Fue parte de Almendra, Aquelarre y Tantor, entre otras bandas icónicas del rock nacional argentino, y clave en el surgimiento del "rock nacional". Falleció hace una semana a los 75 años, después de estar cinco internado tras haber sufrido un ACV que le provocó un daño irreversible. Unísono, el programa federal de música independiente del Instituto Nacional de la Música (INAMU), transmitió un programa homenaje al gran y querido músico Rodolfo García, fue el pasado sábado 8 por la TV Pública, en una emisión especial que contó con testimonios y videos especiales.
Producido por el Instituto Nacional de la Música (INAMU), Unísono difunde proyectos que producen su música de forma independiente, con la palabra de sus protagonistas, quienes presentan sus obras desde sus hogares al tuyo. Además, videos especiales, homenajes y sorpresas.
Aquí el programa en cuestión:
https://inamuaudiovisual.musica.ar/ver/234-Unsono-Prog-27
Y no fue un adiós cualquiera, porque fue una de las verdaderas leyendas del rock quien nos ha dejado. Rodolfo García no fue un músico más. Fue una de las personas más queridas, admiradas y talentosas que diera la escena musical de Argentina. Su faceta de artista pionero del rock en castellano desde sus inicios con Almendra, allí por finales de los 60s, tuvo una influencia enorme en la historia de nuestra música. Su posterior trabajo con los inolvidables Aquelarre, Tantor, La Barraca, Los Amigo o Jaguar deja sin dudas una obra monumental, indispensable, gran parte de lo mejor que ha dado la música sudamericana.
Además hay que mencionar su enorme tarea cultural desde los 90s, cuando Litto Nebbia lo convoca a formar parte del Centro de Divulgación Musical, para ser nombrado luego Director Nacional de Artes en 2014. Todo esto hizo de su trayectoria una de las más importantes de los últimos 50 años.
Estuvo presente en varias escenas fundacionales del rock argentino. Rodolfo García acompañó la obra de Luis Alberto Spinetta de principio a fin, del iniciático Almendra a Los Amigo, el álbum póstumo del Flaco editado en 2015.
"Hay que huirle a lo remachado, lo inamovible, que además te suena agradable, porque te entró tantas veces al oído que ya lo das por bueno. Lo otro te lleva más tiempo: 'Esto nunca lo escuché'. Trabajar sobre algo que no se ha escuchado antes es difícil. Aprobarlo uno mismo es difícil. Todos nuestros grupos estábamos muy influidos por los Beatles, los Stones, por los Kikns y los Birds. Pero ninguno de nosotros nos parecíamos a ninguno de esos grupos".
Rodolfo García
Sin el empuje y la perseverancia de Rodolfo García jamás hubiese existido Aquelarre. No solo le puso el nombre al grupo, alcanzó junto a Emilio Del Guercio, su ex compañero de Almendra, Héctor Starc y Hugo González Neira el punto más alto del llamado rock progresivo argentino. Una obra de cuatro discos en donde la impronta basada en complejas estructuras.
Además de su incansable labor musical, Rodo García militó activamente en el peronismo desde los tiempos de Almendra y hasta llegó a ocupar cargos públicos en el área de cultura. Como un auténtico agitador cultural reveló su pasión poniéndose al hombro festivales solidarios, discos benéficos o movidas como la reapertura de La Perla de Once. También llevó adelante un importante trabajo de difusión de artistas emergentes como coordinador del Espacio Cultural Nuestros Hijos, que funciona en el predio de la ex ESMA.
Eran años a pura bala en las calles oscuras en Buenos Aires.
Esas canciones que entran en la gente de verdad, sin maniobras de
marketing ni billetazos radiales para difundir a lo estúpido, son esas
canciones que pintan con absoluta precisión una época. "Violencia en el
parque" de Aquelarre era la canción de esos días, era la banda de sonido
perfectamente adecuada para toda la monada en esos tiempos. Triste.
"Una noche de 1974 estábamos tocando en un club de Lanús o por ahí Violencia en el parque, y en medio de la canción empezamos a escuchar una pelea a los tiros. Nunca supimos de dónde venían ni para dónde iban, pero salimos los cuatro corriendo desesperados hasta la salida. De los instrumentos y los equipos se encargaba Dártagnan y a nosotros nos cubría Manteca, que era nuestro asistente. Un gigantón, pesadísimo.
Habíamos dejado el Fiat 1500 rural en la puerta cuando llegamos, siempre íbamos con ese auto que era mío a los shows. Subo yo de un lado y Emilio en el asiento del acompañante. Rodolfo y Neira iban atrás, la gente empezaba a desbandarse y estos dos no podían abrir la puerta porque estaba trabada. Emilio y yo les gritábamos que vayan por el otro lado pero del cagazo o nosotros no estábamos gritando o ellos no nos escuchaban. Hasta que al final se avivan y logran entrar por el lado opuesto. Huimos.
Una vez en el estudio, y un poco más calmado, empiezo a ver qué había pasado con la puerta que no habían podido abrir. Le toco la manija y nada, andaba pero no abría. Hasta que miro en el vértice de la ventanilla y veo la marca de un balazo que entró por el burlete que tenía la puerta, casi ni llegó a dañar el metal, entró finita por el burlete. Al auto no le paso nada, pero la bala entró derecho por ahi..."
Rodo!!, el Rodo de la gente!. Gracias Maestro por todo su arte, por su amistad y por sus ideales!!, que evidentemente...
Publicada por Jorge Walter Perez Merguin en Martes, 4 de mayo de 2021
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