#Músicaparaelencierro. Gracias a Horacio Manrique seguimos con los White Willow y este es su 3er álbum de estudio, y como siempre (aún a pesar de que cada uno de sus discos es notoriamente diferente a los otros) despliegan su particular estilo de prog-sinfónico técnico y melodioso, melancólico, lúgubre y con elementos de folclore escandinavo, con sonidos originales y representativos. Sonidos setenteros (sobretodo del primer King Crimson con flautas a lo Jethro Tull), estructuras modernas, nostágias nórdicas muy a lo Änglagård, atmósferas inquietantes, dramatismo y sentimiento muy a lo Genesis y voces celestiales (con una cantante que también sabe cantar como un demonio y aquí lo deja plasmado) dan el marco a cada track de un disco parejo, sumamente disfrutable, y como es costumbre en los trabajos de esta banda, el álbum es maravilloso en todo momento, conforman un un album absolutamente imprescindible de una banda absolutamente imprescindible para cualquiera que guste del mejor progresivo.
Álbum: Sacrament
Año: 2000
Género: Rock sinfónico
Duración: 48:10
Nacionalidad: Noruega
Tercer álbum de estudio de estos noruegos, luego del aclamado "Ex Tenebris" (1998), que ya dije que me encantan. Es un álbum excelente de principio a fin, como dicen por ahí: White Willow es en todos sus álbums, una contemporización de las glorias del rock progresivo de los 70's (por su instrumentación, aunque no por la estructura, más moderna) y una voz celestial. Un marco glorioso para la voz de ensueño para un fantástico lamento, donde elementos del folclore escandinavo y despliegues del tipo metal gótico hacen de las suyas para crear uno de los despliegues más interesantes de rock sinfónico que hemos visto después de la época gloriosa de los 70's. Todos los discos de la banda son diferentes, cada uno tiene sus particularidades y son todos geniales, y éste no es la excepción. Un álbum casi místico, con intrincadas atmósferas, muy melódico, con mucho sentimiento y el típico clima oscuro de los escandinavos.
Es el tercer trabajo de este excelente grupo noruego despues de una nueva desbandada en sus filas que comporto la total recomposición en torno a su figura inspiradora, Jacob Holm-Lupo (de hecho casi se puede decir que él es White Willow). Después del impresionante "EX-TENEBRIS", de 1998, parecía que no se podrian superar las cotas alcanzadas en aquel disco elegante y preciosista, misterioso y melancólico, potente e impecablemente elaborado, con un aire King Crimson primera época inconfundible en el sonido languido del mellotron y la potente batería.
"Sacrament" recupera aquellas sonoridades crimsonianas pero amplia claramente los campos de expresion hacia el folk y hacia argumentos musicales inspirados en Jethro Tull o incluso Genesis. Los seis temas de que consta el trabajo estan imbuidos de un tono melancólico con gran protagonismo de una virtuosa flauta. Hay menos sonido mellotrónico que en "Ex Tenebris" y la voz solista esta a cargo esclusivamente de Sylvia Erichsen, la otra superviviente de la anterior formación, en la que había también una excelente voz masculina. El sonido en general es algo diferente y yo creo que se debe al cambio del bateria: Aage Moltke Schov es un gran baterista pero no consigue los límpidos sonidos que arrancaba Mattias C. Ollson (antiguo componente de Änglagård), uno de los principales atractivos de aquel trabajo. No obstante es una batería muy crimsoniana como también lo es el sonido de la flauta.
El trabajo consta de 6 temas entre los que destaco el primero "Anamnesis", que comienza con unos sonidos reposados y lánguidos sosteniendo la voz cristalina de Sylvia, que más allá de la mitad del desarrollo conoce un cambio brusco de ambiente con un riff cortante de guitarra y unos increíbles agudos de la cantante que ponen los pelos de punta. También sobresale el instrumental "The Crucible", un tema impecable con sonidos muy cercanos a los planteamientos de Jethro Tull en la flauta. Y dos temas increíblemente melancólicos como son "Gnostalgia" (de nuevo, como en el anterior trabajo, las referencias al gnosticismo son frecuentes aqum) o "The last rose of summer", son una buena síntesis del ambiente general del álbum.
En conjunto es una gran obra, no es superior a "Ex Tenebris" pero tampoco es inferior; es distinta, quizás debido al cambio de personal, y en conjunto es mas optimista que aquella, donde predominaban ambientes más oscuros y misteriosos. De hecho, la foto de los componentes en el libreto los presenta como individuos normales, en tanto en el anterior la imagen de Holm-Lupo producia escalofríos. La portada es también excelente. En suma, se trata indudablemente de uno de los discos más destacados de ese año.
Alberto Pazo Labrador
No voy a detenerme mucho en demasiados comentarios, por mi parte sólo les puedo decir que si no lo escucharon no pierdan más tiempo. Vean los videos si no me creen... notarán la inspiración de este trabajo.
El estilo evoluciona del anterior Ex Tenebris perfeccionandolo y llegando a unos niveles de composicion e interpretacion que no tienen nada que envidiar de los mejores grupos de los 70. Continuan con el sonido mas electrico que en el primer album, donde los pasajes de rabia contenida del anterior album, explotan aqui definitivamente, creando algunas partes de bastante fuerza y violencia, que contrastan con la exquisitez y delicadeza que predomina en el album. De nuevo hay cambio total de formacion en este album, del anterior tan solo quedan Jacob Holm-Lupo y Sylvia Erichsen, que por cierto hace un trabajo realmente espectacular con su angelical voz. Ya no esta el otro miembro fundador Jan Tarig Rahman, pero ciertamente no hay ningun bajon creativo, todo lo contrario, parece que Holm-Lupo es el verdadero cerebro detras del grupo y no importa que en cada album haya cambio total de musicos.
En algunos temas casi llegan a la perfeccion. La impresionante The Reach, muy progresiva y variada con el climax intermedio muy sinfonico y potente que pone la piel de gallina; un tema cuyas estrofas incluidas al inicio i final deben pertenecer a una cancion tradicional, lo digo por que el grupo de nu-metal Korn incluyeron exactamente lo mismo en la cancion Shoots and Ladders de su primer album. Luego esta la melancolica Gnostalgia, de una increible belleza sobretodo las partes instrumentales con aires goticos, con oboes, mellotrones, guitarras acusticas y flautas. La instrumental The Crucible, con comienzo medieval y gotico, y climax muy ritmico, progresivo y celta con potentes y delirantes flautas. Y la belleza de la delicada, melodica y folkie Anamnesis, donde ya tenemos algunas importantes explosiones de fuerza contrastadas con suaves pasajes clasicos y goticos. El resto son la mas sinfonica Paper Moon, con gran trabajo de la divina Sylvia, y la preciosa pastoral The Last Rose of Summer, al estilo Anthony Phillips.
En definitiva, para mi un album absolutamente imprescindible.
Puntuacion: 9.5/10
Ferran Lizana
Este fabuloso álbum para mi es la obra cumbre de la discografia de White Willow, y cumplirá el próximo año su primera década de existencia. Es un álbum redondito, excelente de principio a fin, solo comparable con el excelso trabajo de Änglagård, (por sus influencias nórdicas). Un álbum muy recomendado. El perfecto contraste de la voz de Sylvia Erichsen, con repentinas progresiones y cambios de ritmo aunado a lamentos bien meditados, una contemporización de las glorias del rock progresivo de los 70s (por su instrumentación, mas no por la estructura, mas moderna) y una voz celestial. No podría mencionar un solo tema que destaque porque todos son dignos de ser escuchados.Jazz-privado
Two years after his critically acclaimed second album Ex Tenebris, White Willow's leader Jacob Holm-Lupo came back with a new CD and, for the third time, a new band. With keyboardist Jan Tariq Rahman's departure Holm-Lupo remains the only original member of the band. Only singer Sylvia Erichsen is salvaged from the staff found on Ex Tenebris. The instrumentation remains almost the same, only the names change: Brynjar Dambo on keyboards, Aage Moltke Schou on drums, Johannes Sæeboe on bass, and Ketil Vestrum Einarsen on flutes. Now that there is a full-time flutist in the band, the instrument is used more extensively and to better effect. It would have been hard to follow up on Ex Tenebris with an album in the same vein and, as expected, White Willow reverted to a more standard progressive rock sound, somewhere between its first and second albums. The mystical quality, bareness beauty and vibrant sensuality of the previous release is almost all gone (some of it can still be experienced on the beautiful "Paper Moon" and to a lesser extent "Gnostalgia"). Songs are more complex, symphonic, and somewhat Scandinavian in essence, but what they lost in atmosphere they gained in tightness and body. Indeed, on Sacrament White Willow sounds very much like a band instead of being only Holm-Lupo's creature. Musicians had their say in the writing process and arrangements are the fruit of group collaboration. This can be particularly felt on the last two tracks: "Gnostalgia" and "The Reach." Even though it doesn't have the strength of Ex Tenebris, Sacrament is still a very above-average prog rock album and is strongly recommendable.François Couture
"Sacrament" is White Willow's third release, an amazing album that finds the band reinforcing the stylistic maturity that had already been reached at, albeit not totally accomplished in a cohesive whole, in their previous album "Ex Tenebris". This means that the bucolic and the dramatic facets of White Willow's musical vision are more successfully integrated in this album than in the aforesaid one, although it's easy to notice that in many ways "Sacrament" follows in the footsteps of its distinguished predecessor. The fact is that this third effort encapsulates the ultimate symphonic expression of White Willow's mysterious sonic essence. But let's not dismiss their debut album's heritage either: in fact, "Sacrament" can be described as a creative recapitulation of the predominately intimate ambiences of "Ignis Fatuus" and the raw intensity of "Ex Tenebris", with a statement that stands a bit closer to the latter. The first two tracks might as well serve as symptomatic samples of this strategy - taking the best of both previous albums in order to catapult themselves into richer musical realms. 'Anamnesis' works perfectly as an opener for the album, reiterating the now typical WW mood in a reflective and moderately somber spirit. The most recurring muse for Scandinavian retro-prog bands, Sinfield-era KC, comes to mind. Although the track keeps a permanent slow rhythm pace through its 9+ minute span, it doesn't feel boring or meandering, thanks to its intensity and solid structure. The explosive finale is a most accomplished climax, making it one of the album's brightest moments. Things get a bit more elaborated and bit less epic in 'Paper Moon', a piece that comprises some of the most impressive Moog solos and mellotron layers in the album - typical Scandinavian sound. 'The Crucible' is the album's instrumental, a piece in which the woodwinds take the starring role: in no small degree, this helps the instrumentation to assume a more colorful mood. Additionally, the notable use of various motifs in a cohesive continuum allows the band to explore a major range of pastoral color and dynamics in a typically progressive vein. No WW album is an authentic WW item without a short acoustic bucolic ballad, and this is when 'The Last Rose of Summer' appears, a brief prelude of solace before the last two tracks, each one surpassing the 10 minute frontier. 'Gnostalgia' pretty much follows the path of the opener 'Anamnesis', especially regarding the massive display of reflective vibes and nostalgia (I'm afraid I couldn't avoid this intended pun). Meanwhile, 'The Reach' goes to far more places, allowing the band indulge themselves in a well ordained sequence of intense deepening in structured motifs, handle tempo and mood shifts with excellent proficiency and keep things equally energetic for both the calm and the bombastic sections. This may be arguably the best WW composition ever, at least when it comes to the usually pretentious standards of symphonic prog's tradition. It took a while for WW to create the follow-up to this progressive gem of our times ("Storm Season"), but that's a story for another review. Let's just say, as a conclusion, that "Sacrament" is one of the most impressive prog albums to come out for the last 10 years. All the usual ingredients of Scandinavian prog revival are there, yet they bear a fresh feel: no way to deny that White Willow is and has always been one of the most talented forces of the current prog scene.Cesar Inca
Every WHITE WILLOW's album is a masterpiece, and maybe this is the best. The style always remember the typical Scandinavian "cold nostalgy" that listener can find in bands like SINKADUS or LANDBERK but, in the WW case, the female singer (Sylvia Erichsen) adds a strong sadness component to the distant and even depressive melodies. "Sacrament" is an unforgettable calm trip to melancholy. Beautiful music from a magnificent band.Marcelo Matusevich
Sacrament is the third installment of Jacob Holm-Lupo's White Willow project, a constantly evolving Nordic extravaganza, which started out as highly pastoral (the bucolic Ignis Fatuus) and slowly morphing into some more familiar Scandinavian proglands (somber moods, churning guitars, ravaging Rickenbacker bass, fleeting flutes, chilled cellos and heavenly vocals). The back cover of the CD issues the following warning: "the extreme dynamic range of White Willow's music will test the limits of your sound system. Please listen with extreme caution". Err, Okay! On the icebreaker "Anamnesis", Sylvia Erichsen supplies some almost angelic Gothic voices until she unleashes some seriously deranged hysterics that will please the alternative crowd to no end, loaded with searing lead electric guitars slashes. "Paper Moon" is introduced by some sprightly synthesizer patterns, held together by rumbling bass supported by solid drumming, and elevating Sylvia's childlike vocals to dreamy levels. Holm-Lupo spices the proceedings with a jagged guitar excursion, keeping the mood ominous yet fragile. This is really interesting stuff and highly enjoyable. The instrumental "The Crucible" kicks off in medieval light, the gently strumming troubadour prancing with the flautist, bowing to the accordion with the subtle choir mellotron (and I am a huge sucker for that sound) taking slowly over as the simple beat keeps time. Suddenly, the rhythm section kicks this mother into overdrive, with the flute going Mel Collins-crazy, the bass popping relentlessly and the cymbals flaying mercilessly. A sibilant synth solo zips along with total abandon, handing the torch over to a blistering guitar lead that shears the ivy right off the castle walls. Dungeon music at its finest, I say. "The Last Rose of Summer" is all Holm-Lupo on acoustic guitar and sharing vocals with Sylvia, covering nostalgia drenched themes of imminent winter gloom. "Gnostalgia" has some spirited playing by all, with Ketil Einarsen's flute delivering the main theme in gentle bereavement, dueling with a mournful oboe espousing its own pain but when the choir mellotron elevates Sylvia's sad lament, this piece veers straight into serious Prog Heaven. (Flute and choir is just a monstrous combo). " The Reach" is the final nail in the coffin and the tour de force here as Sylvia intones the kindergarten classic "Ring around the Rosies", only ushering in the swerving Johannes Saeboe bass propelled melody, pushed by more flute and lead guitar with Aage Schou shining on the drum kit. The music is severely unsettling , like a good horror movie where the suspense is subtle (as opposed to gory)and sealed by a savage Holm-Lupo six string blowout, some tremulous synths and the wildest vocals anywhere. While still not in the same province as their stunning debut, one cannot claim that this Norwegian troupe is not discovering new territories and stretching the frontiers of progressive rock.Thomas Szirmay
1. Anamnesis
2. Paper Moon
3. The Crucible
4. The Last Rose Of Summer
5. Gnostalgia
6. The Reach
Alineación:
- Brynjar Dambo / keyboards, glockenspiel
- Aage Moltke Schou / drums, percussion, glockenspiel
- Sylvia Erichsen / vocals
- Johannes Sæbøe / bass
- Jacob Holm-Lupo / electric, acoustic & classical guitars, vocals, keyboards, bass
- Ketil Vestrum Einarsen / flutes, recorders, melodica, keyboards
Colaboran:
- Simen Haugberg / oboe
- Øystein Vesaas / vocals
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ResponderEliminarHola, espero que pronto puedan resubir los links, saludos
ResponderEliminarCon gusto lo resubimos, Yesnesis
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