticas, y de puro sentimiento, una ola enorme de música te sacude desde La Papa hasta en Himno montevideano por excelencia que es Biromes y Servilletas, quizás una de las mejores versiones que van a escuchar.
Quien esté curtido de Chic Corea, de Mays, de Hancock, de Jarret, va a saber degustar esto de manera suprema. El resto que aún no se anima les recomiendo escuchar el Himno antes mencionado y después me cuentan.
Una vuelta por la casa de nuestros primos nunca viene mal, al fin y al cabo lo primero es la familia (esto lo escuche en alguna parte). Suban sin temor, el avión esta piloteado por Fattoruso y Masliah, ¡viaje asegurado!.
Mientras Maslíah se formó extensivamente en la academia y concibe tanto la música popular como la "culta" como materiales a ser intervenidos desde el afuera de su peculiar programa estético, el no menos idiosincrásico Fattoruso trabaja desde adentro de los distintos géneros, pero puede incluir en un candombe o en una milonga una construcción de acordes o una disposición melódica que no responden a ninguna otra escuela que a la forjada por su propia imaginación.
"Compartir un escenario con Hugo Fattoruso es un inmenso placer, pero más que nada es un error de producción, yo ya les dije a los productores que a Hugo prefiero escucharlo desde la platea y no estar ahí molestando con otro piano que sobra. Pero insistieron y no quise que se malinterpretara mi negativa como un desaire."Leo Maslíah
Y empieza el disco con los pasajes compartidos de "La papa", el instrumental de Hugo y su hermano Osvaldo, y de ahí no pararon. Le siguió "Milonga De Nagoya" que Hugo Fattoruso compuso junto con Tomohiro en ese proyecto titulado Dos Orientales, mientras que "Corcheas blancas" encontró a ambos músicospartiendo de un mismo motivo de piano, seguida por "Fin De Temporada" de Fattoruso, "Luna Sola" de Maslíah, otra de Fattoruso: "Mi prima Mabel", marcada por el uso de las métricas irregulares, seguida por la jugosa "La Casa Grande", y así se pasan los temas, que son 14 y no vale la pena hablar de ellos sino escucharlos.
Aquí, el espectáculo según la agencia Télam:
Los músicos uruguayos Leo Maslíah y Hugo Fattoruso, sobresalientes compositores a nivel internacional, presentaron anoche en el Teatro Sha de Buenos Aires, un recital donde conjugaron la versatilidad de dos pianos, juego de voces, cruces estilísticos y una buena dosis de humor. Comenzó con una bella milonga de Fattorusso arreglada por el autor de “Corriente alterna”.
Y siguió con la primera humorada de la noche, una versión del tango “Uno”, de Mariano Mores, con las frases musicales estiradas, titulado “Uno coma cinco”, donde Maslíah demostró su capacidad para desarmar una melodía y Fattoruso se lució con el acordeón.
Después, Fattoruso, cálido y cordial, se retiró del escenario para dejarlo a Maslíah, siempre inmutable, quien ofreció parte de su enorme repertorio musical, cruzado por la formación académica, la tradición popular y el humor absurdo.
Así fueron apareciendo temas como “Respuestas a un joven poeta”, una milonga donde un editor le contesta duramente a un aficionado a la poesía; “Zamba del desfasado”, una bella canción con los verbos mal conjugados; y “Película ciega”, una impresionante pieza clásica que el autor definió como el reverso del cine mudo.
Luego llegó “Argumentos tendientes a una fundamentación de por qué te amo”, una extraordinaria canción de Maslíah, donde apareció por primera vez la guitarra, mientras que Fattoruso agregó las texturas y matices con el piano eléctrico.
Después, Fattoruso se sentó al piano de cola para interpretar algunas de sus creaciones, muchas de ellas marcadas por el uso de las métricas irregulares, como la pieza “Mi prima Mabel”, donde se percibe un impecable equilibrio de formas tradicionales y de irrupciones estéticas.
Hacia el final, el ex integrante de Los Shakers y del Opa Trío, deslumbró con una versión de “Tierra virgen”, compuesta por Carlos Morales y Eduardo Méndez, y, para terminar, se impuso con una explosiva versión de “La Papa”, tema creado junto a su hermano Osvaldo, donde, a dos pianos, se podía percibir una secuencia similar a las de Steve Reich.
Los compositores, referentes indiscutibles de la música rioplatense, se despidieron ante los prolongados aplausos del público y regresaron para hacer como bis una bella canción de Maslíah, “Biromes y Servilletas”, donde el autor tocó el piano eléctrico y Fattoruso le puso voz.
Sólo queda esperar que Montevideo ambiguo tenga continuidad, para que así Fattoruso y Maslíah exploten las posibilidades arreglísticas que logran ese plus que convierte un muy buen disco como este en mucho más que la suma de sus partes. Hasta ahora lo tenemos pendiente...
"La idea de juntarnos en un escenario es de nuestro amigo y productor Javier Celoria", explica Fattoruso, pilar fundamental de la música uruguaya desde los años 60, cuando irrumpió en la escena rockera liderando a Los Shakers, junto a su hermano Osvaldo. El nombre del show, Montevideo ambiguo, fue idea de Maslíah: "Tiene que ver con el hecho de que los dos somos montevideanos, pero que ello repercute en nuestras músicas de manera diferente, entonces es como dos sentidos musicales diferentes de Montevideo combinados."Humphrey Inzillo
¿Sienten que comparten un lenguaje musical?
Fattoruso: Se me hace difícil opinar al respecto. Leo es un músico muy preparado y su alcance es infinitamente mayor al mío...
Maslíah: Creo que más allá de las diferencias cualitativas, ya que Hugo es un músico de gran importancia a nivel mundial, hay una zona compositiva común, quizá en la investigación o práctica de músicas que vienen de lo popular pero se desarrollan en métricas o compases diferentes de los habituales en esos géneros de donde estas músicas proceden.
Leo, ¿cuál es tu primer recuerdo musical ligado a Hugo?
Masliah: Los Shakers. Cuando yo tenía 12 ó 13 años iba a una heladería que quedaba cerca de mi casa, donde había una rocola, y ponía canciones de Los Shakers. Cuando escuché a Opa ni siquiera sabía que los mismos tipos que tocaban ahí (Hugo y Osvaldo) eran los que integraban Los Shakers.
¿Y qué es lo que más te impacta de Hugo?
Maslíah: Como intérprete me impacta en muchos planos porque tiene varias facetas. Es uno de los mejores pianistas de música popular y de jazz del mundo y aparte de tocar muy bien varios otros instrumentos, es uno de los cantantes más expresivos que haya escuchado nunca. Como compositor me impacta su inventiva constante y siempre renovada a lo largo de décadas, que puede sintetizar con igual eficacia una fórmula melódico-rítmica sencilla y pegadiza pero de gran profundidad (como la canción del mundial pasado, que aparece firmada por Airto Moreira pero es de Hugo) o una avalancha de notas que reúna en pocos minutos ochenta años de ciencia jazzística.
En un rasgo muy montevideano, Maslíah es una especie de hombre del renacimiento: escritor, autor de canciones, obras de música contemporánea, ópera, tremendo pianista. ¿Qué es lo que vos admirás más de él?
Fattoruso: Su genialidad , su musicalidad , su imaginación , cómo toca el piano (¡lo descose!), su histrionismo y su corazón...
Cuando Leo irrumpe en la escena montevideana a fines de los 70, como alumno del taller de Coriún y Graciela, vos no vivías en el Uruguay. ¿Cuándo fue que lo conociste? ¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de él?
Fattoruso: "Agua podrida", se la escuché en un recital que estaba dando en la parte de atrás del Velódromo, en los 80. Me pareció genial y liego de ese encuentro salí corriendo a buscar sus discos.
¿Tuviste algo que ver en la versión que Milton Nascimento grabó de "Biromes y servilletas"?
En esa época yo estaba trabajando con Milton, pero solamente organicé al quinteto que hizo esa grabación. Milton tomó esa idea de la cantante brasileña Clara Sandroni. En ese entonces, ella vivía en Montevideo y grabó esa brutal balada-canción a ese paso. Milton quedó cautivado y decidió grabar su propia versión.
Lista de Temas:
1. La Papa
2. Milonga De Nagoya
3. Corcheas Blancas
4. Fin De Temporada
5. Luna Sola
6. Mi Prima Mabel
7. La Casa Grande
8. Milonga De La Luna
9. Mosaico Ibérico
10. Afro Express
11. Moda Retro
12. Respuestas A Un Joven Poeta
13. Bailongo
14. Biromes Y Servilletas
Alineación:
- Hugo Fattoruso / Teclados y voz
- Leo Masliah / Teclados y voz
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