2 de febrero
Cuartero para cuerdas en mi bemol mayor I: Adagio ma non troppo
Fanny Mendelssohn (1805-1847)
Cuando Fanny Mendelssohn tenía catorce años aprendió de memoria los cuarenta y ocho preludios y fugas de J.S. Bach y los interpretó en el cumpleaños de su padre. El señor Mendelssohn se quedó impresionado, incluso encantado, al ver aquel tremendo alarde de memoria y de habilidad técnica. Pero lo que respondió a su superdotada hija fue más o menos esto:«Muy bonito, querida, pero deja la música para los chicos».
Exceptuando a algunas osadas pioneras, el papel de las mujeres en la historia de la música clásica se reduce prácticamente a esto hasta finales del siglo XX: las mujeres con talento se sienten impulsadas a expresarse mediante la música, pero el patriarcado las reprime y les prohíbe que compongan salvo en su casa.Lo que enfurece en este caso es que Fanny vivía en un medio musicalmente propicio, al menos en teoría. Felix era muy consciente del genio de su hermana: intercambiaban las obras que componían y el muchacho la adoraba. Sin embargo, incluso él le impidió que publicara sus composiciones. (Parece que creyó que le hacía un favor publicándolas con el nombre de él o firmándolas simplemente «F. Mendelssohn», lo cual significa que parte de la música que se ha venido atribuyendo a Felix fue escrita realmente por Fanny.
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