Para John Berger, "las tiranías no solo son crueles por sí mismas, sino que, además, ejemplifican la crueldad y, por consiguiente, fomentan la capacidad para serlo y la indiferencia frente a ella entre los tiranizados". Estamos frente a una avanzada masiva sobre nuestras vidas. Hacia donde miremos vemos catástrofe. Despidos, comedores sin comida, cierre de programas que garantizaban derechos, desfinanciamiento de las universidades públicas, desregulación de las tarifas, represión de la protesta, el endeudamiento como mecanismo de reducción de la posibilidad de vivir y una larga lista que se actualiza día tras día. Frente a esto, se suceden expresiones que intentan revalorizar las vidas dañadas: "Nuestro trabajo era importante", "no todos somos ñoquis" o ―peor aún― "yo no era ñoqui", "lxs docentes no adoctrinamos", "perdimos compañerxs que hacían". Tenemos que producir valor a partir de la desgracia. Vivir se convirtió en
Ojo que esto pareciera algo típico del rock progresivo italiano pero en realidad seguimos con nuestra saga de lo mejor (y desconocido) del rock brasilero, y con un título de disco realmente larguísimo y por suerte cantando en portugués. Difícil de describir este trabajo si no es bajo el signo del eclecticismo: toma elementos del jazz, del blues, del rock, del intimismo brasileño-portugués o se pasa al doble bombo metalero. Tiene espacio tanto para los pasajes oscuros como para los cálidos, para los intimistas, para los furibundos o incluso para el teatro. Buenas voces, mucho andamiaje de instrumentos y todo ello redunda en buenos frutos. Y de esta manera la escuela latinoamericana revela otro gigante del progresivo con sus melodías preciosas y un sonido que definen su profundidad que abarca múltiples ideas y todas ellas definidas de manera exquisita. Ojo que esto está muy muy recomendado! Una joyita extraviada y que pocos tienen el gusto de conocer, ahora para que disfruten a rabiar...