¿Cómo no recordar ese fantástico disco titulado "Ommadawn"?, desde mi punto de vista el mejor disco de Mike Oldfield pese a no ser el más famoso. Junto con "Tubular Bells" y "Hergest Ridge", forma una especie de trilogía de culto para los amantes de la buena música. Aquí, el "Ommadawn" versión Rockarte.
Edición Rockarte
Leonardo Bigott
Edición Rockarte
Muchos recordamos el tema central del excelente film The Exorcist de 1973 dirigido por William Friedkin. El recordado motivo musical es un extracto de la obra Tubular Bells del multi-instrumentista inglés Mike Oldfield, quien se anotaba un éxito inesperado a escala mundial con ese disco.
Similar a un canon en estructura, la obra consta de dos partes que conforman el afamado disco. Sin embargo, el apoteósico alcance de su debutante vinilo fue de tal magnitud que se tornó en una sombra a sus espaldas desde entonces.
No significa que Mike haya tenido su debut y despedida con este LP, pero al menos por cierto tiempo la gente esperaba, naturalmente, un álbum igual o superior al de las “campanas tubulares”, algo que parecía haber tenido un alto costo como se evidencia en las subsecuentes versiones o secuelas de la magna obra. Pero…
Ese lado oscuro de la vida musical de Oldfield resultaba de haber creado una detestable e inseparable relación con ese disco. Ommadawn representó un segundo intento por deslindarse de la sombra de Tubular Bells, siendo el primero Hergest Ridge publicado en 1974.
Ommadawn, álbum con el cual Mike insistía en obtener unos resultados diferentes bajo una fórmula similar a su debutante, se erigiría como un disco que tuvo mejor acogida que su antecesor, lo que significó para Oldfield una aceptación como artista.
La sombra de Tubular Bells comenzaba a difuminarse. A futuro, Oldfield incluso grabaría Amarok en 1990 como una segunda parte de Ommadawn, pero la idea se transformaría en otra cosa, aunque muchos años después, en 2017, Oldfield saldría al mercado con Return to Ommadawn.
En Ommadawn, Mike plantea una propuesta con énfasis en lo sonoro y no en lo lírico pero divide la obra en dos partes como una fórmula cabalística para el éxito aunque en realidad un tercer tema titulado “On Horseback” fue adherido a la parte II de nuestro cumpleañero disco producido y grabado para Virgin Records por el propio Mike Oldfield, quien a lo largo de 36’41” nos presenta una parte por lado, acompañado por más de una decena de notables músicos con el multi-instrumentista al frente de la obra.
Ommadawn inicia con las cuerdas y las voces de Clodagh Simonds, Bridget St. John y Sally Oldfield (hermana de Mike) ambientando, como si de un coro celestial se tratara, en esta primera parte de la composición.
Luego, hacia el tercer minuto se deja escuchar el sintetizador abriendo aún más espacio. Guitarra eléctrica y percusión van acentuando la pieza hasta que a los 4’10” ocurre un cambio sustancial donde la melodía se va transformando, incorporando tambores, mandolina, flauta dulce y otros. En el segmento participa Leslie Penning (flauta dulce). Todo nos va llevando a una suerte de baile improvisado. Otro interesante cambio ocurre hacia el octavo minuto con un motivo más sosegado donde el cello de David Strange, otrora cellista principal del Royal Academy of Music, es protagonista.
Hacia el 9’40”, Mike toca la guitarra y la coloca en el centro de la pieza haciendo diversas frases pero hacia el minuto doce otro cambio nos sorprende cuando el sintetizador amplía el espacio a las voces y a los tambores africanos de Ernest Mothle, Lucky Ranku, Eddie Tatane y Julian Bahula.
Una de las sorpresas de esta sección es el canto en irlandés que en parte dice: “Papi está en su cama, el gato bebe la leche, yo soy el idiota cantando.” De acuerdo a un texto, el vocablo irlandés “amadán”, “idiot” en inglés e “idiota” en español, fue anglicanizado a “Ommadawn”, de ahí el titulo de nuestro disco clásico de hoy.
Otro cambio, hacia el minuto dieciséis, ocurre con la incursión del glockenspiel, agitando un poco la melodía hasta el final.
La parte dos es ligeramente más corta que la primera. Inicia con un teclado que lo colma todo. Tras ese intro surge la guitarra y otras sonoridades que se van ensanchando y entre las cuales van surgiendo cambios en la misma tónica de la parte uno.
Uno de esos cambios lo apreciamos en el tercer minuto y también en el quinto donde la guitarra acústica queda prácticamente sola hasta que la gaita de Christopher Herbert le acompaña junto con el teclado de fondo.
Acá concluimos el indudable carácter celta de esta interesante obra donde Mike Oldfield nos convence que efectivamente esta a la búsqueda de diferentes colores y texturas. La pieza, luego del minuto once, se desarrolla en crescendo hacia una instancia más alegre con Oldfield como guitarrista.
Un silencio de varios segundos en el minuto trece se rompe al entrar la guitarra, añadiendo un poco de dulzura. Voz, flautas y otros instrumentos van tomando parte de este hermoso final donde aparecen unos versos que en parte dicen: “Hey, de algún modo vamos a través del césped y la nieve, bestia marrón en marrón rostro, prefiero estar contigo a volar a través del espacio…”
Son los versos que escuchamos en las voces de The Penrhos Kids y que forman parte del surco no acreditado que lleva por titulo “On Horseback”, lo que se traduce como si fuera una coda de la parte dos.
Con la publicación de Incantations en 1978, Oldfield sellaría su insistencia en fórmulas a gran escala, esencialmente instrumentales y con estructura similar a la de un canon. A partir de Platinum (1979) y QE2 (1980), el resto de sus obras durante la década de los 80, Mike Oldfield entraría a predios más accesibles con discos como Five Miles Out (1982), cuyo tema “Family Man” fue versionado por Hall and Oates, o el disco Crisis (1983), que incluye la participación de Jon Anderson (Yes) y el hit “Moonlight Shadow” en voz de Maggie Reilly o la banda sonora del film The Killing Fields (1984).
En 1992 Mike publicó lo que algunos consideran su disco más significativo de los 90, Tubular Bells II, que se suma al grupo de nueve álbumes que han logrado ubicarse en los diez del tope, lo cual es mucho decir de una obra que en su conjunto abarca unos 26 títulos.
Después de todo, tal vez ya Oldfield no tenga el fantasma de Tubular Bells a sus espaldas. Ahora, escuchemos una de las paletas tonales más atractivas del progfolk, Ommadawn.
Similar a un canon en estructura, la obra consta de dos partes que conforman el afamado disco. Sin embargo, el apoteósico alcance de su debutante vinilo fue de tal magnitud que se tornó en una sombra a sus espaldas desde entonces.
No significa que Mike haya tenido su debut y despedida con este LP, pero al menos por cierto tiempo la gente esperaba, naturalmente, un álbum igual o superior al de las “campanas tubulares”, algo que parecía haber tenido un alto costo como se evidencia en las subsecuentes versiones o secuelas de la magna obra. Pero…
Ese lado oscuro de la vida musical de Oldfield resultaba de haber creado una detestable e inseparable relación con ese disco. Ommadawn representó un segundo intento por deslindarse de la sombra de Tubular Bells, siendo el primero Hergest Ridge publicado en 1974.
Ommadawn, álbum con el cual Mike insistía en obtener unos resultados diferentes bajo una fórmula similar a su debutante, se erigiría como un disco que tuvo mejor acogida que su antecesor, lo que significó para Oldfield una aceptación como artista.
La sombra de Tubular Bells comenzaba a difuminarse. A futuro, Oldfield incluso grabaría Amarok en 1990 como una segunda parte de Ommadawn, pero la idea se transformaría en otra cosa, aunque muchos años después, en 2017, Oldfield saldría al mercado con Return to Ommadawn.
En Ommadawn, Mike plantea una propuesta con énfasis en lo sonoro y no en lo lírico pero divide la obra en dos partes como una fórmula cabalística para el éxito aunque en realidad un tercer tema titulado “On Horseback” fue adherido a la parte II de nuestro cumpleañero disco producido y grabado para Virgin Records por el propio Mike Oldfield, quien a lo largo de 36’41” nos presenta una parte por lado, acompañado por más de una decena de notables músicos con el multi-instrumentista al frente de la obra.
Ommadawn inicia con las cuerdas y las voces de Clodagh Simonds, Bridget St. John y Sally Oldfield (hermana de Mike) ambientando, como si de un coro celestial se tratara, en esta primera parte de la composición.
Luego, hacia el tercer minuto se deja escuchar el sintetizador abriendo aún más espacio. Guitarra eléctrica y percusión van acentuando la pieza hasta que a los 4’10” ocurre un cambio sustancial donde la melodía se va transformando, incorporando tambores, mandolina, flauta dulce y otros. En el segmento participa Leslie Penning (flauta dulce). Todo nos va llevando a una suerte de baile improvisado. Otro interesante cambio ocurre hacia el octavo minuto con un motivo más sosegado donde el cello de David Strange, otrora cellista principal del Royal Academy of Music, es protagonista.
Hacia el 9’40”, Mike toca la guitarra y la coloca en el centro de la pieza haciendo diversas frases pero hacia el minuto doce otro cambio nos sorprende cuando el sintetizador amplía el espacio a las voces y a los tambores africanos de Ernest Mothle, Lucky Ranku, Eddie Tatane y Julian Bahula.
Una de las sorpresas de esta sección es el canto en irlandés que en parte dice: “Papi está en su cama, el gato bebe la leche, yo soy el idiota cantando.” De acuerdo a un texto, el vocablo irlandés “amadán”, “idiot” en inglés e “idiota” en español, fue anglicanizado a “Ommadawn”, de ahí el titulo de nuestro disco clásico de hoy.
Otro cambio, hacia el minuto dieciséis, ocurre con la incursión del glockenspiel, agitando un poco la melodía hasta el final.
La parte dos es ligeramente más corta que la primera. Inicia con un teclado que lo colma todo. Tras ese intro surge la guitarra y otras sonoridades que se van ensanchando y entre las cuales van surgiendo cambios en la misma tónica de la parte uno.
Uno de esos cambios lo apreciamos en el tercer minuto y también en el quinto donde la guitarra acústica queda prácticamente sola hasta que la gaita de Christopher Herbert le acompaña junto con el teclado de fondo.
Acá concluimos el indudable carácter celta de esta interesante obra donde Mike Oldfield nos convence que efectivamente esta a la búsqueda de diferentes colores y texturas. La pieza, luego del minuto once, se desarrolla en crescendo hacia una instancia más alegre con Oldfield como guitarrista.
Un silencio de varios segundos en el minuto trece se rompe al entrar la guitarra, añadiendo un poco de dulzura. Voz, flautas y otros instrumentos van tomando parte de este hermoso final donde aparecen unos versos que en parte dicen: “Hey, de algún modo vamos a través del césped y la nieve, bestia marrón en marrón rostro, prefiero estar contigo a volar a través del espacio…”
Son los versos que escuchamos en las voces de The Penrhos Kids y que forman parte del surco no acreditado que lleva por titulo “On Horseback”, lo que se traduce como si fuera una coda de la parte dos.
Con la publicación de Incantations en 1978, Oldfield sellaría su insistencia en fórmulas a gran escala, esencialmente instrumentales y con estructura similar a la de un canon. A partir de Platinum (1979) y QE2 (1980), el resto de sus obras durante la década de los 80, Mike Oldfield entraría a predios más accesibles con discos como Five Miles Out (1982), cuyo tema “Family Man” fue versionado por Hall and Oates, o el disco Crisis (1983), que incluye la participación de Jon Anderson (Yes) y el hit “Moonlight Shadow” en voz de Maggie Reilly o la banda sonora del film The Killing Fields (1984).
En 1992 Mike publicó lo que algunos consideran su disco más significativo de los 90, Tubular Bells II, que se suma al grupo de nueve álbumes que han logrado ubicarse en los diez del tope, lo cual es mucho decir de una obra que en su conjunto abarca unos 26 títulos.
Después de todo, tal vez ya Oldfield no tenga el fantasma de Tubular Bells a sus espaldas. Ahora, escuchemos una de las paletas tonales más atractivas del progfolk, Ommadawn.
Leonardo Bigott
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