Javier Martínez nació en Berazategui el 18 de marzo de 1946. Junto con Litto Nebbia + el resto de Los Gatos, Luis Alberto Spinetta + el resto de Almendra, Moris, Tanguito, Pappo, Ricardo Soulé, Willy Quiroga, Claudio Gabis y Alejandro Medina (sus colegas en Manal) y muchos otros, el baterista, compositor y cantante fue uno de los fundadores del rock argentino, que, tras años de persecución y censura por parte del “partido militar”, se convirtió en uno de los movimientos socioculturales más ricos e influyentes de Hispanoamérica.
Por Carlos Altavista
Manal, pionero del blues en castellano
Antes de conocer a Claudio Gabis, Javier Martínez y Alejandro Medina tuvieron experiencias en distintas bandas donde “militaron” junto a músicos que con el tiempo también imprimieron sus nombres en el libro de “los pioneros del rock argentino”.
Martínez fue el baterista de Los Beatniks, grupo integrado, entre otros, por Moris y Pajarito Zaguri. En tanto que Medina era el bajista de The Seasons, donde cantaba Carlos Mellino, futuro líder de Alma y Vida, banda que dejó clásicos como Del gemido de un gorrión, Don Quijote de barba y gabán, Hoy te queremos cantar, entre otros.
Una “experiencia artística” y una fiesta privada.
Los primeros en conocerse fueron Javier Martínez y Claudio Gabis. Ya disuelto The Beatniks, el chico de Berazategui tocaba la batería en El Grupo de Gastón, mientras que Gabis era el guitarrista de una banda de rock psicodélico llamada Bubblin Awe (algo así como Asombro burbujeante).
Un lugar de encuentro, aunque no el principal, de algunos de los jóvenes músicos que estaban inventando el rock nacional -sin saberlo, claro está-, era el Instituto Di Tella. Allí se cruzaban las más diversas disciplinas artísticas, casi siempre en un contexto de “experimentación”.
A mediados de 1967, se llevó a cabo un evento multidisciplinario del cual, entre otros, tomaron parte La Banda de Gastón y Bubblin Awe. Gabis lo recordó contando que ambos grupos estaban separados por un escenario ubicado en el centro del salón, y que mientras ensayaban él “se metió” en el tema que estaba tocando la banda de Javier Martínez, aportando un riff bien blusero: la unión quedó sellada ese mismo día.
Luego, en una fiesta privada, Gabis y su Bubblin Awe se toparon con The Seasons, el grupo que integraba Alejandro Medina. “Yo le conté a Javier (Martínez) que había conocido a un bajista espectacular, y el encuentro entre los tres fue en La Cueva (de Pueyrredón, cuna del rock nacional). Allí nació Ricota, que luego fue Manal”, dijo quien está considerado uno de los mejores violeros de la historia del rock argento.
El poderoso trío ya era una realidad. Comenzaron a componer, ensayar y tocar, siempre frecuentando los sitios donde se dio a luz al rock argentino, es decir, La Cueva, Plaza Francia y la confitería La Perla del Once.
El poderoso trío ya era una realidad. Comenzaron a componer, ensayar y tocar, siempre frecuentando los sitios donde se dio a luz al rock argentino, es decir, La Cueva, Plaza Francia y la confitería La Perla del Once.
Javier Martínez y Tanguito
Javier Martínez fue uno de los mejores amigos de Tango en aquellos primeros años de creación sin límites, sueños y bohemia. El baterista de Berazategui admitió una vez que cuando él tenía aún sus canciones “inconclusas”, los que detentaban el mayor repertorio de temas propios en castellano eran Litto Nebbia, Moris y Tanguito.
En 1970, año en que Manal sacó su primer álbum, ese que convirtió a la banda en pionera mundial del blues en castellano, la discográfica Mandioca le ofreció a Tanguito grabar su primer disco. Dijo que sí. Se reservaron numerosas fechas en los estudios TNT. También tuvo la posibilidad de elegir a los músicos que lo acompañarían: su amigo Javier Martínez, el guitarrista Claudio Gabis y el bajista Alejandro Medina, es decir, Manal.
El primer día pautado para empezar a grabar, Tango no apareció. Tampoco el siguiente. Y el tercer día, pasada la hora, Gabis y Medina, con razón, dijeron “buenas noches Bariloche”. Se quedó esperándolo su amigo Javier Martínez.
Javier Martínez fue uno de los mejores amigos de Tango en aquellos primeros años de creación sin límites, sueños y bohemia. El baterista de Berazategui admitió una vez que cuando él tenía aún sus canciones “inconclusas”, los que detentaban el mayor repertorio de temas propios en castellano eran Litto Nebbia, Moris y Tanguito.
En 1970, año en que Manal sacó su primer álbum, ese que convirtió a la banda en pionera mundial del blues en castellano, la discográfica Mandioca le ofreció a Tanguito grabar su primer disco. Dijo que sí. Se reservaron numerosas fechas en los estudios TNT. También tuvo la posibilidad de elegir a los músicos que lo acompañarían: su amigo Javier Martínez, el guitarrista Claudio Gabis y el bajista Alejandro Medina, es decir, Manal.
El primer día pautado para empezar a grabar, Tango no apareció. Tampoco el siguiente. Y el tercer día, pasada la hora, Gabis y Medina, con razón, dijeron “buenas noches Bariloche”. Se quedó esperándolo su amigo Javier Martínez.
Ese fue el día que se grabaron, de manera totalmente informal, varias canciones de Tanguito, acompañado solamente por su guitarra. Detrás se escucha la voz de Javier Martínez, diálogos entre ellos y risas. Con el tiempo, tras la muerte del poeta, el material se convirtió en una pepita de oro y fue publicado con sonido mejorado con el nombre Tango, única grabación que realizó en vida.
Si alguien tiene ''Manal obras cumbres '' y lo puede subir estaría buenísimo. Ahí está todo el primer Manal
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