Contagiada por el espíritu festivo, he pensado que hoy es un buen día para oír una pieza de Arcangelo Corelli conocida como «Concierto de Navidad» porque en el manuscrito se lee: «Fatto per la notte di Natale».
Corelli, como ya vimos en enero, fue una figura capital en la evolución del concierto barroco. Era hombre modesto: más jugador de equipo que figura individual. El resultado es que su música no suele tener complicaciones — aunque no por ello es menos encantadora—, lo cual podría ser el motivo de que fuera uno de los compositores más famosos de la época, como lo ha seguido siendo entre los intérpretes de las cuerdas. Ya sea en el siglo XVII, en el XVIII, en el XIX, en el XX o en el XXI, tocar sus conciertos es divertidísimo, sobre todo cuando lo toca un grupo de amigos, que es como hacer música colectiva del modo más democrático y placentero.
Mientras oía de nuevo esta pieza, se me ocurrió que aunque en gran medida es de tradición italiana, se pueden percibir atractivas repercusiones de aire bucólico en música para cuerdas intrínsecamente inglesa de compositores posteriores como Elgar, Finzi, Goodall y Tippett (véanse, por ejemplo, el 2 de junio, el 15 de agosto, y el 27 y 29 de septiembre). Tómenlo como una temprana postal navideña.
Clemency Burton-Hill
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