La preocupación por la salud mental de niños y jóvenes se ha convertido por primera vez en la historia en una de las mayores preocupaciones de las familias y una cuestión que suscita mucho mayor atención en la agenda pública. Ya en octubre de 2021, el equipo de salud mental de The Lancet, liderado por el investigador Damian Santomauro, daba a conocer el primer estudio del impacto de la pandemia y el confinamiento sobre la salud mental mundial: un crecimiento del 27,6% de la depresión severa y 25% de la ansiedad. Dos tercios de los aumentos afectaron a las mujeres y también hubo una mayor prevalencia en jóvenes.
Recientemente, un informe de la OCDE publicado en diciembre de 2022 desveló que durante 2020 el 35,5% de adolescentes y jóvenes españoles mostró síntomas de depresión. Pocos días después el INE informaba del trágico récord histórico de suicidios infanto-juveniles en España: 338 suicidios en 2021. El Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid estima un aumento del 25% en los casos de depresión severa infantojuvenil (León, 2023). En España la edad media del trastorno psicológico de la población general ha descendido a 14,5 años.
Una encuesta del Pew Research Center (Minkin & Horowitz, 2023) apunta en la misma dirección. La salud mental de los hijos ya es la mayor preocupación de los padres estadounidenses con hijos menores de 18 años. Es una preocupación extrema para el 40%, media para el 36% y no es objeto de preocupación para el 23%. Que abusen de las drogas o el alcohol es preocupante extremadamente para el 23% de padres, moderadamente para el 30% y no lo es para el 47%. La encuesta fue realizada en septiembre-octubre de 2022. Son los padres caucásicos o blancos —especialmente las madres— los que manifiestan mayor desazón sobre la salud mental.Las incidencias de la Covid son la gran disrupción en la salud mental infantojuvenil, pero hay diversas fuentes que empeoran su salud mental, entre las cuales destacan las adicciones a las redes mediáticas, la progresiva competitividad sufrida desde la escuela, los abandonos y rupturas familiares, así como la pérdida de referentes sólidos. El problema de salud mental es previo a la Covid y esta lo ha intensificado. Ya en 2021 la Academia Pediátrica Nacional estableció la emergencia nacional en Estados Unidos por el récord de suicidios juveniles que asola el país.
Al respecto de los problemas causados por redes mediáticas y pantallas, en enero de 2023, el sistema de escuelas públicas de la ciudad estadounidense de Seattle (un centenar de centros y cincuenta mil estudiantes) ha interpuesto una demanda a las grandes tecnológicas como Meta por provocar la crisis de salud mental juvenil. El 6 de enero se denunció a Meta por explotación infantil al aprovecharse económicamente de los menores y causarles depresión, ansiedad y tendencias suicidas. Tras tantas décadas en que la explotación parecía un término obsoleto, regresa a primera plana para poner el foco en el modelo de negocio de redes como Instagram o Facebook de Meta. Estados Unidos sufre un récord de casos con trastornos psicológicos.
Las redes mediáticas provocan adicción para maximizar la permanencia en las redes y de este modo cobrar por inyectarles publicidad y vender sus datos a terceros. Las promesas de una conversación global han terminado siendo una trampa hipercapitalista y antidemócrata. Ya en 2017 Instagram y Pinterest tuvieron que testificar en los juzgados británicos por el suicidio de la adolescente Molly Russelll, de 14 años (Beauregaird, 2023).
La presión competitiva en escuelas, universidades y trabajos también es una de las causas del deterioro de la salud mental infantil y juvenil. La neurosis por los rankings escolares y universitarios inyecta una insana ambición en todo el sistema y desenfoca a los jóvenes sobre las aspiraciones en la vida. La misma encuesta del Pew desvela que todos los padres priorizan para el futuro de sus hijos que tengan suficiente dinero para ser independientes (88% de los padres tiene esa aspiración para sus hijos) y carreras laborales que disfruten (88%), mientras que solamente un 21% desea para sus hijos que se casen y un 20% que tengan hijos. Es más, el 46% de padres no aspira en absoluto a que en el futuro sus hijos se casen o tengan descendencia. A su vez, también es una aspiración mayoritaria que sus hijos obtengan un grado universitario: lo quiere un 41% del total de padres. Sube dicho porcentaje entre los padres asiáticos hasta el 70%, lo quiere el 57% de padres latinos, el 51% de los afroamericanos y solo el 29% de padres blancos. En Estados Unidos el 4,75% de la población es universitaria. Ser un trabajador esforzado es la segunda aspiración para sus hijos cuando sean adultos, tal como lo señala el 88% de los entrevistados; y el 65% pretende que su hijo sea de adulto una persona ambiciosa.
Niños y jóvenes son un sismógrafo que nos revelan por dónde va la sociedad, son como el canario de la mina que muestra la presencia de gases perniciosos. La civilización se enfrenta a desafíos externos extraordinarios, pero la mayor fuente de riesgo está brotando en su corazón.
Referencias
- Beauregaird, Luis Pablo (2023). Las grandes tecnológicas, denunciadas por provocar la crisis de salud mental de los jóvenes en Estados Unidos. El País, 11 de enero de 2023.
- Foro Económico Mundial (2023). Informe de Riesgos Globales 2023. Foro Económico Mundial, enero de 2023.
- León García, Juan (2023). La mala salud mental es cada vez más joven. Cinco Días, 19 de enero de 2023.
- Minkin, Rachel & Horowitz, Juliana Menasce (2023). Parenting in America Today. Pew Research Center, 24 de enero de 2023.
- Santomauro, Damian F. et al. (2021). Global prevalence and burden of depressive and anxiety disorders in 204 countries and territories in 2020 due to the COVID-19 pandemic. The Lancet, 8 de octubre de 2021.
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