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Riverside - Love, Fear and the Time Machine (2015)

#Músicaparaelencierro. Nada que ver con el disco anterior, ni tampoco con el próximo disco de los polacos, que ya nunca serían lo que fueron por la lamentable muerte de su guitarrista.  Un disco elegante, delicado, inteligente y brillante, esas palabras definen este trabajo. Mientras Riverside es capaz de mantener esta dualidad entre la melancolía y la alegría, sentimiento casi nuevo en su estilo siempre desgarrador y oscuro, demostrando que tienen talento hasta para buscar esa luz en la noche de su música. Otro disco muy recomendado y que lo defino con otra frase de otro músico y tiene relación con todo lo que se dice en este post: "La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor". Eso no es mío sino de Kurt Cobain, pero va perfecto para este trabajo, que aparece gracias (otra vez) a Carlos el Menduco. Cuando puedan, escuchen el disco, les puede maravillar o lo pueden odiar. Pero si se maravillan estarán enamorados de él. Conózcanlo que vale la pena. Y mucho!

 

Artista: Riverside
Álbum: Love, Fear and the Time Machine
Año: 2015
Género: Rock progresivo atmosférico
Duración: 60:25
Nacionalidad: Polonia
 


Cuando preparaba el posteo de este disco, allá por el 2016, descubrí que el 21 de febrero de ese año falleció el gran guitarrista de ésta banda (disculpen pero no soy habitué de los chusmeríos musicales) del que he hablado en mis post, ya que por su sensibilidad poco habitual y swing lo colocaba en el lugar del nuevo David Gilmouro Latimer, futuro lamentablemente truncado por un ataque al corazón. Y se confirmó que ese 2016 fue un año desastroso para el mundo del rock. Va éste post en honor y recuerdo a un gran músico de una gran banda, los maravillosos polacos en una placa distinta y poética que hoy se alza en memoria de Piotr Grudziński.



Riverside es una banda difícil de definir. Ellos siempre han encontrado una manera de reinventarse a sí mismos de manera sutil (y no tan sutil), y sin embargo, siempre han mantenido su propio sonido y el respeto de su público aunque no temen correr riesgos. Mucha poesía y belleza en este disco, que aunque algo inquietante y etéreo, atmosférico y melancólico, es también optimista e intimista en su lírica. Mucha atmósfera y coqueteos con el rock-pop ochentoso en un disco que nadie se esperaba que suene así. Un disco delicado que navega entre los climas pinkfloydeanos y el estilo de "Insurgentes", "Grace For Drowning" y "Hand. Cannot. Erase." de Steven Wilson.



Copio lo que me parece un atinado final de un comentario: "es probablemente el disco más polarizante que Riverside ha hecho (...) fans que esperan los atascos virtuosos y sonidos inesperados, en realidad no encontrarán eso aquí, mientras que los fans que buscan más de la instrumentación de simbolo elegante de Riverside, y melodías afectivas y canto poético, serán satisfechos más allá de toda medida. De cualquier manera, "Love, Fear and the Time Machine" definitivamente tiene a sus creadores alcanzando una nueva cima, marginalmente diferente, lo cual es loable en sí mismo. Aproximadamente diez años después, Riverside sigue siendo tan especial como siempre, y "Love, Fear and the Time Machine" es en varios aspectos, su trabajo más verdadero del arte."
Una obra artística que es toda poesía hecha música.

La poesía, incluso cuando es aparentemente fantástica, es siempre una revuelta contra el artificio, una revuelta, en cierto sentido, en contra de la realidad.
James Joyce


Un par de aclaraciones: una es que este disco es totalmente polarizante, o lo amas o lo odias. Y a mi primera escucha me pareció insípido, la segunda vez le encontré cierta magia y a la tercera me encantó.
La música es una de las cosas que puede salvar al mundo, porque un hombre que busca y encuentra y se solaza horas y días y años y años luz, a través de generaciones, con la belleza, ¿qué otra cosa puede querer que un mundo mejor?
Atahualpa Yupanqui

Hace poco publicamos el anterior disco de la banda, llamado "Shrine of New Generation Slaves" (Santuario de la Nueva Generación de Esclavos) en donde la banda exploraba el lado más oscuro de la sociedad, ya sea por su crítica a los medios de comunicación, las redes sociales o la búsqueda de fama y celebridad.

Se basa en el hecho de que todos escuchamos casi todos los días de sus amigos y personas cercanas lo infelices que son, cómo se odian su trabajo, ¿cómo no tener un momento para esto o aquello, cómo pasa el tiempo y la forma en que realmente se siente como esclavos en sus vidas?. Me pareció que era una buena opción para escribir sobre esa clase de infelicidad y esta "esclavitud de la nueva generación", donde las personas parecen ser incapaces de tomar el control sobre sus propias vidas.
Riverside

El disco mencionado se basa en la pregunta: ¿Somos libres? ¿Hemos llegado alguna vez a serlo? se parte de esta premisa, mientras que la lírica afirma que no podemos disfrutar de nuestra vida. En este escenario de rotundo realismo, al menos podemos disfrutar de la música.
Y como trato de hacer cuando puedo, vamos a una pequeña introducción a éste disco de Riverside que le continúa, relacionando un poco la obra musical y artística con su época, lugar y momento social, algo que me gusta hacer y le da un bonus a la entrada. No sé si para ustedes, pero sí al menos para mí.

Y para comenzar este viaje que parte del comentario de un disco, me parece adecuado hacerlo con las palabras de un erudito, genio y sabio loco:



Y ya que estamos en la máquina del tiempo, viajemos a los gloriosos 70s... Una forma de entender la música que aparece entre 1968 y 1972, y que provoca una explosión de creatividad irrepetible en la historia del rock. Para muchos críticos el rock alcanza en este momento la mayoría de edad. Una época donde The Beatles gobernaban el mundo, la invasión de Hendrix, de Dylan. Es un movimiento que se empieza a gestar a mediados de los 60 con grupos como The Beatles , The Moody Blues, solistas como Jeff Beck o hasta con las experimentaciones de The Beach Boys... pero mientras vamos al punto vamos a mostrarles cómo suena en vivo ésta experimentación de nuestros queridos polacos...




Mientras escuchan la música del video seguimos el relato...

En los 70s aparecieron bandas que llevaron a una nueva forma de entender el rock (a veces llamado progresivo, otras sinfónico, otras jazz-rock, etc.) a otros campos, inundando todos los estilos: desde el blues (Camel), hacia el hard rock (Kansas) o Tangerine Dream hacia la incipiente música electrónica, como ejemplo.


El adjetivo "progresivo" alude tanto al carácter innovador del género como a la importancia que concede a la progresión armónica: uno de sus clichés más característicos es el paso gradual de un sonoridad a otra, explorando estructuras musicales extendidas que incluyen intrincados patrones instrumentales y texturas.

Pero, en concomitancia con la inacción social producida por el continuo debilitamiento de las intensas pasiones ideológicas propias de los sesenta y setenta, la explosión creativa del rock se fue apagando al mismo ritmo que se apagaban los latidos de emoción producidos (por citar un ejemplo) por "la imaginación al poder" como idea-fuerza que implusaba a una generación revolucionaria. El final de los 70s se caracteriza por el agotamiento y declive tanto en lo musical como en lo social. En este momento las bandas más importantes sufrían rupturas internas y comenzaban a ser poseídas por el espíritu mercantilista que derivaría en el posterior neo-liberalismo. Hacia la mitad de los setentas la música disco y otras netamente pasajeras, van ganando terreno, y en los estertores del rock progresivo aparece el punk, en concordancia con el desencanto y el no-futuro de gran parte de la juventud... aunque luego el mercado se adueñó también del espíritu de ese movimiento punk, dejando solamente que se exprese lo exterior pero sin el alma que lo había hecho crecer...

La vida sin música sería un error.
Friedrich Nietzsche

Dejemos de lado lo que ha pasado en el medio, vamos al punto sino me voy por las ramas.
Con el cambio de siglo el rock progresivo recupera parte no de la salud sino parte de la vida perdida a final de los años 70s. Nunca podrá ser igual a ese entonces, porque si no avanza se muere. Y hay gente dando pasos nuevos, muy importantes, jugando con estilos y sentimientos.
La cuestión es que llegamos a los tumbos (musicalmente hablando, y ni hablar socialmente) a este 2015, donde una banda polaca que hace un estilo de música hoy marginal, saca a la luz su sexto disco, un trabajo que habla del amor, del miedo y de máquinas del tiempo en una pauta concreta de que, a pesar de todo, la creatividad continúa y no se ha quedado totalmente cortada allá, a mediados de los 70s.
Dejaron de lado... aparentemente... su anterior crítica social para enfocarse a un disco más intimista (tampoco falta una crítica a nuestra adicción a los medios de comunicación social, como en el tema "#addicted"). Pero en todo caso siempre en un disco que invita a reflexionar desde las emociones. El concepto del álbum trata sobre las decisiones que cambian nuestra vida y las consecuencias a partir de entonces, y surge el antagonismo entre el amor y el miedo a las pérdidas, y ambas se encuentran al tener que tomar una decisión importante, sabiendo que no se puede volver el tiempo atrás si nos arrepentimos. El disco habla del amor, del miedo y la liberación, de la necesaria conección con nuestras emociones más fuertes con el fin de perseguir la libertad interior y la paz. He ahí el concepto del disco...


Dos años después de su disco "Shrine Of New Generation Slaves", Riverside regresa con un nuevo disco que sigue la estela de su disco predecesor; pero va más allá: si bien en general es un disco bastante optimista, también enfatiza en la suavidad de la melancolía, con ambientes fríos y atmósferas recargadas, creando un timbre muy semejante al que el vocalista trabaja en su proyecto paralelo llamado Lunatic Soul. El tono de este álbum parece ser de esperanza, pero visto desde la perspectiva de un entorno bastante oscuro. No todo es felicidad y la luz, y la melancolía y la angustia típica de Riverside están todavía allí. Ni una pizca del metal progresivo que los viera nacer, si vienen a buscar eso aquí, búsquenlo en otro lado porque aquí no lo encontrarán.
Esta vez, la voz (excelente trabajo de Mariusz Duda) destaca notablemente sobre lo instrumental, y las complejidades musicales quedan relegadas a un lejano segundo plano, aunque las hay y muchas (los ritmos complejos y sincopados pueblan todo el disco) pero están para quienes tengan el gusto de querer levantar la oreja y prestar màs atención. Las complejidades instrumentales nunca pasan a ser protagonistas de éste disco, no hay virtuosismo ni exhibición en términos de solos. Otra rareza en esta banda, bah, una rareza en un disco de este género.
El disco creo que sorprenderá a todos los que conocían a la banda, pero definitivamente no va a gustar a los más metaleros que querían que sonaran nuevamente como en sus primeros discos. El trabajo actual está conformado por diez elegantes temas, compuestos con una refinada y acertada ingeniería musical. Aunque el álbum, pensado conceptuamente para escuchar de un tirón, sea en ocasiones demasiado homogéneo y en eso radique la única contra que tiene, ya que no le vendría mal alguna explosión de furia para sacarlo de tanta planura (y sobretodo si la banda viene del metal, progresivo pero metal al fin).

Pero "Love, Fear and the Time Machine" es un disco tan conceptual que funciona como una entidad individual, que si bien consta de diez diferentes temas, todos ellos funcionan como una sola cosa.

La portada – diseñada por Travis Smith – está teñida de colores azulados y purpúreos, que transmiten frialdad, y un niño mirando hacia el horizonte. Y muy importante es decir que está amaneciendo; los rayos de sol bañan todo el cuadro. Al igual que la música. Es decir, toda la obra está enmarcada en un aura glacial que también juega con la vivacidad y la esperanza. El álbum está plagado de ambientes nostálgicos, pero no oclusivos: siempre con un deje de optimismo y ensueño, por lo que arte visual y sonoro concuerdan una vez más. Es cierto lo que dijo Duda, con lo que ya dejó caer la idea de que nada iba a ser casual en este disco: “Es nuestro sexto álbum, con un título de seis palabras y 60 minutos de duración”.
No tan cierto, en mi opinión, o no lo percibo así, fue lo que dijo posteriormente: “(...) las canciones tienen más flow”. Frase ésta totalmente desconcertante. ¿Se refiere a una cadencia más improvisada? Ya digo que nada es aleatorio en el álbum. Quizás se refiere a que hay una mayor relajación o unos ambientes menos saturados. Es curioso, es el trabajo más ambiental del grupo, el menos rockero, el que más se explaya en una especie de llanura sónica en la que las notas se suceden sin alterar el ritmo, pero construyendo una atmósfera menos densa y más pop.
Keep the Dream Alive

Discazo de Riverside que pega un nuevo volantazo para mostrarnos cuanta imaginación se puede poner para seguir avanzando...




Este es un disco muy cercano a los trabajos atmosféricos de Steven Wilson, rozando un pop-rock experimental y ambiental, en el que predominan los climas de bucólica contemplación y amable nostalgia construidos a partir de temas principalmente acústicos o con suaves momentos contenidamente eléctricos. Estamos ante un disco de una banda en búsqueda constante por evitar estancarse y ofrecernos un material sumamente distinto, tan distinto que resulta diferente a todo, no solamente a todo lo que han realizado hasta ahora sino también distinto a cualquier cosa, disco o trabajo que haya en la actualidad. Sobretodo por su jugueteo con el pop, con la música de los ochentas (siendo que los grupos progresivos basan su estructura en lo que crearon los dinosaurios setentosos, mientras que en general todos aborrecemos la música ochentosa).

¿Alguien albergaba dudas de que RIVERSIDE regresarían con otra obra maestra bajo el brazo?... esto es lo que tienen el Rock Progresivo y sobre todo las mejores bandas del género, entre las que obviamente cabe citar a RIVERSIDE, quienes ahora mismo están varios puntos por encima de algunos pesos pesados. El buen hacer de la banda polaca, el mimo con el que siempre han tejido sus composiciones, cobra nuevamente forma en el sexto capítulo de una meteórica carrera en la que han ido despachando obras de arte como sin con ellos no fuese la cosa.
Para este sexto larga duración, la banda ha sido fiel a los Serakos Studios de Varsovia y junto al equipo de productores formado por Magda Srzednicka/Robert Srzednicki han conseguido un trabajo sobresaliente. Estamos ante una nueva gema del progresivo contemporáneo que además nos trae algunos cambios estilísticos respecto a su pasado más reciente. Lo cierto es que el anterior “Shrine Of New Generations Slaves” me pareció un trabajo espectacular en todos los sentidos y la cúspide de una evolución que la banda se venía trabajando desde años atrás por lo que tampoco me estimulaba demasiado que se alejaran del rumbo marcado. Algunos de sus seguidores siguen siendo fieles a los más convencionales, dentro del progresivo , “Voices In My Head” o “Out Of Myself”, y quizás no comulgaran con esa orientación un tanto setentera que se puso de moda hace unos pocos años, sobre todo dentro de la escena progresiva, que teñía por completo mi amado “Shrines…”. Pues bien, aquellos viejos fans de sus primeros discos están de enhorabuena porque como la propia banda comenta, este “Love, Fear And The Time Machine” viene a ser una versión mucho más madura de “Out Of Myself”, bastante menos oscuro o pesimista de todo lo que vino tras “Second Life Syndrome”.
Hay mucha luz en este disco, bellas melodías vocales por doquier y pasajes oníricos con la singularidad de ser muy originales, algo que nos trasmite perfectamente Travis Smith en la portada. Instrumentalmente la banda ha dado mucha más importancia a las guitarras (sobresaliente trabajo en las acústicas), quedando el teclado un tanto en segundo plano, salvo en algún que otro tema dónde les da por el rollo virtuoso que es en las menos de las ocasiones. Aquí lo que prima es el buen gusto y los desarrollos tranquilos, muy rollo ANATHEMA de los últimos tiempos obviando el elemento electrónico, como en “Towards The Blue Horizon”, “Time Travellers” o “Saturate Me”, realmente geniales en todas sus aristas. Mariusz Duda engrandece el genial trabajo instrumental con su voz y sus edulcoradas melodías, sumiéndonos en no pocos momentos en una brutal bruma de melancolía de esa que gusta no en un aspecto deprimente o triste, sino en la de encontrarse con uno mismo y amarse hasta el infinito.
Viene al pelo destacar en este punto que la banda se ha inspirado para este disco en esa vieja diatriba a la que se ve abocado el ser humano alguna vez en su vida; la de tomar decisiones que cambiarán drásticamente el rumbo de la misma. El disco inicia con “Lost (Why Should I Be Frightened By a Hat?)” que vendría a simbolizar ese miedo a lo desconocido del título y las posibles consecuencias de nuestras decisiones. De modo epistolar, concluyen con “Found (The Unexpected Flaw of Searching)” que sería el sentimiento de amor y orgullo por haber sido valientes. La máquina del tiempo, bueno…eso ya cada cual que le saque un significado…el humano no deja de viajar del pasado al presente y de este al futuro, cíclicamente, lo que está claro es que cualquier acto nos perseguirá, para bien o para mal a lo largo de la vida hasta que este llegue a su final... que hasta igual también.
Discazo este “Love, Fear and the Time Machine”, que si bien tiene algunos remalazos de progresivo de la vieja escuela, en líneas generales es un producto bastante vanguardista, muy para soñadores y que vean en bandas como ANATHEMA o Solstafir asideros dónde agarrarse a la vida. Cualquiera de los diez cortes que aquí se incluyen, podrían enmarcarse en oro y diamante. Un disco destinado a habitar en cualquier discografía de progresivo que se precie... un poco de apalanque sí que da en ciertos tramos, para que nos vamos a engañar, pero Riverside son tan sutiles a la hora de llamar a la puerta de tu corazón que es imposible no dejarles entrar. Disco ideal para degustar junto a una buena taza de té y como banda sonora de una buena novela que requiera de una lectura reposada y meditabunda, un excelente ejercicio para fortalecer la psicología positiva y darse cuenta de la importancia de no ser cobarde y no amilanarse ante las propuestas que se nos planteen en nuestras intensas pero cortas vidas.
Angel Silva



"Love, Fear and the Time Machine" es un disco que invita a sentir, pero también a pensar... aunque la música es amable, la temática y la lírica no son frugales, inclusive nos damos cuenta de que el concepto no es tan sencillo nada más por el título del trabajo, incluso mucho antes de escuchar el disco. Y aquí vamos a una frase que se la robé algunas veces a Robert Fripp:

La función de la música es la de ser escuchada (...) el público debe trabajar tanto como el músico, a veces incluso más, el público debe escuchar activamente. Mi trabajo no es entretener, aunque a veces hay que ayudar al público, seducirlo para que entre en la música. Pero el entretenimiento es para los robots, la escucha activa es para los seres humanos libres.
Robert Fripp

Y llegamos a un punto en donde no es tan importante el resultado, si el disco es muy bueno o muy malo. Porque aquí se arriesga, hay valentía e imaginación, talento y ganas de experimentar... ¿qué sería del rock progresivo y de la música en general si todos nos quedaramos repitiendo la hermosa melodía del "Firth Of Fifth" de Genesis sin atrevernos a ir más allá?... Los polacos vienen a engrosar el listado de grupos valientes e imaginativos que se recrean completamente y asumen desafíos, grupos como Opeth, Leprous, Sky Architect, Anathema, Gazpacho, Nemo, Haken, Anekdoten, Beardfish, Änglagård, Tool, la aventura musical de Steven Wilson... y tantos otros.

El rock nunca estuvo separado de la realidad social, política o cultural. (...) Hay una oferta enorme de discos que probablemente nadie escuche, y de letras que probablemente nadie entienda. No es una crítica sino un lamento de ver como un género se va apagando: así habrá pasado con el barroco, el romanticismo, el modernismo y es lo que está pasando con el rock. Está entrando en una frecuencia de lapidación a través del consumo.
Ricardo Soulé

No es que digo que esa camada de grupos vaya a revolucionar la escena mundial del mainstream (ni mucho menos) pero sí que en este panorama del rock ultra-comercial y estandarizado, esto es un baldazo de arte a un género (el rock) que ha perdido su espíritu rebelde que lo viera nacer, aquella actitud desafiantemente artística ha quedando reducida casi (ojo, digo casi) al nicho del rock experimental y progresivo... una música que invita a sentir pero también a pensar y a replantearse. Y como dice una nueva amiga del blog llamada María, y viene a colación de esto: "pensar absolutamente libre es un acto de rebelión"...

"(...) cierta música encierra, no sólo historia, poesía, arte y política, también rebelión y pensamiento. La música inventa mundos...
Hay música que provoca alucinación y da fuerza para seguir. Que salva de la nimiedad, del servilismo mundial, de todo este tiempo que estamos viviendo supercapitalista tan insoportable...
Y, es cierto, para mí, la poesía y la política van unidas en mi concepto de vida. El arte, la música, la poesía, van unidas a la libertad, a la anarquía, al pensamiento y la desobediencia. Es la única manera de lidiar con un mundo sin libertad. Pensar. Y pensar absolutamente libre es un acto de rebelión."
María B.

Entonces, aunque la música no pueda cambiar al mundo, al menos que nos haga felices y libres en nuestras individualidades (y si son individualidades colectivas, mejor). En este camino que ha tomado este posteo, intentando no entregarme a ninguna forma externa a lo que exige la música pero sumergiéndome en las ideas que me surgen en la bella contemplación en que penetro al escuchar la música de este disco, no puedo dejar de hacer referencia a su final (bastante) feliz que rescata lo bueno de lo que nos rodea día a día y que deja la puerta abierta a una continuación, pero en ese ambiente de general sensación brillante y positiva, el punto es que, como siempre y aunque no lo sepamos, todo depende de nosotros, de nosotros depende nuestra vida, nuestro futuro, nuestra felicidad y liberación, aún en estos tiempos tan insoportables de los que hablaba María...

"¿Qué es lo que ha cambiado en los últimos cuarenta años? Es muy simple: hace cuarenta años había una economía de mercado. Hoy existe una sociedad de mercado: hoy todo, incluyendo la ética, tiene un precio.
¿Crees que Rostropovich tocaba el violonchelo sólo para que le alcanzara para vivir? ¿De verdad crees que Hendrix tocaba sólo por dinero? La música es un idioma en el que podemos expresar nuestra lucha con lo que supone ser el ser humano. Esto era el centro de lo que creó King Crimson. Hoy yo sigo siendo el responsable... ¿Cómo puedo mentir en eso? Si lo hago, dejo de ser humano."
Robert Fripp

Y seguimos con el disco (que con él ya tenemos bastante como para irnos tanto por las ramas), ahora copio varios aportes de terceros, lean que dicen de él así no sigo escribiendo pavadas...


Particularmente, me alegro por Riverside. Una banda polaca, un país no precisamente popular por su amplio espectro rockero. Que comenzó de manera un tanto indefinida. Algunos nos sabían si meterlos en el saco del metal europeo. Otros, como un mero sucedáneo de Porcupine Tree, por aquello de las atmósferas post-prog. En fín, que no lo han tenido fácil precisamente para ubicarse y tener el éxito del que actualmente gozan.
Tuvieron su punto de inflexión con “Anno Domini High Definition”, que los asentó como uno de los pilares del progresivo europeo y, al mismo tiempo, los alejó de ese deje metalero que se advertía en sus primeros trabajos. Y la consagración les vino con su siguiente disco, “Shrine Of New Generation Slaves”, un disco soberbio, con muchas influencias del mejor prog y, por qué no decirlo, el mejor hard rock setentas. Y su líder, Mariusz Duda, pasando ya a ser uno de los músicos punteros de este movimiento, colaborando con alguna de sus principales referencias, como Steven Wilson.
Así que este nuevo trabajo, “Love, Fear And The Time Machine”, algunos lo esperábamos como una reválida, una afirmación del buen camino iniciado hace ya un tiempo. Y señores, no estamos defraudados para nada.
Me atrevería a decir que este nuevo disco no sigue, para nada, el sendero del anterior. No se aprecian tanto esas partes hard-rockeras que dominaban “Shrine...”. Los temas son más accesibles, con concesiones incluso al pop, como en “Addicted”.
Encontraremos canciones de auténtico manual prog, como la fantástica “Caterpillar And The Barbed Wire”, uno de los mejores temas del disco, con un Michal Lapaj absolutamente desatado al final, con océanos de teclados que harán las delicias de los más atmosféricos. Sintetizadores, Hammonds, etc. Una auténtica delicatessen.
Intimismo, también. De ese que tanto le gusta a Duda, como en “Afloat”. Y acústicas, deliciosas acústicas en “Towards The Blue Horizon”. Aunque he de mencionar aparte, en este sentido, la auténtica maravilla de este disco, que no es otra que la impresionante “Time Travellers”, una hemorragia de melancolía con un final de pelos como escarpias. Acústicas, atmósferas, coros… lo tiene todo. Y, líricamente, una reivindicación de que, quizá, tiempos pasados si que fueron mejores.
Estos chicos se han venido ya muy arriba, y se atreven ya con composiciones complicadas, de cierto exhibicionismo instrumental, como podremos apreciar en “Saturate Me”. No seré yo quien les censure ésto. Otro tema de manual prog.
Me gustaría mencionar, también aparte, el gran trabajo de su guitarrista, Piotr Grudzinski, aportando riffs eficaces y unos solos de gran clase.
Quizá estemos ante el mejor trabajo de esta gente, porque el disco se te pega a la cabeza a medida que le vas dando escuchas. Reconocible el estilo Riverside, pero dentro de otros parámetros. Y creo que va a ser uno de los candidatos a disco prog del año, con permiso del Sr. Wilson y alguno más, que seguro que contemplan con satisfacción como alumnos aventajados, como Riverside, se acercan rápidamente a estatus mucho más merecidos de los que han tenido hasta ahora.
Ritchie Moreno


Durante la última década más o menos, el cuarteto polaco de rock/metal progresivo Riverside se formó aparte de sus hermanos del estilo, ofreciendo tonos distintivos, atmósferas fascinantes, y lo más importante, una notable composición. Claro, la banda también infunde gran parte de su música con la complejidad entusiasta esperada del género, pero con sus melodías y letras melancólicas, pero hermosas y sinceras (atribuibles principalmente al cantante/compositor/bajista Mariusz Duda). Tal vez en ninguna parte de su discografía es esto más evidente que en su más reciente opus, Love, Fear and the Time Machine.
A pesar de que cuentan con unos arreglos complejos, el registro es, con mucho, la colección más sencilla y accesible de Riverside hasta la fecha, mostrando una tendencia por las composiciones iniciales como nunca antes. Si bien esto puede decepcionar a los fans que adoran lo más tangencial e instrumentación frenética del grupo, pueden estar seguro de que la impresionante emocionalidad del álbum y arreglos majestuoso lo compensan. Sin lugar a dudas, Love, Fear and the Time Machine cuenta con algunas de las piezas más hermosas, trágicas, y en última instancia inspiradoras que Riverside han registrado nunca, por lo que es otra entrada excepcional en un catálogo de un valor invaluable.
Según Duda, el esfuerzo es un retorno a la naturaleza del ambiente más suave del debut de Riverside, "Out of Myself" del 2004. De hecho, el cuarteto intencionadamente compuso y dijo "para combinar los años 70 y los años 80... [las canciones] nunca han sido tan concisas y al grano que antes." Debido a este nuevo enfoque, el disco realmente evoca otro proyecto de Duda, "Lunatic Soul", en formas sutiles pero importantes a veces... Como casi todas las obras anteriores de Riverside, "Love, Fear and the Time Machine" también es un disco conceptual; específicamente que nos habla de la transformación. Acerca de hacer una importante decisión de todo el mundo que quizás cambie la vida y que tienen que tomar en algún momento de sus vidas..., por un lado, estamos entusiasmados por el cambio... [pero] por el otro, tenemos miedo a lo desconocido. "En última instancia, la lección que debemos aprender de ella es que "Si a veces nos perdemos en la vida, hay que pasar por algo y encontrarlo nuevamente en el otro lado, para renacer como una persona mejor y más valiosa."
Oportunamente, a continuación, la secuencia comienza con“Lost (Why Should I Be Frightened by a Hat?)”, que es sin duda su mejor track. Duda comienza recitando un recuerdo filosófico sobre un delicado éter de los teclados y el bajo y las notas de guitarra. Después, él se lanza a un estribillo pegadizo y encantador: “Come follow me / We’ll go down / Where the river flows / One day / Just you and I will find a bridge / To another land”. Lo que es aún más apasionante, es que en el medio de sus pasajes, el guitarrista Piotr Grudziński emite su firma de acompañamiento para la evolución de la composición. El baterista Piotr Kozieradzki mantiene las cosas estables a lo largo, mientras que el tecladista Michał Łapaj pone el centro de atención durante los últimos segundos. En última instancia, "Lost" es un ejemplo de la magnífica concisión que Love, Fear and the Time Machine distintivo en el canon de Riverside.
Más tarde, "#Addicted" realmente se siente como un rock progresivo asumir la cura de varias maneras, tales como sus líneas de bajo dominantes, líneas de guitarra estrelladas, y el canto melancólico que encuentra Duda canalizando un falsete sedoso él que nunca intentó antes. También hay un breve arpegio de guitarra acústica al final, que resulta muy agradable. Líricamente, sirve como un comentario sobre cómo los medios sociales pueden transformar a las personas en los usuarios egocéntricas que basan su autoestima en su popularidad digital. De este modo, tanto en sus letras y la música, Riverside se extiende un poco más allá de su zona de confort, pero el resultado es sin lugar a dudas, bueno y adictivo.
“Caterpillar and the Barbed Wire” se siente más tradicional, con confesiones y contrapuntos tristes de Duda que complementan perfectamente con riffs afilados de guitarra, solos adoloridos, percusión envolvente, y una capa de movimiento de esplendor sintetizada. Honestamente, es como una pista faltante desgarradora y algo más colorido de Shine de New Generation Slaves, mientras que "Saturate Me" contiene los tonos aún excéntricos, pero elegantes y virtuosos de equilibrio y contundentes que componían los mejores momentos en Rapid Eye Movement. Por supuesto, sus reflexiones tristes, como “Am I Invisible? / Or alive? / I don’t want to feel like I’m no one anymore”, son sentimientos arquetipicos de Riverside, y los patrones musicales entrelazados (especialmente cerca del final) que son igualmente conmovedor.
El segmento más comercial en Love, Fear and the Time Machine es sin duda “Discard Your Fear”; Sin embargo, a pesar de que normalmente tiene una connotación negativa, la accesibilidad de la canción no se interpone en el camino de su valor. Más bien, es el mensaje edificante y la construcción relativamente simple y familiar que podría ganar a Riverside un nuevo campamento de fans. En realidad es bastante catártica, como es el ensueño y de buen gusto “Toward the Blue Horizon”, que comienza y termina como una oda deliciosa (con preciosos acordes de piano) mientras que se transforma en un entrenamiento de metal progresivo en el medio.
Las ultimas dos piezas del registro, “Time Travellers” y “Found (The Unexpected Flaw of Searching)”, son maravillosas. El primer track es una balada acústica exquisita sobre las posibilidades del pasado y el futuro imprevisto. Sus melodías sinuosas y amplitud son las características sobresalientes, en como el resto de la banda permite que la voz de Duda lidere el camino, lo que resulta en una experiencia sencilla pero imponente. Por el contrario, este último es más elaborado, impactante y contundente, con un fuerte sentido de cierre y la aceptación, como el orador se da cuenta de la importancia de sus experiencias, incertidumbres y decisiones. La música se construye con gran ritmo, añadiendo más hermosas capas como el estribillo (“It’s a lovely life / You have gone so far / Don’t give it up / Oh, it’s a lovely life / Gotta go with what you think is right”), que se repite con armonías elegantes. Al final, los oyentes se quedan asombrados, reevaluando su propio sentido de propósito y optimismo.
"Love, Fear and the Time Machine" es probablemente el disco más polarizante que Riverside ha hecho, ya que podría ser considerado tanto un esfuerzo de larga duración fuerte y de cosas mas débiles de la banda. Los fans que esperan los atascos virtuosos y sonidos inesperados, en realidad no encontrarán eso aquí, mientras que los fans que buscan más de la instrumentación de simbolo elegante de Riverside, y melodías afectivas y canto poético, serán satisfechos más allá de toda medida. De cualquier manera, "Love, Fear and the Time Machine" definitivamente tiene a sus creadores alcanzando una nueva cima, marginalmente diferente, lo cual es loable en sí mismo. Aproximadamente diez años después, Riverside sigue siendo tan especial como siempre, y "Love, Fear and the Time Machine" es en varios aspectos, su trabajo más verdadero del arte.
Javier Reinoso


La reconciliación como acto litúrgicosexual está sobrevalorada. Para muchos supone algo así como ese tupido velo que corremos para no ver la mierda amontonada bajo la alfombra, un mirar hacia otro lado mientras la desnudez acaba con fusión corporal y fluídos que van de acá para allá. La reconciliación está sobrevalorada pues también suelen estar sobrevalorados los problemas que desembocan en ella. Si los problemas realmente son tan infranqueables como para que el grito acabe desplazando a la voz y el murmullo desconsolado a la asunción del error propio o ajeno, la reconciliación es un lapso, y el perdón oportuno una pantomima que acabará devolviéndolo todo a la casilla de salida.
Y es que cuando el desfile de miserias comienza y los reproches se convierten en la tónica, la ceguera acaba siendo el más grosero de los sentidos. La idea y la idealidad del otro, el deseo de que quien acompaña no sea como es sino como queremos que sea. Egoísmo puro y duro disfrazado de quererse mucho y de competir sobre quién quiere más a quien. Claro, la competencia, como acto estúpido, acaba desembocando en desencuentros, en discusiones insignificantes que crecen en su repitencia. Las consecuencias suelen ser fatales si no se logra relativizar, ponderar importancias de lo sucedido antes, durante y después. Y ahí es donde todo desemboca en una reconciliación que realmente no es tal pues si el problema tiene significancia la misma nunca llega. Egoísmo, ceguera y la consecuente confusión. Éstas suelen ser las claves de muchas de nuestras relaciones personales, con otros o con las bandas que nos gustan.
Evolución, egoísmo y la máquina del tiempo
Casualidad o no este sentimiento es el poso que deja lo nuevo de los polacos Riverside, tanto por su contenido como por lo que al parecer pretende contar Mariuz Duda con una voz menos rasgada de lo habitual pero tan embriagadora como siempre. El amor, el miedo y el paso del tiempo, factores que definen qué somos y qué hacemos y como afrontamos la vida, factores que suponen el eje sobre el que gravita todo lo que Riverside nos cuenta en un sexto álbum que quiere saber a reconciliación pero que demuestra que el problema de Shrine of a New Generation Slaves (Inside Out, 2013) era más nuestro que del propio álbum. Ya sabéis, expectactivas.
Si quieres escuchar a los Riverside de Anno Domini High Definition lo tienes tan fácil como ir a la discoteca, sacar el disco y dar al play.
El caso es que Love, Fear and the Time Machine (Inside Out, 2015) ahonda estilísticamente en los patrones marcados por el anterior álbum de los polacos y lo hace con la intención de confirmar que la máquina del tiempo nos ofrece a los Riverside del presente, y que si queremos escuchar a Anno Domini High Definition (Mystic Production, 2009) no tenemos más que buscar en nuestra discoteca, sacar el disco y dar al play. Evidentemente esto supone renunciar a escuchar a esos Riverside que nos regalaron uno de los discos más brillantes de lo que llevamos de siglo, pero ya sabéis qué es eso de empeñarse en que el otro sea quien nosotros deseamos en vez de dejarle que sea quien quiera ser.
Y claro, este es el cometido del álbum y cumple su papel brillantemente. La oscuridad que antaño nos hacía pensar en Riverside en el lado prog de Opeth (no es coña) no aparece por ningún lado, y lo mismo sucede con la exhuberancia instrumental y estructural de ‘Egosit Hedonist‘ o ‘Hyperactive‘. Los Riverside de hoy son una banda intimista que huye de la estridencia. Su Rock Progresivo es sutil, y juega con el neoprog con la maestría propia del resto de bandas de Prog polaco. En su alegato nostálgico, de amor, perdón y reflexión, Riverside se han convertido en una banda que aprieta las entrañas y humedece los ojos, en una banda que desde el Rock Progresivo consigue emocionar a base de lecciones vitales.
Escondidas al final del álbum ‘Towards the Blue Horizon‘ y ‘Time Travellers‘ son los temas más importantes del disco artística y espiritualmente. Enigmática la primera y embriagadora la segunda subrayan todo lo que se puede afirmar al respecto de Love, Fear and the Time Machine y de lo que el álbum significa y significará dentro de la trayectoria de la banda polaca. Amor, nostalgia, asunción de errores ajenos. Puede sonar coelhista por momentos, pero quién no cae en ese lodazal cuando habla de lo que siente o de lo que deberíamos sentir los demás.
El cierre de Love, Fear and the Time Machine es uno de los más emotivos de lo que llevamos de siglo en el Rock Progresivo.
De un modo u otro Love, Fear and the Time Machine es un álbum magnífico que se cierra de una de las formas más emotivas que hemos podido escuchar en lo que va de siglo. Resaltar esta faceta significa dejar a un lado la esquisitez técnica de la banda de Mariuz Duda y renunciar a alusiones a melotrones, arpegios y demás zarandajas que al final no interesan a nadie. Esto es lo que pasa cuando te reconcilias con una de las bandas que más te importan, que a final te das cuenta de que el muro insalvable no es más que un escalón y que a lo que acabas de llamar reconciliación no es más que aprender a querer y madurar.
cronopio


Les dejo ahora algunos comentarios en inglés... por si todo esto fuera poco...

Riverside continue to evolve on their new album “Love, Fear and the Time Machine.” It’s fair to say that the band are more focused on melody and song structure than on showing off their chops as they might have done in the past. While I don’t think “Love, Fear and the Time Machine” is a complete departure for the band, what it does is allow Maruisz Duda to really sing.
The songs are incredibly melodic and yes, catchy. It’s impossible not to sing along with the opener “Lost” or its counterpart closer “Found” after a few listens. It allows for a greater appreciation of Duda’s voice. He has developed into one of the best voices in the progressive rock and metal scene. Check out his vocal on the gentle start of “Towards the Blue Horizon.” Just a beautiful performance on a beautiful song, which also goes Opeth toward the end of it!
Diversity is another key to “Love, Fear and the Time Machine.” The songs each have their own feel to them. It’s never dark though. Where the songs on “Shrine Of New Generation Slaves” were very pessimistic, these songs are the other side of the coin. The overall vibe and feel is a very bright and positive one. “Under My Pillow” does have a Steven Wilson vibe but more if it was run through an OSI filter of some kind.
If I am nitpicking as I always do, I guess I would have avoided the hashtag in the title of “#Addicted” because it does seem trendy. The song itself has a pulsating, almost bopping beat to it. Remember “Maneater” by Hall and Oates? Ok, it’s not THAT boppy but if you sped that song up, it would have that sort of feel. Duda’s bass playing is on full display. This just in: he is really good.
And let’s not forget the rest of the band because this is far from a Lunatic Soul album here. The interplay of guitar Piotr Grudziński and Duda is perfect to start off the song “Saturate Me,” a favorite of mine on the album. Michał Łapaj goes from vintage organs to a hypnotic synth which allows this mini-epic to really build nice and slowly.
“Love, Fear and the Time Machine” could be the album that brings Riverside the large audience they deserve. Fans who keep wanting Porcupine Tree to reform, need to move on and accept the fact that Riverside are doing modern prog as well as that band ever did. The lead single “Discard Your Fear” is a prime example. This has that Porcupine Tree vibe, somewhere between “Deadwing and “Fear of a Blank Planet.” Not a knock off by any means! Riverside have taken that template and owned it.
Riverside have actually raised their game on this album because the songs are so strong. The songs are perhaps more “to the point” but still have plenty of intricacies to keep the listener discovering new parts each time they listen. Riverside have progressed, which is the point. This isn’t as jammy as “Anno Domini High Definition” nor is it as cynical as “Shrine Of New Generation Slaves.” If anything this is the dawn when compared to “Shine” which is more like nightfall. The bottom line is this is a band that is more confident than ever and have crafted their best album to date because of that.
“…and let’s believe this is our time.”
Rating: 9.5/10
Progressive music planet


It was 2008 when I stumbled upon a song called "02 Panic Room" by a band named Riverside. Enthralled, I ended up purchasing every album and have preordered every album since, as well. Riverside is just as valid and exciting to me as they were back then, so you can imagine that I approach a review for their new album with bated breath. A new Riverside album is a spiritual experience for me in many ways; indeed, their music very much falls in line with the various seasons of my life. They have gotten me through difficult times emotionally, and, yes, are my favorite band, without question.
So, is this a fanboy review, then? Maybe, but ultimately no. Only certain albums in their discography would garner a 10/10 from me, but I am thrilled to say that, after listening to the new album "Love, Fear and the Time Machine" about 30 times, it deserves that score every little bit. "LFTM" represents Riverside at their most mature, both on a musical and an emotional level.
"I wanted to turn into a butterfly, but I couldn't trust you enough"
Keeping their core band the same since the second album, Riverside consists of Mariusz Duda on bass and vocals, Piotr Grudziński on guitars, Piotr Kozieradzki on drums, and Michał Łapaj on keyboards. These four have proven much to the progressive world over the years, but "LFTM" really feels as if they want to prove something to themselves. While they've never been much for the technical wanking of many progressive bands out there, this new album is a purposeful exploration of a warmer, lusher, more hopeful side to the band. Anyone that has followed them knows that their past albums are sometimes very dreary and depressing: Indeed, "melancholy" describes their music well (though, I've always seen their music as strangely hopeful). However, Riverside has taken that depression and given us a journey with light at the end of the tunnel. Instead of offering pain and fear without remedy, Riverside gives us a vision of life with hope, happiness, and purpose at the end. Riverside has completed and clarified their message.
All four of these musicians are at the top of their games. Duda's vocals are once again perfect, packed with relatability and emotion. His bass, quite frankly, is the best of the year. Michal's keys hit all the right notes, and I especially love when he plays counter to the time signature a bit, as I just get an unearthly peaceful feeling from it. Piotr's drums are more clarified than ever, and I found myself tapping out the beats hours later. And, as always, Grudziński's guitars are packed with emotional solos, driving rhythms, and even some shoegazing moments. The band, then, feels very calm and confident.
All of this is reflected in the musical choices. Bright acoustic guitar make an appearance here, as well as an overall softer sound and incredibly strong and clear vocal melodies ("Time Travellers"). Duda has also brought back his vocal noises that I love so much. Spacier, lovelier, and happier, "Love, Fear and the Time Machine" laps and flows like the waters at, well, a riverside. Instrumental sections sound organic and naturally flow in and around choruses and verses. One sticks out in particular: the first few minutes of "Saturate Me" reminds me of the "Reality Dream" instrumental tracks from their first few albums. There are others, such as the end of "Caterpillar and the Barbed Wire" and the end of "Towards the Blue Horizon". There are plenty of instrumental fireworks, but they never lose purpose or restraint.
Influences from the 70's and 80's make an appearance throughout, but the core sound is Riverside. In fact, I think the press releases have been overplaying the supposed influences on this album. This is the band reaching maturity in every way. They have their own identity and their own purpose, and they honestly don't care what you think.
"In my invisible *oh* life, I don't want to feel like I'm no one anymore"
That attitude spills over into the amazing lyrics on this album. The theme of this album is very personal for Duda, and it involves an analysis of the various situations and catalysts in life that allow or force us to make huge decisions. That might be a misleading description, though. The album is more about encouraging and supporting us as we choose to make life changes; as we throw off our shackles, break our chains, and run from our self-imposed cages. This is an album about freedom and living life as the person you are, without fear and without a focus on the past. In other words, it's time to move on and become somebody. So, yes, it's a weighty and sometimes dark theme, but the band channels hope, ultimately.
So, all of this can serve to prepare you for one hell of an album. From the haunted uneasiness of "Lost" to the gentle scolding of "Under the Pillow", or from the weightlessness of "Afloat" to the pulse pounding excitement of "Discard Your Fear", Riverside have not only created an album that is beautiful and never gets tired, but they have also once again created an album that reaches me (and I hope you) on a personal level. I honestly can't get enough of it! My favorite tracks are difficult to choose, so I will say the awesome "Under the Pillow", the keyboard-rich "Caterpillar and the Barbed Wire", the nostalgic "Saturate Me", the single "Discard Your Fear", the transitioning serenity of "Towards the Blue Horizon", and probably the strong melodies of "Time Travellers". Yeah, basically all of them.
"In your Fabletown, you're still afraid of starting something new this life"
I hope you will give this album a shot. "Love, Fear and the Time Machine" is the best album I've heard this year, and I don't see it leaving my playlist for some time. It is in many ways the best Riverside album since "Second Life Syndrome", which is not a light statement, as that happens to be my favorite of all time. That's actually a little scary to say, but I'll stand by that claim. Everything about this album is Riverside, past and present and future. Yet, now I feel that they have completed their emotional journey, and they've taken me along for the ride. Thank you, Riverside, for continuing to try new things and for purposing to reach individuals on a personal basis.
Jason Spencer


Since their debut, Riverside has always carried the 'Porcupine Tree's little brother act' label. Yet, with that main comparison now on hiatus during extensive Steven Wilson solo work and touring underway, this may be the opportunity for the formerly mentioned four-piece group to step forward and make a significant impact in the international progressive rock community.
While the 'Reality Dream' trilogy (albums including Out of Myself, Second Life Syndrome, and Rapid Eye Movement) certainly allowed the Polish group to find their footing, the past couple records have also revealed a blossoming of song-writing exploration. As the sixth LP in their catalog, Love, Fear and the Time Machine is a concrete indication of their continual creativity while pushing out previous parameters. Released via Inside Out Music, both the album title and artwork are definitive of the overall sound as the infamous Travis Smith (known for Opeth's Blackwater Park, King Diamond's The Puppet Master, and Devin Townsend Project's Addicted covers) illustrates a glossy depiction of a child observing a moody horizon for a comprehensively gentle aesthetic.
"Lost (Why Should I Be Frightened By a Hat?)," likely a reference to the psychological experiment in The Little Prince by Antoine de Saint-Exupéry, smoothly lures you further into a synth serenade that is kickstarted by a steady guitar riff. Already, one can tell that the hard rock/borderline metal edge that the band held dearly earlier in their career has consolidated into a more atmospherical approach. The sleek and fluid aura is continued for "Under the Pillow," containing the first real hook of this album amongst pseudo-sadistic lyrics. Use of the modern 'hashtag' trend at first seemed pandering, but the actual message in "#Addicted" is admirable and relative to the current generation's use of technology as an analogy for an addiction. "Caterpillar and the Barbed Wire" reaches a Katatonia-like gothic style at parts, boasting an excellence in modest dynamics.
As the pacing peaks for the middle-track, "Saturate Me," which features an eccentric instrumental intro followed by a whirring keys accompaniment, the bar is set high for the remaining half of the album. "Afloat" serves as a downtempo, transitional piece to the notable single, "Discard Your Fear," plausibly to be considered the most catchy due to the remarkable bassline and vocal flow. The 8 minutes of "Towards the Blue Horizon" can be best characterized as transformative with minimal qualities shifting to grandeur. "Time Travellers" is where Riverside's melodic talents truly shine through with an unforeseen acoustic anthemic ballad forming. An optimistic ode to 70's prog titled "Found (The Unexpected Flaw of Searching)" closes off the album.
Topics of psychology, disconnection, emotion, and social intimacy have been the common thread woven throughout previous albums, yet this release seems to be the most cathartic with a focus towards topics such as existentialism and introspection presented as up-lifting rather than bleak. Frontman Mariusz Duda's lyrical content in its purest form revolves around the idea of coming to terms with inner flaws through the action of 'navel-gazing' or gaining a positive outcome from self-contemplation of not only the past, but more practically, the future.
And in an attempt to squash the Porcupine Tree comparisons for final, I think it is most fitting to use a scale of progressive rock legends. If Porcupine Tree's chronological musical direction resembled a transition from Wish You Were Here to The Wall, then Riverside would parallel on The Dark Side of the Moon to Animals. To expand on this analogy, both groups shared a common denominator of Pink Floyd in influence, yet differ by evolution in experimentation.
Admittedly, it's a shame to witness a rock or metal band inevitably lose their edginess, but with one door closing, another opens. And in this case, Riverside has opened an element worthy of being explored, with the heavy aspects fading away and becoming replaced for a more refined, mature identity. In what appears to be their most honest album to date, the compositions apply a modern touch to delicate musicalities within charismatic song structures. As a solid stepping stone in the group's career, I highly suggest fans and new-comers alike to fully tune in to Love, Fear and the Time Machine in entirety, surely resulting in an emotionally dynamic experience.
Riley Rowe


The Polish progressive quartet’s sixth album sees a slight shift in attitude and direction as they delve deep to challenge their modus operandi.
Seems there’s something about prog rock and time travel at the minute. On their new album, you’ll find fellow Inside Out label mates Spock’s Beard singing about Bennett Lamb building a time machine and travelling back to the dawn of civilization…or 1983 as we know it. Now we find Riverside adding the time machine/travel notion into their new album.
Lyrically, there’s a loose thread running through the songs, carrying a message about the impact of making life changing decisions; transformations which on the one hand are exciting and liberating yet on the other, carry the fear of the journey into the unknown. A far cry from Dr Who and Back To The Future, more philosophical and thought provoking and if you’re going to have some sort of theme, why not go for it big style. ‘Love, Fear And The Time Machine’ also continues the playful little idea with this, the sixth album, having six words in the title (the first three had three word titles, while the fourth and fifth followed suit with, you’ve guessed it, four and five word titles).
Having cleared up all the necessary details, how’s the music? By contrast to earlier Riverside it’s arguably verging on mellow and many will feel all the better for it. Also by reining in the length and essentially softening the vocals to a level it makes you wonder why you’d want to hear anything which involves dark screaming . There’s also what sounds like quite a contemporary mix and production – not as metallic as the nu-prog of Leprous and not as old school as Spocks, but more, well relaxed and comfortable in its own skin. Everything seems expansive, open and light – the brightness and space and the calm vibe – maybe in their dabblings into a fresh approach they’ve stumbled upon their niche.
For those who consider album sequencing an art form, this one’s a perfect example of the one that starts with an absolute belter, a real bobby dazzling peach of a track. ‘Lost (Why Should I Be Frightened By A Hat?)’ – a brilliant enough title if ever there were one – has all the hallmarks of a classic album/gig opening song. Building deliberately and atmospherically before the drums kick in combo with a killer guitar phrase and for an added thrill to see how it translates into live performance, check out the uplifting set opening version at the end of the review. Michal Lapaj’s organ, simple yet effective and not for the last time on the album – see ‘Caterpillar And The Barbed Wire’ and the lower key ‘Afloat’ where it’s most effective in setting up the anticipation and mood. Even where the music takes a journey along a slightly more heavy path like it does at times during ‘Under The Pillow’ and ‘Discard Your Fear’ it appears much more subtly rather than a jarring invasion.
Mariusz Duda’s vocals on the album are a revelation. He’s talked about “an optimism and willingness to change for the better” in their attempt to leave behind the expected template set in the seventies and eighties and both musically and vocally Riverside have carried that optimism off to a tee. Some fans may bemoan the fact that nothing on the album which hits double figures in terms of track length yet they show that seven and eight minutes are long enough to make the point. Not so much a case of less is more or clockwatching, but when they go longer on ‘Saturate Me’ and ‘Toward The Blue Horizon’, the latter reminiscent of the direction taken by the more prog orientated Opeth, they show that they can effectively combine the light and the shade without it being too contrasting or grating – more a gentle blurring of the two extremes. It’s also the pick of the two longer pieces although both impress with some nice instrumental sections.
Bringing things to a end is ‘Found (The Unexpected Flaw Of Searching)’ closing off an hours journey through the lost and found circle, delivering ‘Love, Fear And The Time Machine’ as the album that the fans have asked for. But be careful what you wish for. There’s no display of pretentious instrumental virtuosity but a real band energy all combining to show that listening to the fans while at the same time sticking to your own vision is a lethal combo. An unmitigated success and an album which must see Riverside becoming one of Inside Out’s flagship bands.
Michael Ainscoe


Riverside is supposed to be a progressive metal band. On their latest effort, they are definitely not metal, and even the many of the prog elements have also prominently decreased. It's hard to call any Riverside release purely metal, while contrarily they've always undisputedly been a prog band. Love, Fear, and The Time Machine generally has a stripped back, mellow sound, following the trend set by their previous album, Shrine of New Generation Slaves, though less based in prog. So does this mark the beginning of the end? Are the metallic aspects the first to go, then the prog?
It's always nice when a band continues to evolve their sound while remaining fairly consistent in quality.
LFatTM has two distinct categories into which its songs fall: the prog rock songs are more often found near the beginning, and the ballads are clustered near the end. During the first half, even though this is the heavier end of the LFatTM spectrum, distortion and hard-edged riffs are rare. While these tracks do go into prog-style instrumental breaks, they lack intensity and remain rather laid-back, like everything else about the album. The second half is even more relaxed, with ballads Afloat, Time Travellers, Found, and Towards the Blue Horizon (though the latter still picks up in the middle).
Drums and electric guitars are minimized on these soft songs, with a surprisingly low usage of acoustics as well. Though keyboards stay mainly in the background, they fill a lot of space, used for flourishes. With a retro, seventies sound to them, and sometimes a traditional piano, this does the trick for Riverside. Mauriusz's voice is essentially the album's focal point. He does not get angry (no yelps and screams of early albums are present), instead singing clearly and as beautifully as usual so that you can admire his lyrics about, well, the album title. Numerous bands, by this time in their career, revisit the same lyrical themes time and time again, almost as if it's automatic, but Riverside manages to keep it fresh and it definitely sounds like they're putting plenty of thought into what they sing. Is this metal? No. Is this prog? Yes, though to a lesser extent than their previous albums. Most importantly, is it good? Yes. With its more peaceful, simpler style, it allows Riverside to show off other skills; instead of ten-minute epics, they give us enjoyable, emotion-oriented ballads that focus more on lyrics and vocals. Love, Fear, and the Time Machine isn't a drastic change from Shine of New Generation Slaves, but there are notable differences. It's not Riverside's best, but it's worth owning for fans, or at the very least listening to once or twice.
Insin


No se lo pierdan, nada que ver con lo anterior, pero sorprendentemente bueno y ultra recomendado.


Lista de Temas:
1. Lost (Why Should I Be Frightened By a Hat?)
2. Under the Pillow
3. Addicted
4. ‎Caterpillar and the Barbed Wire
5. Saturate Me
6. Afloat
7. Discard Your Fear
8. Towards the Blue Horizon
9. Time Travellers
10. Found (The Unexpected Flaw of Searching)

Alineación:
- Mariusz Duda / vocals, bass and acoustic guitars, ukulele
- Piotr Grudzinski / guitars
- Michal Lapaj / keyboards, Hammond organ
- Piotr Kozieradzki / drums
 


Comentarios

  1. Si vienen a comentar, bienvenidos sean. Para el disco esperen un añito, que si 20 años no es nada, uno solo es 19 veces menos.

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    Respuestas
    1. Excelente post! Al principio es un disco que se siente livianito, pero a medida que va avanzando se le va tomando el peso. Sin duda lograron a la perfección hacer una cruza entre un clásico disco conceptual y un disco amigable y con temas que fácilmente se podrían convertir en nuevo clásicos de la banda.
      Los temas que más me llamaron la atención fueron Caterpillar and the Barbed Wire y Saturate me, que están sencillamente notables en cuanto a melodías, arreglos y estructura. También los dos últimos tienen algo muy especial, son de esos temas que te hacen refleccionar aun sin saber muy bien lo que dicen, lo que hace que a la hora de ver la letra todo tenga aun mayor sentido.
      Notable disco para mi, a la altura del anterior, aunque con una estética muy distinta, así como las líricas escritas desde un ángulo también muy distinto su trabajo pasado, pero que siguen siendo valientes y denunciantes de las realidades que vivimos hoy en día.

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  2. Muy buen disco, al principio mucho no me gustó, venía esperando otra cosa, pero un par de veces que lo volví a escuchar y me pareció genial. Muy llano quizás, pero si no lo escuchas todo de un saque no te das cuenta.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con Aldo y Fede. Notable y profundo disco

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  4. Si buscás algo más de lo que está publicado, acordate que tenés que buscarlo en la lista de correo, para inscribirte lee las instrucciones:

    http://cabezademoog.blogspot.com.ar/p/por-si-algun-dia-no-estamos-aca.html

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Cuando la Quieren Enterrar, la Memoria se Planta

El pueblo armado con pañuelos blancos aplastó el intento de impunidad . Alrededor de medio millón de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo para rechazar categóricamente el 2x1 de la Corte a los genocidas. No fue la única, hubo al menos veinte plazas más en todo el país, todas repletas, además de manifestaciones en el exterior. Una multitud con pañuelos blancos en la cabeza pudo más que todo el mecanismo político-judicial-eclesiastico-mediático, forzando al Congreso a votar una ley para excluir la aplicación del "2x1" en las causas de lesa humanidad. Tocaron una fibra muy profunda en la historia Argentina, que traspasa generaciones. No queremos genocidas en la calle: es tan simple como eso. Tenemos que tolerar las prisiones domiciliarias a genocidas, que se mueran sin ser condenados o que sean excarcelados gracias a los jueces blancos. Cuesta muchísimo armar las causas, años. Muchos están prófugos, muchos no pudieron condenarse por falta de pruebas y otros porque tard

Kosmovoid - Space Demon (2021)

Todo un viaje. Seguimos con la saga de buenos discos brasileros, y presentamos el tercer álbum del power trío brasileño Kosmovoid, haciendo una mezcla de krautrock, industrial, psicodelia, ambient, post-rock y space-rock, una mezcla de estilos que no hemos escuchado en otras bandas brasileras, desplegada por una banda que tiene como principales influencias a bandas como Ash Ra Temple, Dead Can Dance, Popol Vuh, Kraftwerk, Tangerine Dream y Goblin entre muchas otras. Aquí los sonidos electrónicos forman parte del espíritu de las canciones, que deambulan de manera instrumental sobre un colchón de ritmos casi tribales, creando un trance ritual generada por una buena armonía entre cada instrumento, buscando siempre no caer en lugares comunes aunque estén claras las referencias y las influencias de su música. Once temas instrumentales envolventes y reconfortantes forman este buen disco, que toma el Krautrock y lo trae al día de hoy, mezclándolo también con otros estilos para crear algo

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.