26 de febrero
Vladimir’s Blues
Max Richter (1966)
El suyo es un idioma musical híbrido que atrae a multitudes que normalmente no se acercarían a una sala de conciertos y que suelen ser mucho más jóvenes que la media de los aficionados a la clásica. Richter ha acabado por ser considerado como el arquitecto de una revolución electrónica posminimalista, en la frontera de la música clásica. Como muchos compositores anteriores, Richter utiliza también la música para expresar ideas e ideales políticos.
Max Richter, nacido
en Alemania
y afincado en el
Reino Unido, es una
figura fascinante de la música clásica actual. Tras estudiar
en la célebre Real Academia de Música de Londres, fichó con Deutsche Grammophon, uno de los sellos de música clásica más augustos
que ha habido («desde 1898»).
Su primer álbum, Memoryhouse, fue publicado por Boosey & Hawkes, que había publicado a Edward Elgar, Richard Strauss e Ígor Stravinsky. Richter compone a la antigua usanza, con papel pautado y piano, parte de una tradición parecida que se remonta a J.S, Bach.
Sin embargo, el suyo es un idioma musical híbrido que atrae a multitudes que normalmente no se acercarían a una sala de conciertos y que suelen ser mucho más jóvenes que la media de los aficionados a la clásica. Richter ha acabado por ser considerado como el arquitecto de una revolución electrónica posminimalista, en la frontera de la música clásica, donde compositores como Ólafur Arnalds han reimaginado la música de Chopin y Nils Frahm toca en el principal festival de música clásica, los BBC Proms.
Richter se interesa por una variedad de géneros, entre ellos la música cinematográfica, e investiga sin cesar hasta dónde pueden llegar los límites de la música clásica en la era digital.
Como muchos compositores anteriores, Richter utiliza también la música para expresar ideas e ideales políticos. En vísperas de la invasión de Irak en 2003, por ejemplo, compuso The blue notebooks, que él mismo describe como «un álbum de protesta por Irak, una meditación sobre la violencia […] sobre la absoluta inutilidad de tanto conflicto armado». El álbum, que contiene esta deslumbrante pieza para piano, se grabó aproximadamente una semana después de las manifestaciones contra la guerra y se publicó este mismo día de 2004.
Clemency Burton-Hill
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