Artista: Quantum Fantay
Álbum: Tessellation of Euclidean Space
Año: 2017
Género: Rock psicodélico/espacial
Duración: 46:04
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Bélgica
A partir de su canción inicial "Tessellate", el álbum arranca con sonidos ancestrales que se van mezclando con arreglos típicos del rock psicodélico de los 70s, haciendo uso del recurso de introducir de a poco los instrumentos, entrando -con una ambientación ya casi construida del todo y en tan poco tiempo- la flauta y luego los teclados con riffs y más arreglos para autentificarlo como verdadero rock espacial. Este tema se sostiene con gran energía, con todos los instrumentos participando por igual en una mixtura de atmósferas y golpes. La flauta, mientras esté bien ejecutada, siempre es muy interesante como elemento dominante en algunas secciones instrumentales psicodélicas, y esta canción no es la excepción. Muchas partes de esta canción recuerdan al primer Alan Parsons, que va desde su debut hasta "The Turn of a Friendly Card", en arbitrios como el sostenimiento de los instrumentos base para darle potencia a secuencias de notas que van y vienen. Tessellate es una canción que se dota de muchos puentes, con un virtuosismo interesante en el ritmo, pues nunca es sofocante pero cambia constantemente. Esos cambios son guiados por el baterista Gino Verhaegen, quien posee una lucidez total, se podría decir. Teniendo en cuenta que es la canción que introduce un disco instrumental, es claro que se reserva en varios aspectos para funcionar como eso: una introducción. En ese sentido, me recuerda mucho a la primera sección de The Whirlwind de Transatlantic, con muchas ideas puestas en escena, pero sin profundizar en ninguna. Para que se entienda esto, voy a ejemplificar poniendo en contraposición a la maravillosa La Villa Strangiato de Rush, donde hay secciones instrumentales muy breves, pero que no dejan nada por decir. Decente introducción por parte de los belgas.
"Manas Kavya" es el segundo track, y me animo a decir que arranca mucho más interesante que el anterior, con un protagonismo total de los teclados que conduce al progresivo electrónico de lleno, con unos sintetizadores vibrantes. Ante tal energía que maneja y sostiene el experimental tecladista Pieter van den Broeck, la flauta queda un poco más opacada y chocante en sus melodías. Y es en esta segunda canción, luego de los 10 minutos de la primera, que el guitarrista Tom Tas tiene sus primeros momentos importantes, con punteos rápidos pero no arriesgados. El tema vuela: la línea veloz que proponen los teclados y la batería dejan muy poco lugar para crear e improvisar, y creo yo que acá es donde se deja en evidencia (no por ello en mala efigie) a los músicos de Quantum: las secuencias de notas más lentas funcionan mejor que las de notas más rápidas. La influencia del grupo británico Ozric Tentacles es clara en los componentes melódicos de caracter exótico de los belgas.
Y si antes habíamos hablado de música ancestral, ahora toma muchísima más fuerza el concepto: "Astral Projection", la tercera canción del álbum y la que cerrará el lado 1, es un embalsamamiento de sonidos -justamente- astrales y existenciales que conviven en un espacio sideral pero drástico y van y vuelven entre una guitarra que sigue sin arriesgar y un teclado de mayor vuelo. El baterista es, casi sin lugar a dudas, lo mejor del grupo en este trabajo; no le queda grande un solo momento y sostiene una cadencia que, con golpes y pulsos un poco más flojos, podría caerse abajo. Claro que uno no puede pretender que esta música funcione como un balancín de tonalidades o impactos, pero ciertos destellos de originalidad no vendrían nada mal, pues si bien acá el virtuosismo no es un problema en general, hay muchos espacios por rellenar y la monotonía es algo que, en varios momentos, está más cerca que lejos.
Y así cierra el primer lado del disco: un experimento astronómico y unidimensional que juega muchísimo con los vaivenes instrumentales, pero que no busca saltos distintivos, sino más bien trazar prolijamente una línea que no tenga pozos teóricos.
El lado 2 comienza con una canción dividida en 4 partes titulada "Skytopia", de inicio divertido y emocionante en su división "(A): Azure", con una percusión llamativa y un Tom Tas que empieza a dibujar lo que no dibujó en el lado 1. Como si Astral Projection hubiese sido tranquila a propósito para impulsar a la fragmentada Skytopia, el grupo apunta a concentrar el grado de máxima elevación en esta suite de atmósfera más gruesa y progresiones más atrapantes.
Pasando al corte "(B): Laputa", se genera tensión de repente y todo se torna un poco más misterioso, con un guitarrista más presente y unos teclados que siguen creciendo. Wouter De Geest mantiene su bajo activo girando en distintos roles; a veces funcionando como guitarra, otras haciendo sombra a la batería y otras brindando líneas efectivas. Llegando al final del tema, hay una sección interesantísima de teclado-batería-bajo que concentra lo que quizás sea la prebenda de dinamismo más grande de todo el álbum, o al menos hasta el momento.
La sección más corta de la suite, "(C), Ignis Fatuus", es aquella que viene a dar una pausa estructural y hasta vigorosa, dejando reposar un poco los escalonamientos para que la flauta vuelva a traer algo de calma junto a las voces de canto egipcio de Nette Willox, quien también se encarga de las pocas secciones con saxo.
Y, una suite que parecería que terminaría sin gradaciones notables, suelta su última sección titulada "(D): Empyrean", que retoma un poco la potencia de las primeras canciones, con el típico armado ya mencionado y sumados unos punteos bien setenteros. De Geest se toca las líneas más acuciosas en estos 6 minutos, dándole un pasar fantástico a la que quizás es la mejor porción de todo el álbum, donde parece que todos se encontraron en el mismo pulso, con un jam multinstrumental espectacular y muy disfrutable. Esta última parte de la suite [sí] es un subeibaja de grooves, un firme motivo para moverse al ritmo de la música. El saxo también tiene sus melodías más llamativas acá, como puede ser el caso de otros instrumentos, aparte de los ya mencionados. Un pico de eficacia fenomenal.
Y así llegamos a la canción de breve duración que cierra el álbum, titulada "Anahata", la cual es, fielmente al carácter introductorio y liviano de Tessellate, un sello espiritual a lo que fue un viaje relajante pero móvil. La segunda puerta de este viaje inmersivo con tintes de varios géneros como el jazz, la música electrónica, el rock sinfónico y más.
La discografía de Quantum Fantay parece ser siempre una construcción en proceso, apuntando en cada álbum a dejar ventanas abiertas para poder pensar cada último trabajo no como el último, sino como ulterior, como un ladrillo que posa sobre uno y espera a ser sucedido por otro. Un grupo con aspiraciones muy ambiciosas que, ciertamente, da que hablar y se encuentra entre lo más notable de la escena progresiva belga.
Lista de Temas:
1. Tessellate (9:16)
2. Maras Kavya (5:47)
3. Astral Projection (8:04)
4. Skytopia (a) Azure (4:35)
5. Skytopia (b) Laputa (5:46)
6. Skytopia (c) Ignis Fatuus (2:59)
7. Skytopia (d) Empyrean (5:57)
8. Anahata (3:40)
Alineación:
- Tom Tas / guitar
- Pieter van den Broeck ("Pete Mush") / synthesizers, Fx, composer and producer
- Nette Willox / saxophone, voice
- Jorinde Staal / flute
- Wouter De Geest ("Jaro") / bass
- Gino 'Bartolini' Verhaegen / drums
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